¿Jugaremos a los olvidados o nos olvidaremos en la guerra de los labios? ~.Privado-Elladora.~

-El tiempo, se pronunciaba fácil como una correa de palabras que humeaban atrapados entre el significado y la responsabilidad, se creía en tiempos remotos que el tiempo era marcado por los dioses aunque despues (quizás por el lastre de tener demasiados dioses a los que bendecir) lo pasaron a uno solo, uno que era más poderoso que los mismos dioses pues ni ellos podian frenar el paso del tiempo aun cuando este fuera mucho más lento de lo normal que para los demás humanos no habia manera de frenarlo...una sonrisa se dispuso en sus labios acartonados por la sequedad a pesar de haber estado bebiendo no encontraba humedad suficiente para ese calor que sentía, a riesgo de parecer orgulloso evito que su mirada e hechase hacia atrás ¿que haria la mujer? debia de reconocer que se movia con fluidez nunca acortada o limitada en modo alguno por los hombres que estaban alli sino el resultado hubiera sido distinto aun asi cuando el aroma de la mujer se mezcló con el aire de la noche detuvo por un segundo sus pasos dandole oportunidad a alcanzarle mientras ladeado el rostro volvia a conservar la calma ¿porque le habia seguido? a lo mejor seria por su status de alta clase lo que le habia hecho cambiar de opinion y no tenia motivo para tener que su baile habia resultado en vano sino todo lo contrario-

Te pagaré el doble de lo que te han pagado -sacó acto seguido un cigarrillo colocandolo en los labios, no solia fumar pero cuando lo hacia era porque la tranquilidad sofocaba todo su ser desde sus entrañas hasta los mismos latidos de su corazon que no podian escucharse con el silencio que les rondaban, el juego de respiraciones seguia siendo el mismo tal cual como siempre habia seguido durante toda su vida ningun motivo tenia por cambiar incluso lo preferia porque de ese modo podia ser mucho más sencillo, se detuvo para admirar de forma más solícita los rasgos de aquella dama, hermosa...tan hermosa que al principio pudo sentir celos, (irreconocibles al comienzo pero tan evidentes al principio) por aquellas manos que le tocaban de una forma tan brusca e incouso tan poco caballerosa que decir descortesia era realmente pobre para lo que estaba sucediendo dentro de su mente. El brujo trataba con máximo cuidado a las mujeres especialmente aquellas que entraban directo a su globo ocular- Te conocia de antes, eres bastante solicitada en el burdel

-Sonrió tan suave que parecia haberse olvidado de la accion permaneciendo con el rostro impasible...arropó el cigarrillo que no habia encendido en la mano buscando con la otra una cerilla en la cual recrear sus pensamientos, cuando la encontró el cigarrillo volvio a estar en su sitio pero esta vez encendido delineando el propio aire (o mas bien la ausencia de este) con el humo que suavemente apareció- Tus servicios serian para mi un autentico placer -indicó parándose en frente de ella mirando fijamente sus ojos con el rostro serio, no dudó cuando cogió su mentón acercando su rostro al suyo para reclamar aquellos labios con aquel ademan tanto posesivo como efímero que habia aparecido en su ser- No creo que deba hacerlo -recordo que sus labios tendrian un sabor a tabaco aun impregnado asi que no seria demasiado agradable poder besarla- ¿a donde quieres ir? puesto que irrumpi en tu zona de trabajo deberia de ganarme una reprimenda más espero que podais perdonarme

-Su caracter frío estaba disuelto en la templanza cuando envolvió la cintura de la mujer con ademán protector cuando unos hombres que se tambaleaban hicieron aparición, se puso en guardia conociendo que la razón en aquel tipo de hombres no era del todo abundante, miró hacia el rostro de la mujer que parecia encajar a fuerza en el pecho del brujo quien tras haber pasado el peligro la soltó no sin antes dejar pasar un minuto mas, apartando el cigarrillo de un movimiento hechó el aire hacia el cielo como si llegase la contaminacion o las figuras a las mismas estrellas, se imagino la figura de un circulo encadenada a una estrella haciendola bajar por el exceso de peso al que estaba siendo sometida-

-Era gracioso que tuviera la decencia de actuar así, el brujo se arrepentia de lo que esa mujer le estaba haciendo desde desear us labios a buscar su boca con cierta dedicación aun cuando eso supusiera el perder el respeto que él mismo se habia generado. Era una dama perfecta para él no en el sentido del amor sino de la atraccion pues notaba su rostro ovalado que no pecaba en exceso de delgadez pues cuantas veces se habia quejado el mismo de ese detalle, le gustaban las mujeres con un apecto saludable que eran incluso más sensuales que las mujeres demasiado delgadas, lo notó en el modo en que su cuerpo se movia bailando anteriormente en la taberna, sus labios, esa boca que tantas travesuras habia cometido parecia sentirse orgullosa forjando un sistema de sensualidad que poco a poco estaba acabando con la caballerosidad del bien conocido brujo, no gustaba tomar el cuerpo de las mujeres como los demás, entrar en el cuerpo de alguien suponia ser galante, un baile donde ambos debian de disfrutar...de pronto la imagen de aquella mujer en una cama, bajo su cuerpo, danzando, gimiendo su nombre se le antojó apetecible pero como siempre la realidad era brusca, refrenando sus deseos en aquel constante modo de ser que poseía el brujo-

Hace mucho que no voy al burdel solo recuerdo que te vi y aun asi me cautivaste desde ese entonces -Y a muchos hombres más, eso lo sabia no era tan loco como para olvidar eso- disculparse por pequeñeces es simbolo de que no se disculpará ante grandes ofrentas - los quemas se disculpaban eran despues lo que más tardaban en reconocer que habian hecho algo malo pero yalo hacian automaticamente sin sentirlo, era como un acto frío y rapido como una bala, habia humillacion pero se soportaba maldiciendo y mirando al suelo apretando los nudillos de manera que éstos pareciesen ser las expresiones de los hombres. Le guiaría, caballerosamente lo haría, habia dejado caer el cigarrillo al suelo que desprendió una queja al chocar manteniendo despues su llama encendida, quizás un letrero que indicaba su posicion pero no le hizo caso sino todo lo contrario volteó su mirada ante la mujer, ¿se aburriria de alguien que no hablaba más que cuando era necesario?- Seguramente no olvidaré esta noche -sonrió acercandose al oido de la mujer- pero me aseguraré de que tampoco la olvides tu

-Era un gran amante, segun le habian comentado algunas mujeres, pocas estaban bajo su cuerpo pues a menudo solo utilizaba las cortesanas para hablar o para practicas sexuales que no tenian que ver con la penetración sino con el placer...ese placer en el que se habia experimentado, placer de lo obsceno, de lo recatado, de la sensualidad, de saberse animal con instintos salvajes, su mano que aun no se habia alejado de la cintura de Elladora bajó hacia sus caderas respirando aun en su oido, si le volvia loco de esa manera debia de atenerse a las consecuencias ¿o no? su lengua salió divertida al encuentro de aquel oido mientras su mano habia avanzado hasta la pierna más cercaba de la cortesana, delineándola, acariciandola, saboreandola...hasta que se aparto con una sonrisa en los labios- ¿Porque no...primero me dejas devorarte y despues enseñarte un mundo nuevo para ti? -Le miró fijamente a los ojos, parecia que su lengua se habia detenido para buscar aquella boca que antes habia rechazado por el tabaco. Su mano lejos de refrejarse tomó la rodilla de la mujer para apoyarla cerca de sus caderas, apegando de nuevo ambos cuerpos con una sonrisa en los labios- ¿o que desea? tiene una opcion agradable...volverme loco ahora o volverme loco ahora y despues -susurro aprovechando para acariciar finalmente la zona de su pierna que estaba escondida por el vestido, masajeando cerca de sus muslos, haciendole sentir aquel toque mientras la otra mano la mantenia obedientemente pegaba en la cintura ajena, para que no se moviese o mejor dicho no ejercia dejasiado toque, solo sujetandola, asegurandose de que estuviera bien pegada a su cuerpo-

Pero eres mia... -Mordio el labio inferior de la mujer, despues paso al superior para entretenerse con el centro de aquella boca, besandole con lentitud, no acostumbraba al beso furioso hasta que era respondido, su boca saboreaba entamente la de aquella dama, señalandola territorial cuando su lengua lejos de contemplaciones viajaba alrededor de toda aquella cavidad bucal masajeando nuevamente la rodilla de la mujer, tras unos minutos alejo su boca de la suya mirandole a los ojos con una sonrisa en los labios, sensual, traviesa, aumentando el tractivo del brujo que en sí parecia fluir solo en aquellos momentos relamiendose los labios húmedos-

-Una sonrisa continuó en los labios haciendo que los rasgos del brujo pareciesen más sensuales, Aetos no acostumbraba a sonreír haciendo partícipe su hieratismo monótono como una máscara que con total impunidad atravesaba su rostro por las mañanas después de haber recibido la ducha diaria del agua, del jabón, del paso del tiempo pues sin importar nada seguía con el rostro acechando en aquella seriedad que impedía conservar la sensualidad que tenían los rasgos del brujo, los griegos siempre habían acostumbrado a poseer una figura que la mayor parte de los hombres envidiaban y Aetos no es que fuese diferente. Pero se sonrió al pensar que ella pudiera recodarle, ¿lo haría o lo diría simplemente por complacerlo? A pesar de que fuera lo primero ya parecía que lo segundo se haría realidad porque Elladora tenía una mirada que parecía infundir un tremendo calor con la misma, sentía aquellas uñas querer traspasar la tela de la camisa, incluso se contuvo de colocar aquellas manos bajo la camisa para que aruñase todo lo que quisiera, las marcas, él no las tomaba como meros trofeos, pues había visto a personas que se jactaban de su dominio con las cortesanas haciendo incluso que su cuerpo estuviera marcado por ellas cuando la realidad seguramente hubiera sido otra.

No quería admitirlo pero esa mujer le estaba haciendo perder la cordura de una manera que el nunca había conocido antes, su respiración por ejemplo debía de ser controlada manualmente cuando antes bastaba con que fuese automatico incluso delante de las cortesanas, notaba como sus labios querían devorar los ajenos hasta que los dejase hinchados, húmedos, quería tocar cada parte de su cuerpo con los dedos, con la boca, con la lengua, con los dientes, marcarla (aunque sabia que no seria posible) como suya, aunque no fuera el sentimiento “amor” sino una mezcla de posesividad y lujuria estaba siendo incluso peor de lo que esperaba, notaba esa sensación de cosquilleo sobre todo cuando ella había dado esa orden rehaciendo una sonrisa en los labios de Aetos, quería haber dicho entonces esperaremos a encontrar una habitación pero sabía que se enfriarían ambos, no aguantarían- Te daré una muestra antes para que aguantemos tanto tu, como yo –Ese sonido exterior que había expulsado los labios de la dama, le parecio un sonido de los dioses como si alguien estuviera tocando el violín a un lado de la calle- ¿Siempre? No lo creo pero haré que acudas a mi cuando lo desees

–Le miró a los ojos fijamente con una sonrisa siempre traviesa comenzando a caminar hacia una de las paredes mas cercanas. Le gustaba dominar, que lo dominasen, sentir ese cuerpo sobre el suyo y aplastar de placer el ajeno mientras ambos se movían al son, dejo la pierna que había tomado en el suelo indicándole que no se moviese mientras con suavidad se arrodillaba sacando una navaja pequeña, separo un poco las piernas de la mujer tomando su ropa interior rajando la tela para dejar su sexo escondido al desnudo… no tardo en separar los labios del sexo admirando nada más esa hermosa vagina, si, era hermosa aunque muchos seguramente le dirían que no o que era un pervertido por fijarse en eso- Mm..-Sonrio mirándole cuando se guardo un trozo de aquella tela metiéndola por debajo de su pantalón susurrando en su oído- después te la haré recuperar –musitó moviendo la lengua hasta de nuevo encontrar aquella boca metiendo la mano bajo la falda una vez más acariciando el sexo de Elladora con lentitud, pero dejando toques y caricias en su clítoris incluso apretándolo suavemente, no se iba a mover de ahí al menos hasta notar la humedad en sus dedos, sonrio mordiendo su labio inferior cuando miró fijamente sus ojos introduciendo un dedo en el interior moviéndolo suavemente, acariciando sus paredes internas humedeciendo ya sus dígitos nada mas adentrarse en ella-

No te arrepentirás de estar conmigo, mademoiselle ni de que haya venido tarde pues lo tarde es dos veces mejor –Metió algo brusco aquel dedo como si primero hubiera sido un preliminar, después de aquel dedo llegó el segundo, los cuales hundia en el interior de la vagina de Elladora con movimientos profundos y lentos, como si solo con los dedos quisiera apreciar toda su profundidad, en cambio la otra mano (la izquierda) acariciaba aquellos senos perfectos, delineándolos con el índice, al cabo de unos minutos subio de los senos a la boca de Elladora abriéndola con la paciencia de la lascivia, hasta mojarlos completamente de la saliva de aquella mujer, ahora la contemplaba como una mujer, no como una cortesana, pues mientras metia y sacaba los dedos a un ritmo semejante al vaivén los dedos acariciaban los pezones, para hacerlos endurecer-