AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
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La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
Era fácil imaginarme compás de las notas aun cuando no hubiera ni siquiera un piano que me acompañara en la cuenta, una pequeña charla con el encargado del teatro y me había dejado practicar por unas cuantas horas cuando los actores no lo estaban haciendo, no me gustaba el chantaje y menos con dinero, no solía usarlo pero suponía que a veces era una buena forma de conseguir lo que uno quería. Era demasiado modesta como para pedir una entrevista con el dueño o algún directo escénico para que me contratara, al final de cuentas no quería bailar para nadie más eso había dejado de hacerlo desde hace mucho tiempo, mi mayor sueño había sido entrar al Ballet Real Sueco pero después de tanta tragedia ya ni siquiera lo veía como una opción, ni siquiera lo intentaría la buena técnica al parecer no lo era todo y en mi vida tan desordenada un sueño se volvía polvo con tan solo mirar alrededor. Una disléxica nunca podría bailar para una compañía tan grande…
Un fouetté en tournant, mi cabeza paso con respecto a los brazos de forma sincrónica para mantener el equilibrio, el primer giro fue lento pero después del tercero solo veía las cosas rápidamente y sin mucha intención para dar paso a que la cabeza siguiera teniendo el impulso necesario para que la pierna contraria siguiera aportando fuerza a los giros. Poco a poco la velocidad fue bajando para dar paso a pequeños piques que me llevaron hasta el lado opuesto del escenario ¿Qué me pasaba? El corazón me latía desbocado y a punto de salir, me cansaba más de lo normal haciendo todo eso, al no tener más tiempo de practica ni pareja todo era más difícil…una gran bocanada de aire y el valor suficiente me hicieron correr por el escenario para lanzarme por al aire, haciendo jeté, jeté y al final una gran-jeté que necesitaba de todas las fuerza de los músculos para lograr que las piernas quedaran horizontales y simultaneas. Se oyó un sonido hueco y fuerte al caer en las puntas de los pies para amortiguar el golpe en tendones que pudieran salir lesionados.
Tome aire y lo saque en un suspiro victorioso, al final de cuentas mi enfermedad no afectaba del todo mi baile…no por ahora. Unos pasos pequeños me hicieron sobresaltar, una pequeña se había colado en la práctica privada ¿Desde cuándo? No sabía que tanto había visto pero lo que si sabía es que me sentía ligeramente cohibida lo cual era muy extraño, sobre todo por un espectador en tamaño miniatura.
Un fouetté en tournant, mi cabeza paso con respecto a los brazos de forma sincrónica para mantener el equilibrio, el primer giro fue lento pero después del tercero solo veía las cosas rápidamente y sin mucha intención para dar paso a que la cabeza siguiera teniendo el impulso necesario para que la pierna contraria siguiera aportando fuerza a los giros. Poco a poco la velocidad fue bajando para dar paso a pequeños piques que me llevaron hasta el lado opuesto del escenario ¿Qué me pasaba? El corazón me latía desbocado y a punto de salir, me cansaba más de lo normal haciendo todo eso, al no tener más tiempo de practica ni pareja todo era más difícil…una gran bocanada de aire y el valor suficiente me hicieron correr por el escenario para lanzarme por al aire, haciendo jeté, jeté y al final una gran-jeté que necesitaba de todas las fuerza de los músculos para lograr que las piernas quedaran horizontales y simultaneas. Se oyó un sonido hueco y fuerte al caer en las puntas de los pies para amortiguar el golpe en tendones que pudieran salir lesionados.
Tome aire y lo saque en un suspiro victorioso, al final de cuentas mi enfermedad no afectaba del todo mi baile…no por ahora. Unos pasos pequeños me hicieron sobresaltar, una pequeña se había colado en la práctica privada ¿Desde cuándo? No sabía que tanto había visto pero lo que si sabía es que me sentía ligeramente cohibida lo cual era muy extraño, sobre todo por un espectador en tamaño miniatura.
Cassandra Tsitak- Gitano
- Mensajes : 190
Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
Aquella pequeña Dama, siempre tenía permiso para salir de casa, mas bien nadie se lo prohibía al carecer de "vigilantes". Vincenzo, su padre, había salido de viaje con la mujer que tanta estima le tenía a Katrina. Ambas, sin saberlo, llevaban la misma sangre corriendo por sus venas.
Katrina, al carecer de amistades, tan solo conocía a varios adultos que siempre la miraban como algo pequeño, y no me refiero a su tamaño sino a las risas que propinaban a la niña. Ella, tan solo había visto en su estancia en París a un infante, como ella, pero quizás también algo mayor. El chico se trataba de Bufón, de tan solo 10 años de los que Katrina solo contaba con 4.
4 años. De los cuales uno había vivido en completa soledad, ajena a la sociedad hasta que Vincenzo la rescató de un barco traficante de esclavos.
Cabizbaja, pensaba en el día de su cumpleaños, no sabía por qué razón aun recordaba aquello como algo triste. Quizás ésa era la razón de su tristeza. Hoy era su 4º cumpleaños y aun nadie la había felicitado.
El día tan solo acababa de empezar, y sus pequeños pasos se encaminaron enre las calles, hasta que de fondo, oyó una hermosa melodía. La niña, siempre que oía cualquier instrumento tocar sonreía. Pero cuando siguió el ritmo de sus pasos la música había acabado. Pronto se encontraría con el teatro, aun nadie entraba y sintió la gran curiosidad de entrar para ver por qué en el día de hoy no se escuchaba música aún.
Tan solo se encontró con un inmenso vacío, a penas su pequeña estatura la permitía ver mas allá de su flequillo, cuando llegó al pasillo central se dió cuenta que una mujer la observaba, quizás para regañarla a lo que responidó bajando aun mas la cabeza.
- No... no me regañe, si?
Susurró la niña al creer que la reprimenda sería mas grande de lo habitual, pero ella quería ver a aquella mujer danzar de nuevo. Su pequeñamente recopilaba viejas imñagenes que ni siquiera sabía que eran posiblemente retales de su futuro, como una bailarina de cabello negro y ojos color plata, hacía su saludo final con un ramo de rosas blancas en su regazo. Las pupilas de la niña volvieron a su lugar, dándo a pié a que ella no entendiese nada, tan solo agitó la cabeza y con una media sonrisa se acercó a la mujer.
- ¿Cómo aprendió hacer eso? - La niña, maravillada, observaba a la mujer por si quizás le gustase repetir aquellos pasos para ella.
Katrina, al carecer de amistades, tan solo conocía a varios adultos que siempre la miraban como algo pequeño, y no me refiero a su tamaño sino a las risas que propinaban a la niña. Ella, tan solo había visto en su estancia en París a un infante, como ella, pero quizás también algo mayor. El chico se trataba de Bufón, de tan solo 10 años de los que Katrina solo contaba con 4.
4 años. De los cuales uno había vivido en completa soledad, ajena a la sociedad hasta que Vincenzo la rescató de un barco traficante de esclavos.
Cabizbaja, pensaba en el día de su cumpleaños, no sabía por qué razón aun recordaba aquello como algo triste. Quizás ésa era la razón de su tristeza. Hoy era su 4º cumpleaños y aun nadie la había felicitado.
El día tan solo acababa de empezar, y sus pequeños pasos se encaminaron enre las calles, hasta que de fondo, oyó una hermosa melodía. La niña, siempre que oía cualquier instrumento tocar sonreía. Pero cuando siguió el ritmo de sus pasos la música había acabado. Pronto se encontraría con el teatro, aun nadie entraba y sintió la gran curiosidad de entrar para ver por qué en el día de hoy no se escuchaba música aún.
Tan solo se encontró con un inmenso vacío, a penas su pequeña estatura la permitía ver mas allá de su flequillo, cuando llegó al pasillo central se dió cuenta que una mujer la observaba, quizás para regañarla a lo que responidó bajando aun mas la cabeza.
- No... no me regañe, si?
Susurró la niña al creer que la reprimenda sería mas grande de lo habitual, pero ella quería ver a aquella mujer danzar de nuevo. Su pequeñamente recopilaba viejas imñagenes que ni siquiera sabía que eran posiblemente retales de su futuro, como una bailarina de cabello negro y ojos color plata, hacía su saludo final con un ramo de rosas blancas en su regazo. Las pupilas de la niña volvieron a su lugar, dándo a pié a que ella no entendiese nada, tan solo agitó la cabeza y con una media sonrisa se acercó a la mujer.
- ¿Cómo aprendió hacer eso? - La niña, maravillada, observaba a la mujer por si quizás le gustase repetir aquellos pasos para ella.
Triana- Humano Clase Media
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Re: La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
A pesar de haber hecho un esfuerzo físico muy grande, solo porque había dejado de practicar durante el viaje, me fue posible acercarme al borde del escenario donde comúnmente se podía ver a la orquesta para las puestas en escena, solo que con la diferencia de que no había nadie-Linda, no lo haré será nuestro pequeño secreto-me lleve dos dedos a la boca para simular que cerraba algo. Era tan pequeña, no entendía cómo es que había ido a parar ahí por su cuenta, era simplemente intrigante porque específicamente yo había pedido que se cerraran las puertas a cualquier clase de público. Rei ligeramente ante su comentario, parecía bastante interesada en saber sobre la danza pero sobretodo sobre la técnica llamada ballet-Bueno pues…yo desde muy chiquita, como tú, comencé a bailar-le sonreí mientras caminaba dos pequeños pasitos en canclillas logrando acercarme un poco más a la pequeña. Me senté en el borde, con las piernas colgando, me incline ligeramente haciendo fuerza con los brazos en el piso para no caer. La mire por un buen rato, tratando de no intimidarla.
Después de unos segundos, volví a una posición totalmente recta con la espalda colocada en una posición elegante-¿Y tú bonita? ¿Cómo es que entraste? ¿Y tus padres?-debía de tener alguien que cuidara de ella, no parecía una niña pobre ni siquiera parecía gitano, se veía saludable y bien vestido aunque seguía picándome en la boca del estómago como es que alguien tan pequeño, suponiendo que no rebasaba los 6 años de edad, estuviera por ahí sola. Las cosas eran peligrosas en Paris, si lo sabía yo, fuera lo que fuera me parecía bastante irresponsable que alguien dejara a una pequeña sola. Me quedaba a lo mucho 40 minutos de práctica, suponía que podía dejar que se quedara y tal vez al final me dejara acompañarla hasta su casa.
-Me llamo Karolina-levante la mano y sacudí los dedos, en una forma despreocupada de saludo. Era una niña ¿Cómo se supone que debía actuar? No podía verme como una total desconfiada porque se pondría incomoda la situación pero tampoco pretendía tratarla como un adulto, su voz me decía que aún le costaba hablar con fluidez, lo hacía rápido pero las palabras sonaban tiernas y melosas, podría tener problemas incluso con el idioma pero comprendía que con un niño y menos con uno tan adorable podrías actuar de forma tan sería. Suspire, todos los sonido sonaban muy lejos, incluso en eco, esto se debía a que solo estábamos nosotras dos en el lugar.
Yo al no tener el suficiente tiempo en Paris aun me costaba entablar conversaciones con las personas, el idioma, las costumbres, las nuevas cosas que descubría pero ¿Que tan dificil podía ser estar frente de una niña? La vida no me habia equipado para ser muy sociable, solo hablaba lo necesario y con las personas necesarias, los niños no estaban dentro de ese ambito aunque fueran tierno y abrazables. Era un adulto, quería mostrarme responsable y preocupada pero me sentía incapaz-¿Te quedaras a ver la practica?-pregunte llamandole con la mano para que se acercara, podría hacer que subiera porque de esa forma no la perdería de vista.
Sería horrible pensar que algo le podía pasar si se iba.
Después de unos segundos, volví a una posición totalmente recta con la espalda colocada en una posición elegante-¿Y tú bonita? ¿Cómo es que entraste? ¿Y tus padres?-debía de tener alguien que cuidara de ella, no parecía una niña pobre ni siquiera parecía gitano, se veía saludable y bien vestido aunque seguía picándome en la boca del estómago como es que alguien tan pequeño, suponiendo que no rebasaba los 6 años de edad, estuviera por ahí sola. Las cosas eran peligrosas en Paris, si lo sabía yo, fuera lo que fuera me parecía bastante irresponsable que alguien dejara a una pequeña sola. Me quedaba a lo mucho 40 minutos de práctica, suponía que podía dejar que se quedara y tal vez al final me dejara acompañarla hasta su casa.
-Me llamo Karolina-levante la mano y sacudí los dedos, en una forma despreocupada de saludo. Era una niña ¿Cómo se supone que debía actuar? No podía verme como una total desconfiada porque se pondría incomoda la situación pero tampoco pretendía tratarla como un adulto, su voz me decía que aún le costaba hablar con fluidez, lo hacía rápido pero las palabras sonaban tiernas y melosas, podría tener problemas incluso con el idioma pero comprendía que con un niño y menos con uno tan adorable podrías actuar de forma tan sería. Suspire, todos los sonido sonaban muy lejos, incluso en eco, esto se debía a que solo estábamos nosotras dos en el lugar.
Yo al no tener el suficiente tiempo en Paris aun me costaba entablar conversaciones con las personas, el idioma, las costumbres, las nuevas cosas que descubría pero ¿Que tan dificil podía ser estar frente de una niña? La vida no me habia equipado para ser muy sociable, solo hablaba lo necesario y con las personas necesarias, los niños no estaban dentro de ese ambito aunque fueran tierno y abrazables. Era un adulto, quería mostrarme responsable y preocupada pero me sentía incapaz-¿Te quedaras a ver la practica?-pregunte llamandole con la mano para que se acercara, podría hacer que subiera porque de esa forma no la perdería de vista.
Sería horrible pensar que algo le podía pasar si se iba.
Cassandra Tsitak- Gitano
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Fecha de inscripción : 19/01/2011
Re: La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
Katrina, escuchaba atenta y sin interrumpir a aquella linda mujer. Así se lo había enseñado Sheira. A cada cosa que aprendía, la solía acatar todo lo mejor que podía, pese a que de vez en cuando sin poder remediarlo le salienen mal.
La pequeña dama sonrió, al simple hecho de saber que aquella mujer había tenido practica desde que era como ella, así de pequeña sin ningun problema, sino con la suerte de ser una bella bailarina como lo era ahora.
- Karolina. - Se dijo a sí misma, como si de ella dependiese el ser perfectamente consciente de aquel nombre, que se parecía mucho al suyo, así sería mas fácil de recordar.
La niña, avanzó unos pasos más, hacia la mujer que allí colgaba sus piernas, pero aún estaba muy alto. La miró mientras la seguía escuchando.
- Mi papá está de viaje... - Dijo alzando los brazos, haciendo señas con las manitas para que la alzase, y así la ayudase a sentarse en el lugar de ella. Al sentir el crujir la madera, la miró bajo sus pies. Decidió no sentarse junto a la mujer, sino dándo pequeños pasos alzaba la mirada hacia el techo, viéndose rodeada de aquel hermoso teatro.
- Que bonito...! - Ito...ito...ito... se oía a lo lejos, era obvio pues no había público y el sonido de aquella suave voz llenó de pronto el lugar. La pequeña Dama giró sobre sí misma, con la mirada fija en el techo, sintiendose extrañamente bien.
"Y allí estaba ella, enfundada en un suave vestido de plumas blancas como la nieve, siendo aclamada por el público, aplausos se oían por doquier, llegando a formar el mas maravilloso de los sonidos, el de la gente aclamando la vuelta a empezar, el de un bis. Inclinaba su cuerpo hacia delante, en una postura casi perfecta, sus finos brazos hacían una reverencia hacia aquellas personas que gritaban y aclamaban su nombre.: Katherine Galbraith."
La niña, abrió de nuevo los ojos, por unos segundos no sabía donde se encontraba, tan solo estaba tumbada en el suelo, observando el techo. Quizás al dar tantas vueltas y en aquella visión inclusa, hubiesen tenido que ver en aquello. Se había desvanecido.
Se levantó como quien no quería la cosa, y allí estab la mujer, a su lado. Algo preocupada por el mareo de la niña. La niña, simplemente la abrazó, y buscó su mano casi con urgencia.
- Enséñeme, por favor... - La miró con una sonrisa en forma de súplica. - Le prometo que seré buena.. y... y.. no gritaré.
La niña tomó su dedo meñique y se lo mostró a la mujer, esperando que ésta sellase aquel trato con un pequeño gesto.
La pequeña dama sonrió, al simple hecho de saber que aquella mujer había tenido practica desde que era como ella, así de pequeña sin ningun problema, sino con la suerte de ser una bella bailarina como lo era ahora.
- Karolina. - Se dijo a sí misma, como si de ella dependiese el ser perfectamente consciente de aquel nombre, que se parecía mucho al suyo, así sería mas fácil de recordar.
La niña, avanzó unos pasos más, hacia la mujer que allí colgaba sus piernas, pero aún estaba muy alto. La miró mientras la seguía escuchando.
- Mi papá está de viaje... - Dijo alzando los brazos, haciendo señas con las manitas para que la alzase, y así la ayudase a sentarse en el lugar de ella. Al sentir el crujir la madera, la miró bajo sus pies. Decidió no sentarse junto a la mujer, sino dándo pequeños pasos alzaba la mirada hacia el techo, viéndose rodeada de aquel hermoso teatro.
- Que bonito...! - Ito...ito...ito... se oía a lo lejos, era obvio pues no había público y el sonido de aquella suave voz llenó de pronto el lugar. La pequeña Dama giró sobre sí misma, con la mirada fija en el techo, sintiendose extrañamente bien.
"Y allí estaba ella, enfundada en un suave vestido de plumas blancas como la nieve, siendo aclamada por el público, aplausos se oían por doquier, llegando a formar el mas maravilloso de los sonidos, el de la gente aclamando la vuelta a empezar, el de un bis. Inclinaba su cuerpo hacia delante, en una postura casi perfecta, sus finos brazos hacían una reverencia hacia aquellas personas que gritaban y aclamaban su nombre.: Katherine Galbraith."
La niña, abrió de nuevo los ojos, por unos segundos no sabía donde se encontraba, tan solo estaba tumbada en el suelo, observando el techo. Quizás al dar tantas vueltas y en aquella visión inclusa, hubiesen tenido que ver en aquello. Se había desvanecido.
Se levantó como quien no quería la cosa, y allí estab la mujer, a su lado. Algo preocupada por el mareo de la niña. La niña, simplemente la abrazó, y buscó su mano casi con urgencia.
- Enséñeme, por favor... - La miró con una sonrisa en forma de súplica. - Le prometo que seré buena.. y... y.. no gritaré.
La niña tomó su dedo meñique y se lo mostró a la mujer, esperando que ésta sellase aquel trato con un pequeño gesto.
Triana- Humano Clase Media
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Re: La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
Deducía que no era una pequeña común y corriente, a su corta edad parecía entender cosas que otros niños no. Yo no recordaba muchas cosas a esa edad pero sabía que no me importaba y tampoco pregunta o sabía si mi padre iba a hacer sus negocios, no es que comparara pues era malo y menos en tiempos diferentes pero algo me decía que la pequeña había sufrido y eso la había vuelto más listilla en algunas cosas. Me parecía una monada de criatura, la mire bajos mis pies dispuesta a cargarla y hacer que se sentara en donde pudiera ver mejor pero ella al parecer tenía una mejor idea. La mire atentamente, la forma en que parecía imaginar y recrear cosas me parecía simplemente un acto del cual muchos se podrían encandilar, tal vez era una condición normal en los niños de su edad pero ella no tenía nada parecido a los otros niños, claro no conocía a muchos pero los que veía en la calle parecían ser o muy infantiles o muy retraídos.
Un acto tan delicado me saco una sonrisa pero después de verla caer al piso se borró. Salte del escenario y en dos pasos avancé hasta donde ella estaba tumbada, demasiado tranquila como para pensar que era algo relacionado con una enfermedad. De cuclillas espere a que ella misma se levantara, si lo hacía de otra forma solo conseguiría que volviera a caer-Debes de tener más cuidado bonita-dije en todo dulce y calmado. No imaginaba como es que sería tener un hijo, yo no conocía a la pequeña pero por su apariencia tan frágil me ganaba el lado ¿maternal? Que acarreaba preocupaciones, esperaba nunca tener un bebé o hermano o algo que se le pareciera. Era demasiada responsabilidad y acabaría muerta con tanto susto, no sabría cómo actuar. La mano de la pequeña envolvió la mía con una fuerza impresionante, tanto que tuve que mirarme la mano.
Ella sabía lo que quería ¿Y quién podía decirle que no a esa carota tan linda? Mi meñique se enrosco con el suyo-Está bien, te enseñare ¿Pero estas segura de que a tu papá le gusta la idea?-no planeaba cobrarle, el dinero era lo que menos me preocupaba pero si tenía papá de seguro querría saber con qué clase de mujer su hija tomaba clases-Por cierto señorita…yo no sé su nombre ¿Me lo dirá?-la levante cuidadosamente y la puse sobre el escenario, no era muy alto para mí pero para ella seguramente sería abismal así que me quede cerca de la orilla por si se le ocurría de nuevo dar vueltas y caer despreocupada.
Un acto tan delicado me saco una sonrisa pero después de verla caer al piso se borró. Salte del escenario y en dos pasos avancé hasta donde ella estaba tumbada, demasiado tranquila como para pensar que era algo relacionado con una enfermedad. De cuclillas espere a que ella misma se levantara, si lo hacía de otra forma solo conseguiría que volviera a caer-Debes de tener más cuidado bonita-dije en todo dulce y calmado. No imaginaba como es que sería tener un hijo, yo no conocía a la pequeña pero por su apariencia tan frágil me ganaba el lado ¿maternal? Que acarreaba preocupaciones, esperaba nunca tener un bebé o hermano o algo que se le pareciera. Era demasiada responsabilidad y acabaría muerta con tanto susto, no sabría cómo actuar. La mano de la pequeña envolvió la mía con una fuerza impresionante, tanto que tuve que mirarme la mano.
Ella sabía lo que quería ¿Y quién podía decirle que no a esa carota tan linda? Mi meñique se enrosco con el suyo-Está bien, te enseñare ¿Pero estas segura de que a tu papá le gusta la idea?-no planeaba cobrarle, el dinero era lo que menos me preocupaba pero si tenía papá de seguro querría saber con qué clase de mujer su hija tomaba clases-Por cierto señorita…yo no sé su nombre ¿Me lo dirá?-la levante cuidadosamente y la puse sobre el escenario, no era muy alto para mí pero para ella seguramente sería abismal así que me quede cerca de la orilla por si se le ocurría de nuevo dar vueltas y caer despreocupada.
Cassandra Tsitak- Gitano
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Re: La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho.
[color:b065=deeppink - Mi nombre es Katrina.
La niña la miró con sus enormes ojos color plata, sin dejar de proferir aquella enorme sonrisa en su rostro, pues estaba contenta de que la dejasen aprender de aquella señora.
- Mi... mi papá..? Está de viaje.
La niña bajó la mirada al suelo, pues llevaba ya mucho tiempo sin saber nada de aquel hombre que la rescató de un penoso futuro en manos del tráfico humano, al que ella llamaba papá.
Katrina, miró las largas piernas de la mujer, y por un momento se imaginó de mayor... bueno, con unos zapatos de tacón simplemente.
- Seré tan bonita como tu..? y alta??
La niña tenía en la punta de su pequeña lengua innumerables preguntas acerca del mundo y de lo que le rodeaba. En mas de una ocasión, se llevó reprimendas por ello y eso que no hacía nada malo. Era una niña perspicaz y con ansias de aprender cosas nuevas, como por ejemplo la danza.
La pequeña dama observó que la mujer estaba descalza, y se quitó inmediatamente sus zapatitos dejándolos a un lado, quedándose sus pequeños pies tan solamente recubiertos por unos finos leotardos. Quería aprender, y qué mejor que haciendo lo que hacía la mujer.
La niña la miró con sus enormes ojos color plata, sin dejar de proferir aquella enorme sonrisa en su rostro, pues estaba contenta de que la dejasen aprender de aquella señora.
- Mi... mi papá..? Está de viaje.
La niña bajó la mirada al suelo, pues llevaba ya mucho tiempo sin saber nada de aquel hombre que la rescató de un penoso futuro en manos del tráfico humano, al que ella llamaba papá.
Katrina, miró las largas piernas de la mujer, y por un momento se imaginó de mayor... bueno, con unos zapatos de tacón simplemente.
- Seré tan bonita como tu..? y alta??
La niña tenía en la punta de su pequeña lengua innumerables preguntas acerca del mundo y de lo que le rodeaba. En mas de una ocasión, se llevó reprimendas por ello y eso que no hacía nada malo. Era una niña perspicaz y con ansias de aprender cosas nuevas, como por ejemplo la danza.
La pequeña dama observó que la mujer estaba descalza, y se quitó inmediatamente sus zapatitos dejándolos a un lado, quedándose sus pequeños pies tan solamente recubiertos por unos finos leotardos. Quería aprender, y qué mejor que haciendo lo que hacía la mujer.
Triana- Humano Clase Media
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