La noche de las pesadillas (Irina)

por **Dana Luminita** Jue Ago 11, 2011 4:52 pm

Vienes a verme esta noche querida, vienes a contarme un cuento, pero solo te quedas sentada al pie de la cama, sin maquillaje y sin sueños, te quedas ahí pequeña Juana, con mis recuerdos, con mis ojos, y solo llevas en la palma de la mano aquel rosario donde rezaste ser libre, pero luego te quedaste encadenada a la oscuridad, perdiste tu cabeza y sin ella no encuentras el camino, no encuentras la compañía y solo hallas la soledad.

Juana, Juana, son pequeñas las canciones que te acompañan. Solo puedo dejarte en la cama y no querrás saber que tu cabeza nunca encajará de nuevo en su sitio. Un suspiro brota de mi y los rayos de luna llenan tocando la ventana, se siente como si fuera el sol, queman y escucho a lo lejos el sonido de los cantantes, me recuerdan al pasado a lo que nunca pude tocar, aquellas noches, los gitanos y esos ojos iguales a un océano tormentoso, frío y lleno de poesía, pude probar su sabor, pero al probarlo sabes que el sabor amargo viene al final, cuando descubres que no puedes tocar el corazón de un lobo, cuando sabes que todo aquello solo es parte de la ficción y no es permitido hablar de ello.

Alguien se acerca, escucha Juana, los cuentos vienen esta noche, no estamos solas más en esta casa, nuestra familia esta única y podremos contar más cuentos por las noches, podrás jugar entre los laberintos de los jardines y enterrarte en las espinas. Su aroma es especial, lleno de fragancias de la noche, de cítricos, de hojas verdes a bosque, su frescura puede llenarme las venas, es la única Juana, mi hada madrina. Me salvó aquella noche, cuando todo se venía abajo, ella pudo ver mi miseria y los ojos aun así me persiguieron.

Me acerco a la puerta y la abro, estoy como lo que soy, una joven vampira, sin ropa de arlequín, sin ropa de caballero, solo con un vestido y sin zapatos, sin maquillaje, como morí, como siempre me quedo en el lecho de mi hogar, cuando no hay visitas, cuando solo están mis padres y mi esposo, cuando solo quiero contarte cuentos Juana...
-Bienvenida sea usted mi querida reina... –La puerta queda de par en par y hago una reverencia, esperando a que entre, esperando a que se apiade de mi y me cepille el cabello o me maquille como ella suele hacerlo.