Solèil Nouvele Molyneux

Descripción Psicológica:

Es una joven madura, calmada, pasional y volátil, de carácter apacible sino se le provoca, condescendiente pero manipuladora y malcriada, inteligente y consciente de las cosas que hace; a pesar de ser un tanto caprichuda y a veces irascible cuando se le provoca. Egocéntrica, intuitiva, seductora y provocadora, sensual y sexual con un carácter fuerte y terco; jamás deja que lo que la gente opine o piense de ella intervenga en cómo se desenvuelve “Vive para ti y por ti, sin poner interés en lo que salga de la gente” y para seguir al pie esa idea… es capaz de muchas cosas.

Su profesión le ha formado carácter para enfrentarse a las adversidades de la vida, sabe complacer pero también sabe exigir; es un arma de doble filo puesto que su angelical rostro y jovial belleza le abre las puertas a los peldaños más grandes; y es el mismo que después maniata a cualquier hombre que se cruce en su camino… un vicio imposible de dejar.

A su corta edad el salvajismo, la pasión y la sensualidad en la intimidad han aflorado completamente, la mejor amante que un hombre podría desear y que posiblemente… su bolsillo no podría costear; es risueña y amigable tierna, cariñosa y delicada, aunque saber si lo hace por la paga o porque lo siente realmente, bueno eso te será más difícil de diferenciar.

Descripción Física

Spoiler:

Ramona Molyneux, en sus tiempos mozos fue de las más hermosas mujeres con un angelical rostro y un cuerpo monumental; ciertamente una mujer que cualquier hombre desearía… y que por un monto casi exorbitante alcanzaría. Era de las joyas más caras que aquel burdel de tan alto renombre mantenía, podías ver si no eras visto pero jamás tocar a menos que delante de ti fuera el dinero; Ramona era cuidadosa al momento de estar con algún cliente, ya que la desgracia de cualquier prostituta viene en cuanto su cuerpo se deforma con el embarazo además ¿quién se haría cargo de una creatura no deseada?.

Claro que como cualquier mujer, por más que el cuerpo fuera el que actuara, las sensaciones y sentimientos eran inevitables y más con aquel hombre que llegó a ser su perdición… así fue como el alto nombre de la gran estrella del burdel cayó más allá del suelo, un hijo fue su perdición y con él los años comenzaron a hacer estragos. La noche en que Solèil llegó al mundo, marcó para siempre la vida de la mujer que la parió; era el sexto o séptimo parto de aquella mujer a la que si bien no le nacían muertos los hijos, los dejaba criarse como mala hierba por que los niños… no le servían para nada; en todo caso esta situación se suponía sería más fácil y rápido: acomodarse, pujar, sacar a ese engendro de su vientre, cortar el cordón y volver a trabajar; pero algo salió mal, su vientre le dolía demasiado podía escuchar cómo se desgarraba poco a poco algo dentro de ella, el médico ordenó que empezara a pujar uno, dos, tres pujidos y se comenzó a asomar una pequeña cabeza por entre las piernas de la madre… respiración agitada, pulso acelerado, vista nublada, dolor desgarrador; por más que la desgastada mujer con arrugas que cortaban su rostro, heridas que surcaban su piel y colgajos de carne deformaran su cuerpo ya no aportara lo que antes para el burdel… no podía darse el lujo de perderla.

Después de horas de ver trapos ensangrentados por aquí y por allá, de interminables gritos que resonaban en todo el lugar, por fin se escuchó ese melodioso llanto y contrario a su ritual de envolver al niño y dejarlo encargado por ahí algo en ella se encendió ¿ternura?¿compasión?¿instinto maternal?... no, un imaginativo aumento de ingresos al ver que la creatura que había brotado de sus entrañas era una niña.

Los años pasaron y Solèil creció custodiada por las mujeres que vivían en el burdel, en especial por una cortesana llamada Scarlett la cual le dio el abrigo y cariño que de su madre… nunca recibió, corría y saltaba de un lado hacia otro escuchando atenta las recomendaciones que desde temprana edad le daban aquellas cortesanas, aunque no entendía ni un cuarto de las palabras que brotaban de sus labios se sentaba en la orilla de un pequeño banco con los pies colgándole y mirándolas atenta con sus enormes ojos verdiazules; el tiempo pasó y así como sus pequeños pies poco a poco fueron alcanzando el suelo, su cuerpo fue cambiando y su mente fue comprendiendo lo que sucedía en ese lugar, asimilando lo que la rodeaba; y no fue la única en notarlo.

La vieja Ramona si a caso llegaba a tener dos clientes que ya eran los cotidianos, los que se habían acostumbrado a estar dentro de ella y eso no le dejaba suficiente, pronto la darían de baja en el negocio y si bien la dejarían quedarse a vivir en ese lugar, tenía que buscar una forma de alimentarse, y fue cuando los hermosos ojos verdiazules la miraron y los carnosos labios de su hija le sonrieron… era el momento.

Solèil apenas contaba con 14 años cuando su madre sacó de un enorme baúl de madera con herrajes de cobre un hermoso vestido blanco con detalles en rojo y con muy poca tela, recogió el ondulado cabello de su hija en una cascada de lado y pintó sus labios de rojo… “El mejor postor” fue todo lo que escuchó de boca de su madre mientras pasaba por aquel pasillo que tantas veces había recorrido, recibiendo miradas de felicidad, compasión, tristeza y odio de las que ahora serían sus compañeras.
Una fría noche de invierno, justo en su cumpleaños número 15, su madre cayó enferma muriendo después de días de agonía ¿de qué murió? No se sabe y a Solèil realmente… nunca le importó; ahora su familia no tenía estorbos eran solamente Marcheline su mejor amiga y confidente, y Scarlett, aquella mujer a la que en ocasiones llega a llamar “madre”

A partir de ese momento, en que su madre vendió su virginidad a un hombre de alta alcurnia, la pequeña niña se convirtió en la joya del burdel por los bailes exóticos que presenta “Puedes ver pero no tocar… a menos que tengas con que pagar” la inocencia y dulzura de su rostro, la perfección de su cuerpo y el salvajismo de su alma atraen a los más altos funcionarios, a los hombres de alta cuna que esconden su identidad al entrar al burdel y a mujeres, si mujeres, de la misma situación económica que no buscan más que saciar ese vacío en su pecho.

Datos extra
Es conocida como “Rouge” porque siempre lleva los labios pintados de un pasional rojo
Jamás da su nombre real
Solo es sincera con dos personas: Marcheline y Scarlett, las únicas a las que llama familia y a las que realmente ama
Es demasiado selectiva con sus clientes ya que aunque tengan dinero para pagarle, si no le agradan… no los acepta
Culpa a Marcheline por su vicio con el tabaco
Tiene una voz maravillosa y siempre se la escucha tarareando alguna canción
Le apaciona el teatro y la danza, al igual que la literatura