Desde las altas cimas del Monte Perdido...

Los paisajes, nuestro paisaje cambia, ¿cómo puedo darme cuenta si es sólo a mi amor a quien miro cada mañana al despertar? Su voz a ratos se desvanece y es reemplazada por el silencio que otorga la noche, no puedo ni quiero dormir, si alcanzo ese inconsciente es probable que no vuelva, que no volvamos, ellos se apoderan de mi cuando estoy más vulnerable, justo como ahora, que deseo tanto acurrucarme en los brazos de mi amor y encontrarme con él en un sueño, en nuestro sueño. Temo no poder recordarte, ¿se irán estas memorias como lo hicieron ya otras tiempo atrás? Los pequeños duermen abrigados por el aire tibio que llena nuestro hogar, el movimiento de nuestro andar se asemeja al paseo que vivieron cuando estaban en mi vientre. Los extraño, el tiempo pasó muy rápido y ahora ya no puedo protegerlos como quisiera.

-¿A dónde me lleva señor? ¿Qué va a hacer conmigo? – Pasó mi nariz por cada zona de la piel de mi oso que pueda encontrar, estamos momentáneamente solos, aunque nunca lo estemos realmente, mis labios encuentran los suyos y lo harían incluso en plena oscuridad, mis ojos abiertos se pierden en los de naturaleza. Oso mío, amor mío, esposo mío, tienes todos los nombres y aún así sólo pareces pertenecer a uno, amor, nuestros cuerpos hacen música que mis oídos no se cansan de escuchar, mi boca está sedienta y podría beber de él sin saciarme, ¿qué tienes tú? – Lléveme donde desee, haga conmigo lo que guste… soy suya, lo somos desde la primera vez, ¿recuerda esa vez? –

Todos mis recuerdos comienzan con él, mi vida es como la de los pequeños que abrieron los ojos para conocer los de Epoch. Un escalofrío recorre mi espalda, estamos más cerca de lo que alguna vez estuvimos, quiero sentirlo parte de mi otra vez, muchas veces, todas las veces hasta que su cuerpo y el mío digan basta, hasta tener los labios hinchados y la piel ardiendo. Míranos amor, nada nos cubre esta noche, ¿será que volverás a encontrarme?, escucho entendiendo cada una de las palabras que él esconde en el silencio, cuando su piel está húmeda prefiero creer que la razón es otra, nunca he podido entender las lágrimas, ¿será que algún día saldrán como torrentes de mis ojos?

-Dos veces sonó una campana, tan, tan, dos veces alguien gritó, dos veces el sol salió ese día, incluso algunos animales se fueron a dormir creyendo que la noche había llegado, ¡esperen! Les grité pero no me oían, ¡esperen! Otra vez, también fueron dos gritos, quise decirles que el sol nunca se iría, sólo jugaba a las escondidas con nosotros que para él somos niños. Eras tú... Señor Amor ¿por qué lo tapaba todo? ¿Por qué se interpuso entre el sol y mis ojos? Ya lo se, quieres que el día nazca otra vez para estar juntos de nuevo, para que cada día valga por dos, cada noche se duplique, quieres que nuestro tiempo juntos sea como nuestros pequeños, que vienen de a dos para jamás estar solos… mi Epoch, cuerpo de montaña corazón de pequeños terrones que se deshacen entre mis dedos, miguitas de amor repartidas en rincones que creí nadie jamás exploraría, selva recién descubierta, nunca más habrán rejas, cercos, alambrado, madera que nos dividan, muros, murallas, fortalezas que nos separen… nunca, nunca más…-

Abro los ojos y le entrego las sonrisas acumuladas, él parece recibirlas con gusto, yo sólo espero poder gozar de una de las suyas.

¡Y me cambió la vida cuando te conocí! ¿Qué vida? ¿Llamas vida al vacío en el que estábamos antes? Pones nombres a algo que ni recuerdas, ¿nos tenías ahí no? Nada te asegura que antes existieras, abriste los ojos un día y los volviste a abrir de la mano de un oso. ¿Qué haces con esas cosas en las manos? ¿Intentas enterrarnos, escondernos, maquillarnos? Niega cuantas veces quieras pero dos letras no cambiarán esto. ‘No’ es demasiado similar a ‘sí’. Incluso cuando nada digo me escuchas, con los ojos cerrados me ves y son tus labios los que van trazando las palabras que ni siquiera noto al decir. No lo comprendo aún cuando lo intente, nunca comprenderé aquel líquido que brota de sus ojos porque al menos, mientras estoy despierta no sale de los míos. Es salado como lo es también tu piel, como lo eres mientras me deslizo por tu torso con mis labios, ¿quieres que te tome con la boca en un beso distinto?

Vuelvo los ojos a ti y levanto la cabeza, sigo la línea de su canción improvisando, mi melodía habla de nosotros y de lo que quiero hagamos juntos en esta noche que afuera es fría, nuestro tiempo es limitado y no dudo en encontrar su cuerpo, vamos a amarnos hasta que la luz del día nos indique que debemos continuar, el interior de nuestro remolque será la cueva y el lugar para encontrar las respuestas juntos. Lejos de todo, incluso de la cordura, lejos de aquellos a quienes debemos considerar iguales aunque sólo se asemejen a nosotros en el exterior, estamos hechos de un material distinto porque fuimos moldeados por tus manos, - tus manos… - secadas luego por el aire que sale de tus labios, - tus labios… - llenas de vida con tu corazón en mi pecho, - mi corazón en tu pecho, tu corazón en mi pecho.-

Dos segundo antes y dos segundos después es mi boca en su boca la que deja escapar esos gemidos que piden por él, el hormigueo en mi cuerpo es la señal que ambos necesitamos y esperamos, lo deseo tanto que se que si él no lo escucha esto dolerá, porque estar lejos de él aumenta el peso sobre mi pecho y el vacío en aquel lugar donde creo debe estar el corazón, cada confluencia de la sangre que me recorre va llevando su nombre, su voz es un río turbulento que se lleva todo lo que entorpece que mis ojos puedan verlo claramente, como la lluvia del invierno que para algunos anuncia tragedias, para mi es la mano suave que lo limpia todo, aquello que permite que los colores sean más brillantes y la escasa luz del esquivo sol de vida donde más parece necesitarla. Con besos recorro su cuerpo, es mi lengua lo que recoge su sabor acumulado en su cuello, mi pelo cae suelto y su pelo está entre mis dedos, tiro suavemente de él para que sus ojos queden a la altura de los míos, puedo sonreír sin dudar y puedo notar como ese brillo en los suyos tiene un nombre, dolor disfrazado de manía y manía disfrazada de locura, tal como todo mi cuerpo se disfraza de oso.

-Deseo llorar… ¿puedes hacer que el agua brote de mis ojos? – Lo deseaba pero mientras las palabras se iban formando sabíamos que lo que realmente necesitábamos es a él, - ¡Oh amor! ¡Cuánto quiero tenerte dentro de mí! ¡Cuánto quiero sentirte en todos lados, donde tú quieras! – tómame amor de la forma que gustes, contigo no siento miedo del dolor o lo desconocido, contigo a quien acepté sin saber siquiera tu nombre, quiero que tus ojos de naturaleza vean como la necesidad en mí aumenta, ¿puedes sentir el calor que se acumula? ¿La humedad en mi centro que es parte de lo que ahora soy? Mis piernas se abren como lo hizo antes mi alma y como lo han hechos mis labios y mis brazos, a él es a quien encuentran cuando volvemos a ser uno, así es como siempre debemos estar, uno junto al otro, uno sobre el otro, uno al lado del otro, uno dentro del otro, uno es otro, uno y otro.