Lorcan J. Lhereux

Nombre del Personaje:
Lorcan James Lhereux

Edad:
Sesenta y tres años, pero aparenta treinta.

Especie:
Licántropo

Tipo y Clase Social:
Clase media

Orientación Sexual:
Heterosexual

Lugar de Origen:
Francia; Toulouse.

Habilidad/Poder:
Sentidos Aumentados, Agilidad y reflejos sobrehumanos, Sanación Acelerada, Longevidad y Sentido del Peligro.

Descripción Física:

Spoiler:

Descripción Psicológica:

Lorcan es un licántropo que poco tiene que ver ya con su faceta humana. Busca el ocultismo y no tiene interés alguno por entablar conversación con nadie, en cierto modo es temeroso, quizás demasiado y éste defecto le lleva a desconfiar en cualquiera. Se trata de un escapista que es meticuloso en todo aquello cuanto hace, sin dejar rastro alguno. Si bien se presenta como alguien asocial y rudo, en cierto modo siempre ausente, es presa de su propia humanidad que todavía no ha abandonado tras más de tres décadas siendo la bestia que es. Y esque sigue amando, por más que lo niegue sigue necesitando de un pilar básico en su vida, algo que no muera, que no perezca pues ya se ha llevado demasiados disgustos a lo largo de su eternidad. No busca cobijo en los suyos ni en otras razas o personas, por ese miedo a desarrollar afecto, cariño o incluso amor. Es un licántropo en cierta medida atormentado por las relaciones de su pasado y por lo que le deparará el futuro, un hombre que vive en una soledad que no soporta bajo ningún concepto.


Historia:

Lorcan nació en una familia acomodada de Toulouse, ciudad costera de Francia. Allí se crió y rápidamente encontró matrimonio concertado con una chica de su edad que no le desagradaba. Mientras tanto fue ascendiendo puestos en una empresa mercantilista importante a nivel regional que establecía contactos con las colonias indias. Todo en la vida de Lorcan Lhereux parecía ir viento en popa. No tardó mucho en tener descendencia, dos preciosos niños llamados Samuel y Emma.

Poco a poco estos niños denotaron la ausencia de su padre que viajaba en los barcos mercantiles a India en busca de nuevos contratos comerciales. En uno de estos viajes no volvió intacto. Una criatura atacó su campamento una noche y lo mordió en el hombro izquierdo, perforándole básicamente toda la piel. Si bien el dolor interno era fuerte más fue el dolor externo, la tripulación empezó a evitarlo, murmurando, cuchicheando cosas a su espalda. Aquel barco que partió de nuevo hacia Francia no volvió a encontrar pie en la isla. No recuerda nada pero presupone que su primera transformación desembocó en la muerte de toda su tripulación en sus propias manos. Lo único que recuerda es ser rescatado por unos piratas pesqueros somalíes que lo llevaron a su pueblo donde pudo mantenerse durante nada más y nada menos que cinco noches.

Tras pasar este tiempo fue obligado a marchar, también ellos advirtiendo que no se trataba de un hombre normal. Aquella negación social le supuso un humor enfadado y arisco, ausente. Caminó dos días seguidos por las áridas estepas del lugar, siempre rebordeando la costa. Llegó al pueblo marroquí y al séptimo día de nuevo sucedió algo. Apareció en España, al otro lado del canal y enfiló su paso hacia Francia, manteniéndose siempre aparte de la gente durante los días de luna llena.

A su llegada su familia ya estaba recompuesta y feliz, aquella necesidad imperante de volver a ver a su esposa e hijos poco a poco desapareció; él ya no figuraba en sus vidas y tampoco quería hacerlo. Así pues comenzó a vagar por Francia, hospedándose en diferentes lugares y pueblos cada cierto tiempo, conociendo a demasiada gente que resultó decisiva y compartiendo su primer conocimiento acerca de su licantropía con otra de su especie, una mujer que no quiere recordar y que duda si todavía sigue existiendo.

Finalmente y tras conocer a ciencia cierta que los hombres lobo pueblan la ciudad de París se ha decidido a adentrarse en esta, esperando no conocer a más de su especie, sino simplemente pasar un poco más inadvertido y achacar costumbres que le puedan ser útiles.

Datos Extras:
-Odia el cúmulo de gentes.
-Es capaz de matar en un estado pasional (más aún en su forma lupina).
-Por desgracia, sigue amando, busca desesperadamente un importante punto de apoyo que le sirva.