Judith Saint 'jdor

-Nombre del Personaje:

· Judith Gabriella Saint 'jdor

-Edad:

· Real: 155 años. (nació en 1626, transformación en 1645)

· Aparenta: 19 años

-Especie:

· Vampira

-Tipo y Clase Social:

· Clase alta

-Orientación Sexual:

· Heterosexual

-Lugar de Origen:

· Paris, Francia

-Habilidad:

· Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.

· Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.

· Poderes:

· Sanación acelerada: Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión. El tiempo de recuperación varía según el personaje.

· Persuasión: Capacidad de hacer que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.

· Control de emociones: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder. Como por ejemplo intentar hacer que en todo momento esa persona esté contenta como si de un hijo o algún pariente muy estimado se tratara.

-Descripción Física:

· De estatura promedio (1,64 cm), posee una complexión delgada con curvas pronunciadas, aunque no
tiene en absoluto la silueta perfecta está orgullosa de la suya. Su piel es pálida como la de todos de su raza, sus mejillas están cubiertas de pecas apenas apreciables a no ser que estés muy encima de ella. Posee unos ojos ligeramente rasgados (cosa que se acentúa cuando sonríe o ríe) de color celeste muy expresivos, aunque de vez en cuando pueden tomar una tonalidad ambarina. Pero cuando tiene sed se suelen cambiar a un tono demasiado rojo, normalmente se los suele perfilar de negro, aunque algunas veces no se los maquilla. Sus labios son pequeños pero carnosos. Poseedora de una cabellera pelirroja que lleva de largo hasta media espalda (quizá incluso un poco más), que unas veces lleva rizada y otras lisa. Siempre le gusta hacerse mil peinados y ponerse todo tipo de complementos en el pelo a juego.

Spoiler:

-Descripción Psicológica:

· gustos: Le encantan los dulces, sobretodo el chocolate y todos los derivados. Adora la música, le hace olvidarse de las cosas que no le hacen bien. Siempre escribe sus propias canciones acompañada de la guitarra que le regalo su hermano en uno de sus cumpleaños. Los pocos privilegiados que la han oído cantar, dicen que su voz es como la de los ángeles, dulce y preciosa. Aunque más de una vez la han animado a que se presentara a algún concurso, ella sigue en su camino. Ya que le da demasiada vergüenza cantar delante de muchas personas. Le encanta dar paseos de vez en cuando, teniendo la tranquilidad que necesita en ese momento. También le gusta leer todo tipo de libros, pero sobretodo alguna que otra novela romántica.

disgustos: Detesta aguantar a la gente que se cree superior a los demás. No le gusta para nada que le den las cosas hechas porque ella se las puede apañar solita, aunque cuando no tiene más remedio tiene que recurrir a los "caprichitos de papá". Odia los prejuicios y que la gente juzgue sin saber o sin conocer a cierta persona.

puntos fuertes: En ella, destaca que es una persona honrada y modesta, a pesar de todos los lujos que puede tener al alcance de su mano. Para nada es creida. Es simpática, sincera y agradable con todo el mundo. Buena amiga que siempre está para todo y aunque ella misma no lo reconozca, es bastante buena en lo relacionado con la música.

puntos débiles: Sabe perdonar hasta el extremo de perdonar cosas imperdonables a los ojos de los demás, y por ello de lo buena que es, suele ser hasta "tonta". Detesta ser tan noble porque muchas veces se suelen aprovechar de sus buenas intenciones. Desea aprender a ser más fuerte.

-Historia:

· Judith nació en París, un 21 de Julio de 1626. Era la típica niña de familia acomodada que jamás había tenido problemas ni tampoco cosas de las que preocuparse, todo lo que quería en menos de dos días lo tenía, fuese como fuere, su familia tenía bastantes influencias en aquel pueblo donde ella había crecido.

Cualquiera pensaba que era una malcriada como todo hijo de buan familia, pero su padre era alguien enteramente humilde de corazón, Eduard enseñó a su hija el significado de la humildad y los sentimientos. Mientras Christine le enseñaba lo que era la prepotencia y las ansias de querer tener mas de lo que ya de por si tenía.

Realmente las personalidades de sus padres eran completamente diferentes, ella misma se preguntaba como podían estar juntos, pero la respuesta era muy sencilla, en aquellos tiempos la vida era muy dura y la gente no se casaba por amor. Su padre era dueño de muchas tierras o al menos sus abuelos eran los dueños, el era el heredero de todo aquello. Mientras que su madre era guapa, joven y proveniente de una familia con renombre pero sin tierras. Sus abuelos vieron hay la combinación perfecta, tierras y nombre, pero del amor nadie habló.

Eduard respetaba a Christine y este le tenía cariño, pero nada mas cerca del amor, con esto a Judith le parecía increíble que hubieran tenido juntos tres hijos, John, el mayor, y Katherine, su tercera hija, era la preferida de su madre, prepotente y orgullosa, como Christine.
Judith rondaba los 16 años cuando sus padres decidieron comprometerla con un ricachón de Francia, mas bien su madre, porque su padre no quería aquella vida para sus hijas. Era tres años mayor que Judith, jamás se habían visto y esto hacía que ella se mostrara aún mas reacia a aquel matrimonio, pero su madre era muy persuasiva y le obligó a conocerlo.

Fue un soleado día en el que sus miradas se encontraron por primera vez, Alexander quedó prendado de los profundos y encantadores ojos de ella, además de que era una de las muchachas mas atractivas de por allí, pero Judith no se enamoró de nadie.

Desde aquel temprano día comenzaron los preparativos de boda, Judith era la mujer mas desdichada, no deseaba casarse y mucho menos sin amor, no quería que si vida fuera un reflejo de la de sus padres, eso la asustaba y mucho. El día de la boda no dejó de llorar y suplicar de rodillas a su madre que no la casara, pero su madre no la escuchó y la empujó a los brazos de un hombre que no amaba y al cual despreciaría por el mero echo de haberle quitado su preciada libertad.

Su noche de bodas fue la peor de toda su vida, como humana, su vida se convirtió a partir de entonces en lo que siempre había temido que se convirtiera, en una copia, una burda copia de la vida de sus desdichados padres. Entonces comprendió que su vida acabaría si no era libre, intentó por todos los medios ser feliz, cuando Alexander se iba de viaje, la mayor parte del año, pero jamás encontró lo que buscaba.

Noche del 1645. Era una de esas noches en las que su marido partía de viaje, Judith salió de su casa, recorrió las oscuras y silenciosas calles del antiguo París. En la oscuridad de la noche, una criatura se descubrió de las sombras dejándose ver por Judith, con solo 19 años, quedó prendada del joven que sus ojos jamás olvidarían. Era alto, mas que ella, cuerpo escultural y una tez blanquecina, muy blanca, tenía muchas ojeras pero al contrario del aura que desprendía sus ojos eran cálidos y dorados, aquellos ojos la rondarían unos cuantos siglos mas.

Aquella escultura divina la seudjo de una manera inimaginable, la pidió que la siguiera y ni ella aún sabe explicar como de sus labios salió aquel no, pero si sabía que la hizo distinta a las demás y aquel hombre la siguió entonces. Estuvo con ella día y noche, aunque ella solo lo viera en las noches, él no la dejaba que lo tocara en exceso, aún así se enamoró perdidamente de él, daría la vida si hiciera falta. En una de sus noches los dos solos, Judith le contó lo infeliz que era su vida, necesitaba ser libre, poder decidir ella sola a lo que Thomas no contestó, simplemente se fue.

Volvieron a verse meses mas tarde, Thomas le dijo que estaba preparado y ella no pudo hacer nada antes de que la mordiera. Fueron varios oscuros días, llenos de dolor, lágrimas, angustia y desesperación en los que él no se separó de Judith, la escondió en un lugar alejados de la ciudad, en el bosque, lejos de humanos. Para cuando el dolor desapareció, Thomas aún seguía con ella, le explicó que era en lo que la había convertido y porque lo había hecho, era la mujer mas infeliz que había visto, necesitaba la libertad. Ahora la tenía, sería libre para toda la eternidad.

Pasaron años en los que Judith no miró a Thomas a los ojos por lo que le había hecho, le había dado la libertad, pero a que precio, tuvo que alejarse de su familia, porque el se negaba a correr el riesgo de que al no controlar aún sus instintos pudiera matar algún humano. Un siglo mas tarde, Thomas y Judith eran felices juntos, ella lo había perdonado y lo quería, como jamás habría querido a Alexander. Pero la felicidad no existiría un largo tiempo en su vida, un clan de vampiros que estaban en contra de lo que ellos era, "vegetarianos" se enfrentó a ellos y Thomas calló, mientras que ella consiguió huir.

Desde entonces se quedó sola, viuda y triste. Espera encontrar algo o alguien que le llene el vació tan inmenso que tiene.

-Datos Extras:

· Su mayor pasion es la música, se puede tirar horas y horas, componiendo canciones con su guitarra.

· Prefieren que la llamen Ella, pero no le hace ascos a su primer nombre, Judith.

· Aún conserva el anillo de compromiso que le regalo Alexander, que lleva en su cuarto dedo de la mano derecha.