Time, Time { l i b r e ]

por **Audrey Murchois** Mar Jun 15, 2010 1:25 pm

-compre con el corazón- susurró poniendose de puntas para alcanzar a leer el letrero. Chasqueó su lengua, el eslogan era tentador. Y quería entrar, eso era algo seguro. Encogió sus hombros y abrió la puerta, empujandola con el codo derecho.

Cuando entró, un singular aroma la hinoptizó. Olía...a cosas viejas, historia y tiempo. Sonrió e inmediatamente fue a los estantes donde se encontraban algunos libros muy viejos. Algunos, al abrirlos, le recordaron el aroma de su infancia. Recordó a su madre, Montpellier, recordó cosas que ya había olvidado.

Sus ojos pasaron por las páginas amarillentas.

por Invitado Mar Jun 15, 2010 1:41 pm

Me avía dado una pequeña escapada. No lo tomaba así, al pensar mejor, era sencillo decir que mientras mas tiempo pasaba afuera, mas bien me iba conociendo gente y por ahora mis tíos casi no me tomaban en cuenta a diferencia de Michel. Camine entre los diferentes lugares donde ponían cosas en venta. Comida, vestidos, y antigüedades. Antigüedades. Me dije a mi misma observando el mostrador curiosa. Sin dudar una milésima entre escuchando una campanilla. Me recibió un agradable aroma de antigüedad, esas cosas que ya avían tenido sus tiempo de lujo que ahora solo a pocos les llamaba la atención como a mi. Pase entre los mostradores encantada de las cosas que me rodeaban. El vestido pomposo lograba engancharse en varias cosas pero tenia el cuidado de no tumbar nada. Pase frente a una niña que miraba unos libros y varios ganchos de mi atuendo se engancharon a su ropa. Un tirón atrajo a ella hacia mi y la sostuve entre brazos para que no cayera.

-Ah, lo siento, se me es imposible caminar con esto -me encogí de hombros y la solté lentamente con delicadeza- ¿Se encuentra bien señorita? -pregunte con amabilidad tomando el lado donde su prenda y la mía avían quedado unidas, con el cuidado de no romperlas las fui separando poco a poco pero era imposible. Bufe. Con un fuerte tirón rompí un pequeño pedazo de tela de seda del vestido que quedo colgando de ella.

por **Audrey Murchois** Mar Jun 15, 2010 6:38 pm

Comenzó a leer algo realmente interesante, el libro era de registros de matrimonio. Llegó a un apartado curioso " Prohibidos". Leyó con cautela, eran acerca de los matrimonios secretos de personas de la realeza.

A,B,C,D sus dedos pasaban página tras página, quería llegar a la M cuando antes. Algo le decía que debía llegar ahí...y pum. Sintió un tirón a su vestido de algodón y volteó sin muchas ganas.

Miró la unión entre ambos vestidos y alzó la vista. Una muchacha simplemente hermosa que se disculpaba. Audrey arqueó una ceja y sonrió suavemente.

- No se preocupe, suele pasar- miró con detenimiento- No creo que deba...- un fuerte tirón y parte de la seda se había roto- tirar tan fuerte.

Se lamentó, puesto que el vestido de la chica se veía muy costoso y el de ella se veía bien pero barato. Suspiró.

- Audrey Murchois- se presentó sonriendo

por Invitado Mar Jun 15, 2010 7:12 pm

Mire con atención a la delgada chica mientras trataba de que no rompiera mi vestido para poder safarlo. La pedrería que tenia ese te engancharía con cualquier cosa, y es mejor con un vestido que con alguna otra cosa que se rompiera con mayor facilidad que esta. Sin duda aquella chica era sencilla, personas como las que me gustaría pasar un buen rato platicando si la necesidad de que me vigilen, por desgracia, eso casi no sucedía pero hoy podría ser el cambio repentino. Fui afortunada cuando se presento, eso me haría hablar mas.

-Catherina Salvatore, señorita, para servirle en lo que desee -sonreí ampliamente tomando los olanes del vestido haciendo una corta y rápida reverencia informalisada- espero pueda perdonar mi gran tontería al no tener cuidado con el vestido, no quisiera hacerle algo al suyo -agregue amablemente con el acento británico tan respetable que en Paris solo era extraño de escucharse entre sus calles e incluso locales.

por **Audrey Murchois** Jue Jun 17, 2010 12:34 pm

El libro se había cerrado, la chica rubia memorizó el titulo. Después regresaría a comprarlo, esta podría ser una oportunidad para ser amigable.

Audrey sonrió, el marcado acento inglés de la chica y su manera de expresarse gritaban una cosa: era una princesa, de la realeza británica se podría decir. ¿y qué era Audrey? Una chica sin padres, huérfana pero hija de las calles que al fin encontraba algo de estabilidad en su vida.

Escuchó a la chica y sonrió algo apenada, regresó la reverencia torpemente.

- Señorita Salvatore- levantó su vista y sonrió- No se preocupe, mi vestido aunque se dañe con un bello parche se arregla. En cuanto al suyo, la seda es muy delicada y costosa. Si algún vetsido debe salir lastimado, será el mio.

por Invitado Jue Jun 17, 2010 3:16 pm

Se me hizo algo lindo que sonriera de esa manera. En general mis sonrisas siempre eran de la misma manera pero parecían muy recatadas y refinadas. Bufe cuando me llamo por el apellido. En común no era de mucho gusto eso, solo lo aceptaba de los amigos de la familia ya que según ellos solo era amabilidad bien hablada. Me encogí con ligereza de hombros sonriéndole amistosamente.

-No se debe de preocupar por mi vestido -lleve una mano a mi boca y tras esta una risita dulce y resonante te me escapo- no es tan importante, pero no me llame por el Salvatore -ofrecí amablemente- solo dígame Catherina, el apellido se escucha muy chusco -hice una mueca divertida

Con un vistazo rápido empecé a analizarla despistadamente. Con el propósito de que no me descubriera. Por el vestido y su lindo cabello rubio y suelto suponía que era una chica de clase media o quizás no. Como sea, en ese modo me agradaba poder conversar con una chica como ella, me sentía mas tranquila y podía mostrarme mas liberal.

por **Audrey Murchois** Jue Jun 17, 2010 6:42 pm

Cuando escuchó el bufido, Audrey se encogió un poco. Tratar de encajar, tratar de encajar. se repetía una y otra vez mientras sonreía distraidamente. Falsa modestia, al parecer. Si ella fuera princesa, lo que no haría! ¿Cuantos vestidos tendría? ¿Cuantos banquetes? Subiria el doble de su peso, seguramente.

- Entonces, Catherina- comentó con una sonrisa amable y luego una risa melodiosa salió de sus labios pálidos. No había visto el lado divertido de su nombre, por lo que lo repitió mentalmente. Sal-va-to-re. Su mente comenzó a relacionar todas las cosas y al fin lo encontró. Nada.

- Lo siento, pero no puedo hallar lo chusco en su apellido- se disculpó con una pequeña sonrisilla de lado dejando ver una nueva timidez mezclada con una pena creciente.

- A juzgar por su apellido y su acento, no es de aquí. ¿De donde nos visita, mademoiselle?- preguntó cortés mientras juntaba ambos pies y ambas manos, sonriendo con un poco más de confianza.

por **Laurent Poulin** Vie Jun 18, 2010 5:47 am

EunMi debía haber llegado a las 4 en punto, como le había prometido al profesor Kaarkarofg. Por alguna extraña razón el extraño dueño de la tienda no atendía la tienda durante el día y algunas veces se ausentaba por las clases en la Universidad. EunMi se preguntaba ¿para que tendría él una tienda si no la iba atender todo el tiempo? Era un tanto absurdo. Pero no podía jusgarle, era su jefe después de todo y le pagaba bien. Más que bien, era la mejor paga de todos los trabajos que hacía durante el día y ciertamente el trabajo más fácil de todos.

Y ese día iba más de 3 horas tarde. Normalmente terminaba de hacer las entregas de la oficina postal al rededor de las 3, comía cualquier pedazo de pan y salía corriendo a la tienda Kaarkarofg. Pero ese día, hubo mucho más correo y paquetes de lo normal, había tenido que ir hasta la manción Bennet y era bastante alejada del centro de la ciudad. Corrió como alma que llevaba el diablo y cuando arribó en la tienda jadeaba como un perro.

Para su desgracia, habían dos señoritas en la tienda. Soren lo mataría de seguro si se enteraba. ¿Estaría dentro? pero apenas eran seís y media, seguramente aún no llegaba. Caminó por entre los estantes, vestido con un pantalón negro y tirantes, bajo una camiza blanca, traía una voina negra en la cabeza.

- ¡Bienvenidas distinguidas damas! - Exclamó conteniendo el aire. - Siento mucho mi falta de cordialidad, el Profesor Kaarkarogf no se encuentra aún en la tienda, pero yo puedo serviros en su lugar - Les hizo una venia bastante profunda - Mi nombre es Lee EunMi, estoy a vuestras órdenes, sean libres de observar, tocar y preguntar sobre cualquiera de los objetos aquí expuestos... al profesor Kaarkarogf le gusta que los clientes toquen... dice que, si se tocan los objetos, se aprecian mejor... - Jadeó un poco, había hablado demasiado sin respirar. - ¿Os apetece un café? -

(( Off Rol: Lo siento señoritas, no me había dado cuenta de este tema, este es EunMi, ayuda en la tienda ya que Soren al ser vampiro solo sale de noche, pero pronto llegará así que espero que se una al rol pronto bienvenidas! ))

por **Audrey Murchois** Vie Jun 18, 2010 12:30 pm

Audrey sonrió. Hechó una vista rápida al local y suspiró, apretando sus manos en la tapa de piel del libro antiguo. Unas campanitas sonaron e inmediatamente adoptó una imagen de estar distraida y su mirada se posó en el chico que había entrado. Audrey ahora tenía un semblante de inocencia.

Lo escuchó y abrió sus ojos, sorprendida.

- Disculpa pero...estas bien?- preguntó con una sonrisilla traviesa, nunca había escuchado hablar tanto y tan rápido a una persona. Bueno, en ocasiones con sus amigos de la calle gritaban cosas rápidamente por si alguien corría peligro.

- Un placer, EunMi. Soy Audrey- sonrió amigable y algo interesada por que el chico tenía rasgos asiáticos- ¿Café? Claro, si eres tan amable.

¡Café! La Señora no le permitía tomar mucho café, para ella era como un premio más que nada. Sonrió y asintió, al parecer no había nadie mas en la tienda. Miró a Catherina.

por Invitado Sáb Jun 19, 2010 9:09 pm

La chica llamada Audrey parecía buena y amable. Era normal para mi estar con personas así pero como yo lo veía ella no se esforzaba tanto para aparentarlo. Eso me alegraba mas. Tras mi meno que estaba cercas de mi boca un risita resonante como campanas empezó a sonar cautivantemente. Claro que mi nombre era “Chusco” como decía ella, no le había mencionado mi nombre completo y se le haría aun mas extraño, confuso, diferente… yo que se, como ella lo tomara. El poder del apellido. Me dije a mi misma muy divertida.

-Tiene toda la razón -le sonreí mostrando algo de mis dientes. Una sonrisa muy amigable y que emanaba confianza para que su pena se esfumara de su rostro.- vengo directo de Londres, Inglaterra señorita, y tengo que decirle que su país es muy precioso a decir verdad -me encogí levemente de hombros mas que nada para demostrar una ternura.

Antes de proseguir un chico llego sin siquiera darme cuenta de eso. Alcance a escuchar un tintineo de una campana pero solo eso. Parecía bastante cortes y amigable, casi como Audrey. Se veían bastantes lindos cosa que me hizo sentir diferente. Esta vez me encogí de hombros por pena. Pero desapareció rápidamente cuando el chico empezó a hablar. Resultaba que se llamaba Eunmi, lo mas seguro un alguien asiático como mi acompañante lo había deducido. Acepte con un asentimiento.

-Igual es un placer Eunmi. Mi nombre es Catherina -me presente como era pertinente. Ni yo misma me podía creer que estuviera conociendo a demas personas que no sean presentadas por otras.- y otro placer seria beber una buena taza de café, claro si Audrey igual acepta -agregue animada- es muy amable de su parte.

[off: deberiamos de agregar el orden de posteo para no hacerlo tan revuelto, el ayudante elije *------*]

por **Laurent Poulin** Sáb Jun 19, 2010 10:23 pm

(( el orden es que que llevan ustedes dos muñecas, es decir, va Audrey, luego Catherine y luego EunMi. Cuando aparesca Soren, este irá luego de EunMi y así sucesivamente ))

A EunMi le gustaba observar a los clientes. Por supuesto no siempre fue así, al comienzo le eran indiferentes y se dedicaba sólo a limpiar pues al fin y al cabo era la razón por la cual el profesor le pagaba. Sin embargo, luego de notar que Soren observaba con atención a sus clientes con una extraña expresión en los ojos, que le hacía recordar al gato de la señora Begette del patio de atrás, comenzó a fijarse más ne los clientes y descubrió que podía aprender muchisimas cosas de las personas sólo mirándolas y que resultaba más fácil hablar de esa forma. No estaba seguro cual era la razón de Soren para mirar a la gente con tanta intensidad, pero EunMi había encontrado su propia razón.

Sonrió con cortecía, aunque fuera de clase baja, debido a sus multiples trabajos había aprendido las maneras de las personas más distinguidas. Escuchó ambos nombres de las dos doncellas y no pudo evitar notar la clara diferencia de estatus entre ambas. Catherine sin duda parecía salida de un cuento de hadas y Audrey parecía un poco más del tipo guerrero, de los que viven con los pies en la tierra.

- Por aquí - Les informó y les mostró el corredor que se perdía hasta el fondo de la tienda, bordeado por estantes repletos de cajas y objetos curiosos, habían porcelanas chinas, calderos de cobre, pañuelos indues, zapatos suecos, plumas de pajaros exóticos y un sin fin de cosas más. EunMi las condujo hasta una mesa de madera para cuatro y apartó los asientos para ellas. - No tenemos muchas visitas a esta hora - Comentó mientras se montaba en una escalerita para tomar un frasco de uno de los estantes más altos - Generalmente la gente suele venir más tarde en la noche - Se estira todo lo que puede, pero no es un chico alto, levanta graciosamente un pie para hacer equilibrio - Aigo...A-igo... - Dice en su lengua materna y aunque no es entendible que dice en Coreano, da la impresión que es un tipo de expresión para situaciones frustrantes.

Finalmente el frasco se digna a dejarse cojer. Y EunMi salta de la escalera como un niño pequeño, el frasco contiene granos de Café.

- El profesor Kaarkarofg...es muy alto... - Explica con una sonrisita avergonzada - Y siempre pone el café a su altura... - Se queda pensativo - Me pregunto si... a lo mejor no quiere que me beba su café - Rie suavemente y se alza de hombros, luego se dirige a la tetera que está junto al fuego y comienza a verter agua caliente.

- Bueno, distinguidas damas, estoy preparando café, así que compartir algo de vuestras vidas - Finaliza.

por **Audrey Murchois** Lun Jun 21, 2010 10:58 am

Audrey sonrió y siguió al chico asiatico. Los ojos de la chica rubia iban y venían, maravillados por tantas cosas curiosas. Todo gritaba "tócame" y la chica queria tocar, era demasiado curiosa para estarse quieta en semenjante tentación. Las manos de Audrey se levantaron para tocar las plumas de un..perico, supuso ella.

La voz del chico hizo que, apenada, bajara el brazo y se tocara su cabello. Sonrió y se sonrojó, asintiendo a lo que decía EunMi. Estaba en una situación buena: habia conocido a una chica sin que hiciera uan mueca de "pf, audrey de nuevo" y a un chico bastante alegre.

- ¿Más tarde? Si ya está anocheciendo - comentó algo exceptica, a la rubia le gustaba salir de noche pero la regañaban. La vida nocturna de París era mayor de lo que ella imaginaba.

Miró la dificultad del chico para agarrar el frasco y suspiró, se levantó de su asiento de madera para acomodarse un poco.

- Te ayudaría pero como puedes observar, soy pequeña- sonrió disculpandose, su 1.50 no era mucho. En realidad, era demasiado poco. Siempre había soñado con tener piernas largísimas o medir 1.70 pero se quedó con 20 cms menos.

El olor del café comenzó a llenar la pequeña habitación, Audrey amaba ese olor e inhaló profundamente. Asintió y mordió su labio inferior.

-¿Algo de mi? Comienzen ustedes mientras pienso algo interesante de mi vida- comentó entre risillas apenada y divertidas.

por Invitado Lun Jun 21, 2010 5:28 pm

Camine con cierta elegancia pero sin dejar la torpeza atrás. Seguí al chico quien iba al frente de la chica y por ultimo yo, examinando con la mirada cada estante con cosas que me llamaban la atención, sin dejar de olisquear el incomparable aroma que estos desprendían. Para mi era increíble que alguien trabajara aquí, parecía uno de esos lugares que salen de las novelas como por arte de magia, ahora solo faltaba que apareciera una enorme lluvia y un sujeto empapado con alguna gabardina. Si claro, eran solo las locuras que mi mente te imaginaba.

Seguí con la vista a Eunmi con curiosidad, sin dejar de sonreí por su comportamiento tan infantil y carismático que a mi me agradaba por completo. Lleve una mano cerca de mi boca y tras esta una risilla tintineo deliberadamente- hubiera podido ayudarte -murmure encogiéndome de hombros observando lo que llevaba en su mano. Claramente era café, los granos se dejaban notar a través del vidrio transparente ignorando la etiqueta que esta tenia. No era veneno ni nada parecido- aunque la gente viene mas tarde, eh -repetí mordiéndome la lengua quedando algo pensante

Empecé a observar todo el lugar, con pasos delicados mas bien parecidos a saltos de alguna ave. Un aroma muy peculiar llego a mi nariz, ¿Café? Claro que si era café. Ese aroma que era inconfundible para mi. Era una mala idea para mi beberlo, suele ponerme de muchos ánimos y casi parecía una loca al beberlo, pero sin lo tomaba con prudencia eso nunca sucedía. Una reacción muy rara.

Por finalizar, la charla comenzaría por contar algo interesante de nuestras vidas. ¿Pero que tendría que contar? ¿Qué soy una princesa chiflada y loca? Si claro. Mi vida no era para nada interesante, lo único diferente de los demas era que esas extrañas criaturas de la noche me preferirían por la sangre. Un extraño aroma como el que yo percibía. ¿Dulce? ¿Metálico? ¿Tentador? ¿Inocente? No sabia. Pero note que nadie decía algo sobre ellos mismo y no me gustaba hablar mucho de mi, preferiría saber mas de los demas ya que yo ya sabia bastante de mi misma.

-No seria la mas apropiada para contar algo interesante -musite girándome hacia ellos dejando de observar los objeto que me llamaban la atención. Me les acerque un poco tomando los olanes del vestido para no tumbar alguna cosa, seria un desperdicio- creo que lo que tendría que decir es que estos vestidos son muy incómodos -inhale aire colocando mis manos sobre mi cintura que estaba siendo apretada por el molesto corset y lo exhale en un suspiro mirando a ambos con una mirada divertida e infantil.

por **Laurent Poulin** Lun Jun 21, 2010 8:08 pm

Al parecer ninguna de las dos estaba interesada en revelar algo de sus vidas. EunMi no hizo un gesto en particular y se limitó a preparar el café como le había enseñado el profesor Kaarkarogf. Si algo le había enseñado Paris era que, con el café se habla, las cafeterías estaban hechas para eso, para beber algo y compartir vivencias e historias. EunMi nunca había estado en la tierra de su abuelo, pero sabía que allí las cafeterías no existían.

- Por eso no uso vestidos - Bromeó con inocencia. Un comentario extraño viniendo de un chico, pero en realidad ella era una chica disfrazada de hombre, así que daba lo mismo.

- La gente suele venir más tarde porque el Profesor Kaarkarogf sólo atiende en la noche, luego de las 6 - Explica filtrando el café con una tela especial, lo hace despacio, vertiendo el agua en movimientos circulares y precisos - No se porqué, quizás por sus clases en la Universidad... aunque también las dicta en la noche - Se quedó por unos instantes pensativo, ciertamente la conducta de su jefe era extraña, pero ¿Quien era él para jusgar al que le daba tan buena paga por un trabajo tan fácil?

- Yo tengo otros trabajos en durante el día, en la mañana en el puerto limpiando barcos, en la carpintería, y la oficina postal haciendo entregas, en la tarde soy mesero de un prestigioso restaurante, el resto del día y noche lo pasó aquí - El café estaba casi listo, pero EunMi parecía disfrutar de la preparación misma, por lo que lo revolvió un poco más. Finalmente sirvió 2 tazas y se las puso en la mesa para las damas.

(( Nota: EunMi no sabe que Soren es un vampiro y tampoco sabe que existen ))

por **Audrey Murchois** Mar Jun 22, 2010 12:10 pm

Nadie consideraba interesantes sus vidas. La mirada aguamarina de Audrey veía cómo EunMi preparaba el café. Se veía entretenido, la chica rubia sintió la punzada curiosa y quiso preparar el café, aprendiendo del chico pero decidió quedarse mirando.

Sonrió y rió un poco, imaginando al chico con vestido. Sus rasgos eran muy delicados, asi que si se ponia vestido podría pasar como chica. Qué cosas.

- Me imagino que si, los pantalones son más cómodos sin lugar a dudas- suspiró y miró con desgano su vestido de algodón color azul cielo. Recordó con añoranza la época en la que ella vestía pantalones, etc.

Escuchó a EunMi sonriendole apaciblemente, estaba pasando un buen rato. Asintió y ladeó su cabeza, pensando. El chico trabajaba bastante y eso era de admirarse, por su parte Audrey había sido sumamente afortunada de encontrarse con su tutora, la Sra que amablemente le daba techo y comida. Como era su unica "hija" (asi le habia llamado desde el primer momento) Audrey heredaria todo lo de ella.

- ¿Trabajar? Muy pocas veces, justo ahora trabajo en la Biblioteca y me encanta- comentó " Más que robar, de hecho" pensó algo triste y suspiró de nuevo.

por Invitado Mar Jun 22, 2010 4:03 pm

Me abrume por que nadie mencionaba nada sobre si mismos, sin embargo tenia algo bueno que contar, si claro, esa estupenda gorra que siempre me servia en todos momentos. Reí tan solo por recordar a la pobre Francine, se llevo una gran sorpresa al verme de tal manera y con esa ropa que según mi familia no iba nada con migo. Sin duda era divertido eso, aun para mi quien fue la causante de todo.

A demas una imagen muy divertida del chico llego a mi cabeza, el con un hermoso vestido verde con toques celestino, la verdad era que no se veía mal. Digo, como en forma de una chica. Reí levemente.

-Debo de aclarar que si son mas cómodos los pantalones -confesé- igual las camisas de los hombres exceptuando por el calzado, es algo incomodo y pesados -recordé cómo mis andares con ellos eran de los mas curiosos y patosos. Si me vieran se reirían rápidamente de mi.

Apoye mi cabeza contra una pared, sin dejar de oler el atrayente aroma que desprendía e lugar. Me costearía todo mas que nada por ello, pero eso ya seria mucho abusar. Mire a Audrey que se notaba algo triste, sin saber la causa me aventure a decir mi secreto no tan bien guardado, ya que solo las personas que en verdad confiaban en mi se los mencionaba.

-No es por parecer rebelde -musite- pero debo de decir que para poder salir tranquila a la calle me eh vestido varias veces de hombre -me encogí ligeramente de hombros, mientras un sonrojo aparecía por mis mejillas. No me avergonzaba tanto, solo lo tomaba de una manera por la cual muchos me llamarían loca, cosa que no me importaba.

por **Laurent Poulin** Miér Jun 23, 2010 12:31 am

EunMi le ofreció el café a ambas damas y se quedó de pie al lado del escritorio del profesor. Escuchó lo que decían, parecían buenas personas después de todo. EunMi debido a su vida tan llena de obstaculos y dificultades, había aprendido a ser abierto y cálido con la gente, sabía muy bien que una sonrisa en el momento preciso podía hacerle ganar unas monedas extra.

EunMi no era particularmente codicioso, pero la vida le había enseñado a aprovechar las oportunidades, su madre y hermana dependían de él así que no se podía dar el gusto de tomarse las cosas a la ligera.

- ¿Biblioteca? - Exclamó sorprendido - Valla que interesante, entonces puedes leer... yo no sabía hasta hace poco, cuando empecé a trabajar en la tienda, el profesor me enseña cuando tiene tiempo - Sonrió llevandose el te a los labios.

Entonces escuchó a la otra señorita y sus ojos se agrandaron con sorpresa. ¿Era en serio, se había hecho pasar por un hombre? EunMi se sintió extraño, de alguna manera reconfortado al saber de que existía alguien más como ella. Pero, por otro lado...

- Disculpa mi curiosidad Madame... pero ¿Por qué has tenido que vestirte de esa forma? - La miró con sincera curiosidad.

por **Audrey Murchois** Miér Jun 23, 2010 6:00 pm

Después de ver al chico y mirar tanta cosa y antiguedades, Audrey tomó con delicadeza la taza del café y aspiró su suave aroma, sintió como llenaba sus pulmones y cómo salía de ella. Sonrió, sopló en el líquido café y tomó un poco. Estaba segura de que tendría que salir con algo en las manos, algo para ella y algo más para su Sra.

Escuchó a Catherine y sonrió inmensamente. No era la única! Y experimento ese sentimiento de sentirse aliviada, el comienzo de una confianza.

- Bueno, no soy la única que ha hecho eso- comentó aliviada, alguien podía compartir la misma experiencia. El vestirse de hombre fue sumamente necesario en alguna época de su vida, cuando tenía 13 o 14 años.

Suspiró algo triste y dió otro sorbo al café, disfrutando el caliente líquido y su sabor.

por Invitado Miér Jun 23, 2010 6:29 pm

Tome agradecida la taza de café haciendo un asentimiento con la cabeza sonriente en forma de alguna reverencia informal. Menee el liquido que contenía apreciando el apacible aroma que este tenia. Ese aroma tan peculiar, amargo y sin duda algo de dulzura seca. No era una experta catadora pero el olor siempre se me era reconocible para mi. Un corto sobro de la bebida fue suficiente para sentir ese alivio de energía pasar por mi cuerpo. Me estremecí y después sonreí amigablemente.

-Muchas personas tienen que hacer cosas para sentirse bien -otro corto sorbo y acomode un mechón de mi cabello tras una oreja- tengo que decir que mi familia no me permitía salir a las calles por que creían que yo solo me mataría y si me encontraban así como estoy me llevarían rápidamente a casa -respondí aun sin terminar la respuesta. Coloque a un lado de un escritorio la tasita para poder darme un respiro.- y la ropa de hombre solo fue para que no me reconocieran, así todos salían ganando, no deshonraba a nadie -di por ultimo a entender

Pase mis manos por mi cintura exhalando el aire posible para respirar. Aunque para mi eso era una pena, no tener la suficiente libertad, aun así no era lo suficiente como para que me detuviera, si algo que el rey Jorge me había enseñado era a no darme por vencida y yo me tomo las cosas muy enserio.

Pase mi mirada a ambos chicos y de nuevo note como Audrey tenia su mirada triste. Yo era la típica chica inglesa despistada pero no era fácil de engañar, solo pocas veces me daba cuenta de las cosas y hacia lo que sentía a los demas siempre me preocupaba. Me preocupaba por ellos. Me acerque a la chica rubia y ladeando mi cabeza le pregunte:

-Disculpa Audrey, ¿Te encuentras bien? -soné dulce y calmada, casi sin que se dejara notar mi preocupación en mi voz, eso me hacia sentir vulnerable. Acaricie su cabello y le dedique una sonrisa tierna- estas extraña -murmure divertida

por **Laurent Poulin** Jue Jun 24, 2010 8:47 am

¿Que significaba aquello? EunMi parpadeó varias veces con las sorpresa. Se creía unico en su especie, bueno en realidad no tenía ni idea de que otras mujeres se veían forzadas a hacer lo que él hacía. No puedo más que sentir simpatía por las experiencias de ambas mujeres. El mundo era un lugar injusto para los débiles y él deseaba tener la fuerza para cambiar esa realidad, para ayudar a los que eran como él, los que vagaban por las calles hambrientos, sedientos y sin nadie que les tendiera la mano.

Escuchó lo que dijo la señorita de alta posición. EunMi no conocía a nadie de la realeza ni estaba familiarisado con la clase alta, no la reconocía, pero por sus palabras se imaginaba que ella era hija de un hombre muy poderoso para tener ese motivo y tener que salir de incognito.
Que ironía era aquello, ella se disfrazaba de hombre para ganar unos pesos extra, poder trabajar como uno y llevar el pan a su casa y evitar que su madre se prostituyera y Catherina, se disfrazaba para salir a la calle y divertirse sin avergonzar a su familia.

No podía evitar sentir envidia. Si, envidia esa mujercita de rostro perfecto, hermosa como una flor pura, rodeada de riquezas y seres queridos. ¿Y él que era? Sólo una creatura sucia, una rata que vivía entre el lodo y la suciedad de Paris.

Concentrado estaba en sus pensamientos, que no notó la expresión apagada de Audrey, se giró un tanto sobresaltado cuando escuchó a Catherina preguntarle por su estado de ánimo.

- El profesor... no debe tardar en llegar - Comentó sin saber que más decir.

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