Brigitte Guielle

→ Nombre del Personaje
Brigitte Guielle
→ Edad
19 años
→ Especie
Humana
→ Tipo y Clase Social
Clase baja
Cortesana Ocasional
→ Orientación Sexual
Asexual
→ Lugar de Origen
París, Francia

→ Descripción Física
Muchacha de facciones finas y femeninas, atrayentes. De complexión delgada y, actualmente, algo desgastada debido a las circunstancias que la rodean, pero, sin perder su belleza natural. Estatura alrededor de un metro sesenta y cinco centímetros, considerablemente alta para una mujer de su época, y cincuenta y dos kilogramos de peso, aproximadamente. Su cuerpo está debidamente proporcionado. Senos no demasiado grandes, pero tampoco pequeños. Caderas ajustadas al resto del cuerpo, no destacantes y parte trasera a medida, tampoco resaltante. Piernas largas y delgadas, no llegando a ser esqueléticas.
Piel tersa, suave y libre de cualquier impureza, puramente blanca y sensible a los rayos solares. Tiene un rostro ligeramente ovalado, con un mentón no demasiado picudo si no redondeado. Su larga melena está formado por cabello ondulado y mayoritariamente rubio, natural, con tonos oscuros que empiezan en la raíz siguiendo algunos mechones, no demasiados. De mirada sensual formada por el color verde mar de sus ojos, alargadas pestañas y finas cejas, color oscuro. Nariz pequeña y con un puente totalmente liso. Labios carnosos color rojizo que suelen ir potenciados con algún labial color carmín.
→ Descripción Psicológica
De carácter usualmente apacible y tranquilo. Vive en su propio mundo, un mundo que ha tenido que crear para alejarse de la cruda realidad que la invade y que, por mucho que le desagrade, debe afrontar día a día. Soñadora, libre de pensamientos aunque encadenada a las leyes de su época, la manera de pensar de la sociedad que la rodea y condenada a que otros sean los que decidan como debe vivir su vida. Seguidora de sus propios ideales, valiente para confesarlo ante otros. A pesar de no tener una vida propia todavía nadie le ha podido quitar lo más importante para ella, sus recuerdos, los recuerdos de cuando sí podía elegir su futuro.
Amable y dulce con la mayoría pero indiferente con aquellos que atentaron contra ella, alguien a quien estimara o bien sus propias creencias. Luchadora en el día a día y por conseguir una vida mejor, una vida en la que ella tome sus propias decisiones, independiente. Confiada pero no ilusa, inteligente hasta el punto de no caer en la locura a pesar de que muchos de su alrededor ya perecieran. De difícil enojo, pues contrasta con su habitual serenidad. Madura a pesar de sus diecinueve años de vida y con cicatrices imborrables en su corazón.
Posee un aura atrayente para el género opuesto especial, de nacimiento, desde pequeña. Sensual sin proponérselo, atractiva a la vista y cada vez más a medida que pasan los años. Desinteresada en cuanto a sexualidad se refiere, algo que aborrece desde que entró a ese mundo. Cautivarla es difícil, enamorarla, ¿imposible?.

→ Historia
Las campanadas anunciaban medianoche, podían escucharse en toda la ciudad. En ese mismo instante, daba comienzo una vida, una vida como muchas otras, pero a la vez singular como ninguna. El nacimiento de una niña. Nos situamos en uno de los veinte distritos de París, Francia. Exactamente en ese lugar, a esa hora y en ese preciso momento, comienza nuestra historia, la historia de Brigitte Guielle.

― ¡Esta no es mi hija! ― se escuchaba gritar a una mujer que, tras parir a su criatura, se horrorizó al verla ― Es..la hija del diablo.. ― esa fueron las primeras palabras que salieron de su boca y, aunque era una completa locura, por desgracia muchos pensaron lo mismo al verla. ¿Qué era lo que tenía de diferente? Una pequeña marca en forma de cruz espinada situada en la cara interna de su brazo izquierdo, una marca que, según difundieron, la señalaba como hija de algún ser superior, maligno, el diablo o tal vez un simple demonio. Muchas cosas se dijeron ese día pero, realmente, ninguna pudo comprobarse nunca.

Rechazada por su madre en su lecho, a punto de ser abandonada en las calles o apuñalada por los religiosos. Sin embargo, no todo estaba perdido, pues su padre luchó por ella y se la llevó, aun dejando al amor de su vida en el camino ― Esta niña es fruto de nuestro amor, no dejaré que nadie le haga daño ― fueron sus palabras frente a la mujer que la había parido, la matrona y los vecinos que habían acudido ante los gritos. No se volvió a saber nada más de ella -la madre- ni tampoco de él -el padre-, y la "niña de diablo" como la habían apodado, pasó a ser un vano recuerdo entre muchos, una habladuría sin sentido, una leyenda.
Nos situamos en uno de los barrios medios de la ciudad de París, la ciudad del amor según decían muchos. Brigitte Guielle, una muchacha del barrio, cumplía ese día sus 12 años. No fue un evento especialmente importante pero si que acudieron las amistades más cercanas para celebrarlo. Ella destacaba especialmente entre los niños, era alegre como ninguna y, a pesar de su temprana edad, también muy bella. Rubia, de melena ondulada y labios carmesí.

Su familia la componía únicamente su padre, Tom Guielle. Quien la había criado solo, desde su nacimiento, al morir en el parto la madre, Eleonor Ackmer. Tampoco se había preocupado en buscarle una madre, Tom había sido hombre de una sola mujer y consideraba tener lo que hacia falta para crear a su hija sin ayuda. Además, tuvo siempre el apoyo incondicional de sus amistades y vecinos, a pesar de que se mudaron nada más nacer ella y tuvieron que empezar desde cero.

La velada transcurría en el patio trasero de su pequeño hogar, humilde pero suficiente como para ser feliz, por lo menos para Brigitte, quien siempre había agradecido todo lo que su padre había echo por ella. Sin embargo, no todo acabó tan bien como se esperaba. Había alguien nuevo en el barrio, una adivina gitana que, con tal de integrarla, fue invitada a la fiesta pues allí no solían hacer discriminaciones con nadie. ― Tú..¡moriras! ― sentenció, de repente, la muchacha gitana quien señalaba a alguien de entre todos los de la fiesta, señalaba a Tom.

Se escandalizaron por la predicción, más la muchacha parecía estar más asustada que el propio Tom - Nació..maldita.. - murmuraba cosas que, para los demás, no tenían sentido. Ni tampoco para la propia Brigitte. Sin embargo, sus palabras si hicieron mella en el corazón de Tom, quien conocía la historia desde el principio. Más no dejó que terminara sus predicciones ― Morirás por ella ― fue lo último que le dijo antes de que la echara de su casa.

No se supo más de la gitana. Para Brigitte solo fue un mal recuerdo de infancia y, para los demás integrantes de la fiesta, algo que una loca dijo una vez. La mayoría no llegaron a creer en ello. En el caso de Tom, intentó olvidarlo, más sus palabras, yacían en su mente día tras día.
Se escuchaban las campanadas, lentas y que traían consigo un sentimiento de tristeza en cada una de ellas. Un coche fúnebre entraba en el cementerio, aquel era un día triste para muchos, para alguien en concreto. Tom Guielle había fallecido.

Brigitte Guielle hacía casi tres meses que había cumplido sus 16 años y en ese instante acababa de perder a su única familia. Había pasado año y medio desde que a Tom le diagnosticaron un cáncer maligno en la próstata, obviamente en aquellos tiempo, incurable. Fue un caso extraño pues todavía había muy pocos hombres que habían sufrido ese cáncer y Tom todavía no había llegado a los cuarenta años de vida. El golpe que sufrío Brigitte fue doloroso, muy doloroso y muy pesado.

En los últimos años habían estado pasando por unas ciertas condiciones pésimas. A Tom le habían despedido, se quedaban sin dinero y Brigitte tuvo que dejar de estudiar para poder trabajar. Como canguro en familias adineradas, como profesora de lo que había aprendido hasta el momento -pues poseía una capacidad mental deseable para muchos- o como sirvienta, pues de ésto, conseguía algo más. Pero el último año, había sido lo peor que había vivido en su vida, sobretodo, por la preocupación y la tristeza que le producía el ver a su padre en ese estado de continuo descenso tanto físico como mental.

Ahora estaba sola, completamente sola. Se había distanciado de sus amigos, ya no era aquella niña alegre de entonces, estaba completamente derrumbada y no tenía ni siquiera donde refugiarse. No era lo suficiente mayor como para que la consideraran una adulta, aunque fuera lo suficientemente madura como para demostrarlo, más no tuvo oportunidad con nadie.

Sabía cual era su última opción, más no quiso aceptarla hasta que ésta la encontró a ella. El burdel de la ciudad, conocido por asediar a muchachas huérfanas sin tener donde caerse muertas. Aunque le costara reconocerlo, esa era su situación. Madame Agathe era la dueña del lugar y a ella fue a quien pidió asilo a cambio de prestar sus servicios, obviamente. Más ésta no lo tuvo del todo muy claro, no solían aceptar a menores de edad. ― Muchacha, espero que estés preparada, tu vida cambiará por completo ― fue la advertencia de la Madame ante su proposición, aceptándola finalmente.

Empezaba una nueva vida para Brigitte Guielle.
Tres años habían transcurrido para la hermosa Brigitte, que ahora poseía 19. Su vida, tal y como le había advertido Madame Agathe, había cambiado por completo y no era lo único. Dejó de ser esa muchacha extrovertida y amistosa pasando a ser solitaria, silenciosa y muy tranquila. Es cierto que desde aquel marzo de hacia tres años su estado de animo había mejorado pues ahora no se sentía tan derrumbada, sin embargo, se sentía prisionera.

Era una de las muchachas más requeridas del burdel, estimada por muchos clientes y envidiada por muchas de sus compañeras dada la sensualidad natural con la que había sido dotada al igual que esos atributos físicos que muchas habían tenido que luchar para conseguir pero que, sin embargo, ella no necesitaba mantener para conservar su belleza.

Llena de ilusiones, de sueños y de esperanzas. Poco a poco, empieza a brillar una nueva Brigitte, quien quiere luchar por su futuro, por dejar atrás su pasado y los secretos que esconde dentro de su corazón.

Abril de 1.800

Inesperadamente, un rayo de luz se abría para Brigitte.

A pesar de que sus sueños de ser libre parecían solo eso, simples sueños, una oferta ligeramente esperanzadora le hizo ver que podía llegar a cumplirse. ― Brigitte ― La voz de la Madame sonaba con una mezcla de suavidad y rudeza, como siempre. ― Me has sido muy productiva estos años, aún no deseando el oficio ― Hubiese dicho "disfrutar", sin embargo, ella sabía que el cuerpo de la mujer era traicionero. Y podía hacerse disfrutar, sin verdaderamente desearlo. ― Tu caso no es habitual. Iré al grano. Necesito a alguien que ponga orden en la cantina y he pensado que podrías continuar pagando tu habitación parcialmente de ese modo ― Trabajar sirviendo copas no suponía ni de lejos las ganancias que proporcionaba la prostitución, Brigitte lo sabía. Y, aún así, no tardó en aceptar aquella propuesta ni dos segundos. Tendría que seguir prostituyéndose, sin embargo, esa ya no iba a ser su función principal.

Solo un pequeño rayo de luz era suficiente. Uno solo que iluminara la oscuridad en la que Brigitte se había visto obligada a sumergirse.

→ Datos Extras
✗ Es muy desordenada con sus cosas.
✗ Prefiere la noche al día / El frio al calor.
✗ Suele vestir con poca ropa.
✗ No tiene demasiadas amigas en el burdel.
✗ Con los hombres suele comportarse de forma indiferente, desconfía de ellos habitualmente.
✗ Tiene una marca de nacimiento en el antebrazo izquierdo, una cruz con espinas. En caso de que le pregunten por ella, suele decir que es una marca de la familia que la crio, nadie sabe que nació con ella.
✗ Desde que empezó a trabajar en la Cantina, su humor se ha vuelto ligeramente más alegre y ya no ve con tan malos ojos a los pocos clientes con los que debe ejercer la prostitución.
✗ Sigue soñando con una vida propia fuera de aquel burdel e independiente, sin ataduras de ningún tipo.

Ficha Terminada. ¿Podríais cambiarla a "Humanos"? En esta ocasión, preferiré llevar el rango de Humano Clase Baja al de Cortesana.
Gracias.