entre libros [Nuray ]

por **Cassius de Beaumaris** Lun Sep 19, 2011 9:58 pm

Uno de los muchos pasatiempos de Cassius era la lectura, le apasionaba sumergirse en el mundo de las letras y las historias, podía pasar horas enteras leyendo, incluso si tenía que leer por obligación, aunque no le gustaba que lo obligaran a leer, le sacaba más provecho a los libros si los leía por iniciativa propia, ese día había ido a la biblioteca de Paris, principalmente porque la biblioteca de su casa ya le aburría, y la biblioteca de París le había parecido un buen lugar para visitar

eran aproximadamente las dos de la tarde cuando Cassius arribó a la biblioteca, preguntó al bibliotecario por el tema que andaba buscando y se dirigió a la sección correspondiente, buscó entre los libros alguno que le pareciera interesante y se sentó en una de las mesas; el tema escogido del día eran las antiguas leyendas europeas, ese era el tema que más le interesaba a Cassius en cuanto a la historia del viejo continente, siempre le habían fascinado todas esas historias de seres sobrenaturales, sentía curiosidad por todos ellos, tal vez debido a su condición de hechicero; brujos, licántropos, vampiros… todas esas leyendas ejercían una fuerte atracción sobre el

Para cuando se dio cuenta ya había anochecido, Cassius se sorprendió cuando notó que él era el último en la sala, cuando había entrado habían tal vez cuatro o cinco personas más, es increíble lo rápido que pasaba el tiempo cuando uno se divierte, sin más, Cassius tomó el libro que estaba leyendo y lo puso en la estantería correspondiente, no sin antes marcar con cuidado la pagina en la que había quedado, tal vez volvería en otra ocasión para terminar su lectura

por Invitado Mar Sep 20, 2011 9:08 am

Offrol: Disculpadme, voy a adaptarme a vuestra forma de rolear, pues yo roleo en 1ª persona.

La noche anterior, había estado curioseando las calles de París, en busca de algo de su agrado. Se había topado con infinidad de caras tiendas, unas vendían perfumes, otras vestidos, otras zapatos, pero también se había topado con un edificio maravilloso, la biblioteca o la casa de las palabras, como le gustaba llamarle. No se había adentrado ese día en él, pues primero quería conocer la ciudad, pero hoy si lo haría.

Después de que el sol se pusiera, salió de su cárcel diurna y saludó a la nueva noche. Ensilló su caballo y se dirigió a paso por las calles, hasta la biblioteca. Al llegar se paró enfrente, contemplándolo, poca gente pasaba ya por las calles así que ahora debería estar vacía, o casi. Dejó su caballo atado en una de las anillas de la fachada y subió sin prisa alguna la escalinata, hasta la puerta principal del edificio. Se detuvo ante ella y en su cima pudo leer el cartel que anunciaba su nombre, Biblioteca. Decidida, abrió la puerta, el olor a libros viejos y otros no tanto inundó su nariz con verdadero gozo.

- Mmmm… ¡Me encantan las bibliotecas! – pensó para sí.

A su derecha, el bibliotecario se hallaba tras el robusto mostrador de madera, seguramente estaba cansado ya de estar allí, pero mientras hubiese gente tendría que permanecer en su puesto. Se acercó y le preguntó por una sección en particular “Leyendas”, él le indicó la sección y volvió a su puesto.

Por fin se encontraba entre aquellas gigantescas estanterías con libros ya olvidados, comenzó a leer los títulos, sin encontrar uno que le llamase la atención.

De repente, un muchacho apareció con un libro en sus manos, se dirigía, seguramente a dejarlo en su debido sitio. En efecto, así era, el muchacho apartó unos libros de una de las baldas y colocó en el hueco el libro que sostenía. Ella se lo quedó mirando.

por **Cassius de Beaumaris** Dom Sep 25, 2011 8:00 pm

off: no te preocupes, no tengo problema en que rolees en primera persona, puedes hacerlo si quieres

En serio le había fascinado el libro, y se preguntó cuando podía volver a seguir leyéndolo, era mejor que fuera pronto, principalmente para no perder el hilo de la lectura, aunque también la curiosidad influía, en su casa no tenia ningún libro como esos, gracias a las ideas conservadoras de su padre, el no era de creer en vampiros, brujos ni esas cosas, lo cual llevó a pensar a Cassius que por eso el había heredado los poderes mágicos de su familia, la ley del karma, pensó

Mientras se dirigía a la entrada notó que había alguien más en la sala, una mujer, y Cassius notó que lo observaba fijamente, si poder evitarlo le sonrió, aunque con cierto nerviosismo, algo en la mujer lo inquietaba- buenas noches, madame- saludó manteniendo su sonrisa, el chico jamás perdía sus modales, independientemente de la persona que fuera – espero que esté bien- continuó sonriendo mientras observaba distraídamente la sala en la que estaban, afuera de la sala se oían los pasos de la gente que entraba y salía de laos otras salas, tal vez no fuera tan tarde y podría leer un poco mas

por Invitado Lun Oct 10, 2011 9:31 am

El muchacho se había percatado de que los ojos plateados de ella estaban clavados en él. Le fue imposible apartar los, le había llamado la atención el rosado color que la sangre que corría por sus venas le daba a su piel, un color que jamás volvería a aparecer en la suya. Él le sonrió y le dio las buenas noches amablemente.

- Buenas noches, Monsieur. Gracias, por ahora mi estado es impecable. Veo que le gustan las historias de vampiros.

Ella seguía mirándolo, había algo más en él que le resultaba atrayente, encandilador, ... seductor. Se acercó un poco al muchacho y respiró su aroma, sin duda era agradable y dulce, estiró su brazo y volvió a coger el mismo libro que él había dejado segundos antes en su lugar. Un libro con una recopilación de historias antiguas sobre vampiros y demás seres fantásticos. Un libro que seguramente describiría a su especie como los malos del cuento o algo parecido, muy alejado de la verdadera realidad, que ella conocía bien.

- ¿Le importaría si le pido que me lea un poco del mismo libro que leíais?- le dijo con voz melodiosa.

En ningún momento apartó su mirada de él, esperando a que el muchacho le diese una respuesta, que esperaba que fuese afirmativa.

por **Cassius de Beaumaris** Miér Oct 19, 2011 1:50 pm

Fuera en el pasillo podía escuchar pasos de gente que entraba y salía de las diferentes salas, así que dedujo que no era tan tarde como el imaginaba, observó a la mujer mientras hablaba, y no pudo evitar pensar que aquella dama tenía algo un poco inusual, aunque había leído durante horas sobre vampiros, tal vez se encontraba solo un poco paranoico- bien, me alegra- comentó sonriendo, observó como la mujer tomaba el mismo libro que el había puesto antes en la estantería, curioso que la dama quisiera leer el mismo libro- en efecto, me gusta leer sobre vampiros, licántropos y demás criaturas, me resultan interesantes- se encogió de hombros mientras hablaba, la mayoría de la gente huía de ese tipo de lecturas

- Pues… Claro, no hay problema- respondió un poco desconcertado por la propuesta de la mujer, tomó el libro de las manos de la dama y lo abrió en una página al azar- veamos… Desde la más remota antigüedad diversos textos y narraciones nos ofrecen la posibilidad de encontrar infinidad de referencias sobre el modus operandi de ciertos personajes (más mitológicos que reales) que podrían encuadrarse, sin ningún género de dudas, dentro de los cánones de comportamiento del vampiro. - leyó con cierta duda, sobre todo en la parte de “más mitológicos que reales”- Hace más de mil años, en la antigua China, aparece la crónica de Chi Wu Lhi en la que nos narra las fechorías de un chupador de sangre que sembró el pánico en una aldea cercana a Pekín. En este mismo país también existía cierta reticencia a enterrar aquellos difuntos que no presentasen síntomas evidentes de putrefacción, y ante cualquier tipo de duda decidían incinerarlos. Continuando en este contexto supersticioso convendría significar el hecho que en numerosas excavaciones arqueológicas han aparecido muchos restos humanos en los que los brazos y piernas habían sido atados concienzudamente con rudimentarias ligaduras de cuero.- eso le pareció un poco cruel, era increíble lo que la gente podía llegar a hacer solo por librarse de lo que ellos consideraban “demonios”- estos libros tienden a exagerar, se nota que las supersticiones son algo engañoso

por Invitado Miér Nov 16, 2011 8:30 am

Off: siento la demora, mi trabajo me absorbe mucho tiempo.

Al oír la respuesta le mostró una amable sonrisa, mientras el muchacho le cogía el libro, observándola y comenzaba a leer una página al azar, de fondo podía oírse a la gente abandonando el edificio pues ya era tarde.
Escuchaba atenta la voz dulce de él, deseosa de que siguiese leyendo aquel libro que tantas infamias decía. Cuando él detuvo su lectura le miró con sus preciosos ojos plateados y escuchando su aclaración.

-Sí, tenéis razón, Monsieur. Tienden a exagerar bastante. Pero aun así es cruel saber que antiguamente los miedos podían con la razón. ¿Nunca os habéis preguntado porqué se dice que algo es normal o no? ¿Quien dicta que los vampiros son unos demonios chupadores de sangre?

Después de haber escuchado lo que él le había leído, la historia de Chi Wu Lhi y las demás barbaries que el miedo les hacía cometer a los humanos, se enfureció un poco, pero no llegó a mostrarlo.

-Y si os dijese que sé más sobre vampiros y otras razas que todos los libros que os podáis leer. ¿Os interesaría descubrir más cosas, Monsieur? - le propuso al curioso joven. Si tanto le interesaban las historias de su raza, ella podía proporcionarle información de primerísima mano, experiencias vividas con todo lujo de detalles que seguramente le fascinarían.

Siguió observando al muchacho y alargó la mano, deseaba tocar su cálida piel aun joven, se detuvo y lo miró a los ojos temerosa, terminó el recorrido de su mano y apenas rozó su piel con los dedos apartándola después.

-Disculpad mi atrevimiento, Monsieur.

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