Los secretos dentro de una alcoba.

por **Milo Van Dyck** Mar Abr 26, 2011 5:59 pm

Marzo de 1800
Residencia Trudeau/ 11:15 am.

Era de noche en la residencia donde Milo Van Dyck y Darcy Trudeau vivian de manera temporal. Habia sido un dia bastante tranquilo dentro de lo tolerable: sin cacerias, conspiraciones o visitas. Darcy habia pasado la tarde tocando el piano y ya era la cuarta copa de jerez que Milo bebia. Mañana a primera hora acompañaria a Doreen a progresar con las necesidades de la Galeria y tambien atenderla como era debido, su trabajo de cazador, de encargado del establo, la residencia, ademas de erudito apenas y le permitian verla. Debia hacerlo, sin embargo despues de todas las vueltas que habian realizado, Milo necesitaba uno de esos dias para reeplantear todo lo que habia acontecido y crear un nuevo "plan de batalla". La llegada a Paris habia sido todo menos ociosa, aunque eso lo habia sabido desde el primer dia. Darcy tomo su chaqueta y salio de la casa, apenas murmurando algo sobre que necesitaban mas carbon. Era primavera como para que el frio fuera demasiado molesto y consideraba que el fuego de la chimenea era suficiente, pero no argumento protesta. Se mantuvo semi-recostado con la copa de alcohol meciendose entre sus manos.

Divagando como estaba, recordo que le habia escrito a viejos conocidos anunciando su regreso, pero ahora que lo pensaba no habia visto a ninguno. Por lo visto si habia muchas cosas que habia dejado de lado.

por **Fiona Cacciattore** Vie Abr 29, 2011 12:32 pm

Marzo de 1800
Burdel / 22:30

La carta yacía en su cama desecha enredada entre sus sabanas egipcias mandadas a pedir solamente por un jeque indio para sus tesoros y fionna era el tesoro de muchos clientes por que podía satisfacer hasta el mas necesitado, en el burdel, lugar donde vivirá un tiempo antes de considerar cambiarse de casa, de estilo, seguiría siendo una prostituta cara a pesar de todo, consideraría bastante el echo de aceptar cuando le ofrezcan tener una casa propia. No podía leer cada palabra que salía de aquellas frases, aun cuando fue una prostituta solicitada y lo ha sido mas entre los dichosos capitanes y miembros de la realeza, leer esa carta la había descolocado, pensó que no tendría el valor de ir a verlo, ella misma se había decidido a dejarlo en aquel momento que el hubiese mencionado que quería sentirse amado no solo utilizado por dinero.

Afuera de casa de milo / 23:20

Tomo sus cosas se vistió lo mas elegante que pudo y pidiendo un coche al ayudante (casi mayordomo de las chicas del burdel) emprendió camino hacia la casa de Milo Van Dyck. Su amante, el teniente que había logrado conseguir una noche gratis solo por que le dio la pasión que ninguno le había dado, hasta el momento
>el coche aparco al frente de casa de milo y decidió esperar un momento a ver si había o no movimiento en casa. Al abrirse la puerta inconcientemente se escondió pero estaba segura que no le había visto. Diviso a darcy y se bajo enseguida del coche para ir hacia la puerta que aun no se cerraba con aquel vestido se hacia imposible, era bastante apretado y ancho y demasiado elegante aunque a se le veía bien, por que no aparentaba con su dulce forma de ser todo lo que era en su interior, una fiera.
>la puerta no se cerro y pudo entrar tratando de no hacer ruido lo vio sentado y pensando sumido en sus miles de pensamientos que no venían al caso de rebuscar
bebiendo a esta hora que irresponsabilidad
Un tono de regaño se escucho aquella frase y se acerco a milo para saludar, el ser tomado por sorpresa era algo que sabia que no le gustaba.
me alegra que este de vuelta
Fionna se acerco a el para tomar la pequeña copa de jerez que la hizo recordar lo mucho que bebió jerez estando a su lado y se sentó en sus piernas como si el tiempo no hubiese pasado le dibujo una sonrisa

Spoiler:

por **Milo Van Dyck** Mar Mayo 03, 2011 2:06 pm

Si bien no habían pasado mas de 5 minutos desde que Darcy se fuera para que otra voz interrumpiera los pensamientos del soldado con la ironía de las visitas claramente conocidas. El peso de una fémina figura cayo sobre sus rodillas y aunque no hubo sorpresa que se instalara en el rostro del hombre, si tuvo asombro de verla esa noche. No había esperado encontrársela hasta dentro de varias semanas si es que se animaba a volver. Suponiendo que Darcy la había dejado pasar sin tomarse la molestia de anunciarla, con el brazo derecho de Milo rodeo la cintura de Fionna para sujetarla, dejando que su cuerpo recayera en el suyo. Una mirada basto para evaluar la elaborada vestimenta que cubría el hermoso cuerpo de su antigua amante en un recordatorio de las apasionadas noches que habían pasado juntos. Se había esmerado mucho en el arreglo y la intensidad de su mirada de ella anunciaba el ansia que la habían dominado horas antes. Milo supo que el rumbo en el que había planeado dirigir esa noche de su vida acababa de cambiar completamente por un sorpresivo factor, pero no por ello había tomado un camino que le molestara.

- En otros tiempo, a esta hora, tu apenas me ibas sirviendo la segunda copa – Dijo, en sus labios se movieron en una sonrisa torcida. – Mi aparición favorita. No cabe duda que el tiempo solo sabe favorecer a tu persona. ¿A que debo este honor? – Pregunto con evidente interés. El varon tenia en cuenta que había sido el mismo quien le había enviado la carta anunciando su regreso a Paris, porque le había prometido decírselo apenas regresara y porque de entre todas Fionna había sido una especial compañía, sin embargo el sabor añejo de su ultimo encuentro le había sabido muy a despedida y la idea de ya no volverse a topar había recaído latente en su fuero interno.

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