A jugar, como en los no tan viejos tiempos {LIBRE}

por **Gail Z. Huston** Sáb Ago 21, 2010 10:54 pm

Le había jurado mil y una veces a Lhevin que se portaría bien, que no hablaría con extraños, que no usaría sus poderes frente a los humanos, que si olía a otra raza se iría de vuelta a la guarida y todas esas cosas. Eran muy pocas las veces que le permitían hacer eso, y Gail no eran tan tonta como para hacer las cosas mal, no señor. Y, como siempre lo hacían cada vez que salía sola y de noche, sus tres hermanos la habían acompañado al Luna Park para cerciorarse ellos mismos que no había ninguna amenaza por allí. Cuando habían considerado seguro el territorio para su hermana menor, los tres la dejaron sola.

Completamente feliz, Gail se paseó por todo el enorme parque. En su rostro había una pequeña sonrisa de felicidad, y muchos la quedaban mirando al pasar. No era normal que una jovencita de su edad estuviera allí sola y menos de noche. Pero poco le importaba a la pelirroja los pensamientos de los demás. Ella disfrutaría a pleno de su noche.

por Invitado Dom Ago 22, 2010 6:42 am

Y allí me encontraba, echando una ojeada al parque. No era la primera vez que venía. Una vez, a los 5 años, fui con mi padre y estuvimos allí toda la tarde. Recuerdo que me lo pasé en grande. Ahora, a mi edad, volvía a acudir a aquel parque por el hecho de que me apetecía. Lo recordaba muchísimo más grande, pero sin embargo no pude evitar sonreír y disfrutar de aquel lugar tan singular.
Me acerqué a una paraeta con tal de comprar algo con lo que alimentarme. Un señor más alto que yo me atendió amablemente.
- Buenos días señorita, ¿qué desea? -me preguntó.
- Me gustaría algo para comer, ¿tiene usted helados de fresa? -dije sonriendo.
El señor me entregó mi helado y le pagué, y después de despedirme fui a un banco de aquel amplio parque a sentarme. Y allí me quedé, devorando mi sabroso helado.

por **Gail Z. Huston** Dom Ago 22, 2010 1:55 pm

La pelirroja estaba analizando a qué juego iría primero. Quizás debería dar una vuelta más y mirar todos los juegos, luego comer algo y ahí decidiría qué hacer. Síp, eso haría.
En una hora exacta recorrió todo el parque y estaba cansada, y con ganas de tomar algo refrescante. Sacando de su bolso unas monedas, se dirigió a un puesto para pedir algo frío. A pesar de que estaban en otoño, aún quedaban pequeños vestigios del verano que había pasado.

Con una sonrisa y con su mejor cara de felicidad, le pagó a aquel señor su helado. Dándose media vuelta, miró un lugar para sentarse y un olor parecido al de ella le llamó la atención. No eran sus hermanos, porque lo habría reconocido. Y todos sus sentidos se pusieron en alerta.

por Invitado Dom Ago 22, 2010 5:12 pm

De pronto vi a aquella chica, una pelirroja, como yo, con un helado en la mano y buscando un lugar para sentarse. Pero no me llamó la atención aquello, sino que parecía como yo. Una licántropo. No me molestaba conocer a gente de los míos, de hecho, me parecía bien ya que podíamos intercambiar experiencias o ayudarnos mutuamente con problemas que implicase ser lo que somos.
No sé si fue que la chica no pensaba lo mismo que yo, o que no esperaba verme a mí si no a otra persona, pero el caso es que me miró con atención, y podría decir que con algo de desconfianza. No afectó, ya que no todos somos iguales.
Lo que quería era intercambiar algunas palabras con ella, así que la saludé.
- Hola -dije, esperando su respuesta.

por **Gail Z. Huston** Lun Ago 23, 2010 10:01 pm

Y había encontrado la fuente de aquel olor, era una hermosa mujer con unos ojos verdes muy bonitos. Y curiosamente, pelirroja como ella. Gail la miró un rato, completamente tímida a acercarse a ella. No solía hacer esas cosas, porque sus hermanos eran los que las hacían por ella. Hasta que aquella mujer no la saludó, Gail no abrió su boca.

-Hola- murmuró, sonrojándose y con una voz de una pequeña indefensa y tímida. En realidad, era ambas cosas, aunque ella nunca quisiera admitirlo. Estaba tan cohibida, que no se había percatado que su helado comenzaba a derretirse.

por Invitado Mar Ago 24, 2010 4:50 am

Observé a la chica. Era tan tímida como yo cuando era una niña pequeña. Solo que a mí, las cosas de mi pasado me hicieron cambiar. Sonreí al verla tan inocente y frágil. Me di cuenta de que de le caía el helado y le avisé.
- Deberías apresurarte en comerlo, se te está derritiendo -dije señalándole su helado. Le pegué un mordisco al mío y volví a mirar a la chica- ¿Has venido con alguien? Si quieres puedes sentarte aquí y conversamos -dije sonriendo cálidamente.

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