El primer encuentro (Milagros)

por **Benjamin Devisme** Vie Jul 15, 2011 1:28 pm

Había veces en las que se preguntaba si no iba demasiado al burdel. Había oído historias terribles, a cada cual más soez. Que si enfermedades, que si atracos, que si… Bueno, la verdad es que había veces que todo aquello daba miedo.

Pero claro, todo eso era lo de menos cuando uno pensaba en las mujeres. Había chicas que eran, sencillamente, preciosas. Y que podían complacer todos los deseos que Benjamin tuviera. Algunos de los cuales ya había tenido la ocasión de satisfacer. Por un precio que a veces se le escapaba de las manos. Pero claro… Era la única forma que tenía de satisfacer sus instintos más primarios.

Benjamin se sentó en el salón del burdel mientras bebía un vaso de vino que le sirvieron. Mientras degustaba la bebida (un vino picado y barato que cobraban al menos cuatro veces por encima de un precio considerado mínimamente justo) se regodeó la vista observando a las trabajadoras del burdel, satisfecho.

por **Micaela Lamberg** Vie Jul 15, 2011 2:03 pm

Milagros estaba en su habitación caminándose para empezar con su trabajo, estaba con ropa interior de encaje negro, arriba se puso un camisolín transparente. Luego se acerco a la cama para tomar una bata de seda negra, se calzo unos zapatos negros con tacos. Después camino hacia una cómoda donde tenía su maquillaje y perfumes suaves. Se maquillo el rostro con tonos suaves que resaltaban los ojos azules y su rugue en los labios eran de color rojo fuego era lo único fuerte que la destacaba de sus compañeras. Al terminar salió de su habitación camino hacia las escaleras y los bajos elegantemente mirando a todos los presentes en el lugar. Camino hasta la barra donde le pidió al barman un trago fuerte, un wisky doble para empezar la noche. Este se lo da, giro su cabeza para observar a todos los que estaba en el salón.

por **Benjamin Devisme** Vie Jul 15, 2011 2:21 pm

Benjamin observó cómo una de las hermosas mujeres que trabajaban en el burdel descendía de los pisos superiores. Iba vestida de forma provocativa, con ropa ligera y que enseñaba más que ocultaba. El cliente no le quitó ojo de encima mientras se relamía los labios, imaginándose lo que podría ocurrir en menos de una hora en el dormitorio de la joven. Se imaginó su cuerpo desnudo sobre la cama y no pudo evitar empezar a excitarse.

Benjamin se puso en pie y mientras se acercaba a ella se terminó la copa de vino para dejar atrás la vergüenza que solía caracterizarle. Pero sólo llevaba un vaso de vino encima y aquello no terminaba de ayudarle y le costaba acercarse a ella. O eso pensó en un principio, porque para su sorpresa no tuvo demasiados problemas al acercarse a ella, ni siquiera en mirarle a los ojos.

-Buenas noches-saludó con una sonrisa-. ¿Podría saber vuestro nombre, señorita?-preguntó con una sonrisa, procurando mirarle directamente a los ojos en lugar de a su escote o las figuras de su cuerpo-. Estoy seguro de que es un nombre precioso, acorde a su rostro…-se atrevió a decir, a pesar de terminar sonrojándose.

por **Micaela Lamberg** Dom Jul 17, 2011 11:21 pm

Ella observo que uno de los caballeros que se encontraba en el salón caminaba a su dirección, estaba bien vestido y llevaba en una de sus manos un vaso del cual se había tomado lo que tenía esperando que estuviera ya cerca de ella. Cuando este le hablo ella lo miro a los ojos respondiéndole con cortesía y amabilidad. Buenas noches- sonrió y luego sin quitarle la vista de encima le dijo- Muñeca de Porcelana- esa fue la respuesta que le dio al hombre que tenía enfrente de ella ya que trabajaba con ese seudónimo pero en la intimidad decía mi nombre.

Y su nombre es? Le pregunto con curiosidad mientras tomaba un sorbo de wisky mientras esperaba su respuestas y miraba hacia el hombre. Disculpe la indiscreción pero es la primera vez que lo veo- dijo con vos suave y discreta como siempre fue ella con sus clientes.

por **Benjamin Devisme** Lun Jul 18, 2011 8:53 am

-Es un nombre precioso-dijo Benjamin al oír su respuesta. Lógicamente debía de tratarse de un seudónimo que usaba en su trabajo, pero tenía que reconocer que era bastante acertado. La cortesana tenía rasgos delicados y suaves; una piel casi tan blanca como la porcelana y un cabello lacio y suave-. Mi nombre es Benjamin y, si os soy sincero…-dijo, volviendo a notarse algo nervioso-. Había pensado que…-tragó saliva sin poder evitar fijarse en lo hermosa que era la mujer que tenía enfrente-. Bueno, me preguntaba si querría tomar una copa conmigo en un lugar más… más privado.

Cuando por fin terminó de hablar apartó la mirada, notando cómo su rostro estaba encendido, y no sólo por el vino. Así que alzó la mano e hizo un gesto a la mesera para que le sirviera otra copa de vino, que bebió de un solo trago. Algo más relajado y tranquilo volvió a mirar a la cortesana que tenía frente a él.

-¿Os parecería bien?-preguntó.

Benjamin ya se había imaginado el cuerpo desnudo de la joven, tendida en la cama, con la luz de las velas iluminando las gotas de sudor que le recorrían el cuerpo. Y ante aquella no pudo evitar excitarse.

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