E. Jaziel Molyneux

Gentil y dulce... unas de las muchas cualidades que tiene Jaziel. Inteligente a su manera, ya que aunque parezca que no esta prestando atención, tiene la capacidad de repetir con exactitud lo que acabas de decirle, el balance que le da la memoria eidética que tiene a pesar de su deficit de atención e hiperactividad, un contraste por demás hilarante.

Pacífica, no es una persona que persiga los problemas, aunque estos parezcan perseguirla a ella. Sonriente, divertida, sarcástica y rebelde, no, no el tipo de rebelde que hace lo que le viene en gana, si no mas del tipo que defiende sus ideales, no se conforma con un simple porque así es.

A pesar de que es fácil llevarse con ella, Jaziel no es una persona a la cual le guste estar en el mismo lugar donde haya mas gente, ella es mas de estar en espacios abiertos; aún así, una vez que logras pasar la ventana de distracción que suele tener es mas fácil lograr al área de confianza de la morena, sin embargo, no es alguien que deba de tomarse a la ligera, debajo de esa capa de tranquilidad, existe una tormenta que arrasa con todo.

Hija de una femme des chambre de una señora de alcurnia suiza, y de un comerciante francés que viajó para obtener renombre y obtuvo mas que eso.

La familia de Jaziel no tuvo lujos, a pesar de vivir rodeados de estos, el padre de la morena decidió instalarse en Suiza ya que no quería arrancar a su esposa de aquellos brazos maternales que tan bien habían cuidado de ella. Madame Wegner siempre vio a Sybille como una hija –y como no hacerlo, si a ella solo la bendijeron con siete varones- por lo que ella fue quien otorgó el permiso para que Boris la desposara.

Jaziel fue la primogénita, la esperada por la joven pareja y la tratada como una mas de la familia en aquella mansión. Se le dio techo, comida y educación, ya que le tenían permitido asistir a las clases particulares que los tutores impartían a los nietos de Madame Wegner, aunque en realidad, siempre era mas una compañera de juegos y aventuras ya que no podía quedarse quieta por mas de cinco minutos.

Los años pasaron y dos mas llegaron, la familia crecía a la par que sus integrantes al punto en el que Boris decidió no importunar mas a aquella familia que solo les había brindado su apoyo. El negoció recobró un poco de fuerza y con ello, fueron capaces de regresar a la patria paterna para el nacimiento del cuarto hijo de la familia Molyneux. Jaziel tenía entonces trece años ya, la edad del descubrimiento.

Instalados en Francia, Sybille, se dedicó a atender la tela de tiendas mientras Boris realizaba los viajes, algunos exitosos y otros infructíferos, mientras, una adolescente con problemas de concentración y una lucha secreta interna intentaba llevar una vida y vigilar a sus tres hemanos.

El desarrollo de Jaziel no tuvo nada de extraordinario, salvo esa relación que empezó con apenas quince años, él era años mayor que ella, aunque no se notaba mucho la diferencia, se conocieron al tiempo que ella llegó a Francia, ella no estaba interesada en él pero terminó ganándosela con detalles y palabras, tanto así que los años pasaron al grado de hacerla sentir cómoda y conforme con lo que tenía. Poco iba ella a saber.

Ella nunca sintió gran interés en los chicos, al menos no para otra cosa que para los juegos que realizaban, carreras, competencias, todo el comportamiento propio e un niño y no de una niña, sin embargo, siempre sintió esa curiosidad por las de su mismo sexo, se descubría a si misma mirando como desenredaban sus cabellos, como sus cuerpos cambiaban debajo de las ropas que se amoldaban mas a sus figuras, siempre lo tomó como una muestra de envidia ya que ella no se parecía nada a ellas, era linda, si, de hecho, mas del común, tenía un cuerpo estilizado y una risa contagiosa y armoniosa, pero no era nada femenina… o al menos eso siempre le decía su madre.

La relación amorosa que tuvo dio cierta calma a su vida y mantuvo a sus padres, sobre todo a su madre, tranquilos por un tiempo… hasta que ella apareció, una sobrina de la mujer que vivía junto a ellos y con la cual compartían un jardín, ella, la que le dio un giro de 360 grados a la forma de pensar y sentir de la morena.

No hubo tiempo de despedidas, simplemente la sacaron de la casa a mitad de la noche con nada mas que el vestido azul que llevaba y una pequeña maleta de cuero. Todo el camino estuvo callada, pensando en él y en que haría, pensando en ella y en lo que nunca sería; su madre le repetía que era por su bien, pero ¿qué bien te da algo que no te hace sentir de esa manera?

❋ Sufre de transtorno de déficit de atención e hiperactividad, todo se resume a que no puede concentrarse mas de cinco minutos en algo, nunca termina lo que empieza y le cuesta quedarse quieta
❋ Perdió su virginidad con la única pareja que ha tenido
❋ Estuvo un año dentro del convento
❋ Repudia a la Iglesia, aun así, utiliza un crucifijo de oro que le regaló su padre
❋ Protege a sus hermanos a toda costa
❋ Le guarda cierto resentimiento a su madre por encerrarla en el convento
❋ Tiene cicatrices en la parte anterior y posterior de ambos muslos, así como en la espalda baja, recuerdo que le dejó la madre superiora del convento