Mansion McLeod (Ain Dench)

Caminaba por l habitacion ligeramente nerviosa... el medico que la habia atendido desde siempre habia muerto repentinamente, nadie sabia que le habia spasado simplemente habia aparecido muerto en el bosque hacia unos meses, al parcer alguna espcie de animal salvaje le habia atacado aunque nadie se explicaba como habia ido a dar hasta aquella parte del bosque.... habia guardado luto por el, despues de todo, tras la muerte de sus padres se habia portado realmente bien con ella y hbia sido un apoyo importante en su vida, discreto le habia atendido aun cuando se habia mudado a la capital sin revelar su secreto. Despues de su muerte no habia querido asistir a ningun otro medico, no el inspiraban confianza, pero ultimamente le era ya imposible no desear buscar uno, las noches eran cada vez mas tormentosas y los dias mas insoportables... se sentia como una chiquilla malcriada, tenia todo cuanto el dinero le podia conseguir y sin embargo... sin enbargo no era feliz.

Sus pasos se detuvieron un segundo y dirigiendo la mirada a su costado pudo apreciar su reflejo... los grandes ojos azules... la tez blanca el cabello sedoso y ondulado callendo sobre sus hombros... la figura delgada estilizada sus labios carnosos y bien formados... la cintura pequeña, unas curvas imprecionantes y sin embargo todo era simple fachada, enfundada en un caro y precioso vestido ocultaba las horrorsas marcas del incendio en sus piernas... bajo la mirada mientras una de sus manos tocaba por encima de la ropa la carne irregular de una de ellas... no queria que nadie mas las viera... jovanka le habia dicho que el medico que le habia recomendado era discreto pero...pero aun se le revolvia el estomago al pensar en la posibilidad de que le pidiese ver sus piernas... mejor dicho en pensar en la exprecion que seguramente se dibujaria en su rostro... habia muchas posibilidades y no le gustaba ninguna...espanto, compasion... incluso la indiferencia podia molestarle, como si algo asi fuese de lo mas comun cuando a ella le pesaba horriblemente... pero eso no era culpa del medico asi que si llegaba a ocurrir... pasare lo que asare se mantendria entera, cortez orgullosa y educada... Despues de todo era poco probable que quisiere revisarla de aquella forma, su medico anterior hacia ya bastante que no lo hacia. Ademas solo necesitaba unos cuantos calmantes, no habia logrado dormir hasta entrada la madrugada en las ultimas noches y durante el dia a veces el dolor en los musculos de sus piernas era insoportable, permitiendole estar parada labsus muy cortos de tiempo.

- condesa...- su dama de compañia le hablo trayendola de nuevo a la tierra, su mayordono estaba en la puerta, parecia que habia dicho algo pero ella no habia escuchado.

-disculpe estaba distraida- hablo esperando que el hombre repitiera lo que habia dicho.
- el medioco que mando traer ah llegado madam, le hice pasar al salon, deberia traerlo aqui?- klett nego mientras avanzaba y sus zapatos altos hacian un sonido sordo en el fino piso.

-no, descuide, ire a recibirle yo misma- queria verle, hasta ahora no lo habia visto en persona y de hecho le habia costado un poco que fuera donde ella, aunque no sabia como habia hecho su mayordono al final para convencerle. Que fuese tan reacio y poco interesado en atenderla le hacia estar mas segura de que era el indicado, si ella no le importaba... menos aun le interesaria hablar de su persona.

Klett le vio y aun a pesar de la situación sonrió un poco, el no sabía ni su nombre, había dudado apenas un segundo al saludarla- Bonjour Monsieur, Klett W. McLeod, en placer conocerle- a veces olvidaba su titulo por que en su mente aun pertenecía a su madre…

Le hizo una seña para que tomase asiento mientras ella lo hacía en un sillón frente a él, miro un poco a su dama de compañía y esta se alejo, lo suficiente como para no escuchar su conversación.

Sosteniendo un pañuelo en sus manos comenzó a hablar con la mayor naturalidad posible- vera… hace algunos años sufrí un accidente y… mis piernas sufrieron algunos daños; quemaduras- especifico- me duele al caminar y mi medico anterior dijo que era por que las cicatrices contraían la carne y dolía al estirarse cuando camino, me daba algunas cremas y medicamento para el dolor- lo soltó todo como si no tuviese la mas mínima importancia- el médico de la familia desgraciadamente murió hace un par de meses y a mi cada vez me duele más caminar y me cuesta un poco mas mantenerme parada- suspiro- dada mi posición lo menos que quiero es que se hagan rumores sobre mí, sobre mi mala educación o sobre mi apariencia física- aunque más bien lo que más quería evitar era disgustos a su abuelo, la única familia que le quedaba- me han dicho que es usted un hombre discreto y profesional, por lo que me tome el atrevimiento de solicitar sus servicios con tanta insistencia. Quisiera de ser posible que me atendiese, necesito permanecer entera y que mis piernas no sean un impedimento a mis obligaciones.

Termino de hablar, su rostro se veía tranquilo pero sus manos en su regazo, jugaban nerviosamente con el pañuelo a juego con su fino vestido verde.