El café está frío (Kenneth)

por **Nadihra Zal** Miér Abr 20, 2011 6:34 am

Y aún se preguntaban por qué llevaba esa cara de enfadada. ¿Es que no estaba lo suficientemente claro? Llevaba años trabajando allí y me pagaban menos que al chico que acababa de entrar... Si hubiera podido, habría destrozado el local y me habría ido de un portazo. Pero no habría encontrado otro trabajo que el de cortesana y no estaba dispuesta a vender mi cuerpo.
Así que seguí trabajando, maldiciendo a todos aquellos que estaban en el restaurante. Tan asquerosamente ricos, tan insoportablemente felices. Los miraba con rabia, mis ojos irradiaban odio... Había tenido un mal día y, si, lo pagaba con los demás.
Los pedidos no paraban y a cada segundo entraban y salian decenas de personas. Era tarde, pero hacia semanas que no había tanta actividad en el Hotel Des Arenes. Ese día me había tocado atender a los clientes, que tras mi espalda murmuraban la mala calidad del personal del hotel. "Que ruda... No soporto que me traten con malos modales..." o "Dios Santo! Esto ya es el colmo!" eran los típicos comentarios que yo trataba de ignorar.
A veces sentía el impulso de escupir en sus bebidas y sonreir mientras ellos bebían, ignorantes. Pero hoy ni siquiera conservaba ese espíritu maligno que me caracterizaba. Demasiado cansada de vivir atrapada en la rutina. Me preguntaba si encontraría algún otro trabajo, si algo cambiaría en mi vida. Seguí sirviendo y soportando las quejas de los clientes y esbocé una pequeña sonrisa cuando pasé frente a mi jefa. Por alguna razón, me hacía feliz estar fastidiando su local... Así era yo.

por **Kenneth Wilhelm** Miér Abr 20, 2011 6:55 am

Atusándose sus ropas salió de su casa y se deslizó por las calles de la ciudad tranquilamente. Mirando a su alrededor a la gente que caminaba junto a el sin prestarle demasiada atención. Ciertamente la gente que pasaba no era demasiado interesante para su gusto, por lo que decidió ignora a estos. Tras pasar unos minutos, quizá 15 quizá 20, recorriendo las calles decidió entrar en un hotel que se encontraba a su izquierda.
Se deslizó por la puerta hasta encontrarse dentro del local. Observo mientras entraba el lugar donde se encontraba con precaución. Se aproximó a una mesa y se sentó en una de las sillas que rodeaban esta. La mesa estaba algo alejada de las demás, algo que le apetecía dado que acababa de salir de su casa en la que todo estaba totalmente liado con discusiones. Su hermana menor había tenido un problema con su jefe y prefirió no hacerle caso ya que no era nada importante, pero sus padres lo veían así.
Miro a la chica que se encontraba en la barra, parecía ser una de las camareras, para intentar llamar su atención sin ser, ni parecer, grosero de ningún modo. Agradeció que no fuese el típico local donde obligaban a las chicas a llevar ropa seductora y a los hombres a vestirse de un modo normal, le resultaba denigrante.

por **Nadihra Zal** Miér Abr 20, 2011 7:07 am

Entró un chico, atractivo y bien vestido, para sentarse solo en una mesa. Seguramente esperaba a alguien, o tal vez huía de algo. Durante unos instantes, volvieron a mi mente las imágenes de otras mentes... Recordé aquellos días en los que me escondía en recuerdos ajenos, pero esos días habían quedado atrás. Nada de dones, nada de brujería. Ahora era una chica más y las cosas estaban bien así.
Observé durante un rato al chico, hasta que éste me miró. Comprendí que quería que le atendieran. Me sequé la frente sudada con la manga de la camisa y me recogí el pelo. Con un lápiz detrás de la oreja me dirigí a su mesa.
Casi sin darme cuenta, me senté en la silla que tenía en frente de él. Era un cliente, pero yo necesitaba hablar. Y de algún modo me parecía la persona adequada. Simple y casual. ¿Por qué no podía desfogarme con alguien como él? Era extraño, porque mi personalidad cada vez era más difusa.
- ¿Qué quieres que te sirva, cariño? ¿Algo previsible y aburrido cómo la rutina en la que todos estamos atrapados o algo tan sorprendente como el hecho de que te den una bofetada sin razón aparente?
Si, estaba claro que tenía un transtorno de personalidad. ¿Era mínimamente normal decirle esto a un cliente? Me quedé mirándolo fijamente, con una ceja levantada, y esperando su reacción. No era previsible...

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