Mariposa de color [Libre]

por **Sophia D'Luca** Miér Ago 18, 2010 11:08 pm

Andaba a pies descalzos por el sembradío, mi condición de media felina se apoderaba de mi cuando estaba de humana, tenia mucho que hacer como humana poco como felina y nada como guepardo, si de arrancar se trataba, sonreí ante mi pensamiento, necesitaba buscar algunas respuestas, y sabia que solo un gitano tendría las respuestas, eran unos de los pocos humanos que me hacían sentir en confianza, una parte de mi vida estaba marcada con ellos.

Mis manos tocaban los trigos que crecían llenando los campos de un color dorado, muchos bichos andaban por este lugar y ciertamente de alguna forma me llamaban para jugar, o mas bien para cazar. Corrí con mis dos piernas esbeltas por el sembradío me gustaba sentirme libre, amaba mi libertad era lo mas real que tenia, pero a veces la soledad me inundaba y me hacia volverme caprichosa, y envidiosa...pero ¿que felino no lo era? sonreí a veces adoptaba mas que solo la forma física de estos felinos.

Mientras corría mi corazón latía agitadamente eso no me gustaba de la forma humana, uno siempre se agitaba de mas, cosa que me fastidiaba. sonreí con picardia cuando el viento comenzó a soplar y las mariposas comenzaron a revolotear por aquel lugar, mire a mi alrededor verificando que nadie estuviera espiando, mi vista, mi olfato y mi audición... no me alertaban de ningún peligro... así que mientras corría me transforme en una felina, mas bien en una gata y corrí con mis cuatro patas sintiéndome aun mas libre de hacer lo que se me diera la gana.

Mientras corría llegue a los campos floreados y vi varios mariposas, como me gustaba cazarlas solo por diversión me agache silenciosamente observando a una mariposa amarilla que estaba parada sobre una flor, la muy ingenua... yo seria mas ágil y rápida que ella... la mariposa emprendió el vuelo y yo con toda mi fuerza salte y la agarre entre mis patitas di un maullido de felicidad por el éxito de aquella caza como se movía aquella mariposa... la olfatee, tenia olor a polen...

Un sonido me alerto y solte la mariposa que tenia entre mis garras, me quede quieta, agachada a ras del suelo, camine como si estuviera acechando a mi presa, aquel sonido me inquietaba y mas me alertaba...

por **Adrianne Trevillette** Jue Ago 19, 2010 11:26 am

Tan sólo es un gato. Oh, tan sólo es un gato, repetí para mis adentros observando aquel ser minino y asustado que había ante mí.
Había permanecido quieta durante unos instantes. Iba siguiendo una figura que juraría era humana, pero luego había descubierto que tan sólo se trataba de un lindo gatito.

La mañana se había presentado otoñal, con algo de frío y un poquito de lluvia. Pensé que era el momento ideal para salir a dar un paseo y sentir el agua sobre mi rostro. Dejé atrás la perfumería y me encaminé hacia las afueras de la ciudad. Al fin y al cabo, no tenía nada que temer; era mucho más que una mujer que vagaba sola por las calles parisinas.
Cuando conseguí alejarme, decidí marchar hacia la zona más rural, y dejar atrás el bullicio ensordecedor que me perseguía a todas horas; el ruido de París.
Había vislumbrado sombras mientras paseaba mirando al suelo. Aquel trigal vívido que servía de tapiz para mis pies guardaba a alguien más que a mí bajo sus ramitas. Y resultaba ser un gatito asustadizo que se ocultaba de un humano como yo. Bueno, un semi-humano. Me extrañó que su olor no me llegara tan nítido como el del resto de los animales. Extrañamente, sentía otra presencia humana muy cerca. Y además, tampoco se me había tirado como hacían todos los animales al percatarse de que yo era algo más que una humana corriente.
Fruncí el ceño.

Alargué el brazo para acariciar al gato, esperando su reacción.

por **Sophia D'Luca** Jue Ago 19, 2010 1:32 pm

Mientras estaba asechando a mi espectador a mi nariz llego un aroma que solo una cosa se me venia a la mente, ¡perro!, si bien era un grito a voces que perros y gatos se llevaban mas pues bien yo no era un típico felino y definitivamente no era un típico perro, mas que un perro era un lobo, los conocía bien, tantas veces que tuve que enfrentarme a alguno en mi forma de guepardo, pero hoy era solo un simple gatito juguetón.

Mi corazón latía despacio, mis movimientos eran sigilosos para que no me viera, mi sorpresa fue mas cuando vi que era una humana, otra mas que guardaba un secreto, pensé mientras su mano alcanzaba mi lomo y como acto reflejo levantaba mi cola para que me hiciera cariño, di un maullido típico de un felino domestico, tenia primero que analizarla después juzgarla.

-Miauuu - repetí finamente mientras sacaba mis garras y las enterraba en el suelo, haciendo así como si estuviera afilandolas, la quede mirando con curiosidad ella no era un cambia forma no, era mas que eso, mientras continuaba afilandome las garras comencé a ronronear, fuertemente, esperando que me volviera hacer cariño, no fuese que lo necesitara pero como me encantaba, pero eso si, después tendría que darme un baño cauteloso de todo mi pelaje rubio {naranjo}, si tendría la necesidad de hablar me transformaria en humana, pero claro, lejos de ella.

por **Adrianne Trevillette** Vie Ago 20, 2010 10:40 am

No entendía bien qué era lo que sucedía. Juraría que había un humano cerca. No podía sacarme su olor de la cabeza, y a pesar de todo, estaba acariciando a un gatito anaranjado. El gato se me acercó y permitió que le hiciera todo tipo de arrumacos y cariñitos.
-Un gato juguetón -le dije con una sonrisa.
Me senté a su lado en medio del campo; la escena era una perfecta estampa. El lugar no podía ser mejor, y la compañía... Bueno, la compañía no era mala. Tomé al minino y lo coloqué sobre mi regazo para seguir acariciándolo.
-Ese olor a humano me está volviendo loca -le dije al gato.- Igual es tu dueño buscando a su gatito perdido en medio de un campo de trigo, ¿no crees?
A pesar de que sabía que el gato no me podía contestar, le hablaba tranquila a la espera de que, al menos, escuchara en silencio.
-Lo extraño es que ese olor me viene de tí. Quizá te dejes acariciar demasiado por humanos y ese olor se te ha pegado.
Sonreí a mí misma. Estaba hablando con un gato. Bien, Adrianne, bien.

por **Sophia D'Luca** Vie Ago 20, 2010 1:08 pm

Olor a humano si, era cierto mi olor me delataba ante narices complejas, y ella tenia un olfato meticuloso, sus palabras eran mas reales de las que podia imaginar, pero al igual que lo sentía ella yo me sentía alerta un perro o mejor dicho un lobo rondaba por el lugar y eso me inquietaba aun mas, siendo una gatita, me costaría salir viva de aquel lugar si ese lobo se presentaba de alguna manera.

Cuando me tomo entre sus brazos el olor se hizo mas fuerte y salte de ella y me erice, pero no por ser mala con ella, parecía una persona agradable pero su olor me había hecho actuar, no la dañe ya que no me había hecho nada malo, claro que no, mi pelaje se puso de punta y para pasar desapersivida actué, mas bien hice lo que un gato normal haría, me eche al suelo con las patas hacia arriba intentando buscar sus manos y jugar con ella.

Lastima que no le podía hablar, ya había descubierto que ella no era un cambia forma, por que de ser así estaríamos conectadas, de cierta manera pero si no era una de las mías era... era... un hombre-lobo... una de las mayores amenazas después de los vampiros, en que me había metido. Esperaba que ella no notara lo que fuera yo pero si algo tenia que hacer tenia que estudiar bien para que todo saliera perfectamente, mi ropa estaba algo alejada, pero ella había dicho algo que cambio por completo lo que tenia pensado..." Igual es tu dueño buscando a su gatito perdido en medio de un campo de trigo, ¿no crees?" ese era mi punto de salida, pero quería de cierta forma jugar con aquella mujer.

Comencé a ronronear mientras ponía mis patitas en mi nariz para apaciguar el olor que emanaba de ella, si en algo era buena era escuchando y el tiempo era lo que menos me importaba, aunque no podía estar mucho en esta forma, intentaría controlar todo mi interior... no quería que viera mi transformación, me delataría y eso seria malo, muy malo...

Maulle tiernamente para que las cosas siguieran su curso natural animal humano.

por **Adrianne Trevillette** Sáb Ago 21, 2010 10:28 am

Aquel gatito se comportaba de manera muy extraña. Primero me rechazó y luego volvió a pedirme más caricias. Estaba empezando a cansarme de estar allí. Ya no tenía ganas de sol, ni de campo. Ahora quería volver a casa, y además, el hambre empezaba a molestarme. Supuse que mi tío me estaría esperando para comer, y yo no era quién para hacerlo esperar. Me levanté, dispuesta a marcharme.

Comencé a andar por el mismo lado que había venido, en dirección opuesta al lugar en el que estaba. Al rato me paré en seco. ¿Había venido por ahí? Dudé. Me giré para un lado, convencida de que me había equivocado y era por alli. Seguí andando hasta que escuché el maullido del gato en esa dirección. Si el minino estaba ahí, eso significaba que había venido por el otro lado. Me dí la vuelta y comencé a caminar en la otra dirección, a la espera de ver el lugar que debía devolverme a mi casa. Pero tampoco era por allí. Miré a mi alrededor, sólo me quedaba un lado por el que andar, y sabía con certeza que ése era el único que no me llevaría a casa. ¿Por dónde había venido entonces?

-Oh, genial. Me he perdido con un gato naranja.

Me senté en el suelo a la espera de que se me ocurriese alguna idea, pero sabía que hasta que no echara por el lado equivocado no iba a darme cuenta de dónde estaba.

-Joder, es imposible perderme. Hay casas por aquellos dos lados, tiene que ser por alguno de esos dos. Pero... no recuerdo haber venido por ninguno -dije con los codos sobre las rodillas.- No puede ser tan difícil. Yo vivo por... Oh, muy bien, no sé por dónde vivo -Junté las piernas y me eché hacia atrás, mirando al sol.

Al menos, tenía al gato como compañía. Bueno, el gato... ¿Dónde se había metido?

por **Sophia D'Luca** Sáb Ago 21, 2010 8:36 pm

MI reacción pareció asustar aquella chica que extrañamente hablaba conmigo, en realidad era algo instintivo de mi especie no podía, no hacerlo, pero ella tenia y seguiría insistiendo que algo raro había en ella pero al igual que yo, eramos diferente y ocultamos algo.

Se separo de mi, y me sorprendió que quisiera irse, pero que hacia no sabia de donde había venido maullé cuando nos encontramos, al menos yo no tenia la mas mínima intención de dejar aquel lugar, me sentía libre aunque siempre lo había sido no me preocupaba ni me molestaba en absoluto su presencia pero me traía confusa, seria mejor desaparecer de aquel lugar y volver en mi forma humana.

Escuche atenta lo que había dicho, en realidad mi mejor consuelo seria darle compañía, al menos así ninguna se sentiría tan sola en ese lugar, mientras ella se lamentaba sobre lo perdida que estaba yo me escabulle del lugar en dirección a donde se encontraba mi vestido esperaba que ella no notara mi ausencia la transformación se llevaría tan solo unos segundos, me aleje lo mas que pude de ella y me convertí en humana aun andaba desnuda y me vestí lo mas rápido que pude, me puse una cinta en el pelo y comencé a correr hacia ella tenia el plan perfecto para que me creyera.

Llegue por su espalda algo agitada, tenia que ser convincente y añadí - disculpe que le moleste madame - dije recobrando el aliento - por casualidad ¿a visto a una gatita naranja?, se me escapo y no la puedo encontrar - dije lamentándome mientra ponía atención en ella - disculpe mi inoportunidad ¿le ocurre a usted algo?

por **Adrianne Trevillette** Lun Ago 23, 2010 4:59 am

Mi enfado conmigo misma iba cada vez a peor. Estaba sola, ni siquiera un maldito animal se había querido quedar acompañándome, y perdida a plena luz del día en medio de un capo de trigo. Bien... Muy bien.
Me incorporé cuando comencé a oler a humano. ¿Sería el olor que llevaba el gato impregnado? No, lo dudaba. Esta vez era mucho más nítido, quizá más claro de lo común, más cercano y esta vez tenía fundamentos para pensar que era un humano de verdad, y no un gatito manoseado.

La voz de la humana, por eso, no me pilló por sorpresa. Cuando me habló, me dí la vuelta y me levanté para estar a su altura. Era una bellísima mujer de unos veinte años. Tenía el pelo oscuro formado en bucles cortos, a la altura de los hombros, y una cinta en que le apartaba el pelo de la cara. Sus rasgos eran desenfadados y juveniles. Su cara pintaba una expresión de preocupación. Me saludó y me preguntó por la gata naranja. Oh, mon dieu. La dueña que venía en su busca. Lo extraño es que podía oler a la gata con mucha cercanía. Algo fallaba. O el gatito estaba rodeándonos y permanecía escondido cerca de nosotros, o aquella humana se lo había tragado.

-Oh, sí. Estaba conmigo hace un momento -le dije mientras ella me examinaba. Me preguntó si sucedía algo- No se preocupe por mí, es sólo que... bueno, me he perdido.
Me ruboricé al decir aquellas palabras. Me sentía estúpida y una niña que se ha soltado de la mano de su padre y no sabe volver a casa. -Pero no se preocupe, de verdad. He visto a su gata, juraría que estaba aquí hace un instante. Es más, todavía noto su presencia por aquí - Me paré a pensar qué había dicho. Por mis palabras, parecía que yo era una vidente o algo así. -Quiero decir, bueno... huelo muy bien a los animales, porque... porque soy alérgica -me apresuré a añadir. Era la mejor excusa que se me había ocurrido- Así que todavía huelo a su gata. Pero no sabría decirle dónde está.

La chica sonrió. Lo cierto es que hubiera sido más fácil localizarla si el olor de la gata no se mezclase con el suyo de una manera tan inusual. Me pregunté qué era lo que pasaba. Algo así sucedía con los licántropos; es decir, el olor del lobo se mezclaba de la misma manera con el del humano. Pero esto no era un lobo, sino una gata. ¿Sería una mujer-gato? No pude evitar reírme ante tal pensamiento, gesto que la mujer advirtió.
-Disculpadme, no me río de vos. Es... es mi situación. Estoy perdida en medio del campo y no sé volver. Me río por no llorar -mentí.

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off: siento la tardanza, estoy de niñera estos días y eso no deja tiempo para mucho U.u

por **Sophia D'Luca** Lun Ago 23, 2010 3:33 pm

La mirada confusa de la mujer que hace un rato me acariciaba con ternura ahora parecía mas confundida que antes, era un hecho mi olor entremezclado con el de Lit era una mala combinación para olfatos sensibles y como era de suponer ella si que tenia un olfato así.

Pero algo llamaba mas mi atención, si ella era lo que suponía que era ¿por que no ocupaba su olfato para regresar a casa?, quizás no era uno de los rastreros, como solía llamarlos, estando en mi forma humana podía apreciar mejor su rostro perfectamente esculpido, sus ojos penetrantes que a cualquiera podrían incomodar mas a mi no, estaba acostumbrada a esas miradas diferentes que mostraban mas de uno de lo que alguien podía imaginarse.

- Esa gata tan traviesa y juguetona, siempre se me escapa cuando salimos de paseo por el campo - musite, era una gran mentira pero,quien era mas mentirosa ¿ella o yo? - Quizás puedo hacerte compañía, mientras aparece Lit - suspire sin reparo ya que, volverme a transformar no estaba en mi mente, tenia que ser precavida - Somos dos, yo también soy alérgica, al menos a los perros -[/i] dije asiendo una mueca de desagrado, pero intentando que no se notara demasiado abri mis ojos muy grandes.

Me quede mirándola, y una extraña sonrisa se le marco en su cara, quizás... no no había que pensar en eso-[i] reir para no llorar, claro es mejor eso - algo había detrás de esa sonrisa y aunque la curiosidad me mataba intente contenerme a todo, lo que pueda revelar algo mi situación - por cierto soy Sophia D`Luca - le dedique una sonrisa amplia ella no era mala persona solo estaba confundida, si estaba confundida.

Off: no te preocupes Smile

, no me ire a ningun lado Smile

por **Adrianne Trevillette** Jue Ago 26, 2010 6:20 am

¿Alergia a los perros? Realmente lo dudaba. O aquella mujer me estaba tomando el pelo, o realmente tenía un serio problema de olfato. Igual que yo podía oler perfectamente a su gata, casi plasmada en ella misma, ella, si realmente fuese alérgica, llevaría un rato estornudando. Aunque el olfato humano no era tan refinado como el de vampiros y licántropos, si fuese alérgica, habría notado que había algo que le provocaba tal alergia. Aunque yo no era exactamente un perro, también es cierto.
Deseché aquel pensamiento de mi cabeza y miré a la dueña de aquella gata rojiza. Sonreí nerviosamente, sin saber bien qué decir. Ella se me adelantó presentándose.

-Oh, Adrianne Trevillette -le dije saludándola. Su apellido parecía extranjero, no tanto como su nombre.- Perdonadme el atrevimiento, pero... no sois de aquí, ¿Verdad? ¿Italia, quizás? Bueno, lo digo porque soy francesa de nacimiento, y sé diferenciar con facilidad a cualquier extranjero. Últimamente sólo me topo con ingleses e italianos, quizá algún alemán. ¿Qué pasa en Italia que todo el mundo emigra? -dije con una risita.

Aguardé su respuesta mientras observaba su traje. Era realmente bonito. Sin embargo, no podía entender por qué el olor de la gata no había desaparecido. En ningún momento habría pensado que aquel minino se hubiera escapado, ni siquiera perdido. Al contrario, seguía ahí, no tan vivo como antes, pero presente de todas formas. Miré a la supuesta dueña. ¿Qué escondía aquella mujer?

por **Sophia D'Luca** Jue Ago 26, 2010 12:42 pm

Era mala mintiendo así que no seguiría con el juego de palabras sobre la alergia mi olfato decía algo y confiaba en el, agradecí que era de día y mas que no hubiera luna porque sabia... o más bien presentía que algo andaba mal tanto con ella como con mi persona, en realidad me sentía muy nerviosa y comencé sin más reparo a jugar con un mechón de mi cabello, mientras escuchaba lo que decía ella.

- Mucho gusto Madame Trevillette- esboce una amplia sonrisa mientras ella seguía hablando, lo que decía era bien cierto yo no era de Paris y en realidad no sabía bien donde había nacido, baje la mira por un rato pensando en sus palabras... - En realidad - di un suspiro - mis padres me adoptaron, no sé de donde soy, pero ellos los D`Luca eran italianos - levante mis hombros en realidad no sabía nada de mis padres naturales y tampoco quería indagar mucho por eso... - así que digamos que me crie en Italia - le sonreí, separando mi pensamiento de mi nacimiento...

MI olor a gato era muy evidente mis, antiguos amigos siempre me decían que eso sería mi perdición... pero no me importaba, de alguna manera podía hacer caso omiso a eso, yo era eso y no podía cambiarlo aunque más lo desease. París era una de las ciudades con mas laberintos en el aspecto de que los misterios estaban en todas partes, nada en esta ciudad era normal, sabia de la existencia de vampiros, brujos y Lican... pero no conocía a ningún cambia forma... quizás era la única con esta maldición { así le llamaba ya que no encontraba explicación a lo que yo era}, quizás era tiempo de indagar mas en lo que era y buscar respuestas, empezando por mi marca que tenia en la espalda, ese felino quizás podía traerme mas respuestas, pero no sabia bien a quien acudir, no había nacido con aquella marca... me la habían puesto... los gitanos...

Pero era claro yo no era la única que escondía algo, aquella tenia tanto o mas secretos que yo.

por **Adrianne Trevillette** Vie Ago 27, 2010 4:32 am

En efecto, la mujer no era de Francia. Su acento bien podía pasar por el de una francesa del sur, de la parte más pegada a Italia. Sin embargo, había acertado. Aceptó mi saludo con una sonrisa. Era realmente bella, y sus bucles cortos le daban un aire despreocupado que la hacía más juvenil.
-Oh, por favor, mademoiselle -dije ante sus palabras, que me habían apuntado como "madame"-. Aún soy de las pocas suertudas que a mi edad se pueden permitir no estar atadas a un hombre.
Ciertamente, pronuncié aquellas palabras sin pensarlo. Un ademán de mi odio hacia la vida en pareja, y sobre todo, mi aversión hacia el matrimonio. Pese a que era bastante cristiana, no creía en él. La mayoría de los franceses, y supongo que todos los europeos en general, se casaban con un hombre al que no amaban. Era pura fachada, tal y como hubiera sido el matrimonio que yo rechacé. Cada día me alegraba más de haberlo hecho, aunque no podía evitar imaginarme que quizás las cosas hubieran ido bien. Al fin y al cabo, sólo era un error del pasado... o una salvación. Nunca lo sabría.

Deseché aquel pensamiento fugaz de mi mente, casi enfermizo. Levanté la mirada hacia los ojos joviales de Sophia. Continuó la conversación, y me dijo que ella era adoptada, así que realmente no conocía sus orígenes, pero sí se había criado en Italia. La bella Italia.
-Oh, lo lamento. No quería ser indiscreta -le dije. Esperaba otro tipo de respuesta, y lo cierto es que me pilló desprevenida.- Imagino que no será una parte de vuestra vida de la que os guste hablar demasiado. Y no quiero ser descortés tampoco yo.

Miré hacia el horizonte. Ahora sí tenía claro por dónde había venido. El olor era claro, casi etílico. Suspiré, maldiciendo mi mala cabeza. Quizá había sido la mezcla de olor entre gato y humano, e incluso de otra fiera que desconocía, lo que me habían confundido el sentido de orientación.
-Creo que ya sé por dónde volver a casa. ¿Queréis acompañarme? -dije con una sonrisa. Aquella mujer, pese a sus rarezas y su olor mezclado, me daba buena impresión. Una mujer que aportaba confianza a simple vista. Y yo, como siempre, estaba encantada de hacer nuevos amigos.

por **Sophia D'Luca** Vie Ago 27, 2010 4:03 pm

- oh excúseme - esboce una sonrisa ante aquel error, si era cierto ella era una señorita no tenia, a ver como decirlo no parecía ser una señora, era mucho mas que eso, su vitalidad y belleza solo podían decir algo, ella debería tener mas de algún pretendiente tras de ella, y con esos ojos penetrantes y para que decir su figura aunque escondida tras su vestimenta podía notar que era hermosa. De cierta manera sentía una extraña envidia ante ella, pero estaba en mi esencia ser así a fin de cuentas era una parte felina.

Yo nunca había recibido una propuesta para matrimonio ni tampoco andaba buscando una propuesta, no iba en mi andar buscando ningún tipo de amorío, mis instintos iban mas por el lado salvaje de la vida tanto humana como animal, ser libre iba en cada célula de mi cuerpo, mi vida no se había hecho para estar amarrada a alguien. Yo no conocía el amor y si alguna vez lo llegase a conocer podría hablar u opinar al respecto, al menos del matrimonio, el escaso recuerdo que tenia de mis padres, ellos se amaban de verdad era un amor puro tanto entre ellos como el que tenían hacia mi.

- No se preocupe es un tema que tengo superado de cierta forma, esa es la historia de mi vida, mis padres adoptivos fueron los mejores que pude tener, y aun sin saber quienes son mis padres naturales, solo tengo el vivo recuerdo del cariño que los D`Luca tenían hacia mi - si con eso bastaba el amor que me entregaron siempre fue único y no me pondría a pensar mas allá de lo que el pasado quiso para mi, al menos para mi historia.

El atardecer llegaba rápidamente y el lejano horizonte se podía ver como aquel sol de otoño iba desapareciendo, que hermoso paisaje, pensé para mi olvidando por completo, que suspuestamente andaba en busca de mi gata, sus palabras fueron de gran agrado hacia mi - Yo encantada de acompañarle, Lit, sabe el camino de vuelta a casa, es una gatita muy inteligente, sabrá como llegar - dije levantando mis hombros, tenia pocas oportunidades de conocer a personas tan naturales y enigmáticas como ella no dejaria pasar esta oportunidad, una nueva amistad siempre es bienvenida.

por **Adrianne Trevillette** Dom Ago 29, 2010 12:56 pm

Sí, seguro que sabe el camino a casa, dije para mis adentros. No sabía muy bien por qué, pero aquel pensamiento fue lo primero que pasó por mi cabeza cuando ella me contestó. Tenía una extraña sensación de que algo raro había dentro de ella, una mujer que guardaba secretos a los que mis ojos de medio humana no eran desvelables. Bien, tendría que averiguarlo yo misma. O igual se trataba de una soberana tontería.

Comenzamos a andar juntas por el campo de trigo. Salir fue fácil, a pesar de que las espigas nos cubrían hasta más arriba de las rodillas. Ella era más o me nos de mi altura, así que le llegaba por el mismo lugar. Sorteábamos como podíamos, hasta que finalmente llegamos a un camino arenoso que llevaba a la parte norte de la ciudad. Allí, donde yo vivía. Pensé que haría con aquella dama. Podría acompañarme a casa, pero realmente no tenía por qué recogerme ya. Aún era temprano y pensé que lo mejor sería conocerla más en algún café. Sin embargo, no llevaba ni una sola moneda encima. Decidí que la llevaría a casa y allí le ofrecería café. Estaba segura segura de que a mi tío Bernard no le importaría tener a aquella belleza pululando por allí, y además, sería todo un detalle si le enseñaba la perfumería. ¿A qué mujer no le gusta una tienda de cosmética? Incluso yo, salvaje y descuidada, era presa de la coquetería que, indudablemente, me venía de familia.

Sin embargo, mientras pensaba todo aquello, siendo aquellos sucesos simples vahos en mi mente, tropecé con una gran piedra y caí estrepitosamente al suelo de aquel campo, al comienzo del camino. Antes de caer, me agarré instintivamente al brazo de Sophia, haciendo que ella cayera junto a mí. Chillé de dolor, sin poder pedirle perdón por haber precipitado su caída tan tontamente. Me llevé las manos a mi tobillo derecho, y levanté un poco la falda comprobando si me había hecho algo. En efecto, me había rasgado la piel. A penas era un rasguño, pero dolía. Cuando iba a levantarme y a ayudar a Sophia a hacer lo mismo, recé porque ella no se hubiese hecho daño, y sobre todo, porque no estuviese sangrando, porque en ese caso no podría contener mi rabia interior, mi pequeño monstruo que salía siempre que olía sangre cerca.
Maldita sea, era un licántropo demasiado joven.

por **Sophia D'Luca** Dom Ago 29, 2010 6:08 pm

El caminar era de ambas, era a paso lento y pausado ni siquiera se podía escuchar el pisar de ninguna, caminábamos casi en un absoluto silencio por aquella pradera, el trigo nos rodeaba en todas direcciones, y a ninguna nos molestaba, tenia en mi pensamiento " es bueno hacer nuevas amistades" si en parte era la pura verdad, ¿a quien no le gustaba conocer a gente nueva?, yo no acostumbraba a tanto contacto era mas bien o mejor dicho se me hacia mejor espiar a las personas antes de entablar una conversación y así fue como lo había hecho en primera instancia, convertida como Lit era mas fácil comunicarse, con las personas.

El sol al horizonte hacia que los trigos se pusieran de un color anaranjado brillante, un perfecto paisaje para alguna obre de arte, salimos hasta el camino arenoso, eramos el cuadro perfecto, dos amigas paseando y disfrutando de aquel paisaje, salvo que no eramos amigas al menos por ahora, tenia mis dudas por sobre lo que en su cabeza pudiera rondar, no era buena mintiendo y definitivamente cualquiera lo podría notar a simple vista, algún día tendría que aprender hacerlo o al menos a sonar mas creíble.

No se cuanto habremos caminado con dirección al norte, pero en un abrir y cerrar de ojos sentí o mas bien pude ver venir como ella caía sobre mi, a pesar de encontrarme en mi forma humana, tenia siempre mis cinco sentidos alerta y a pesar de cualquier cosa la sangre felina la llevaba en mis venas escuche su chillido y caí unos escasos centímetros cerca de ella pero al parecer logre afirme bastante bien - ¡Madaimoselle! - exclame algo preocupada, la caída había sido digamos fuerte -¿ se encuentra usted bien?- pregunte mientras sentía un dolor algo fuerte en mi brazo, lo examine y solo era una pequeña raspadura, nada muy grave... me dejaría un hematoma, mas nada.

por **Adrianne Trevillette** Vie Sep 03, 2010 2:27 am

Me levanté ayudada de la señorita D'Luca y algo aturdida. La miré, comprobando que no tenía sangre en ninguna de sus raspaduras. Así era. Suspiré de alivio.

-Oh, no os preocupéis, no es nada grave. Se me curará pronto -dije consciente de mi poder de sanación acelerada.- No tengamos este altercado en cuenta. Yo no suelo ser así de torpe -dije riéndome.

Me fijé en aquella jovial faz. Me caía bien, muy bien.
-En fin, retomemos el camino, ¿no? -le dije de nuevo con una amplia sonrisa. Mientras caminábamos, se me ocurrió preguntarle una cosa, que quizá sería algo descortés, pero al fin y al cabo, si íbamos a charlar, antes o después me enteraría- Mademoiselle, le importa si le pregunto si estáis casada o comprometida? -me dí cuenta de que mi pregunta había sonado a joven que quiere ligar, y éste no era en absoluto mi caso. Me reí en silencio ante la pregunta. - Es que tengo quizá demasiados prejuicios sobre el matrimonio, es algo que quizá no me hace mucha gracia, y... en fin, me preguntaba si sois vos una mujer casada.

Esperé su respuesta. Después le explicaría de dónde venía mi terror por el paso por el altar. Sabía que iba a sincerarme con una desconocida, pero al fin y al cabo, en algún momento había que romper el hielo, y ella me inspiraba mucha confianza. Sería de mis primeras amigas en París, pese a todo el tiempo que llevaba allí.

por **Sophia D'Luca** Dom Sep 05, 2010 8:02 pm

Ambas reaccionamos al acto y nos levantamos casi inmediatamente - no se preocupe, uno suele tropezar - dije con una extraña sonrisa en mi rostro era cierto ¿quien no se a tropezado de la nada? seguimos con el caminar en dirección que claramente yo desconocía.

- Claro continuemos - di un suspiro amplio, al tiempo que escuchaba lo que ella me preguntaba pensé en sus palabras, la respuesta era muy simple pero lo que continuación dijo me resulto algo, ¿como decirlo? algo que muy pocas personas piensan en este mundo donde todas las damas de mi edad y claramente de la de ellas estaban comprometidas o casadas.

- Yo, no, ni casada, ni comprometida, en realidad amo mi libertad. y concuerdo con usted no me causa gracia estar atada a una persona, claro que no. - sonreí, me gustaba el pensamiento de Adrianne, teníamos algo en común y eso de cierta manera me gustaba - no nací, para eso - levante mis hombros, era la verdad.

Siempre me había constado expresar lo que sentía, y mas hablar de algo tan común y menos con alguna desconocida pero Aquella a pesar de que ambas teníamos un secreto me parecía sincera, confiable y amigable. Alguien que compartiera el mismo pensamiento era mas que magnifico, ¿a caso podríamos ser amigas? esperaba que asi fuera.

por **Adrianne Trevillette** Mar Sep 07, 2010 4:21 pm

Lo cierto era que su pensamiento me agradaba. Me sorprendió que me contestara con tanta rapidez, puesto que una dama de nuestra posición dudablemente hablaría sobre su vida privada con una desconocida. Aunque ya no éramos tan desconocidas. De alguna manera, había algo en ella que me daba a entender que conocía algunos secretos que permanecían en mi subconsciente y que ni siquiera mi mente se aventuraba a adivinar.

-En cierto modo, es extraño conocer a una persona que en ese aspecto piense como yo -dije sin pensarlo. Me estaba sincerando bastante con ella, a pesar de no conocerla mucho- Lo cierto es que tengo más de una mala experiencia con el matrimonio, y mi familia más allegada insiste en que busque a un hombre con el que pasar el resto de mis días.

Suspiré. ¿Podría contarle a aquella mujercita lo que rondaba por mi mente; hechos de mi pasado que pocos conocían? Recordé unas palabras que una vez me dijo mi madre: "la mejor conversación siempre se tiene con un desconocido". En cierto modo así era; podria confiarle cosas que no le importarían lo más mínimo, puesto que no sabía mucho de mí, y así yo también me desahogaría. ¿Necesitaba desahogarme?

Por primera vez desde que había llegado a París me dí cuenta de que no había hablado con nadie sobre lo sucedido antes de venir. Ni siquiera con mi tío. Él había asumido todo lo acontecido y me había ofrecido cama y un trabajo sin cuestionarme, y lo más importante, me había dado la oportunidad de tener una vida nueva lejos del lío que yo misma había montado.
Miré de reojo a Sophia. Me caía bien, la verdad, y probablemente sería la primera amiga que tendría en París. No estaría mal hablarle del motivo que me había llevado a París.

Mientras pensaba todo esto, habíamos avanzado hasta las calles parisinas, donde había multitud de comercios y cafés.
-¿Os parece que tomemos algo aquí? -le pregunté con una sonrisa.
Elegí una chocolatería que preparaba una crema de café fabulosa. Nos sentamos y la miré aún oliendo a su gata.
-En cuanto a lo que te he dicho antes... Perdona si te ha molestado. Es sólo que como te digo, no he tenido buenas experiencias. De hecho, estoy en París por culpa de eso. -me dí cuenta de que sonaba a abuela hablando con su nieta y dándole consejos desde la voz de la experiencia. Sonreí ante tal detalle- Huí de un matrimonio en Metz, donde nací y he vivido hasta hace poco. El joven en cuestión era hijo de un médico importante de la ciudad, y de hecho su hermano mayor está casado con mi hermana. -Hice una pausa pensando en cómo continuar, aunque sabía que más bien estaba hablando para mí misma que para ella- Él era mi mejor amigo de la infancia; en realidad era todo perfecto -Demasiado perfecto, pensé- Pero no quería casarme con alguien a quien no amaba, al final acabaría destrozando lo que había entre nosotros. Así que el día de la boda, con el traje comprado y la fiesta en marcha, no pude evitar salir huyendo de aquel lugar.

... Y acabé perdida en el bosque, donde me convirtieron a licántropo. Esa parte de la historia me la ahorraría. No pensaba asustarla. Esperé su reacción, tal vez se excusara diciendo que era tarde para no oír mi historia, o quién sabe, quizás eso sirviera para romper el hielo entre nosotras.

por **Sophia D'Luca** Mar Sep 07, 2010 5:39 pm

Algo había de cierto en todo lo que ella decía, desde un principio, muy pocas yo diría casi nadie, a nuestra edad y menos de clase acomodada se libraba del matrimonio, la mayoría eran entre acuerdos de familia para conservar las herencias, la clase y ese tipo de cosas. Pero se olvidaban de algo que era demasiado cierto y real, donde quedaba el ¿amor? ¿a caso existía? ¿ o solo existían en las novelas románticas?. No conocía el amor, mas que el que sentía por mis padres adoptivos, y me conformaba con eso, mi vida siempre ha sido rodeada de soledad y aunque no me molestaba estar sola, a veces era bueno muy bueno encontrar a alguien con quien hablar este tipo de cosas.

Nuestro caminar era pausado pero con cierta seguridad de ambas quizás eso la hacia que me simpatizara o el hecho de que al igual que yo compartíamos un secreto mas allá de todo lo que se podría creer, eso lo diría quizás el tiempo. El silencio en este momento no era incomodo al menos para mi, era un silencio agradable, extraño pero agradable... ¿aun se acordaría de Lit mi gata? esa interrogante, creo que la sabia... nadie se olvida de una gatita así por que si, y menos de aquella. Sonreí para mi ante mi pensamiento.

Hablar nunca era malo así que estaba dispuesta a escuchar y a conversar como cualquier humana que salia de paseo con alguna amiga, algo sumamente natural, sin saber como de un momento a otro estábamos en París ciudad bella pensé para mi mientras continuábamos - Me parece una estupenda idea, sera mi primera vez en este lugar - le dedique una sonrisa amplia mientras tomaba asiento -No se preocupe la vida no es fácil, y conversar es la mejor manera de... desahogare - dije tranquilamente en realidad estaba confiando en ella, no había nada malo en eso ¿o si?, escuche atenta lo que dijo de escaparse del matrimonio, fue valiente al hacerlo ya que en esas circunstancias uno casi no tiene posibilidades - oh ya veo, y disculpe si me entrometo... usted solo sentía amistad hacia ese joven, digo ¿para dejarlo plantado? - soné tranquila en realidad no quería indagar mas allá donde ella me lo permitiera - y creo que fue valiente en tomar la decisión que tomo- suspire pensando que gracias a Dios a mi no me habia tocado vivir nada como aquello.

por **Adrianne Trevillette** Vie Sep 10, 2010 3:03 am

Ella escuchó atentamente mis palabras, lo cual al menos me servió para desahogarme. Nunca había hablado con nadie sobre este tema, y al fin y al cabo lo necesitaba. Me preguntó por el joven al que dejé en Metz.

-Sí, ese era el problema. Mi hermana mayor me decía que tenía muchísima suerte, que a muy pocas personas las casaban con sus mejores amigos; ella se casó con un desconocido, mientras yo iba a ser la esposa de un hombre que ya conocía. Pero esa era justo el problema -dije con acritud- No quería destrozar la amistad que nos unía, además de que odio la vida familiar. Si huiera sido con un desconocido, al menos tendría a alguien a quien odiar por haberme convertido en su esposa, pero no quería odiar a alguien a quien tenía tanto cariño. Quiero estar con una persona que amo, no con quien se le ocurra a mi familia. -Hablaba fluidamente, recordando todo aquel tiempo que había intentado dejar olvidado en un cajón de mi mente- El problema no fue sólo que desobedeciese a mi padre, sino que mi prometido era hermano del hombre con el que mi hermana estaba casada. Así que fue un deshonor para mi familia, y un insulto hacia la familia de mi hermana. No sé que habrá pasado en mi ausencia, quizás mi hermana pequeña, que estaba soltera cuando yo me fui, ha acabado también en esas redes.

Suspiré. Toda aquella historia parecía tan lejana... Al menos por ahora tenía una nueva oportunidad aquí en París.
-En fin, Sophia, no quiero aburriros con mis historias -dije sonriendo-. ¿Habéis tenido vos alguna experiencia parecida? Las familias siempre intentan que hagamos cosas que no nos placen del todo.

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