Bernard Kurt

-Nombre del Personaje: Bernard Kurt

-Edad: 27

-Especie: Humano Brujo

-Tipo y Clase Social: Clase Alta de Rumanía

-Orientación Sexual: Heterosexual

-Lugar de Origen: Rumanía

-Habilidad/Poder:

Ilusionismo, Hechicería y Titiritero

-Descripción Física:




-Descripción Psicológica:

Bernard es una persona adelantada a su tiempo. Debido a su status, nacido en una de las mayores familias de brujos de Rumanía, prácticamente nunca le faltó de nada. Esto le llevó a creer que su vida simplemente tendría sentido si la dedicaba a, principalmente, ejercer la profesión familiar y disfrutar de todo cuanto pudiera.

Es una persona intelectual, gusta del leer y experimentar. Todo cuanto le rodea es un misterio para él, y debe ser analizado. También suele vérsele por todo tipo de fiestas, sea cual sea su condición o nivel de ingreso requerido para entrar. Es, ante todo, un cazador de diversión.

En el ámbito emocional, es todo un ejemplo de romántico. Su mentalidad se deja ver en la poesía que escribe. Vive rápido, muere joven. Idealiza a la amada. Busca el placer, ahora que puedes. Todas esas cosas.

Es una persona cruel, ruin y mezquina. Le gusta aprovecharse de las debilidades de los demás a su favor, y trata con bastante hastío con los pobres, a los que considera inferiores.

-Historia:

Bernard nació en el seno de la que probablemente fuera la familia de brujos más rica de Europa. Lo cual, por otra parte, no es decir mucho. Sus ingresos se podrían equiparar a los de un maestro herrero, un noble de baja cuna o un banquero de pueblo. Aun así, nunca le faltó de nada. El hecho de vivir en Rumanía les permitía practicar su oficio sin demasiado ocultismo, lo cual explicaría los ingresos extra. Si no tienes demasiado que perder, te arriesgas más.

Creció desarrollando sus poderes, principalmente el ilusionismo, especialidad de su familia. A los seis años realizó su primer hechizo, y a los trece ya sabía engañar con atino la mente de casi cualquier humano. No le resultó demasiado difícil incorporarse al trabajo familiar a los quince, relevando a uno de sus hermanos, muerto de peste. Una tragedia que marcó a su familia, pero no a él. Él era demasiado fuerte para dejarse vencer por esas tonterías.

Cuando cumplió diecinueve, comenzó a experimentar. Le gustaba practicar con animales vivos y todo tipo de magia, nunca sabía qué resultado obtendría. Pese a todo, nunca lo hizo con humanos. Le parecía, además de inmoral, demasiado arriesgado. No tardó demasiado en aprender a manejar animales... y eso sí que lo extrapoló a humanos.


A los Veintidos se independizó y montó su propio negocio con el dinero familiar. Pronto hizo una fortuna. A los Veinticuatro había superado a sus padres en riquezas, y a los Veintiseis decidió que tenía dinero suficiente para ir a vivir como un pequeño aristocrata a Paris. Oh... Paris. Cuna del Ilustrismo, el romanticismo y la belleza. No sin antes, claro, dar un pequeño viaje por el mundo.

Se compró una casa y montó un negocio de zapatería. Con eso, y ocultando que era Brujo, podría vivir durante el resto de sus días con el dinero suficiente para gastar en fiestas, mujeres y diversión.