AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
~ Dulce Arribo [Libre]
2 participantes
Página 1 de 1.
~ Dulce Arribo [Libre]
Nuevamente un largo viaje me traía a mi tierra natal, Francia. Afortunadamente ya caía la noche y podría desembarcar a la brevedad. Había pasado tantas horas confinada en aquella diminuta habitación que había comenzado a maldecir mi no-muerta situación. La comida, por asi llamarle no había sido ningún problema para mi. Llevaba a mis largos viajes a humanos de los cuales me alimentaba a medida, como un pequeño ganado que hacía pasar como una prole, por acompañantes...
Y porsupuesto un caballero como acompañante, atractivo a los ojos de cualquier dama. Pero, no era mas que otro humano parte de mi selectivo rebaño de viaje. Humanos que, aceptaban mis condiciones y cambio justo les daba algunos beneficios a razón de que guardaran mi secreto. Humanos, siempre tan maleables con asuntos monetarios, tan interesados y superficiales. De cualquier modo, debía de aceptar que tambien era de cierta forma ambiciosa y algo avara.
La oscuridad cerró finalmente el día, una noche de otoño como cualquier otra fresca y de cielo despejado... Sencillamente sublime, encantadora, digna de ser admirada. Salí entonces de mi confinamiento, detestaba el dia por la simple razón que el sol limitaba demaciado mi libertad. El asomarme a través del marco de la puerta que llevaba a cubierta, sentí la suave brisa, la frescura de la noche. Mientras avanzaba mi vestido carmesí se bañaba en el reflejo azulino de la luna, hasta tocar mi piel y darle aquel toque místico que la propia raza poseíamos por igual. Me acerqué cautelosa a la orilla del barco.
Admiré entonces las luces ceranas de la ciudad, y levanté la mirada hacia los luceros en el cielo, me arrepentía entonces de maldecir mi condición de supremacia, desde hacía casi un milenio era parte de la raza de los cazadores de aquellos que cazaban, me encontraba en la cima de la cadena alimenticia. La fresca brisa de mar que producía la propia embarcación jugueteó con mis cabellos. Entendía entonces mejor que nadie que era un ánima libre, lo mio eran los viajes, las sociedades de alta estirpe, las fiestas de gala, los bailes de salón y la noche...
- Katherine, mi bella dama al fin le he encontrado. - Esa era la voz de Fernando, el apuesto muchacho que me acompañaba para la ocación, voltee a verle, sonriéndole con cierta malicia, con la mirada de un cazador, estaba interrumpiendo mi momento filosofante, pero de que otro modo podía ser si yo misma le había traido de acompañante.
- Fernando, como explicarle la forma en la que mi persona se alegra de verlo - Le contesté carente de cualquier sentimiento, mientras me acercaba a él extendiendolé la palma de mi mano para que besara el dorso. Asi lo hizo... Respiré profundo y largue un sentido lamento, siempre tan predecibles.
- Prepara a los demas, que apenas pisen tierra serán libres. - Le comenté ya sin el mas minimo interes en la situación. El agadeció con una tenue reverencia, dijo algunas palabras de agradecimiento a las cuales no preste atención pero, respondí gesticulando forazadamente una sonrisa. El se retiró y finalmente pude volver a mi meditabundo comportamiento...
El barco finalmente arribo a tierra, y acompañada aun por el grupo de humanos desembarqué luciendo uno de mis vestidos favoritos, color carmesí. De corset fruncido, con puntillas negras y varios bolados que abultaban la zona de mis caderas las cuales disimulaba muy bien... El sentimiento de vacio al estar tomada del brazo de quien no era mas que un actor, un farsante, un don nadie en mi vida, acompañaba mis pasos mientras oía los ruidos tipicos del puerto.
Las campanillas, los comercios y el azotar de las olas contra el puerto, mis sentidos se fueron en aquel sonido seco y constante del mar. Relajándome.
No supe el momento exacto en el que Fernando se despidió de mi, al igual que mis acompañantes. Estaba inmersa en mis propias reflexiones, me senté sobre el baul que contenía mis pertenencias mas básicas, mi ropa y algunos accesorios. Un muchacho se ofrecio para cargar con el baul hasta donde los coches podrían llevarme a algun hotel para pasar la noche. Ayudada ahora por tres caballeros, a los cuales porsupuesto les pagaría. Caminé entonces, elegante como la ropa que vestía mirando en rededor con ojos aristocráticos.
Esperaba encontrar al menos un pintor para pedirle especialmente una pintura de la sublime belleza que regalaban las estrellas reflejadas en el mar... Una noche que podría memoriar, despues de todo adoraba las pinturas y el arte en todas sus expreciones.
Segui asi entonces, caminando con la mirada perdida entre los hombres, buscando algun indicio de un artista.
Y porsupuesto un caballero como acompañante, atractivo a los ojos de cualquier dama. Pero, no era mas que otro humano parte de mi selectivo rebaño de viaje. Humanos que, aceptaban mis condiciones y cambio justo les daba algunos beneficios a razón de que guardaran mi secreto. Humanos, siempre tan maleables con asuntos monetarios, tan interesados y superficiales. De cualquier modo, debía de aceptar que tambien era de cierta forma ambiciosa y algo avara.
La oscuridad cerró finalmente el día, una noche de otoño como cualquier otra fresca y de cielo despejado... Sencillamente sublime, encantadora, digna de ser admirada. Salí entonces de mi confinamiento, detestaba el dia por la simple razón que el sol limitaba demaciado mi libertad. El asomarme a través del marco de la puerta que llevaba a cubierta, sentí la suave brisa, la frescura de la noche. Mientras avanzaba mi vestido carmesí se bañaba en el reflejo azulino de la luna, hasta tocar mi piel y darle aquel toque místico que la propia raza poseíamos por igual. Me acerqué cautelosa a la orilla del barco.
Admiré entonces las luces ceranas de la ciudad, y levanté la mirada hacia los luceros en el cielo, me arrepentía entonces de maldecir mi condición de supremacia, desde hacía casi un milenio era parte de la raza de los cazadores de aquellos que cazaban, me encontraba en la cima de la cadena alimenticia. La fresca brisa de mar que producía la propia embarcación jugueteó con mis cabellos. Entendía entonces mejor que nadie que era un ánima libre, lo mio eran los viajes, las sociedades de alta estirpe, las fiestas de gala, los bailes de salón y la noche...
- Katherine, mi bella dama al fin le he encontrado. - Esa era la voz de Fernando, el apuesto muchacho que me acompañaba para la ocación, voltee a verle, sonriéndole con cierta malicia, con la mirada de un cazador, estaba interrumpiendo mi momento filosofante, pero de que otro modo podía ser si yo misma le había traido de acompañante.
- Fernando, como explicarle la forma en la que mi persona se alegra de verlo - Le contesté carente de cualquier sentimiento, mientras me acercaba a él extendiendolé la palma de mi mano para que besara el dorso. Asi lo hizo... Respiré profundo y largue un sentido lamento, siempre tan predecibles.
- Prepara a los demas, que apenas pisen tierra serán libres. - Le comenté ya sin el mas minimo interes en la situación. El agadeció con una tenue reverencia, dijo algunas palabras de agradecimiento a las cuales no preste atención pero, respondí gesticulando forazadamente una sonrisa. El se retiró y finalmente pude volver a mi meditabundo comportamiento...
El barco finalmente arribo a tierra, y acompañada aun por el grupo de humanos desembarqué luciendo uno de mis vestidos favoritos, color carmesí. De corset fruncido, con puntillas negras y varios bolados que abultaban la zona de mis caderas las cuales disimulaba muy bien... El sentimiento de vacio al estar tomada del brazo de quien no era mas que un actor, un farsante, un don nadie en mi vida, acompañaba mis pasos mientras oía los ruidos tipicos del puerto.
Las campanillas, los comercios y el azotar de las olas contra el puerto, mis sentidos se fueron en aquel sonido seco y constante del mar. Relajándome.
No supe el momento exacto en el que Fernando se despidió de mi, al igual que mis acompañantes. Estaba inmersa en mis propias reflexiones, me senté sobre el baul que contenía mis pertenencias mas básicas, mi ropa y algunos accesorios. Un muchacho se ofrecio para cargar con el baul hasta donde los coches podrían llevarme a algun hotel para pasar la noche. Ayudada ahora por tres caballeros, a los cuales porsupuesto les pagaría. Caminé entonces, elegante como la ropa que vestía mirando en rededor con ojos aristocráticos.
Esperaba encontrar al menos un pintor para pedirle especialmente una pintura de la sublime belleza que regalaban las estrellas reflejadas en el mar... Una noche que podría memoriar, despues de todo adoraba las pinturas y el arte en todas sus expreciones.
Segui asi entonces, caminando con la mirada perdida entre los hombres, buscando algun indicio de un artista.
Ecaterina Ruth Bathory- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 214
Fecha de inscripción : 06/11/2010
Edad : 33
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ~ Dulce Arribo [Libre]
- Todo en él podía indicar claramente que pertenecía a la clase más baja de todas aun cuando aquello le molestase sabía que toda la sociedad se regía por aquellas normas clasistas ¿desde cuando alguien no habia mirado a otra persona sin primero juzgarla? ya sean sus ropas, su sonrisa, ya fueran sus modales o sus palabras pues todos se atrevían a añadir juicios prematuros antes de haber podido siquiera conocer el nombre de la persona. Así era Lionel, un gitano al que la mayoría de personas se atrevian a juzgar aun cuando el tono de su piel parecía distinto de los propios gitanos el hecho de estar siempre acompañados por ellos, ayudarles...muchas de las personas en paris ya le conocían como uno más de los gitanos por lo que la mayoría de los trabajos se debía de resignar a que fueran...¿Como decirlo? temporales, mal pagados, así era como indirectamente la población de paris le seguía diciendo "no te queremos".
Esa mañana, el cielo parecía haber dado una tregua a las lluvias que habian marcado un antes y un despues en las calles, amaba la lluvia...Lionel dejo que su rostro se alzase hacia el cielo como cada mañana cuando llovia permanecia con los ojos cerrados mojándose, bañándose con las lágrimas de algún dios enfurecido que deseaba que alguien lo notase. Pero lo malo de la lluvia era la falta de trabajo, Lionel solía ser el hombre de un solo día o al menos así lo veían la mayoría de los comerciantes. Al admirar el sol se dió cuenta de que debería más que disfrutar buscar un trabajo para poder comer algo decente hoy-
¿Conoceis algun trabajo?
-Lionel vislumbró a unos cuantos jóvenes gitanos que pasaban por su lado, de ellos conocía a lo mejor a dos muchachos los cuales asintieron entregandole un papel a lionel, al estar el mar revuelto necesitaban ayuda los pescadores para sacar el pescado...muchos lo verían como un trabajo asqueroso pero para Lionel sería la primera vez que podría ver el puerto, pocas veces se habia permitido alguna que otra visita allí debido a que estaba trabajando o a que no tenía demasiadas ganas, pero ahora aun cuando no le cogieran para el trabajo podría disfrutar la vista que había.
Tomó su guitarra como siempre habia hecho, nunca se separaba de ella desde que la encontró en las calles y se encargó de repararla, sus cabellos como siempre acariciaban el aire con sus mechones rozando sus mejillas, siendo a veces obstáculos para su vista pero la mayoría de veces su cabello permanecia obediente. Tardó unas horas en llegar, no podía permitirse algun cochero para ir así que debía de usar los pies, mientras caminaba tomó la guitarra entre sus manos, era maleable por ende, no tenia que preocuparse de que se le cayera o de que le impidiera tocar.
Con una sonrisa, empezó aquella tonada, muchos lo miraban extrañados, otras mujeres sin embargo admiraban sus dotes como músico; Al fin llego, al puerto...pero ¿porqué sus piernas no respondían? se quedó admirando de pronto el mar, como si todo lo que pasara a su alrededor fuera secundario, una obra de teatro liderada por los sentidos, empezó una melodía débil, suave...sin cerrar los ojos para admirar al mar en toda su infinidad. No se dió cuenta de las personas que pasaban, pero cuando ladeó el rostro al fin se encontró con una damisela, sus ropas asi como su forma de moverse eran las propias de la clase alta. Lionel en cambio, mostraba una camisa ancha con un cierto escote que mostraba su torso, unos pantalones pegados a su cuerpo de color canela mas unas zapatillas que gritaban "necesito un cambio" por todos lados-
"Si la marea tropezase con dios...Si la marea engullese a la luna
Las estrellas caerían como una burla, pues el mar nunca pudo subir a los cielos
por más que sus ruegos mancharon de espuma la tierra"
-Se acordó de aquellas palabras, "estupidos poetas" era momento de decir, siempre habia estado rodeado de poetas y vagabundos que le habian dicho frases de índole romantico ¿a quien iban esas palabras? sino a su amado mar, al fin, dejo que la seriedad pusiera despues de todo un poco de orden en el caos de sus pensamientos guardando la guitarra, para poder hechar un vistazo último al mar, a decir verdad ahora rozaban pensamientos por su mente tal como que no importaria hoy comer tambien pan duro de ayer simplemente la vista lo valía-
Esa mañana, el cielo parecía haber dado una tregua a las lluvias que habian marcado un antes y un despues en las calles, amaba la lluvia...Lionel dejo que su rostro se alzase hacia el cielo como cada mañana cuando llovia permanecia con los ojos cerrados mojándose, bañándose con las lágrimas de algún dios enfurecido que deseaba que alguien lo notase. Pero lo malo de la lluvia era la falta de trabajo, Lionel solía ser el hombre de un solo día o al menos así lo veían la mayoría de los comerciantes. Al admirar el sol se dió cuenta de que debería más que disfrutar buscar un trabajo para poder comer algo decente hoy-
¿Conoceis algun trabajo?
-Lionel vislumbró a unos cuantos jóvenes gitanos que pasaban por su lado, de ellos conocía a lo mejor a dos muchachos los cuales asintieron entregandole un papel a lionel, al estar el mar revuelto necesitaban ayuda los pescadores para sacar el pescado...muchos lo verían como un trabajo asqueroso pero para Lionel sería la primera vez que podría ver el puerto, pocas veces se habia permitido alguna que otra visita allí debido a que estaba trabajando o a que no tenía demasiadas ganas, pero ahora aun cuando no le cogieran para el trabajo podría disfrutar la vista que había.
Tomó su guitarra como siempre habia hecho, nunca se separaba de ella desde que la encontró en las calles y se encargó de repararla, sus cabellos como siempre acariciaban el aire con sus mechones rozando sus mejillas, siendo a veces obstáculos para su vista pero la mayoría de veces su cabello permanecia obediente. Tardó unas horas en llegar, no podía permitirse algun cochero para ir así que debía de usar los pies, mientras caminaba tomó la guitarra entre sus manos, era maleable por ende, no tenia que preocuparse de que se le cayera o de que le impidiera tocar.
Con una sonrisa, empezó aquella tonada, muchos lo miraban extrañados, otras mujeres sin embargo admiraban sus dotes como músico; Al fin llego, al puerto...pero ¿porqué sus piernas no respondían? se quedó admirando de pronto el mar, como si todo lo que pasara a su alrededor fuera secundario, una obra de teatro liderada por los sentidos, empezó una melodía débil, suave...sin cerrar los ojos para admirar al mar en toda su infinidad. No se dió cuenta de las personas que pasaban, pero cuando ladeó el rostro al fin se encontró con una damisela, sus ropas asi como su forma de moverse eran las propias de la clase alta. Lionel en cambio, mostraba una camisa ancha con un cierto escote que mostraba su torso, unos pantalones pegados a su cuerpo de color canela mas unas zapatillas que gritaban "necesito un cambio" por todos lados-
"Si la marea tropezase con dios...Si la marea engullese a la luna
Las estrellas caerían como una burla, pues el mar nunca pudo subir a los cielos
por más que sus ruegos mancharon de espuma la tierra"
-Se acordó de aquellas palabras, "estupidos poetas" era momento de decir, siempre habia estado rodeado de poetas y vagabundos que le habian dicho frases de índole romantico ¿a quien iban esas palabras? sino a su amado mar, al fin, dejo que la seriedad pusiera despues de todo un poco de orden en el caos de sus pensamientos guardando la guitarra, para poder hechar un vistazo último al mar, a decir verdad ahora rozaban pensamientos por su mente tal como que no importaria hoy comer tambien pan duro de ayer simplemente la vista lo valía-
Lionel D'Maine- Gitano
- Mensajes : 1639
Fecha de inscripción : 14/09/2010
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ~ Dulce Arribo [Libre]
Continué con mis lentos pasos entre la multitud, entre aquellos olores a humano, y los de pescado. ¿El pescado acaso no podía ser mas oloroso?, con delicadeza lleve mi dedo indice a mi nariz, intentando que ese nauseabundo aroma dejara de perturbar mis fosas nasales.
Los hombres que cargaban con mi baul comenzaron a chillar por el peso de este pero, sus esfuerzos al menos no serían en vano... Almenos no a mis servicios.
Me hablaron, sacandome del armonioso canto del mar chocando contra el puerto. Me especificaban que los coches pasaban fuera del puerto, y que debíamos alejarnos. Sinceramente aun no quería irme del puerto, quería llevarme conmigo el sonido, y aquella tranquilidad que reflejaba el mar. Aunque a su alrededor, todo el mundo iba y venía... Apurados por vayasé a saber que cosas de humanos.
De mala gana, comencé a seguir los pasos de los hombres. Cuando de momento a otro, mis oidos recibieron la melodía de una guitarra, sus suaves cantos me llamaban, me seducian e incluso invocaban. Miré hacia los hombres que cargaban con mi baul, y volví a mirar en dirección de las notas de aquella guitarra.
- Lo lamento señores pero, he de buscar algo antes de partir. - Dije aquello sin importarme los quejidos, ni las recomendaciones... Ni nada que no tuviera que ver con mi elección. Me escabulli entonces entre la gente, pidiendo permiso y esquivando a las personas. Mis zapatos resonaban en las humedas veredas de piedra por cada paso que marcaba. Finalmente y estando ya tan cerca de mi objetivo. La melodia cesó, obligandome a guiarme por el simple recuerdo...
Finalmente, y junto al muelle se encontraba un muchacho, con prendas algo desarregladas, de cabellos alborotados y lacios. Calmé el paso al notar que llevaba consigo una guitarra, quizás la culpable del hechizo que me llevo hasta él. Caminé lento, manteniendo la postura que por siglos había llevado. Apenas estaba a unos contados cuatro pasos del joven, junté mis manos delante de mi cuerpo y aclarandome la voz para que no sonara demaciado lasiva me propuse hablarle. - Buenas noches, caballero. - le saludé esperando a que volteara a verme. - La melodía de su guitarra me llamo la atención. - y aquello era verdad, había cruzado la calle, la montonera de gente y vuelto junto al insoportable puesto de pescados por aquella muestra de arte que tanto me gustaba.
Ya estando alli, me preguntaba si acaso conocería algun pintor de la zona, o si gustaría de acompañar mi viaje con alguna de las melodias que bien debía saber. Aunque pudiera quedarme toda la noche alli, ollendo musica y sobre su inspiración, al llegar el amanecer debía estar mucho mas que bien escondida. Y por suerte, mis antepasados tenían una mansión en París, y aunque ellos debían estar muertos. Yo habia pagado a personas para que la mantuvieran en forma, sería una pena que su arquitectura se viniera abajo por el pasar de los años. La cuestion ahora sería, aquel desconocido caballero, ¿estaría dispuesto acompañarme a mis tierras por alguna suma de dinero?
Los hombres que cargaban con mi baul comenzaron a chillar por el peso de este pero, sus esfuerzos al menos no serían en vano... Almenos no a mis servicios.
Me hablaron, sacandome del armonioso canto del mar chocando contra el puerto. Me especificaban que los coches pasaban fuera del puerto, y que debíamos alejarnos. Sinceramente aun no quería irme del puerto, quería llevarme conmigo el sonido, y aquella tranquilidad que reflejaba el mar. Aunque a su alrededor, todo el mundo iba y venía... Apurados por vayasé a saber que cosas de humanos.
De mala gana, comencé a seguir los pasos de los hombres. Cuando de momento a otro, mis oidos recibieron la melodía de una guitarra, sus suaves cantos me llamaban, me seducian e incluso invocaban. Miré hacia los hombres que cargaban con mi baul, y volví a mirar en dirección de las notas de aquella guitarra.
- Lo lamento señores pero, he de buscar algo antes de partir. - Dije aquello sin importarme los quejidos, ni las recomendaciones... Ni nada que no tuviera que ver con mi elección. Me escabulli entonces entre la gente, pidiendo permiso y esquivando a las personas. Mis zapatos resonaban en las humedas veredas de piedra por cada paso que marcaba. Finalmente y estando ya tan cerca de mi objetivo. La melodia cesó, obligandome a guiarme por el simple recuerdo...
Finalmente, y junto al muelle se encontraba un muchacho, con prendas algo desarregladas, de cabellos alborotados y lacios. Calmé el paso al notar que llevaba consigo una guitarra, quizás la culpable del hechizo que me llevo hasta él. Caminé lento, manteniendo la postura que por siglos había llevado. Apenas estaba a unos contados cuatro pasos del joven, junté mis manos delante de mi cuerpo y aclarandome la voz para que no sonara demaciado lasiva me propuse hablarle. - Buenas noches, caballero. - le saludé esperando a que volteara a verme. - La melodía de su guitarra me llamo la atención. - y aquello era verdad, había cruzado la calle, la montonera de gente y vuelto junto al insoportable puesto de pescados por aquella muestra de arte que tanto me gustaba.
Ya estando alli, me preguntaba si acaso conocería algun pintor de la zona, o si gustaría de acompañar mi viaje con alguna de las melodias que bien debía saber. Aunque pudiera quedarme toda la noche alli, ollendo musica y sobre su inspiración, al llegar el amanecer debía estar mucho mas que bien escondida. Y por suerte, mis antepasados tenían una mansión en París, y aunque ellos debían estar muertos. Yo habia pagado a personas para que la mantuvieran en forma, sería una pena que su arquitectura se viniera abajo por el pasar de los años. La cuestion ahora sería, aquel desconocido caballero, ¿estaría dispuesto acompañarme a mis tierras por alguna suma de dinero?
Ecaterina Ruth Bathory- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 214
Fecha de inscripción : 06/11/2010
Edad : 33
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ~ Dulce Arribo [Libre]
-Cerró los ojos, como si el hechizo del mar fuera tan egoista que no quisiera dejar que aquel muchacho de mirada extraña le dejara de observar, movía su cuerpo parecido al de una serpiente que vagaba esperando encontrar a alguien que mereciese la pena...¿sería el mar parecido a medusa? Pues, quien lo miraba no se convertía en piedra más quedaba siempre aquella atracción presente, atracción que a muchos habia llevado al mar, fundiéndose en el cuerpo de aquel dios insaciable. Se sonrió cuando una brisa marina movió sus cabellos siguiendo con un movimiento las olas del mar, como si desearan imitarlos en un baile privado. Sentía algunas miradas, era normal pues no muchos jóvenes con una guitarra se quedaban tanto tiempo en el mar, esperando...¿a que precisamente? Aún no tenia ni idea de lo que estaba buscando.
Pudo escuchar los pasos que se acercaban a él, pero al principio tuvo que reconocer que no prestó demasiada atención, pensando que sería un hombre que tambien habia venido a ver el mar o que simplemente tenía curiosidad por lo que estaba haciendo el propio Lionel, no negó que elevó la mirada { segundos antes agachada } cuando descubrió que el portavoz de aquellos pasos, era una mujer. Con elegancia se volteó en el momento que le saludó, Lionel al instante sonrió inclinando el rostro, no era ninguna de aquellas reverencias embarazosas que la mayoria de personas de bajo estatus solían hacer.
Al voltearse, sintió como la incomodidad acariciaba su ser, exteriormente, podía notarse aquel efecto cuando sus pupilas se habian dilatado, el color negro dominaba sobre el color miel de sus orbes que se dejaba vencer sin proponer demasiadas batallas al enemigo, no tenia que preocuparse pues a los pocos segundos la incomodidad permaneció como un recuerdo, una sencilla presentación que permanecia en sus hombros o sus músculos, pudo observar el aura de la muchacha, era un ser inmortal que no le causaría ningún daño. Para Lionel, un gitano con aquel don era fácil el poder ver las auras o sentir la incomodidad depende del grado de peligro que le acechase, sabía cuando alguien tenia sed de sangre, simplemente porque la incomodidad despertaba sus músculos de la forma más suave posible-
Perdone mi grosería mademoiselle. No era mi intención tardar tanto en responder a su saludo, quizás, debería de dar gracias a tan hermosa dama pues me salvó de las garras del mar dejando que mis orbes contemplasen a tan preciosa mujer.
-Sonrió en cuando dijo aquello de la guitarra fué cuando se volteó a admirarla, reluciente, si, no negó aquel orgullo escondido que se habia formado en su cuerpo al descubrir que su creación sonaba hermosa, aun podía recordar el verla en el cubo de la basura junto con otros instrumentos que no se habían salvado del caos de unas manos inexpertas o quizás de algún golpe ocasionado por la pasión infantil. Pero, no supo el qué algo te atrajo a aquella hermosa guitarra que ahora acariciaba su hombro y su pecho como si fuera su guardiana, de hecho, era una de sus pertenencias más valiosas, se inclinó de nuevo, como lo haría un artista callejero al que le habían reconocido su talento
Elevó su rostro de nuevo con curiosidad, las manos las dejo en el bolsillo puesto que la guitarra tenia añadido un cinturón { el único material que habia podido obtener } no tenia problemas de que se pudiera caer, al hacerlo dejo que un tramo de piel casi invisible para los demás ojos se apreciase en las vestimentas de aquel gitano, ¿dinero? No era como aquellos hombres avariciosos que posaban ahora su mirada en Lionel, sonriendo entonces susurró-
¿Podría decirme cual es el trabajo? Puesto que no encontraría a nadie mejor para recorrer las calles así como si lo desea puedo llevarle a una plaza en donde la música es la habitual protagonista, claro que...no dejaría que pagara su entrada señorita...
Pudo escuchar los pasos que se acercaban a él, pero al principio tuvo que reconocer que no prestó demasiada atención, pensando que sería un hombre que tambien habia venido a ver el mar o que simplemente tenía curiosidad por lo que estaba haciendo el propio Lionel, no negó que elevó la mirada { segundos antes agachada } cuando descubrió que el portavoz de aquellos pasos, era una mujer. Con elegancia se volteó en el momento que le saludó, Lionel al instante sonrió inclinando el rostro, no era ninguna de aquellas reverencias embarazosas que la mayoria de personas de bajo estatus solían hacer.
Al voltearse, sintió como la incomodidad acariciaba su ser, exteriormente, podía notarse aquel efecto cuando sus pupilas se habian dilatado, el color negro dominaba sobre el color miel de sus orbes que se dejaba vencer sin proponer demasiadas batallas al enemigo, no tenia que preocuparse pues a los pocos segundos la incomodidad permaneció como un recuerdo, una sencilla presentación que permanecia en sus hombros o sus músculos, pudo observar el aura de la muchacha, era un ser inmortal que no le causaría ningún daño. Para Lionel, un gitano con aquel don era fácil el poder ver las auras o sentir la incomodidad depende del grado de peligro que le acechase, sabía cuando alguien tenia sed de sangre, simplemente porque la incomodidad despertaba sus músculos de la forma más suave posible-
Perdone mi grosería mademoiselle. No era mi intención tardar tanto en responder a su saludo, quizás, debería de dar gracias a tan hermosa dama pues me salvó de las garras del mar dejando que mis orbes contemplasen a tan preciosa mujer.
-Sonrió en cuando dijo aquello de la guitarra fué cuando se volteó a admirarla, reluciente, si, no negó aquel orgullo escondido que se habia formado en su cuerpo al descubrir que su creación sonaba hermosa, aun podía recordar el verla en el cubo de la basura junto con otros instrumentos que no se habían salvado del caos de unas manos inexpertas o quizás de algún golpe ocasionado por la pasión infantil. Pero, no supo el qué algo te atrajo a aquella hermosa guitarra que ahora acariciaba su hombro y su pecho como si fuera su guardiana, de hecho, era una de sus pertenencias más valiosas, se inclinó de nuevo, como lo haría un artista callejero al que le habían reconocido su talento
Elevó su rostro de nuevo con curiosidad, las manos las dejo en el bolsillo puesto que la guitarra tenia añadido un cinturón { el único material que habia podido obtener } no tenia problemas de que se pudiera caer, al hacerlo dejo que un tramo de piel casi invisible para los demás ojos se apreciase en las vestimentas de aquel gitano, ¿dinero? No era como aquellos hombres avariciosos que posaban ahora su mirada en Lionel, sonriendo entonces susurró-
¿Podría decirme cual es el trabajo? Puesto que no encontraría a nadie mejor para recorrer las calles así como si lo desea puedo llevarle a una plaza en donde la música es la habitual protagonista, claro que...no dejaría que pagara su entrada señorita...
Lionel D'Maine- Gitano
- Mensajes : 1639
Fecha de inscripción : 14/09/2010
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Dulce y estresante paz. {Libre}
» Dulce decepción { Libre }
» Dulce relajo en la laguna { Libre }
» El Arribo
» El dulce sonido de un aullido [Libre]
» Dulce decepción { Libre }
» Dulce relajo en la laguna { Libre }
» El Arribo
» El dulce sonido de un aullido [Libre]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour