Le chevalier de Lioncourt

Sus ojitos se abrieron con sorpresa al escuchar las palabras de aquel amable hombre, su voz sonaba al igual que algún canto de los dioses, dulce, fuerte, indulgente y severa, aterciopelada… como algo indescriptible para el ¿Así se escuchaban las voces de los seres de la noche? O solo se trataba del caballero frente a él, un sentimiento extraño lo lleno por completo mientras respiraba el aire que flotaba a su alrededor, todo aquello aun a pesar de lo desconcertante que era que una criatura de su calibre se encontrase reverenciándolo se sentía extrañamente correcto, mantenía un rostro inexpresivo y por un segundo se permitió apreciar sus hermosos rasgos dignos de alguna escultura creada por los grandes artistas del cielo. Ladeo la cabeza preguntándose de dónde venían aquellos seres diferentes que habían comenzado a esparcirse por todo parís y que actualmente comenzaban a alcanzar en número a las personas comunes, tal vez eran ángeles del cielo enviados por el señor para cumplir algún mandato divino, ellos no parecían en lo absoluto peligrosos aun cuando algunos de ellos habían cometido atrocidades a lo largo de su vida y permanecían en el pecado a su parecer simplemente estaban siendo tentados por el demonio, todos ellos eran buenos en esencia solo que no lo sabían, todos ellos necesitaban solo una pequeña oportunidad.

- Muchas gracias Monsieur por no tomar mis palabras como una descortesía, le juro que no es mi intención burlarme de usted en ningún aspecto-aquellas palabras fueron pronunciadas con la mayor sinceridad en su tono y sus ojos, aun cuando el hombre no había hecho alusión a nada parecido hizo al aclaración, ya que no esperaba tener ningún tipo de malentendido con aquella persona tan regia y amable.
Bajo la vista durante algunos segundos sin saber exactamente que decir hasta que escucho la pregunta de su acompañante, el no había dicho nada acerca de su nombre aun cuando se lo oculto sutil o tal vez no tan sutilmente, una pequeña sonrisa salió de sus labios sin saber porque y aceptando el ofrecimiento del caballero comenzó a caminar a su lado

- Yo sé que usted no es como los demás seres que caminan durante el día, puedo verlo, siempre desde que tengo uso de razón e podido verlo, al principio no sabía lo que significaba, pero después alguien, una joven me hablo sobre ello, me explico lo que significaba y todo acerca de las criaturas de la noche…aún no se porque lo hizo pero…-a su cabeza llegaron los recuerdos de aquella joven que le había contado todos los secretos de la noche y como al día siguiente la iglesia donde vivía se transformó en ruinas después de ser arrasado por una horda de…vampiros??...y…hombres lobo??

Bajo los ojos pensando una pregunta que se comenzaba a formar en su garganta y que poco a poco comenzaba a crear un gran nudo en ella

Tener en su cabeza los recuerdos del pasado que de repente aparecían para atormentarlo se había vuelto algo habitual, era bastante común que repentinamente bufón se despertara en medio de alguna pesadilla plagada de sangre y muerte, rostros desconocidos y desfigurados por la furia se embestían entre ellos luchando una guerra inútil, lastimándose por instintos que no deberían hacer existido desde un principio ¿Cuál era el punto de matarse entre ellos por un territorio? ¿Cuál era la diferencia entre una raza y otra? El no entendía los errores de los sobrenaturales, de los cuales por supuesto no se veían libres los simples humanos, quienes parecía incluso un poco más cegados que aquellos que poseían una vida ilimitada. Bufón se había comido la cabeza muchas noches pensando en ello, rezando e intentando realmente fuerte pedir por aquellos que habían perdido el rumbo de su vida, por otros desdichados como el que tenían tres vidas y media que expiar en una sola, el simplemente quería que todo el mundo parara y se diera cuenta de las cosas malas que ocurrían por simple negligencia, pero si las cosas fueran así de fáciles él tendría padre, una madre y un techo donde dormir, de modo que se contentaba con pensar que quizás pronto habría un mudo feliz para todos.

- Yo creo que es probable que eso pase, pero también es probable que no, no creo que este bien pensar lo peor siempre-Bufón coloco sus manos detrás de su espalda mientras andaba en pasitos cortos y acompasados, como contando cada uno de los que daba, su mirada se encontraba en el suelo como analizando la próxima cosa que diría, normalmente no hablaba mucho con las personas a menos que fuese alguien que le inspirase un cierto nivel de confianza superior al resto de la gente, él no era alguien que pensara mal de los demás pero siempre había gente con la que sentía mas empatía que con otros, sus labios se torcieron un poco en una mueca pensativa y entonces sintió el suave toque sobre su hombro, en ese momento miro hacia arriba a su interlocutor, pero nuevamente guardo silencio.

“Hermanito” esa palabra lo había tomado por sorpresa, y si era sincero incluso le había parecido un poco lejana y desconocida, nadie lo había llamado antes así que la sorpresa logro que sus pequeños labios se quedase entreabiertos esperando a que las palabras saliesen, pero esto no sucedió, el pequeño se sintió repentinamente avergonzado por aquella simple expresión, era como sentir la familiaridad de un hogar nuevamente, pero no se atrevía a pensar nada mas pues tenia miedo de simplemente caer en otra decepción, además, él no era alguien adecuado para nada, sin embargo eso no evito que una pequeña oleada de felicidad entrase en su pecho, a pesar de que su rostro no lo demostrase el en realidad se sentía bien pensando de esa manera, lo cual irónicamente trajo una oleada de tristeza a su corazón, pues aquellos que habían perecido por su culpa nunca mas podrían sentir felicidad.

- Yo..umm- sus ojos comenzaron a picar pero se negó a dejar que las lagrimas cayeran, mas de dos años llevaba llorar ni una sola vez, se prometió ser fuerte, se prometió a si mismo vivir la vida que los demás le dejaron como alguien que pudiese sobrevivir a la adversidad y redimirlos, así que no tenia tiempo para llorar, no tenia tiempo para sentirse triste ni para odiar a nadie, el debía trabajar duro para salvar su alma, porque era culpa suya que toda esa gente hubiese muerto de aquella manera tan trágica y lamentable- ¿Qué se supone que tengo que hacer?¿Usted lo sabe?¿Que tengo que hacer para que dios me perdone?¿O es que simplemente no hay ningún camino corto para todo esto-Bufón sabia que no estaba siendo claro, pero no sabia realmente como preguntar algo así, quería saber mas sobre aquellos que arrasaron la iglesia, pero había otra cosa que quería incluso con mas fuerza que eso, y tenia que ver con todo aquello que le enseñaron de mas pequeño, salvación, pureza, y pecado, conceptos que habían metido a la fuerza en su cabeza mucho antes de que pudiese procesarlos correctamente, palabras cuyo significado le estaban trayendo problemas ahora que no tenia a nadie que pudiese explicárselas con mas calma o de una manera mas abierta, a pesar de su temprana madurez el aun no tenia el suficiente criterio como para sabe exactamente como sobrellevar todo aquel dolor solo.