El que busca, encuentra {Libre}

Hay marcas que duran para toda la vida, hay recuerdos que existen hasta que ya no los recordamos, hay personas que cuando llegan a tu vida alegran tu alrededor, pero también las hay quienes hacen lo contrario.

Esa mañana fue igual a cualquier otra, una pequeña briza de aire entro por una rendija haciendo que mi pelaje se moviera suavemente, estire mis patitas hacia adelante y eché mi cuerpo hacia atrás, era algo único estirarse de esa forma y me encantaba. El pintor aun dormía o así parecía estarlo me acerque lentamente a él y con mi cabeza acaricie su mentón, me gustaba hacer eso. Aunque no se despertó mejor para mí, me baje de la cama y me fui a la galería necesitaba privacidad para mi transformación aunque el ya muchas veces la había presenciado era incomodo tanto para él como para mi, ya que quedaba completamente desnuda, tome el vestido color rosa y me lo puse, lo acomode y me dirigí al baño a lavarme. Tome un vaso de leche y salí del lugar sin hacer el menor ruido aunque nunca hacia mucho ruido, era bien minuciosa en ese aspecto.

Las calles poco a poco se poblaban mi intuición me decía que no eran más de las diez de la mañana, y aunque el frio se hacía presente en Paris aun era soportable, camine lentamente no había apuro en llegar a mi destino, ya había estudiado el camino así que no me perdería, mientras ya caminaba podía sentir los extraños olores de la mañana, y todo lo que venía con ella. Esto era simplemente único y agradable. Entre tanto caminar llegue a mi destino la biblioteca.

Un lugar que parecía sacado de un cuento, con una arquitectura rica en detalles y hermosa a simple vista, aunque no sabía mucho de esas cosas a mi parecer parecía tal vez un poco lúgubre, le hacía falta color. Di unos pasos hacia dentro, algo lentos casi arrepentida de la idea de entrar en aquel lugar, pero ya estaba adentro, recorrí el lugar con la mirada y me dirigí a la bibliotecaria que se encontraba en su escritorio – Buenos días – dije con un ánimo extraño pero verdadero, la señora me miro y correspondió mi saludo – ¿En que la puedo ayudar Madeimoselle? – esa exactamente la pregunta que no quería escuchar di un suspiro amplio y me acerque a ella – Ando buscando algún libro de gitanos o su cultura, quizás leyendas de ellos – hable como si tuviera preparada aquella respuesta y en realidad solo salió, solo hable. Aquella mujer me quedo mirando, con una mirada bastante extraña y se levanto de donde estaba poniéndose a mi lado para después hablar – Gitanos… su historia… - dijo dudando, haciendo que me incomodara aquella duda – Pues si tenemos información de ellos, diríjase por aquel pasillo y cuando haya pasado por el ultimo estante doble a la derecha ahí encontrara lo que busca – sonrió sínicamente, y volvió a su lugar. _ Gracias – respondí siguiendo aquel camino que ella me había dicho, habían bastantes personas para ser temprano por la mañana y en realidad me sorprendió, seguí con mi paso algo apresurado y doble hacia la derecha encontrándome con algunos libros bastante coloridos.

Era el lugar correcto pensé para mi, tome unos cuantos pesados textos que hablaban de historia, de cómo se formaron y me senté en una mesa que había cerca, prendí una pequeña lámpara y abrí el primer libro, Gitanos Mitos Leyenda e Historia…

Saber leer y mas siendo mujer era muy importante en esta sociedad donde los prejuicios y mas aun el simple hecho de ser mujer a veces caían en desmerecerlas, estaba agradecida de mis padres {padrastros} por la educación que me dieron, justa, precisa y muy necesaria.

Abrí aquel libro, ojeando por un comienzo, pasando las hojas rápidamente en realidad era una manía que tenia de muy chica y al parecer aun la tenia, sonreí para mi ante aquellos recuerdos que a pesar eran a estas alturas vagos seguían siendo buenos recuerdos. Volví al comienzo y busque en el indice alguna leyenda o mas bien algún titulo que llamara mi atención; o mejor alguno que se pareciera al que solía escuchar de la voz de mi madre, y luego de aquella gitana que me acogió por tanto tiempo. Esa era la gran incógnita, ¿como mi madre sabia aquella leyenda de Gitanos si no era uno de ellos? y ¿Por que, la gitana me contaba la misma historia? ¿ A caso había una conexión o simplemente eran las típicas historias que se le cuentan a las niñas? de todas maneras ninguna calzaba con lo que necesitaba.

Aquella voz o mas bien aquella pregunta hizo que todo en lo que estaba pensando desapareciera en un abrir y cerrar mis ojos, alce mi vista y vi aquel joven, cabellos largos algo desordenados, aquella vestimenta algo llamativa, en el sentido que casi siempre era costumbre ver a los hombres de traje y aquel era todo lo contrario, aunque no era quien para juzgar a alguien, él era demasiado llamativo, y algo que lo hacia aun mas interesante era que precisamente me hablara a mi.

- ¿Ocupada? - dije levantando una ceja - en realidad solo estoy leyendo o al menos eso me disponía hacer - eso era cierto, aun no comenzaba con mi lectura pero con lo que pude ojear, se veían interesantes aquellas historias o leyendas de los gitanos - ¿A caso usted también quiere saber sobre los gitanos? - quizás el necesitaba este libro que yo tenia frente a mi.

Nadie se acercaba a nadie por que si, al menos a si era lo que realmente solía ocurrir en este mundo.

- En realidad no me molesta su compañía – dedique una amplia sonrisa, primero yo no caía en los parámetros de la sociedad, quizás ante sus ojos si pero en realidad solo era un ser sobre natural, segundo no discriminaba a las personas ni por sus apariencias ni por su cultura y bueno a veces solo por su… sobre naturalidad….y tercero la biblioteca es un lugar público ¿o no?

Aunque muchas veces el silencio era incomodo estábamos en una biblioteca el silencio era parte del respeto, y claro partes de las reglas. Pero no era mucho de seguir las reglas eso lo tenía más que claro, y aunque no quería que me echaran del lugar tenía un punto a favor, no había nadie a nuestro alrededor y estábamos lo suficientemente lejos de la bibliotecaria como para que nos pudiera oír. De vez en cuando lo miraba de re ojo, pero no podía evitarlo si era demasiado curiosa, y no lo podía evitar. Pero algo llamo mi atención, cuando el hablo dijo solo quería ver lo que ponen de nosotr… estaba segura que quiso decir nosotros ¿A caso el era gitano?, esta vez no pude disimular y me quede pegada en el. Aun sabiendo que podría ser algo descortés pero si había acudido hasta mi seria por algo ¿o no?

- Se llamo Sophia D´Luca– si ya él había llamado mi atención y necesitaba de cierta forma saber más de él, me presente como lo haría ante cualquier persona y claro quería saber su nombre, su origen, de donde era y muchas otras cosas. Pero por algo había que empezar, baje la mirada y la clave en el libro que tenia entre mis manos, en realidad no me serbia, no hablaba de ninguna leyenda que se pareciese a la que oí por largos años; cerré aquel libro y abrí uno más pequeño pero demasiado colorido que tenía como nombre Zíngaros. Hice aquel ritual hojearlo y luego me fui pagina por pagina mirando los dibujos ¿Quizás pensara que no se leer? Se paso por mi mente, pero era una manía que no podía dejar de hacer me detuve en una hoja con unas imágenes de una pareja en una laguna, ¿seria aquella la leyenda?

Volví a mirar aquella hoja y cerré el libro de un golpe, ¿En realidad estaba preparada?, un extraño sentimiento me inundo e intente tranquilizarme mientras aferraba el libro y miraba aquel joven.