Valerio Magno

Nombre del Personaje:

Valerio Magno

Edad:

2300 años reales, 27 aparentes

Especie:

Vampiro

Tipo y Clase Social:

Alta

Orientación Sexual:

Bisexual

Lugar de Origen:

Roma

Habilidad/Poder:

El primero de los dones que posee por su especie es el de la telepatía, siendo capaz con él de comunicarse de forma mental o leer los pensamientos de las demás personas si así lo desea. Además es capaz de infringir daño con su pensamiento, sin necesidad de tocar a la otra persona. También puede crear ilusiones.

Descripción Física:

Spoiler:

Descripción Psicológica:

Valerio es un hombre serio, regio, con porte altivo. Cualquier persona que no lo conociese bien lo definiría como un hombre de los pies a la cabeza, regido por códigos morales y normas de etiqueta que jamás se lo verá romper. Sensato, educado y cortés, siempre se comunica con los demás de forma precavida y distante, desconfiada si tuviésemos que definirla de algún modo. No cree en los demás, ni como personas ni como confidentes… así que prefiere ahorrarse malos tragos y guardarse bien las espaldas. Es callado, pero claro cuando tiene que hablar y poner los puntos sobre las íes. Hay dos formas de tomarse su actitud: o como que carece de emociones, o como que no las demuestra. Nunca selo ha visto llorar, por muy cruda que haya resultado ser su situación, y tampoco ha manifestado tener algún tipo de sentimientos con alguna persona especial.
No cree en el amor, en la amistad o en cualquier tipo de relación que implique una confianza y unas ganas de sentirse querido. Él, en el fondo, es como un niño herido, que después de muchos palos ha aprendido a temer la vara que lo golpea. Es celoso de su vida, de su pasado y de lo que desea para sí mismo en un futuro. Pesimista y poco positivo, le cuesta pensar que quizás tenga sueños, esperanzas o anhelos. No toma como importantes las falsas esperanzas o la vida en sí… suficiente dolor ha tenido en su pasado como para arriesgarse a tener más.
Cerrado, hermético… son palabras crudas pero que podrían llegar a describirlo a la perfección. Nadie ha sido capaz en vida de romper esa coraza que lo rodea, que lo protege … que lo aisla de un mundo en el que parece que no hay hueco para la gente como él, que en su día tuvo sentimientos y los perdió a base de malas experiencias y trastornos infantiles.

Historia:

Valerio es un vampiro muy antiguo. Su historia como humano se remonta a la primera época del Imperio Romano, cuando este estaba en expansión y auge, conquistando los pueblos bárbaros y otros dominios que todavía le ofrecían resistencia. Por aquel entonces, Roma contaba con innumerables generales de gran prestigio, pero seguramente Valerio Magno I, el padre de nuestro Valerio actual, fue uno de los que más éxitos cosechó a lo largo de su carrera militar. Tuvo cinco hijos, de los cuales Valerio era el menor… y por lo tanto el más débil. Ya desde que era muy pequeño, intentaron inculcarle el arte de la guerra sucia, de someter a los pueblos asesinando a todas sus gentes y tomando el control de forma sangrienta y cruel. En esa familia y ese ejército, no había hueco para la solidaridad o la piedad que Valerio tenía en mente.
Su padre, empleaba con él métodos de educación poco ortodoxos, intentando hacer de su hijo menor un pequeño tirano como él mismo era… Golpes, gritos, palizas y severos castigos marcaron la vida del pequeño Valerio como si fuese a fuego en su piel. Sus hermanos mayores lejos de ayudarle o prestarle consuelo, contribuían en las reprimendas y en los castigos que su progenitor le imponía al menor, disfrutando de ello. Eran claros hijos de su padre… y Valerio empezaba a dudar poseer la sangre de este, visto la diferencia entre sus hermanos y él.
Con el paso del tiempo creció con miedo, pero terminó convirtiéndose en lo que su padre esperaba de él: un general hecho y derecho, digno, que llevaba sus propias tropas y conquistaba sus propias tierras. Orgulloso de su retoño, las palizas cesaron, los insultos se acallaron y sus otros hijos, aquellos que habían despreciado a Valerio por débil y sensible, terminaron cogiéndole envidia y manía, por saber que era lo que ellos nunca podrían llegar a ser. Pasó una larga epoca dedicado plenamente a su labor como general y a conquistar lugares para su patria Roma… hasta que un día, conoció a una criada.
Ella era bella, delicada… le recordó que no todo en la vida era crudeza y desesperación, y le hizo pensar en lo que había sido, en sus sentimientos antes de que la vara y el látigo de su padre le atravesasen la espalda. Recordó haber sido un niño sensible, preocupado por los suyos y por aquellos inocentes que sufrían de forma fortuita… Ese cariño, esa comprensión… él nunca lo describiría como amor, pero sí que hicieron de esa muchacha una persona importante para él. Hasta el punto de que se mudó del hogar familiar a uno propio, y se la llevó para que fuese su propia asistente. Nunca la trató como a las demás criadas, sólo buscaba cu compañía, una charla amena… ánimos, cariño y un entendimiento que sólo ella, a pesar de que no hablaba mucho, podía darle.
Su padre y sus hermanos, ciegos de ira por saber que Valerio triunfaba por donde pasaba, descubrieron la relación del chico con la criada… y asaltaron la casa de Valerio, arrasando con todo y violando a la mujer ante los ojos impotentes de un general joven y gallardo, que era incapaz de hacer nada por la única persona que le había dado algo de amor en ese mundo. Después, no conformes con haberle dado a ver esa terrible imagen, sus hermanos lo asesinaron, lo crucificaron como a los traidores y los enemigos… y lo mataron así.
Tuvo la suerte, sin especificar si fue buena o mala, de que un vampiro pasase por el lugar… y se apiadase de su historia. Lo convirtió, y lo empujó a buscar la venganza que él mismo deseaba. Valerio asesinó a su padre, a sus hermanos, y quemó la villa en la que había nacido para borrar todo recuerdo… no sin antes evacuar a todos aquellos inocentes. Pese a la dificultad de su situación y su existencia… su sentido de la justicia no había cambiado.
La venganza que se cobró no logró para nada acallar su malestar… pero sí contribuyó a que desde entonces, haya estado llevando una nueva vida, mucho más próspera que la que tuvo cuando aún respiraba y era humano.

Datos Extras:

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