La comida una parte esencial del dia [Morrigan Dourf]

Los ruidos de la noche no eran molestos, le hacían bien a los oídos de la vampiresa sabiendo llevar su temperamento a algo digamos qué agradable, demasiado agradable para ella, un toque de una fragancia qué había olvidado en donde la había adquirido. Esperando el momento preciso qué el sol se metiese por aquella colina, momentos agradables sin poder ser mencionados rondaban la cabeza de la mujer mostrando su sonrisa al espejo, mirada perturbadora y regocijante por la imagen qué acababa de tener en su cabeza, sabía qué estaba hambrienta, deseosa de salir de aquella mansión recorrió la mirada por la habitación mirando qué estaba completamente vacía ante sus ojos haciendo medio puchero por haber perdido su vida pasada gracias a un vampiro calenturiento deseoso de placer y sexo, en vano había echo todo aquello, ya qué le había matado sin piedad ni arrepentimiento siendo libre, libre al fin repitió en su cabeza volviendo su sonrisa más calmada. Se levanto de la silla observando qué la luz había desaparecido por aquellas cortinas, la noche había llegado, abrió las cortinas asomándose al ver como la obscuridad cubría el cielo con algunos pequeños puntos de luz, se dirigió hasta la entrada saliendo de lo que parecía su hogar, lugar vacio muy cómodo pero sin duda vacio.

El bosque sin duda era la mejor elección para buscar alguna presa, tenía qué saciar su hambre, deseosa de sangre comenzó a correr buscando al desafortunado, sonrió al ver qué no estaba sola, un leñador, camino sigilosa cambiando su expresión, melancólica la pobre Kait, enmaraño su cabello saliendo de entre los matorrales quedando tras el hombre – ¿Podría usted ayudarme? – cubría su rostro con sus manos con pequeños sollozos, el hombre se acerco a ella quedando a unos centímetros de distancia – ¿Se encuentra bien señorita? – preocupado como era de pensarlo, Kait descubrió su rostro sin apartar los pequeños sollozos, camino más cerca del hombre abrazándole como si tuviera tiempo de conocerle – me encuentro mucho mejor ahora – le miro rozando con los labios del leñador, tentativa y manipuladora hundió sus labios en los de aquel pobre hombre, sin esperarse alguna respuesta bajo sus labios al cuello del extraño mordiendo la vena qué yacía resaltada por el beso qué había plantado en sus labios. Mordió cuidadosamente encajando sus colmillos haciendo dos orificios profundos bebiendo toda la sangre de aquel enorme cuerpo, al acabar le dio un pequeño beso en los labios viéndole como había empalidecido el cuerpo – gracias por alimentarme – saco un pequeño pañuelo de limpiando con delicadeza sus labios llenos de sangre, había aprendido bien de su antiguo compañero, ni una sola mancha en su vestido, impecable como siempre.

Una presencia le hizo apartar sus pensamientos, quieta y con los sentidos al máximo miro al cuerpo empalidecido, una voz hizo qué cambiase todo a su alrededor girándose para encarar a aquella presencia. Una mujer no muy alta hablaba, le hablaba a Kait de manera imprudente, quien se creía para hablarle de esa forma – Buenas noches… - respondió sonriente mirando cada movimiento de la otra vampiresa – Claro, debería tener más suerte para la otra, aunque lo dudo porque siempre andaré rondando por aquí buscando mi alimento - camino mientras Morrigan observaba al leñador, inspeccionando a la mujer de pies a cabeza con una mirada penetrante deteniéndose al escuchar su nombre – Kait Lockjurt – correspondió a la reverencia elegante como siempre, pasando sus azulados ojos por el bosque como si esperase qué alguien mas llegara.

La altitud de los arboles no dejaban entrar la mayor cantidad de luz posible, pero los ojos de Kait estaban acostumbrados a esto, siempre asechando bajo las sombras en espera de alguna presa difícil, le gustaba la adrenalina y el masoquismo, disfrutaba el oír gritar a sus presas.

que precioso nombre "KAIT" al igual que tu fisico -- le sonrió amablemente si mirada y el efecto de sus ojos pareciera dos bellos diamantes brillando bajo el resplandor de la luna-- creo que toda la noche te estaré adulando -- su presencia era impactante elegante distinguida que mejor una amiga para morrigan -- Y dime hermosa de donde venid a que se debe tu apreciable presencia entre este bello bosque -- a lo lejos se escucho un maullido pues los lobos celebraban conmigo la bienvenida de la mujer desconocida

-Muchas gracias, supongo qué mis padres tenían un buen gusto para los nombres… - ríe irónica al recordar su segundo nombre – aunque prefiero omitir mi segundo nombre, Kait Alden Lockjurt… - su expresión cambia por alguna más agradable. Despista su mirada observando lo poco qué se notaba la luna, camino hasta una piedra qué le serviría como asiento posándose sobre ella mientras acomodaba su vestido de forma qué no le estorbara – Solo me dedicaba a saciar mi apetito, uno nunca sabe lo qué puede encontrarse por aquí, un verdadero manjar… - mira al hombre tirado en el pasto – y una dama como usted señorita Morrigan… ¿Qué hace en estos rumbos? – intrigada pero con aire de despreocupación le contemplaba a la vampiresa.

El viento soplo de manera qué producía un pequeño ruido qué si fuera una simple humana la piel se le hubiera erizado, pero ni fue así, Kait se dedicaba a siempre mantenerse como alguien refinada y elegante, no había perdido su encanto desde qué su corazón latía.

-- el viento tocando mi rostro siempre es tan agradable sentirlo ,levantando una dulce aroma a pinos recién fresca -- daba un paseo encontrando algo pero al parecer ese algo se convirtió en interesante una caminata siempre es buena y mas para personas que viajamos solas y dígame kait que hace usted aquí o solo vino alimentarse ??-- era una mujer refinada que cuidaba cada movimiento que hacia con mucha delicadeza, al parecer era una dama muy educada, al igual que ella busco un lugar donde sentarme al no encontrarlo volteo a ver al hombre muerto asi que tomo siento sobre el no sin antes decirle --con su permiso, que lugar mas cómodo-- regreso la vista hacia ella y sonrió,

-Las caminatas siempre son interesantes, nunca sabes qué encontraras – sin duda la adrenalina qué sentía al cazar y ver cosas qué sus bellos ojos nunca habían visualizado le llenaba de excitación, una excitación qué ni con el sexo le provocaba, llegaba a tal grado de placer al sentir el dolor ajeno como si de eso viviese pero Kait no se detenía solo con eso, sino qué le gustaba seducir a sus víctimas sintiendo aun mayor la conmoción – Solo vine por algo de comer, prefiero los días soleados para dar una placentera caminata por… estos lugares llenos de vida. - un tono de burla salió entre esas palabras, Kait le gustaba visualizar qué las noches podrían ser igual qué los días; una noche de luna llena era para ella un día soleado, pero este día solo había luna con una nube cubriéndole como un manto. Le observo sentarse sobre el cadáver del humano, su acompañante tenia clase, era una chica como Kait llena de encanto, la sensualidad le desbordaba, aunque en carácter no parecía ser tan soberbia como la mismísima “amiga del diablo”. - ¿Cuáles son sus gustos? – sus ojos brillaban como si hubiese conocido a alguien de plena confianza, no era de fiarse con nadie pero en este caso seguiría el juego en el qué las mentiras no entraban en una conversación entre ambas jóvenes.

mis gustos creo que cualquier noche y cualquier ser vivo que tenga una buena aroma están bien para mi suelo ser muy conformista pero siempre la clase --sus ojos me recordaban a los gatos cuando deambulan por la oscuridad -- y dime bella mujer como te va en no vida , te voy a decir la verdad eres de esas personas que entre mas habla mas quieres y deseas saber sobre ellas -- todo su ser despertaba en mi curiosidad

-Sin duda eso es lo qué a cualquier vampiro le gusta, aunque no soy conformista… – paseo su mirada por el pasto debajo de sus pies – aunque cuando la sed es muy fuerte tengo qué conformarme con lo primero qué se me cruce ante mi camino, y un simple humano no sacia mi sed, no del todo. – un pequeño suspiro salió de entre sus gruesos labios. La otra vampiresa le estaba alagando, cosa qué a ella le fascinaba, sus ojos brillaban mas al escucharle, estaba más qué claro qué era lo qué despertaba sobre otros humanos, y porque no, también sobre otros de su misma clase – Mi inmortalidad… - su dedo índice subió hasta su mandíbula pensando – no ha sido nada mal ser inmortal. Lo malo de todo esto es qué me da pena ajena con todos estos… - señalo al cadáver donde estaba sentada Morrigan – humanos, qué no esperan cual va a ser su futuro entre nuestros colmillos. – algo despreocupada al responder mirándole a la otra vampiresa – ¿ah sido convertida aquí? – de nuevo Kait no sabía qué era la privacidad.

eh quedado maravillada ante sus palabras pues era una de esas personas muy letradas o al menos eso aparentaba -- eh quedado asombrada ante sus palabras pues es verdad en todo lo que ha mencionado, al igual que usted llego a sentir mas que pena ajena siento lastima pues en su mayoría no saben cuidar de su vida -- miro mis uñas -- ante su pregunta como que si eh sido convertida aquí en esta bella ciudad no pero muy cerca de aqui aun que tras varios años comienzo a olvidar aquella afortunada noche-- mi mirada se pasma en la nada al recordar a penas pequeños fragmentos de mi memoria

-Por lo menos ya en algo coincidimos – susurro escuchándole y poniéndose de pie frente a ella – aunque morder a un vampiro sin recibir nada a cambio también es satisfactorio, el hecho de hacerles humillarse siendo mordidos como a los humanos, es placentero – murmuro con una sonrisa siendo más precavida con sus palabras.
-Afortunada para muchos, desafortunada para otros – Kait no era de las qué se sintiese afortunada por ser lo qué era ahora, una vampiresa sin escrúpulos, sintiendo sed cada vez qué tuviera los ojos abiertos, era alguien anormal frente a cualquiera, aparto recuerdos que prefería olvidar, no quería tener que verse obligada a callar a la otra vampiresa de la forma menos apropiada.
-¿Le gustaría dar un paseo? – una sonrisa se mostro en su rostro pasando los ojos por el bosque esperando respuesta a aquella invitación.