La maldad es un punto de vista. - {Claudia de Pointe du Lac}

Vernos así, tan solitarios y tan acompañados a la vez, de aquellos extraños e indefensos seres que eran los humanos, me hacía recordar lo divertido que era ver sus molestos rostros llenos de miedo al suplicar por sus vidas cada vez que nosotros, los hermosos niños de la noche, estabamos a punto de llevarnos hasta el último suspiro que les quedaba.
A la vez que se me hacía divertido una y otra vez el imaginarme todas esas victimas que habían llegado a postrarse frente a mi pequeña y delicada figurilla de muñeca, también me empezaba a asustar de una manera extraña el escuchar, desde la lejanía de mis pensamientos, sus gritos de horror y lamento; y aunque no tenía una razón exacta para dicho miedo, algo más me decía que tal ves estaba "volviendo a la vida" debido a tanto tiempo que compartía al lado de mi amado Louis.

-Esta corazonada tiene algo de cierto...pero...-en esos instantes, a parte de sumirme en lo más recondito de mi vieja mente, mi mirada se dirigía, después de admirar con sutileza y ternura la fuerte figura de mi eterno acompañante, hacia su rostro, el cual notaba un poco ansioso, como esperando a que de mis labios brotaran palabras que le devolvieran un poco su anhelada tranquilidad de siempre -¡no quiero llegar a pensar que volveré a sentirme tan indefensa como aquella mi primera noche en este nocturno mundo!-¡Es que acaso estaba empezando a extrañar una existencia de la cual no sabía casi nada! ¡¿Pero cómo era eso posible?, si desde mi nacimiento el único manto que cubría mis días era el de la muerte! Sin duda el hecho de compartir esta eternidad con él comenzaba a provocar en mi un extraño sentimiento de melancolía y enorme tristeza.

En el momento en que escuché la manera tan peculiar en la que salió aquella pregunta de sus labios, repentinamente, y con un leve sonrojo en mis mejillas le desvié la mirada a sus hermosos y apagados ojos, (los cuales contradictoriamente parecían tener un brillo muy singular y misterioso). Para que no descubriera el extraño comportamiento que en esos instantes me estaba invadiendo.
No solo mi rostro podría ser capaz de delatar esa desesperación que en cualquier momento crecería si yo me lo permitiera, también dejaría ver mucho más para él, el nerviosismo que parecía querer comerse mi orgullo y la barrera que tenía encontra de las emociones humanas.

Siendo la primera vez que me encontraba vulnerable de "ese" modo traté de formular lo más calmada posible una respuesta que le reconfortara un poco, ya que no quería que comenzara a preoucuparse por mi, pues se suponía que aquí yo tenía ese papel. ¡O eso era lo que al menos pensaba!

-¡Mi dulce y amado Louis, el solo hecho de observarte a mi lado esta noche, como una de tantas que empecé a extrañar desde aquella vez que me abandonaste y desapareciste de mi vista, me hace pensar mucho más de lo que ya lo he estado haciendo! No tienes idea de cuanta ha sido la tristeza que me ha acompañado, al igual que la pesadez de la soledad, que ni yo misma me la creo. Dime, ¿que ha sido de vos todo este tiempo? ¿Te has sabido cuidar de las misteriosas personalidades de los demás de nuestra especie?, ¿Sigue dentro de ti aquella inconformidad e incompresión hacia el mundo de la oscuridad?...tal ves son demasiadas mis preguntas, pero quiero que vos sepais lo mucho que me preocupas...y lo mucho que...que te quiero-estas ultimas palabras me fueron un poco dificiles de pronunciar, pues tenía un sentimiento totalmente desconocido carcomiendome a cada instante.

Habiendo detenido un poco mis palabras, muy timida entrelacé mis pequeñas manos con la suya, sin dejar de seguir sus pasos, hoy un poco mas tranquilos que siempre debido a que una paz momentanea nos acompañaba a los dos en esas las mortesinas calles parisinas.

OFF: ¡pido infinitamente perdón por no haberos respondido !, (siendo que así lo había ansiado, a pesar del tiempo que me había estado ausentando de esta zona ñ.ñU) pero ya que lo he hecho a ver que os parece mi respuesta a este interesante tema de rol -_n.

Nada podía estar mejor que esos pequeños minutos de calidez que ambos compartíamos, los cuales quedarían congelados si no fuera porque al parecer no estabamos del todo solos. No al menos esta noche.

De entre tanta tranquilidad (sin tomar en cuenta que los grillos siempre canturreaban melodica y apasiblemente) pude escuchar claramente los tacones de una mujer, quien aparentemente tenía clase (de manera extraña aprendí a descubrir eso, tal ves porque mientras me hacía la desapercibida antes de que las victimas se acercaran a mi podía estudiar cada uno de los sonidos a mi alrededor. ¡Que ventajas tenía el ser un inmortal hijo de la noche!) por la manera en que los hacía sonar.
Y entonces mi tranquilidad desapareció como por arte de magia al momento en que sentí como Louis se alejaba de mi lado, y sus manos eran reemplazadas por las de aquella desconocida.
¡Quién se creía para actuar tan libremente ante una escena "privada" entre un "padre y su hija"! Eso me había empezado a mofar tanto que estaba a punto de retirarle con semejante brusquedad sus largas y huesudas manos, no sin antes pensarmela y descubrir que una gran oportunidad se me había presentado, para enseñarle a mi amado padre la delicia de una mortal vida llena de alegría.

¡Tal ves ya había experimentado demasiado como para que alguien como yo le enseñara eso, puesto que Lestat había sido su maestro mucho antes de mi existencia inhumana! Pero yo anhelaba mostrarle como se consumía con tal placer la vida humana dentro de nosotros mismos. Quería quitarle el miedo que le tenía al asesinar a los indefensos mortales, y saciar la sed que lo empezaba a consumir en esos instantes en esa nuestra noche, la noche de los vampiros.

Con el calor de mis manos lo guiaría cada noche por el camino de la cruel oscuridad, y como a un niño calmaría su miedo entre mis brazos, acariciando sus cabellos y cantandole la única nana que tenía entre mis recuerdos, donde una dulce y bella vos apaciguaba a mi temeroso corazón ante la oscuridad de mi habitación.

¡Eso! yo le enseñaría a amar a la inmortalidad de su ser como Lestat no lo pudo hacer, le mostraría el placer de la eternidad, y el amor a la noche, y me convertiría en su maestra, si él me lo permitiera...si tan solo él confiara un poco más en mi...como lo hacía con él.

Con un poco de la ayuda de mis encantos de muñeca mimada embriagué un poco a nuestra anfitriona, y con su permiso, a mi padre, le pedí confiara en mi y se apiadara de la vida de esta mujer, que le mostrara la belleza que nosotros poseíamos más allá de nuestras máscaras "humanas", nuestras hermosas y esteticas figuras y rostros de teatro.

-Padre, me gustaría jugar esta noche no solo con ella, también a tu lado, ¿serías mi compañero de juegos hoy?-con esa sonrisa que lo dejaba helado y lo hipnotizaba, traté de atraerlo a mi, tomando sus manos entre las mías, para primero presentarnos adecuadamente con nuestra nueva "acompañante" y buscar un lugar mas reconfortante para degustar una exquisita cena como hace tiempo no lo hacíamos.

Off: lamentablemente el tiempo se me ha terminado, así que tengo que ir a descansar...al parecer no supe como alargar esta vez mi post, ¿me seguirías el juego?, hagámos mas interesante esta trama, pongamosle jugo a la situación -_n. ¡Solo espero no mostrarme demasiado confiada!