La oscuridad de tus labios (Privado)

por **Faith Abbott** Mar Jul 18, 2017 6:36 pm

Cuando creemos que somos una molestia, hacemos lo que sea por desaparecer y no estar con aquella persona de la que pensamos que molestamos cuando puede no ser precisamente ese pensamiento. Aquella mañana Jadeite estaba buscando algo de dinero por lo que había empleo en una taberna la cual la cogieron enseguida y por primera vez, obtuvo una recompensa por haber trabajado bien a pesar de las pocas palabras que dijo en toda la jornada. Con aquel dinero lo uso para comprarse algo de comida.

Se compró un poco de pan y un bollo caliente que lo disfruto como si fuera una niña pequeña. Tan feliz estaba que decidió guardar su comida en un paño y volvió a la taberna para seguir ofreciendo su ayuda. Al cabo de la semana Jadeite consiguió dinero lo suficiente para poder alquilarse una habitación en un hostal. No dormiría en el suelo de tierra o en una esquina pasando frio. Cuando comenzó a dormir en la cama sus sentidos se adormilaron que por poco llegaba tarde a la noche siguiente, pero gracias a Dios no fue así.

Pasaron varias semanas y el dueño de la taberna le ofreció unas estancias más acomodadas sobre la taberna. Esta asintió llevándose el dinero y tenía la renta gratis por lo que podía aprovechar ese dinero para comer y ahorrar para alguna necesidad que tuviera. De momento, tenía el trabajo en la taberna del “Ojo de Cristal” y le pagaban además de aprender a leer un poco mejor gracias a su compañera de la taberna, pero ¿Por cuánto duraría esta buena racha? Ya no dormía en la calle.

- ¿Qué le pongo señor? – Pregunto a un joven que sus ropas se veían raídas y sucias. Unos bellos ojos azules la cautivaron y ese pelo moreno y desaliñado le ponían nerviosa, pero sacudió su cabeza y sonrió – Puedo ponerle una cerveza si así lo desea – Dijo con la sonrisa aun puesta mientras secaba las últimas copas que había lavado a mano. Pero aquella momentánea tranquilidad, se disipo cuando entraron un grupo de ruidosos policías buscando la próxima taberna de la que beber completamente su cerveza.

-¡Tabernera! ¡Cervezas! – Jadeite asintió con la cabeza y por lo que pudo contar eran siete personas que se iban beodas hacia una mesa en la esquina. Ya tenía las cervezas pero tardaba porque no se atrevía a acercarse a ese grupo de personas que estaban fuera de control, pero claro, había ido bien todo, no quería que por algo que no se atreviera a hacer le echaran de su estancia gratis, por lo que a más tardar cogió la bandeja circular con las cervezas y rápidamente las sirvió al grupo de policías, pero uno de los del grupo le tomo de la muñeca, impidiendo que regresara a la barra donde tenía que servirle al joven de ojos azules.

- ¡Suélteme por favor! – dijo Jadeite pidiendo ayuda pero nadie quería intervenir. Ella hacia el esfuerzo de querer que la soltaran pero el policía la acerco y la abofeteo en la cara sin razón alguna.

- A las mujeres hay que disciplinarlas – Pero en lo que el policía se estaba quitando el cinturón, Jadeite se había convertido en conejo y había huido rápidamente del lugar. Se metió en la parte de atrás de la taberna y ahí tenía un vestido de repuesto igual que el otro. Convirtiéndose en humano de nuevo, esta se vistió y volvió a la barra donde ahora estaba vacía.