quisiera proponer un brindis [Jeremy][+18]

Salió a pasear, no soportaba estar un minuto mas en su casa con su padre haciendole preguntas que lo que buscaban era poner en evidencia que Cassius se traia algo entre manos, y de hecho asi lo era, Cassius se traia algo entre manos, habia estado practicando magia y hechicería de nuevo, lo cual a su padre de seguro no le haría mucha gracia, pero ¿Qué culpa tenia el chico? El no tenia ninguna culpa, simplemente habia nacido con ese don, además, era preferible arriesgarse a estudiar hechicería a las espaldas de su padre que no hacerlo y dejar que sus poderes le jugaran una mala pasada, no; era mejor tener las cosas bajo control

Aquel dia salió a dar una vuelta por las calles de Paris, simplemente para distraerse, a Cassius le gustaba salir a dar un paseo de vez en cuando, siempre habia detestado estar encerrado en esa enorme y solitaria casa, incluso de niño pasaba el mayor tiempo posible en los jardines, jugando y haciendo cosas de niños, vigilado siempre por los sirvientes de su padre, claro; el chico recorrió todas las calles de parís buscando algo interesante para realizar aquella tarde, y de hecho lo encontró, estuvo en la biblioteca leyendo un poco sobre historia antigua, los mitos y leyendas siempre le habían fascinado, de hecho la lectura de aquel dia le habia fascinado demasiado que perdió la nocion del tiempo, habia salido de su casa casi a medio dia, para cuando se dio cuenta faltaba poco para el ocaso, de inmediato salió de la biblioteca no sin antes marcar con disimulo la pagina en la que iba, se prometió a si mismo volver despues

Cuando iba de regreso pasó por una taberna y pudo sentir un aroma dulce y atrayente, tal vez de algún tipo de vino, y aunque Cassius no era experto en vinos y licores la idea de un trago se le antojaba interesante, asi pues detuvo sus pasos y entró en el lugar; se detuvo un momento en el umbral mientras buscaba un lugar disponible y al final lo encontró: habia una mesa libre, un mesero estaba recogiendo los vasos del ultimo cliente que se habia sentado allí

- Disculpe joven- dijo Cassius acercándose- ¿esta mesa está disponible?

El día pasaba lento y aburrido, como todos. Nunca había nada que me llamase la atención, siempre eran los mismo paisanos que pedían siempre lo mismo. Las horas pasaban a marchas forzadas.
La tarde comenzó a agonizar en silencio, con su tono rojizo cubriendo el cielo, haciendo que la gente comenzase a irse. Pero un único individuo entro en ese momento. Un chico rubio de mas o menos mi edad. Sin duda atractivo. Estuvo en la puerta. En ese momento recogía una mesa que unos "amables" caballeros habían dejado libre.
Nunca sabría como tres señores podían dejar tantas manchas en una mesa. compadecía a sus mujeres, tenían que dejar la mesa de la comida hecha una guarrada.
El joven rubio me pido permiso para sentarse en la mesa. Eso era raro. Me hizo fijarme en el aun mas. Sin duda alguna era guapo.
-Claro, señor, siéntese.- Dije mientras quitaba la bandeja llena de vasos.- ¿Que desea para beber, milord? -Pregunte educadamente.
La ultima vez que un chico me pareció guapo fue el señor Van der Wooden... Y era un vampiro... Pero este chico había llegado justo en el ocaso, eso era mas agradable, no temer por estar cerca de un chico guapo.

Era evidente que el cliente anterior había dejado la mesa hecha un completo desastre pero aquel mesero la estaba dejado bastante limpia, Cassius esperó a que el mesero terminara de limpiar y cuando el mesero afirmó que la mesa estaba disponible el chico pudo fijarse más en él: se trataba de un atractivo chico de cabello oscuro, a simple vista no aparentaba ser mucho mayor que Cassius, el mesero terminó de limpiar la mesa y Cassius se sentó- ¿milord?- repitió con un poco de gracia- es la primera vez que me llaman de ese modo- aunque Cassius provenía de la nobleza parisina, el “Lord” siempre había sido su padre, el aun no poseía algún título nobiliario, debía esperar a que su padre se lo heredara, pero de momento eso no le interesaba- de todos modos gracias por el titulo- dijo sonriendo

se fijó mas en el mesero, sin duda era un hombre verdaderamente apuesto, Cassius se lo quedó mirando un momento y luego desvió la vista antes de comenzar a babear, no quería parecer un tonto- quisiera una copa de vino- fue lo único que se le ocurrió pedir, no quería algo mas fuerte por temor a perder los estribos y terminar cometendo alguna imprudencia- blanco de ser posible- dijo fingiendo interés en un par de borrachos, se preguntó que tanto habian bebido esos para terminar de ese modo, incapaces de sostenerse en pie por ellos mismos y recitando incoherencias; no, procuraría no beber demasiado para no terminar asi, si embargo por más que intentó concentrarse en aquellos individuos no pudo evitar que sus ojos buscaran nuevamente al mesero cuando este se marchó por su orden, apoyó su brazo derecho en la mesa y recargó su barbilla en la mano mientras lo observaba, había algo en ese chico que hacía imposible que Cassius pensara en otra cosa

-Siempre hay una primera vez para todo, señor.- Dije refiriéndome a que fui el primero en tratarle con un titulo.- Ahora mismo le traigo la copa.

Luego me aleje para buscar una copa y una botella de vino blanco. Mientras hacia esto, notaba las fugaces pero constantes miradas del chico. Alternaba la vista entre unos borrachos propagando incoherencias y yo. Me hizo sentir vigilado y a la vez, atractivo. Tenia una sonrisa graciosa, supongo que parecida a la mía cuando me ponía a babear por un cuerpo que había visto pasar.

El chico tenia un aire diferente a todos los borrachines que había por alrededor. Tenia ese aire de misterioso que rodeaba a todos los seres sobrenaturales, pero no daba ese aspecto de peligroso. Iba bien vestido y elegantemente. Sin lugar a dudas era un chico guapo y atractivo.

Vertí el vino en la copa y guarde la botella en su sitio. Luego lleve la copa hasta el chico atractivo y rubio que la había pedido.

-Aquí tiene su vino, señor.- Dije perfectamente educado.- Y, si no es mucha indiscreción, podría preguntarle que tengo de interesante, para que no pueda quitarme la vista de encima. No es que me moleste ni mucho menos.- Dije con una sonrisa, la mejor que encontré en mi repertorio de sonrisas.

Siguó con su juego de miraditas intermitentes mientras aquel chico iba a buscar su copa, intentaba ser lo mas discreto posible, peor le costaba, aquel mesero era un chico que fácilmente se robaba las miradas de otros, o al menos ese era el pensamiento de Cassius en ese momento; aquel mesero regresó al poco tiempo con su bebida- gracias- agradeció sonriendo mientras tomaba la copa y la levantaba en dirección al chico- a la salud del mesero que me atendió esta noche- observó un momento el licor, lo removió un poco para captar su aroma y luego se lo llevó a los labios- perfecto, es un buen vino, muchas gracias- volvió a agradecer Cassius levantando de nuevo la copa en dirección al mesero

- Oh, bueno- dijo un poco avergonzado al escuchar las palabras del mesero, se fijó en su sonrisa y eso le hizo saber que no le molestaba en lo mas minimo, eso lo tranquilizó un poco- sucede que me agrada lo que veo- esbozó una sonrisa mientras mecía el licor dentro de la copa- me agrada que no le moleste, asi puedo seguir observándole sin sentirme culpable- bebió otro trago del dulce vino mientras seguía sin apartar los ojos de aquel chico, tenia un aire atractivo, pero a la vez enigmático, como si no se tratara de un humano común y corriente, claro que Cassius tampoco encajaba en la definición de “humano común y corriente” - ahora, si no es molestia- dijo el chico- me gustaría conocer el nombre del mesero que me atendió esta noche, para futuras referencias

Era un chico interesante. No era provocador, ni frió, ni distante. Era amable, simpático, atractivo. Me gustaba que le gustase lo que veía. Eso siempre me hacia sentir bien, bueno ¿y a quien no? Estoy seguro que a él también le gustaba ir bien vestido para que las chicas, o los chicos, se fijasen en él, y sin duda funcionaba. A mi me gustaba ir elegante por eso, en cierta manera, aunque también forma parte de mi, o eso decía mi madre: "los felinos son los seres mas elegantes sobre el planeta"

-Jeremy Alexander, para servirle.- Me presente a la vez que hacia una reverencia.- Y no hace falta brindar en la salud de este mesero.- Conteste. Notaba como se me sonrojaban los pómulos. - ¿Puedo preguntarle su nombre, señor?

Era una pregunta que no tenia que hacer, profesionalmente no me tenia que interesar a quien emborracho, pero personalmente ese chico me llamaba la atención y tenia curiosidad. Claro que la ultima vez que tuve curiosidad por un chico resulto ser un vampiro... Saque de mi cabeza a aquel individuo y me centre en el que tenia delante.

Sonrió, cada vez encontraba más interesante a aquel hombre, no era de la clase de hombres vulgares, era simpático y agradable, y que no le molestara que lo observara le parecía bien, había cierta elegancia en el mesero, cierta presencia enigmática, pero a la vez curiosa, eso sumado a la forma de ser del chico no hacía más que incrementar el interés de Cassius- pues, un placer Jeremy- dijo levantando la copa por tercera vez- la próxima vez que visite la taberna procurare que sea usted quien me atienda- bebió otro trago de vino, ya la copa iba por la mitad- mi nombre es Cassius de Beaumaris, pero puede llamarme Cassius a secas- volvió a sonreír, pero a base de sonrisas y miradas no iba a conseguir mucho más que parecer un tonto frente a Jeremy

Jugó un poco con la copa, meciéndola levemente mientras observaba de nuevo a los borrachos, cada vez con menos conciencia mientras armaban un desastre sobre la mesa- espero no terminar así- murmuró, luego se volvió hacia Jeremy- ¿no le resulta molesto tener que tratar a diario con personas así?- dirigió una mirada a los borrachos- una persona tan… especial como usted debe tener mucha paciencia para dedicarse a servir licor- dijo mientras jugaba con la copa sobre la mesa meciéndola con sus dedos mientras contemplaba al mesero, de nuevo se llevó la copa a los labios, esta vez vaciándola- oh- dijo un poco desanimado viendo la copa- no creí terminarla tan prontol la estaba pasando tan bien- suspiró, a decir verdad no quería marcharse tan pronto, no quería alejarse de Jeremy, ya había conseguido llamar la atención de Cassius, difícilmente lo iba a dejar escapar, entonces se le ocurrió una idea, aunque talvez las consecuencas serian un poco fuertes- ¿le importaría llenarla de nuevo?

Miraba y sonreía tontamente, supongo que como yo lo hacia. Eso me gusto. Era simpático y no un imbécil como todos los demás que estaban por allí, sintiéndose superiores por ser "clientes" o por poseer un titulo o algo así. El muchacho se interesaba por mi, cosa que pocas personas había hecho. Eso se agradecía mucho.

Me había llamado especial, eso no se lo dicen a uno todos los días. ¿ sabría algo de mi condición? Es cierto que él también era algo especial, pero no estaba seguro de que era, así que él podía intuir que yo tenia algo raro.

-Hace falta mucho de ese vino para que acabe así, Cassius.- Mire a los borracho que había por toda la taberna, muchos de ellos gritando incoherencias y jugando a las cartas con sus propias reglas, es decir, ninguna regla.- Te acostumbras a tratar a estos individuos, mientras no monten follones ni peleas, todo va bien.- Conteste a su pregunta. - Ese vino es el que mas gusta a algunos clientes, aunque la mayoría prefiere la apestosa cerveza. Ahora le traigo otra copa.

Cogí el vació recipiente y volví tras la barra. Rellene la copa y guarde el vino otra vez. Los vinos era lo que mas me gustaba servir. Este tenia un suave aroma afrutado.

Un hombre pidió otra jarra de cerveza, la cual serví rápidamente y envié a su sitio al borra chuzo a su silla. Dando tumbos llego a su silla, fue un milagro en mi opinión. Cogí la copa del chico y la lleve a la mesa del susodicho. Un borrachuzo me empujo y caí, tirando la copa al suelo y callándome encima de ella.

Al levantarme comencé a pedir disculpas a diestro y siniestro, a Cassius par caerme casi encima suya, al borrachuzo (a pesar de haber sido su culpa) por empujarle e incluso creo que pedí disculpas al suelo; hasta que vi un liquido rojo brotando de mi mano. Estaba sangrando. Mi cerebro se paro mire a mi alrededor y corrí a la parte trasera donde no me viesen. Joder como dolía el puñetero corte. Lo intente lavar lo mejor que pude, no podía hacerlo muy bien, dolía mucho y era un simple corte, no muy profundo. Intente tranquilizarme inspirando hondo.

- Eso espero- contestó observando a los borrachos, cada vez le caían peor, solo por el hecho de estar bebiendo, algo raro en el, ya que Cassius no solía juzgar a la gente sin conocerla primero, pero no había que conocer a aquellos hombres para saber que terminarían cometiendo alguna locura- bueno, pues si usted lo dice… - comentó, aunque no le dio tanta importancia a que Jeremy trabajara sirviendo licor, no lo juzgaría, simplemente lo tomaría como algo sin relevancia, le interesaba más el chico y su… atractivo que su trabajo

Observó desde su mesa a Jeremy sirviendo de nuevo su copa de vino, ese vino le había gustado, ¿o le había gustado el mesero? Un poco de ambos, podría decirse. Mientras observaba a Jeremy los ya tan conocidos y molestos borrachos empezaron a montar un espectáculo que estaba seguro no traería nada bueno, todo producto de sus tragos de mas; en efecto, ocurrió lo que Cassius temía, uno de aquellos borrachos se había levantado de la mesa, y como no tenía el equilibrio suficiente termino por derribar a Jeremy- ¡oh, Dios!- exclamó Cassius sobresaltado cuando vio al mesero caer casi sobre él, maldito ebrio

Inmediatamente el chico se levantó de su silla y observó el desastre, aunque no era tanto por las copas rotas y los daños materiales, su verdadera preocupación era Jeremy, esperaba que no se hubiera lastimado- Santo Dios, ¿ya ve lo que hace?- le gritó al borracho causante del accidente, luego se volvió hacia Jeremy, pero lo único que vio fue gotas rojas en el suelo. Aquello no le gustó, observó a su alrededor y alcanzo a ver al mesero entrar a la parte de atrás de la taberna, pobre Jeremy, estaba seguro que había resultado herido, tenía que ayudarlo, pero ¿cómo?

Y entonces recordó una de sus lecciones, aunque no estaba seguro si debía usarla, recordó las palabras del señor Von Garvel sobre la ilusión, había llegado el momento de ver que tan buena era su magia, se concentró y proyectó una ilusión de si mismo en el mismo punto donde estaba, y mientras el falso Cassius se quedaba discutiendo con el borracho, el verdadero salió tras el mesero

- ¿Jeremy?- preguntó al entrar en la trastienda, localizó al mesero y fue hacia el- ¿se encuentra bien? la culpa no fue suya, fue del… ¡oh!- se interrumpió la ver la herida de Jeremy- ¡santo Dios, está herido!- tenía que ayudarlo, aunque eso implicara revelar más sobre él, pero eso no importaba, ahora solo le preocupaba el mesero- déjeme ayudarle- afanosamente buscó en el lugar algo que le sirviera para cubrir la herida, pero no encontró nada, así que no tuvo más remedio que hacer aparecer una venda, esperaba que Jeremy no lo hubiera notado, aunque algo le decía que podía confiar en él. Tomó la mano herida del mesero y con cuidado envolvió la venda en ella, y al hacerlo no pudo evitar pensar que Jeremy tenía manos bastante suaves, ideales para acariciar, cómo le gustaría ser acariciado por esas manos de ángel… pero apartó esos pensamientos, aunque no pudo evitar un leve sonrojo- listo, eso debería bastar.

Busque unas vendas, trapos, algo con lo que parar esta estúpida herida. Mire por todos los lados de la oscura trastienda, llena de barriles, mesas, cajas y demás cosas que ahora mismo se me antojaban todas inútiles. No había un maldito trapo. Me dio un pequeño mareo, me tuve que sujetar con la mesa mas cercana para no caerme. No podía haber perdido tanta sangre ya. Seguí buscando.

Alguien entro, era Cassius. empezó a decir algo de la culpa y freno en seco al ver la sangre. Luego sin esfuerzo encontró unas vendas. ¿De donde las había sacado? Cogió mi mano y comenzó a vendarla. Pude notar sus manos calientes rozando mi piel, envolviéndola en ese trozo de tela.

Una sonrisa apareció en mi cara cuando dijo "listo, eso debería bastar" para decir que había terminado. Me había puesto nervioso por una tontería de este calibre, no había sido mas que un pequeño rasguño, peores había tenido siendo niño, jugando por las calles. Ese chico me ha ayudado sin tener que pedírselo. Nadie salvo mi madre lo había hecho.

-Gracias.- Susurre mientras miraba mi mano vendada.- No se que hubiera hecho sin ti... Me puse nervioso sin motivo... No se...- Intente justificar mi pésimo control sin resultado.- Muchas gracias de nuevo.- Agradecí nuevamente.- Creo que debería ir a limpiar eso...

Vi como mi mano seguía entre las suyas, sujetada con cierta ternura. Seguí con la vista las manos del chico por los brazos, los hombros, el cuello y finalmente el rostro. Di un disimulado paso hacia él, haciendo que el espacio entre nosotros quedase disimuladamente estrechado. Quería olerle, quería poder identificarle en donde fuera. Inspire profundamente y su olor inundo mi nariz. Fresco y salvaje a la vez que dulce y atrayente. Sin duda inequívoco.

Después de haber terminado siguió sujetando la mano de Jeremy con delicadeza, como si se tratara de algo muy frágil que tuviera que proteger, aun sentía el sonrojo en sus mejillas y se obligó a mirar a otra dirección para disimular, sin embargo dejó escapar una sonrisa y volvió a buscar los ojos de Jeremy cuando escuchó sus palabras de agradecimiento – no fue nada- dijo con modestia mientras sonreía- la culpa no fue tuya, fue de él, que bebió de más- desvaneció su clon imaginario mientras sus ojos hacían contacto con los del mesero, los ojos de Jeremy tenían un brillo enigmático, misterioso, y sin saber por qué Cassius pensó que le recordaban a un gato

Se hizo a un lado para darle paso a Jeremy, pero al hacerlo notó que la distancia entre ellos se acortaba, Jeremy se acercaba a él, aunque no tanto como habría querido Cassius, aun así su corazón comenzó a acelerar sus latidos, el chico se quedó inmóvil mientras Jeremy lo ¿olía? Si, parecía que eso estaba haciendo, esperaba que su olor no le resultara desagradable al mesero; observó el rostro de Jeremy, ese rostro que le resultaba tan apuesto, esos ojos tan cautivantes… ese chico que le resultaba tan atractivo

Lentamente comenzó a acercarse a él, acortando cada vez más la distancia entre ellos, tenía su mirada fija en los ojos de Jeremy mientras levantaba una mano y suavemente la ponía en la tersa mejilla del mesero, la acarició con su pulgar mientras sentía su cálido aliento; lo deseaba, deseaba con ansia probar esos labios, el chico era simplemente irresistible para él, la distancia se acortaba cada vez más, centímetros… milímetros… hasta que sus labios se encontraron

Así permaneció unos minutos, besando con deseo y pasión aquellos labios, sentía su corazón latir con violencia mientras una voz en su cerebro le decía que se detuviera, que desistiera; pero él no quería parar, quería seguir así besando al mesero, sin embargo la falta de aire lo obligó a separarse de Jeremy- yo…- balbuceó, ¿Qué podría decir? ¿Había sido muy atrevido de su parte? Al parecer si, o eso le indicaba el rubor que nuevamente se instaló en sus mejillas. Lo único que se le ocurrió en el momento fue mirar a todos lados menos a Jeremy, sentía una mezcla entre vergüenza y placer, una sensación que solo un beso podía desatar

La distancia entre el chico y yo fue menguando hasta no dejar nada entre ambos, juntando nuestros labios en un suave e inspirado beso. La oscura trastienda no era el mejor de los lugares para un beso, pero si era algo bonito, que invitaba a mas, a querer acercarse a ese rubio y robarle otro beso.

Cassius acabó el beso jadeante y comenzó a balbucear, quería decir algo. Estaba avergonzado, esquivaba la vista y sus mejillas se habían enrojecido. Era bastante mono en ese momento. Coloque mi dedo indice en sus labios para que dejara de balbucear y luego busque su vista.

-No hace falta que digas nada.- Sentencie.- Coge aire.

Aparte mi dedo de sus labios y lo coloque en su mejilla y me acerque para besarle de nuevo. Esta vez mas seguro y firme, un beso mas profundo. Acerque mi cuerpo y pase mi mano vendada por su espalda, haciendo una leve presión para que se juntase a mi, mientras que con la otra acariciaba suavemente la mejilla de mi acompañante rubio.

Sentía su rostro ardiendo mientras sus labios palpitaban por aquel beso, estaba dividido entre el placer y la vergüenza, sintió los dedos de Jeremy rozar sus labios y giró de nuevo su rostro hacia él; observó sus ojos y se calmó un poco, su pecho subía y bajaba al compas de su agitada respiración, aun así después de analizar las cosas se dijo que no tenía nada de qué preocuparse; Jeremy se acercó a él y volvió a besarlo, pero esta vez Cassius respondió el beso con seguridad

Sintió el cálido cuerpo del mesero pegarse al suyo y eso lo entusiasmó mas, deslizó su mano entre los cabellos del mesero mientras lo besaba y con su otra mano le rodeaba para acercarlo más a él, estar tan cerca de ese atractivo muchacho le parecía realmente excitante, dejó escapar un leve jadeo mientras sus pulmones demandaban aire, pero aun así siguió concentrado en la boca de Jeremy, lentamente se alejó de la boca de Jeremy y buscó otras partes que besar, se concentró un momento en el lóbulo de su oreja, mordiéndolo y jugando con él, y luego bajó hasta el cuello

Se deleitó un momento en el cuello de Jeremy, era tan atractivo… tan deseable, luego de un momento se separó de su cuello jadeando y lo miró a los ojos, sentía su rostro encendido otra vez, aunque esta vez no era por vergüenza, sino por el momento tan pasional; sentía calor en todo su cuerpo, dejó escapar una sonrisa de lado y luego volvió a la boca de Jeremy

Me encantaba este chico. Podía escuchar su respiración agitada y notaba su rostro caliente. Una sensación totalmente opuesta al vampiro del otro día. Calor es lo que desprendía el muchacho, calor agradable. Mientras el jugaba con mi oreja y mi cuello yo hice lo mismo, bese el cuello y le daba pequeños mordiscos y lametones. Todo a la vez que introducía mi mano por debajo de su camisa y acariciaba su espalda lentamente, mientras me pegaba mas a su ardiente cuerpo.

Podría estar así toda la vida, si no llega a ser porque oí algo que se rompía en la parte delantera del bar. "Vaya mierda" pensé fuertemente. No quería soltarle, no tendría otra escusa para volver a juntarme a él.

-Tengo que ir...- Me force a decir, mientras me obligaba a separarme lentamente.

Cuando logre romper el abrazo volví a la parte delantera del bar y vi un par de jarras rotas en el suelo y dos tipos forcejeando. Los separe. No es muy difícil separar a dos borrachos, cuando tu tienes mucho mas equilibrio que ellos.

-Si queréis pelear, hacerlo fuera!- Chille y les eche a la calle.- Los demás daos prisa en acabar, estamos cerrando ya.

Los dos borrachines se fueron y los demás regresaron a sus mesas a apurar la bebida que les quedaban. Aproveche para limpiar todo el estropicio que había, comenzando por recoger todos los cristales rotos, con cuidado de no cortarme. Luego fregué el suelo, eliminando el rastro de liquido derramado, incluido el vino que yo mismo había tirado hace unos instantes.

Ya empezaba a gustarle aquella situación, estar allí besando a un chico atractivo le resultaba bastante agradable; Cassius seguía besando con avidez la boca del mesero mientras sentía sus manos curioseando por entre su camisa, se estremeció un poco al sentir su contacto pero rápidamente empezó a gustarle, deslizó la mano que tenia enredada en el cabello de Jeremy hasta su espalda baja mientras se mordía el labio para reprimir un gemido

Era todo perfecto, no quería despegarse de aquel chico, quería mas de él, pero un ruido en la taberna interrumpió ese bello momento- ¿en serio tienes que ir?- murmuró un poco triste por tener que despegarse de aquel chico, peor sabía que era su trabajo, así que muy a su pesar tuvo que dejarlo ir; cuando vio salir a Jeremy de la trastienda se sintió un poco cabreado, la estaba pasando también, pero tenían que interrumpirlos, resopló de frustración, pasó sus manos por su cabello mientras pensaba que hacer ahora, había entrado en la trastienda gracias a una ilusión, así que se vería un poco extraño que lo vieran salir de la trastienda cuando de hecho, su clon imaginario ya había abandonado el lugar

Permaneció un tiempo en silencio, escuchando lo que pasaba en la taberna, escuchó a Jeremy gritarle a un par de borrachos y sonrió, ya había dicho que no lo iba a dejar escapar; según Jeremy ya casi cerraban, así que decidió esperar a que todos se fueran para reanudar lo que había dejado pendiente; al poco rato no sintió más que ruidos de sillas organizándose, y supuso que ya estaba cerrando, salió con cuidado de detrás de la trastienda y pronunció unas palabras en latín antiguo para retener a Jeremy mientras los demás se iban

- Estamos solos- comentó acercándose al mesero, su hechizo había funcionado, pues solo Jeremy seguía allí, se situó detrás del mesero y lo rodeo con sus brazos mientras encajaba su barbilla en el cuello de Jeremy- ¿quieres continuar donde lo dejamos?- a continuación dio un pequeño mordisco a su oreja mientras se pegaba más a su espalda

Recogí todo. Los pocos clientes se fueron sin que tuviera que decir nada. Uno se podía acostumbrar a esto rápidamente. Visitas inesperadas muy intensas y clientes yéndose sin decir ni pío y ademas dejando propina. Sin duda podía continuar así.

Cuando el ultimo de todos se fue, el rubio salio de la trastienda. Andando lentamente y con una sonrisa juguetona mientras caminaba hacia mi. Aproveche para examinarle. Era alto, no mucho, de mi altura, tampoco estaba muy delgado. Era guapo, de eso no había duda.

-Pensé que te habías perdido ahí detrás.- Dije sonriente y juguetón cuando me alcanzo. Le bese cuando acabo de pronunciar sus palabras.- Por aquí, mas o menos, ¿no?- Conteste a su pregunta entre beso y beso.

Mis manos volvieron a acariciar su espalda bajo su camisa a la vez que la otra subía y se enredaba en su claro pelo. Todo esto mientras mi cuerpo se juntaba al suyo, chocando de una manera sensual y atractiva.

- Me encanta que me hagan visitas de este tipo, parece que... bueno...- Dije recuperando el aire- La gente se va sin decirles nada y ademas, dejan propina, cosa que los demás días no dejan nada.- Comente en cierta manera extrañado y contento.

Luego volví a besarle, como si lo que había dicho no hubiera sido mas que un pensamiento. Sus labios eran cálidos, así como sus manos y sus caricias, totalmente opuestas a las del vampiro del otro día. Deje su boca y pase a su barbilla y su mandíbula, con pequeños besos y lametones hasta el cuello.

- No podría perderme, eso me aprataria de ti, lo cual no me apetece- contestó con mas jugueteos en el cuello y la oreja del mesero, volvió a besar esos labios mientras sujetaba con seguridad el cuerpo del mesero, ese cuerpo tan atractivo que empezaba a disfrutar; sintió de nuevo las manos de Jeremy acariciando su espalda, se tensó un poco pero luego se relajó dejándose llevar por la sensación que le provocaba su tacto

Soltó una risita floja al escuchar las palabras de Jeremy- pues, tienes suerte, dale gracias a tu encanto- volvió a reír, aunque había sido él quien había movido sus influencias para que las cosas tomaran el curso que Cassius quería, pero valía la pena, Jeremy valía la pena; de su boca escapó un gemido bajo, producto de los besos y jugueteos del mesero; se aventuró a introducir sus manos bajo la camisa de Jeremy, quería sentir su piel, recorrerla con sus dedos y sus labios, acarició su espalda y luego sacó sus manos para comenzar a desabrochar los botones de la camisa de Jeremy, solo desabrochó algunos dejando parte de su pecho descubierto e introdujo sus manos dentro de la camisa otra vez

- Ahhh- gimió, le gustaba que Jeremy le besara de aquella manera tan sensual, tan placentera, volvió a enredar sus manos en el cabello del mesero mientras volvía a buscar sus labios, lo besó un avidez y un poco de lujuria, se estaba divirtiendo con el mesero, peor ¿hasta qué punto llegaría esa diversión? – me encantas-dijo con una sonrisa juguetona mientras desabrochaba los últimos botones de su camisa, se deshizo de la prenda y se dedicó a repartir besos por el torso desnudo de Jeremy

Escurrió sus manos bajo mi camisa, dejando un reguero de caricias y placer, mientras seguía con suculentos besos. Luego dejo mi espalda y me desabrocho la camisa, lo justo para dejar ver un pequeño circulo amoratado en uno de mis pechos, fruto de la exótica noche de hace unos días con el vampiro. Lo obvie, si yo no le hacia caso, él tampoco lo haría.

Continué besandole, me gustaban sus labios y también su mandíbula, tenia una forma bonita, la bese y la mordisquee. Tenia su sensualidad con una fina barba puntiaguda, que hacia que fuese mas suculenta.

No podía quitarme ese olor de la nariz, olía estupendamente, me recordó a la menta, fresca y contundente, mezclado con vainilla, suave y sensual. Plena descripción del chico que estaba entre mis brazos y al cual mis labios reclamaban.

Yo tambien desabroche su camisa, lentamente, empezando por abajo y dejando pequeñas caricias a mi paso. Aproveche para llevarle a una mesa despejada y me senté en el borde y haciendo que el rubio se pegase a mi de manera que quedase entre mis piernas. Algo que no debía haber hecho puesto que quedaba en manifiesto mi erección bajo los pantalones. Aunque no había que avergonzarse, ya que él también debía de tener una buena, lo notaba, casi podía oler la excitación corriendo por sus venas.

Continuó con su jueguito de caricias, besos y mordiscos en la boca y el cuello de Jeremy, ese chico lo enloquecía, lo atraía de una manera salvaje y, demás está decir, despertaba sensaciones para nada puras en Cassius; sus manos recorrían toda la extensión del torso, tocándolo, acariciándolo, sintiendo esa perfecta y tersa piel; sintió las manos del mesero empezara jugar con su camisa y el no hizo nada para evitarlo, tal vez porque esperaba que hiciera eso, quería divertirse aun mas con su mesero, ayudó un poco a Jeremy para quitarse la prenda, dejando al descubierto su masculino y marcado torso, a Cassius le gustaba ejercitarse, tenia buena forma física , aunque a simple vista no se notara debido a sus ropas

Con andares torpes, pues no quería separarse de Jeremy, Cassius se dejó guiar hacia una mesa cercana, Jeremy lo aprisionó entre sus piernas y el chico notó un bulto entre los pantalones del mesero, sonrió de manera traviesa, estaba seguro que el mesero también había notado su erección, era culpa del momento, todo el cuerpo de Cassius estaba terriblemente excitado, y demandaba mas

Se acercó más a Jeremy, abrazándolo y rozando su miembro contra el de él por encima de sus pantalones, volvió a juguetear con la oreja del mesero mientras apartaba una mano de la sensual espalda del mesero y curioseaba entre sus pantalones buscando un broche o alguna hendidura por la cual colarse

Me encantaba tenerle cerca, sentir su musculado pecho, sus brazos sobre mi, sus labios saboreandome... Era muy excitante. Había comenzado a buscar una pequeña forma de entrar en mis pantalones, de los cuales ya necesitaba deshacerme de ellos, debido al hinchazón del miembro que había entre las piernas. Así como yo tenia necesidad de quitarme los pantalones, quizás él también tuviera esa necesidad, así que deslice mis manos desde su pelo hasta su trasero, dejando un fino camino de caricias.

Una vez en su culo, comencé a buscar una manera de poder deshacerme de esos pantalones que impedían el pleno contacto entre nosotros. Deslice mi mano por la fina separación entre el pantalón y su trasero, haciendo que se pegase mas a mi, si es que aun era posible.

Una vez introducidas las manos, lo demás debía ser coser y cantar. Rodee lentamente la cintura del pantalón, buscando un broche o botón que soltar, hasta que lo encontré. Antes de empezar a soltarlo, le mire a los ojos, profundos pozos. No pude evitar una sonrisa picara, tan solo por pensar en lo que podía hacer con este hombre entre mis brazos.

Lujuria y desenfreno corrían por mis venas, y también por las de Cassius, podía olerlo en su sudor y en su piel.

Volví a mi trabajo. Solté el botón, haciéndome el torpe, para darle emoción, si se lo quitaba rápido se iría antes... Una vez suelto, me quede quieto, aun sujetando ambos extremos del pantalón y me incline sobre el y lamí su pecho lentamente, repasando el contorno de su pezón derecho y tiraba del pedazo de cuero que había en mis manos. De una manera casi milagrosa baje de la mesa y comencé a deslizar mi lengua por su vientre finamente marcado hasta llegar al pantalón, donde con los dientes tire de él hacia el suelo, para dejar a mi buen cliente en paños menores y su cuerpo perfecto al descubierto. ¿Como podía taparlo?