La confianza se gana con actos y palabras... [Andy]

Había pasado más de cinco horas a galope con Dred, el pobre animal no podía más, fiel aún se mantenía en sus herraduras de fino hierro, aunque estas lucían algo desgastadas ya, Dred se quejaba mucho últimamente al andar a prisa, sin duda era por ese detalle, así que Andy tenía pensado cambiarlas en algún momento, lo más pronto posible claro estaba, aunque este día lo había pasando por las praderas y el bosque, llevaba mucho o demasiado tiempo sin disfrutar de tal relajante experiencia que solo él y su compañero podían disfrutar, más no podía abusar y era hora de partir, así lo hizo, esta vez a paso lento hasta llegar por fin al centro de la ciudad, la oscuridad ya era principal del escenario con junto a sus secundarios, en otras palabras, la luna y las estrellas, que con su tenue luz iluminaron el camino de regreso del Duque, un poco despistado ya por la hora y por su evidente falta de conocimiento de los lugares, hizo un mal giro y se desvió del camino que tenía previsto hasta llegar entre callejones, el animal relinchaba sediento, tuvo que apurar un poco el paso hasta que observo a lo lejos un gran cartel de una taberna, parecía un lugar de mala muerte y baja reputación, no le extrañaría que hubieran cortesanas y muchos hombres ebrios pero no es que tuviera más opción no solo el caballo estaba sediento y hambriento, él también lo estaba, avanzo montando en dirección hacía el lugar ya avistado, se paro frente a la puerta, un hombre en andrajos se le acerco y le ofreció alimento y agua para el animal, le miro con mucha agudeza, mirada algo siniestra quizá, era una forma de advertirle que sí se robaba al caballo iba a pagar y muy caro, era muy valioso para Andy, perder a Dred de aquella forma tan baja sin duda le molestaría, pero no hubiera lugar donde esconderse para el supuesto ladrón, ya que con el uso de la visión lejana nada se le podía escapar, acepto y le dio una bolsa de francos al hombre como gratitud por su ayuda, sin más ingreso al lugar, el olor a vino e sudor le impacto de frente, era algo bastante repulsivo, sin medias tintas, era un asco, no estaba acostumbrado a frecuentar lugares de ese tipo, pero como el mismo sabía no tenía de otra, por la ropa que llevaba junto a la espada todas muy finas y de gran detalle se podía observar sin necesidad de ser muy detallista de lo ostentoso que lucia y lo que derrochaba en aquel lugar distinguiéndose del resto y como no, un noble entre la clase baja e media, cosa que a él no le molestaba, pero sin duda para el resto sería poco común, las miradas de todo el lugar se posaron ante el hombre que recién entraba, se incomodo más aún, no le gustaba hacer luces y menos de su estado o nivel social, así que se mantuvo perfil bajo si es que podría decirse perfil bajo con todos encima, tan pronto dio dos pasos dentro las cortesanas se lanzaron como moscas ante el hombre, tan solo atino a sonreír y mencionar muchos no gracias o esta bien así mientras aferraba con fuerza el broche de mariposa de su madre, piedras preciosas y oro, sin duda sería una pieza de gran valor para robar en aquel momento, pero Andy no era ningún tonto, sería Duque pero no ingenuo, conocía mucho de la vida y de las idas y venidas de esta sociedad bastante corrompida y poco honesta, se abrió paso como pudo hasta que llego a la barra donde solo observo a dos hombres blancos y uno de tez morena, era algo bastante extraño, no se solía ver gente de tez morena en París, en Moscú muchos menos y en Roma tan solo había observado a dos y eran esclavos, sin más aparto un poco la mente de aquella curiosidad que le aguardaba y se sentó al lado de aquel hombre, el cantinero se le acerco y abrió los ojos de par en par como si observara una caja llena de lingotes de oro, cosa de la que Andy se percato pero no dio más interese, iba a beber como cualquier otro y no pensaba pagar más o menos de lo que debía, el cantinero se le ofreció de muy buena manera, casi hasta con tono de respeto cosa que le fastidio más aún de lo que ya estaba por todo lo ya mencionado. -Un Whisky, del mejor que tenga por favor.. - Espero al cantinero hasta que por fin le trajo aquel liquido que le gustaba un tanto, bebió con lentitud del vaso mientras observaba de reojo al hombre de tez morena, era un tanto especial, incluso el olor que desprendía, hierro puro, eso se le metía por los pulmones a Andy al estar cerca de aquel hombre, le fastidiaba un poco, pero no era un gran detalle, ya era común en él ser atormentado por los sentidos, sobre todo el del olfato, pensó quera un herrero o algo por el estilo, cosa que le hizo recordar la necesidad de unas herraduras nuevas para Dred, quien diría, podría entablar una buena charla y conseguir lo que necesitaba para su semental, además quien sabe y por allí una buena amistad con aquel hombre, Andy tomo un poco de aire tras el trago y giro el rostro ante el hombre, ese mismo instante, se distrajo del olor del hierro y miro muy bien al hombre, Lycan pensó en su interior, sin duda, a pesar de ser tan fuerte aquel olor de hierro, el aroma de Lycan tan conocido para Andy se hizo presente en su olfato, otro como él, vaya, este hombre cada vez le sorprendía más y no había dicho ni una sola palabra aún, por lo cual deseaba escucharlo ahora aún más -Buenas noches caballero, disculpe la pregunta pero, ¿es usted herrero?, no pude evitar sentir el aroma del hierro en usted, me imagino que debe ser por ese motivo, Andy Chale, un gusto.. - Estiro la mano dispuesto a estrechar la de la persona con la que había iniciado la charla.

Lo común de siempre la gente que supuestamente era de bajo nivel social o económico le miraba con desconfianza, incredulidad y fastidio al el acercarse y este caballero no había sido la excepción, de cierta forma se sabía al ver su rostro que pensaba muchas cosas en ese instante y seguramente alguna referente a su estado, ¿era sensato entablar conversaciones de esa forma?, nunca se sabía como la gente podría reaccionar al no tener claras las intenciones de los demás, pero las intenciones nunca eran malévolas o dañinas, siempre intentaba ser amable y sonreír, fuera cual fuera la persona y fuera cual fuera su actitud, Andy nunca miraba si el que tenía al frente tenía dinero o estatus, el simple hecho de ser una persona ya le daba los suficientes motivos para mostrar respeto e amabilidad, la cual siempre esperaba de vuelta. - Claro que no señor Liechtenstein, otro más, uno más impetuoso, pero no es tema para hablar entre gente común, ¿no le parece? - sonrió amablemente y tomo la bebida que minutos antes se le había servido, tras dejar a la mitad la bebida miro al camarero el cual observaba de forma extraña el que dos personas que según él aparentaban ser diferentes entablaran una conversación, Andy subió la vista y le ordeno - Una más para mi y otra igual para el caballero - menciono lo ultimo señalando a Ulric, esperaba que así tomara el trago como una muestra de gratitud y que tuviera en claro que sus intenciones eran las mejores, tras que le sirvan el vaso al otro lobo, Andy lo miro - los motivos por los cuales me acerque son variados señor, pero créame que ninguno mal intencionado, pero creo que hay tres motivos principales, el primero sería charlar con un hermano, el segundo pedir un servicio que usted me podría hacer y el último pero no menos importante, quizá entablar alguna amistad, así que vamos señor Ulric, disculpe si le molesta que le llame por su nombre, usted podría llamarme Andy si lo deseara, quite esa cara de fastidio, lo último que quiero es incomodarle, solo pasar un buen rato bebiendo, en este lugar al cual no estoy acostumbrado, para nada y me alegaría pasar este tiempo con una persona interesante para charlar, noto que usted podría ser una - realmente era molesto llegar a ese punto, muchos a pesar de haberlo escuchado aún seguían cerrados en su negativa de: "él es malo, él miente, él tiene malas intenciones, jamás sería amigo de un pobretón o de un empleado de clase baja o media, jamás, me alejare", de alguna forma deseaba cambiar ese pensamiento autoracista que tenía la gente, pero eso no era lo único, también estaba el echo de "juzgar mal", por lo mismo de su estatus y su clase, siempre venia escuchando comentarios tales como: "oh el riquillo, o el que se cree Dios, o el que se cree superior", pura mierda para sus oídos, no quería que se le catalogara así, porque simplemente esa persona no era él, era ofensivo y triste ser catalogado así, tan solo una razón más para odiar el titulo que tenia y sobre todo las riquezas, que si bien no tendría porque desperdiciar, porque no es un pecado ser adinerado, ni tampoco el no serlo, pero jamás se negaría a ayudar a alguien que necesite una ayuda, no solo económica, sino anímica, sea cual sea la persona, pero si n más que poder hacer, tan solo tomo su vaso y dio nuevamente tragos largos esperando que el hombre articulara algo, algo que sea agradable para sus oídos y no lo que acostumbraba escuchar al intentar acercarse a una persona como él, dejo el vaso sobre la barra con algo de fuerza generando un leve ruido al chocar el vidrio contra la madera, suspiro y luego sonrió