Compras a la francesa [Yulianna]

por **Al-Jabir Zalaquett** Miér Jun 01, 2011 1:10 pm

- ¡AMO AL MUNDO, SEÑORES! ¡ALABADO SEA JESUCRISTO, ALAH Y TODOS ESOS VAQUEROS!

Si, hoy estaba pletórico de felicidad. Era mi día favorito del mes, aquella fecha que uno espera con anhelo y frustración cada vez que se levanta por la mañana: El día de la paga. Mis jefes, la alcaldía de París, me entregaron personalmente el sobre con 300 Francos y unos cuantos céntimos por un "favor especial" que le hice al alcalde, ocupándome de ciertos espíritus en su hogar. Si que si señor, por unos días era mas que millonario ¿Y que mejor forma de celebrarlo que haciendo escándalos y compras locas en el mercado Frances? Si hay algo mejor, no quiero saberlo.

Y en eso estaba, caminando por las calles de distrito comercial, observando las vitrinas de las tiendas y deseándole un feliz año nuevo a cuanta persona veía. Iba vestido con una gabardina gris, y un sombrero puntiagudo que compré en una tienda de disfraces durante mi camino ¿No es irónico? Ademas estoy seguro de que no me queda nada mal...

- Sip, nada mal.. seguro que si llevo una escoba querrán arrestarme ¡Jo jo jo! -Dije, pensando en voz alta. Hubiera seguido caminando, de no ser por encontrar de pronto, un puesto ambulante donde parecían estar vendiendo joyas- Mmm...

Me quede un rato observando. No es que me gustaran las joyas, pero... ¿Será posible que alguna de ellas sea de oro real? Eso realmente me serviría mucho para el proyecto

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Jun 01, 2011 5:12 pm

Mediodía. Día del mercado. Compras a la francesa(?)

Yulianna despertó esa mañana con ganas de despilfarrar. Así era. Tenía ganas de salir, de comprar, de disfrutar de ese día de sol. Así pues, llegó en su coche de caballos al mercado. Allí solía comprar comida, siempre iba ella. Era algo que le encantaba. Saber la calidad de las cosas que comía. Y fue con dos ayudantes. Luisiana y Marietta. Ambas de confianza. Dos jovencitas llenas de vitaleza.

Llegó y lo primero que compró fue el pan. Dos hogazas bien hechas. Luego verdura. Guisantes. Era algo que no había en el huerto personal que había creado en su casa. Y luego siguió hasta que se encontró con un puesto de joyas... Interesante. Necesitaba comprarse algo pues tras el último robo que había sufrido, algo que no quería tan siquiera recordar, la habían desvalijado, y había perdido una pulsera, unos pendientes y un anillo. Menos mal que no estaba demasiado encariñada con esas joyas.

Así pues, entró en el puesto con determinación y allí se topó con un joven de inmensa mirada. Sin duda lo miró. No podía evitarlo. Nunca había conocido a alguien tan expresivo, que dijese tanto la mirada, pero tuvo que cambiar la vista de lugar al ver que este la observaba. Centró su atención en una pulsera y disimuló.

por **Al-Jabir Zalaquett** Miér Jun 01, 2011 7:36 pm

Contemplaba con bastante atención un brillante en particular, parecía un brazalete hecho de oro sólido, con una incrustación de rubí justo en el centro ¿Sería oro autentico? No me sorprendería que se tratara de una falsificación, el mundo esta lleno de aprovechadores. Estaba inmerso en aquellos pensamientos, cuando de pronto sentí una mirada sobre mí. Voltee con tranquilidad, curioso por saber de quien se tratara, justo para encontrarme con los azules ojos de una jovencita. Esta de inmediato desvió su mirada, cosa a la que sonreí, al menos se notaba que era una señorita educada y nada descarada... al menos eso creo.

Aproveche su distracción para observarla, parecía de una familia acomodada... me preguntaba porque me habría mirado de esa forma ¿Será por el sombrero? No lo creo... Quizás tengo algo en los dientes. Aunque eso la verdad no tiene importancia, quizás la chica podría serme útil en algo. Me acerque con cuidado, tratando de sonreír sin asustarla y luego le hable con calma.

- Disculpe, señorita ¿Sabe usted como reconocer joyas reales? -sonreí mas abiertamente-

por **Yulianna Fiódorovna** Jue Jun 02, 2011 4:17 pm

Sorprendentemente sorprendida.

Yulia al escuchar una voz extraña de un hombre no pudo más que asustarse al principio. No es que le tuviese miedo, sino que la pilló por sorpresa y dio un respingo.
Y posteriormente, al ver de quién se trataba no pudo más que sonreir y mirarle. Esos inmensos ojos... realmente la habían embaucado por completo. Pero intentó pensar en otra cosa, al menos por le momento, pero debía responder.

Carraspeó y al fin logró articular palabra.

-Querido... una dama siempre sabe reconocer una buena joya... ¿le interesa alguna en especial? -El tendero parecía molesto, pero era algo normal querer saber si realmente ibas a pagar por algo auténtico y de buena calidad, o por un timo. Y Yulianna se dispuso a mirar todas las joyas, buscando alguna que al joven le pudiera interesar. Y de nuevo sus miradas se cruzaron cuando ella tomó un espectacular brazalete, seguramente robado, y alzó la mirada. -Lo es. -Y se lo tendió, animándolo a comprarlo. Seguro a alguna dama le encantaría la idea.

por **Al-Jabir Zalaquett** Dom Jun 05, 2011 10:43 am

Sonreí, ampliamente complacido. Como lo pensé, la joven era perfectamente capaz de reconocer algo bueno con solo verlo, supongo que era como ella decía "Una dama siempre reconoce una buena joya". Asentí con tranquilidad, y luego me acerque al tendero, mirando con atención aquella pieza. Luego mire con mucha mas atención el precio, 20.000 francos...

- ¿¡20 Mil por un brazalete!? ¡Es mas dinero del que veré en mi vida!

Casi sentí que los pulmones se me iban por la boca de tanto toser, realmente me había dejado sorprendido aquel precio... bueno, supongo que tendría que prescindir del oro. Después de todo, ya saben lo que dicen: "Si quieres metal bueno, debes transmutarlo tu mismo". Aún así, eso no quita que sea frustrante, tonta sociedad discriminativa del siglo XIX.

- Creo que tendré que comprarlo en otra vida -dije, dirigiéndome a la señorita que me había ayudado, riéndome con ironía- ¿No lo cree?

por **Yulianna Fiódorovna** Dom Jun 05, 2011 11:45 am

Yulianna sonrió.

-No se sorprenda tanto... no es muy muy caro dentro de lo que cabe. -Susurró en su oído -Piense que el vendedor desea venderlo ya, pero bueno... ¿esperamos a otra vida para comprarlo? -Dijo sonriente, dirigiendo una mirada de desaprobación al tendero. A Yulianna le gustaba, pero no iba a comprarlo. Primero porque sería de mal gusto por su parte adquirir algo que aquel hombre no podía o no quería, pero que sí le gustaba; segundo porque no llevaba tal cantidad encima, y tercero porque sabía que era robado, y no iba a ser cómplice de aquella atrocidad.

Miró al joven de ojos hermosos y le encandiló con una sonrisa. -¿Le apetece pasear? Quizás usted pueda enseñarme cosas a mi, ¿no cree? -Parecía un hombre de mundo, y seguramente podría explicarle muchas cosas. O no. ¿Quién sabe?, Pero estaba dispuesta a comprobarlo.

por **Al-Jabir Zalaquett** Dom Jun 05, 2011 12:27 pm

Reí ante la broma de la joven, y asentí. No valdría la pena fastidiarse por ello, lo mejor sería esperar el mejor momento para comprar... en uno o dos siglos mas. Le devolví la sonrisa a la joven, escuchando aquella proposición. Cenar... bueno, eso estaría bien. Ademas ya me estaba entrando hambre, mi nutrición no ha sido la mejor hoy. Pero esta joven... bueno, no la conocía mucho.

- Me encantaría, pero quisiera antes saber su nombre, joven~

Parecía una chica de alcurnia, una posición elevada y una buena cultura... no conseguía explicarme el porque de su dulce trato. Pero bueno, supongo que simplemente era amigable, no quería pensar en alguna otra razón.

por **Yulianna Fiódorovna** Dom Jun 05, 2011 1:16 pm

[Off: No dijo cenar... sino pasear, pero ya lo arreglo ahora... ¿vale?]

Le miró y sonrió cálidamente, tomando después su brazo y alejándose de allí.

-Mi nombre es Yulianna Fiódorovna... para servirle.

Se quedó pensativa al pasar por todos los puestos que había. ¡Qué lástima que no se conociesen más! Pues lo cierto era que una buena idea sería cocinar algo... ella no sabía el qué, pero era pronto, y además sería divertido. Entonces encontró solución a eso.

-Dígame... pese a que no nos conocemos mucho, debo confesar algo. -Dijo mirando sus grandes ojos. -Soy muy espontánea, a la vez que impulsiva. Así pues... le propongo una cosa... ¿Por qué no compramos algo que nos apetezca y nos preparamos nuestra propia cena? A mi me encanta cocinar. -Afirmó. Y de ese modo ya sabía dos cosas de ella, pero no la tercera, es decir, que le llevaría a un restaurante cercano, cuyo dueño era íntimo amigo de Yul, y el que les dejaría cenar allí sin problema.

por **Al-Jabir Zalaquett** Lun Jun 06, 2011 11:10 am

[Off: EPIC FAIL! Lo siento T.T lo siento, lo siento! Últimamente estoy tan distraído...]

- Bueno, supongo que me corresponde presentarme también a mi -me saque el sombrero e hice una reverencia- Solomon Thal, para servirle, señorita Fiódorovna....

Camine junto a ella mientras la oía hablar. Recorríamos la zona comercial, por lo cual no era como si nos faltaran cosas para ver. La mercancía se exponía en decenas de negocios a nuestro alrededor, a veces me preguntaba donde conseguían tanto material... seguramente lo robaban. Bueno ¿Quien soy yo para juzgar a la gente?

- Me parece una idea genial -sonreí con tranquilidad, mirando a la joven a los ojos- Pero... ¿Que desea que le enseñe a usted? No soy un hombre de gran nivel ni nada de eso, como podrá notar

por **Yulianna Fiódorovna** Lun Jun 06, 2011 7:37 pm

Sonrió al escuchar su nombre y entonces pensó en el rey Salomón, inevitable ante tal parecido en sus nombres. Recordó lo mucho que había leído sobre aquel hombre y entonces sonrió. En fin, algo que sencillamente se había pasado por su cabeza.

Continuaban caminando, y Yulianna ya había finalizado sus compras personales, por lo que sus señoritas prosiguieron a regresar a casa. Ella lo haría después.

Compró verdura, carne, pescado, fruta y pan. También vino, pues no pudo resistirse al vino tinto "Gran Reserva del 78", ni al vino blanco. Así pues, todo estaba listo.

-¿Me ayuda? -Dijo acercándole dos bolsas. Cierto era que no había hablado mucho durante el trayecto por el mercado, pero había sido todo un placer encontrarse con Solomon.

-Ahora iremos al lugar donde cocinaremos. -Dijo con una gran sonrisa. La idea de cocinar con él le gustaba. Nunca se le había ocurrido gran cosa, pero seguro les ayudaría a conocerse, y además Yulianna tenía algo para él. Algo que había comprado en un momento en el que él se había distraído al parecer mirando un puesto de "Mejunges", algo de lo que Yulianna no entendía mucho.

Al fin puso rumbo hacia el restaurante, que estaba al doblar la esquina, y al llegar solo tuvo que hablar con el dueño y ya estaban en la cocina.

-Et Voilà. -Dijo adentrándose en la pequeña cocina que el restaurant sólo utilizaba los fines de semana. Era un recinto cerrado, y ellos eran los dueños del lugar.

Esperaba, por otro lado, no estar aburriendo a su acompañante, y que la idea le interesase, aunque sinceramente no era algo muy común, pero debía admitir que sí original.

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