Blue butterfly

La lluvia aun no caía cuando esos cielos grises poco a poco se iban abriendo, aun la oscuridad empezaba a reinar con el paso lento, fue como verte entre esa niebla que solo la lluvia mostraba, como si aquel momento fuera el indicado en los que mis ojos se cruzarán con aquellos de un azul tan celeste, un azul que ni los cielos en primavera y pleno amanecer poseen, es como si las olas de mis pupilas se convirtieran en un suave oleaje, como si la inspiración se desvaneciera y se concentrara en un lienzo totalmente suave y perfecto, el de tu imagen. Esa peculiar belleza, ese invaluable recuerdo de tu imagen completamente pulcra, ¿Cómo expresar la tristeza o felicidad que pinto aquel artista sobre tus facciones?, fue como una melodía cargada de los más puros sentimientos, de la más terrible tempestad, un pestañeo y basta con saber que tu piel de porcelana es adictiva, eres como una Venus, tu olor como una droga que es imposible de dejar una vez que se hunde en las fosas nasales y tu aroma un embrujo del cual no hay cura.

Fue como un encuentro, uno donde aquellas ilusiones, aquellos fatalistas sentimientos pintaban la tristeza de mis ojos, aquellos mares que se iban secando, entonces aquel rostro de virgen, aquella piel de ángel acorralada por su hermosura estuviera frente a mí, como una rosa totalmente roja frente a mí, totalmente abierta y floreciendo hasta endulzarme con su aroma, es amor, atracción, una obsesión que jamás tendrá final, aquel beso, aquellos encuentros, el amor de un par de amantes que entre sombras dibujan los pecados más atroces, que en las paredes plasmas los actos más desgarradores, pero es un amor imposible de dejar escapar, es como una maldita enredadera, una cual espinas atraviesan mi cuerpo y hacen que aquel veneno penetre en mi piel. Dueño del amor, cadenas del destino, aquel lazo que nos ha unido espero sea duradero como la eternidad que nos mantiene, como la oscuridad que esconde nuestros cuerpos. Este sentimiento al ver tus pupilas, el azul que mantienen incluso si los mares en ellos es de felicidad junto a otra persona.

Somos esos amantes que al desnudarse se encuentran con dos bestias hambrientas, que al tanteo se acarician con una ternura inimaginable, esas cicatrices que yacen en nuestros cuerpo las encontramos como señales de lo que nos espera, somos dos locos que vecen las sospecha, los dioses del adulterio al marcharnos a casa cuando ahí nos esperan las sonrisas, la felicidad y los brazos de quien nos ama a ciegas como cuando tu y yo nos amamos en ese rincón vacío lleno de infinita soledad, de infinito placer, nos disputamos entre un reino como dos locos justicieros, vivimos de la lujuria por que es eso lo que yo encuentro en tu cuerpo, en tus brazos y en el primer beso que sello nuestro encuentro. Nos engañamos, nos arrastramos a un infierno de cuyas llamas jamás podremos salir, esa llama que mil veces nos enciende con una mirada, morimos de día… pero al anochecer vivimos como dos locos sin infierno o paraíso alguno, buscamos entre nuestros cuerpo algo que nos brinde felicidad o desdicha, busco en tus vértices que parecen los de una primavera la humanidad que nunca tuve, la belleza que deseo pintar… incluso en mis sueños, en mis pesadillas, eres tu, son esas pupilas las que invaden mis más valiosos recuerdos y las tornan en un majestuoso canto que me hechiza, me atrapa y me acorrala para que la pasión y lujuria se desprendan de mis manos y se plasmen en tu figura incompleta de tu mi Venus.

Dos ángeles equivocados atados y desnudos por una cuerda que jamás debió unirse, como un sol y una luna en un bosque de espejismos, como dos vampiros al alzarse el día, nuestros labios buscando aquella joya, las manos rebuscando entre los muslos, aquellos erguidos gemidos saliendo de tus labios, aquella petición en tus ojos, aquellos llamados a la muerte, un relámpago de sangre junto, aquel sueño que nos arrastra, aquella fuerza es la que poseen tus suaves caricias, tu voz inocente ocultando palabras entre besos, desnudo en el lecho, como niños desvalidos jugando con los sentidos a conocer el mundo, es como llegar a ti y buscar entre la multitud algo prohibido, palpar el pecado, probar el castigo, como un viento nocturno que se ilumina con una lámpara de amor, de primitivo a dulce y pasional el silencio siendo quemado con tu tacto es ardiente como el fuego, tan resplandeciente como la luz de aquel sol que jamás volveremos a ver pero que cada noche encuentro en tu cuerpo y en esas pupilas encantadas y a su vez malditas.

¡Maldigo la noche en la que tu mirada embriagadora de inocencia cautivo a una llena de pasión y lujuria como la mía! …Porque no me puedo librar de tus cadenas porque esta armadura que era como aquellos glaciares se esta comenzando a derretir con una de tus sonrisas tontas, porque cada vez que me llamas, cada vez que penetras en mis sueños es una tortura, es una maldición, incluso el saber que duermes con quien dices amar, incluso haces que lastime a quien he amado desde hace miles de años…Mi ser enfurece al cruzar con tus pupilas pero nada queda más que un beso de inicio a ese rito al que nos entregamos con pasión. Porque en aquellas pinturas y partituras tu nombre en claves están como una carta de amor que jamás me atreveré a mandar…Maldigo tu nombre e imagen misma, maldigo aquellas cadenas que pusiste, aquellos grilletes que atraviesan mi carne, eres como una sirena maldita y hermosa que enamora con una sola palabra pero no es más que un hechizo de media noche… No es más que un amor sin dirección, algo pasajero que carcome el alma y el corazón incluso si estos ya no existen en este cascaron. Maldigo tu imagen que se ha clavado en la mente de este pintor…maldigo a la pluma que sostiene este novelista maldito y maldigo las manos del pianista que toca esa melodía…Porque llevan grabados tus gestos, tus manías y tu beso eterno.