Entre libros [Joshua]

por **Timothy Potter** Sáb Ago 02, 2014 9:57 pm

Si había un sitio que debía visitar en París luego de mi llegada a la ciudad era la biblioteca. En Inglaterra había recibido una buena educación y siempre fui amante de la buena lectura. Siempre consideré que un libro es aquello que más te puede liberar de las ataduras de la vida terrenal; abrir tus horizontes; enriquecer tus conocimientos.

Esa tarde el clima no se encontraba muy agradable así que teniendo en cuenta que no podía recorrer la ciudad decidí echar un vistazo a la biblioteca. Había visitado varias bibliotecas en Inglaterra, pero cuando entré a la de París me quede asombrado de la enorme belleza que poseía. Ya desde afuera se vislumbraba un enorme edificio de arquitectura victoriana, lleno de detalles por todos lados. Por dentro me sorprendí aún más. Apenas entré el aroma a libro me generó una sonrisa. Todo era de una majestuosa elegancia. La sala era inmensa; enormes estanterías de madera llenas de libros adornaban el inmenso lugar. El techo era altísimo y pintado con obras de arte. Por momentos me hacía acordar a una Iglesia.

Una amable señora que se encontraba detrás de un escritorio en la recepción me preguntó si tenía alguna consulta particular y me explico las normas del lugar. Luego me dijo que podía ingresar y tomar el libro que quisiera. Le agradecí educadamente y comencé a recorrer los angostos pero largos pasillos del lugar.

Llamo bastante mi atención el hecho de que el lugar estuviera desierto. Solo se encontraba un apuesto joven muy concentrado en la lectura de un libro en una pequeña mesa cerca de una ventana. Me acerqué disimuladamente para ver que estaba leyendo y para mi sorpresa era un libro en inglés, pero no pude ver bien el título.

Buenas tardes - Le dije un poco sonrojado. - Lamento si lo molesto, y le pido que si es así me lo haga saber. Se que no es apropiado interrumpir a alguien mientras lee, pero es que observé que el libro que lee esta escrito en inglés. Es que yo soy inglés y me preguntaba si usted también lo era. Me disculpo si lo incomoda mi pregunta. Es solo que llegue hace poco tiempo a la ciudad, y como se imaginara no es fácil adaptarse... - No sabía como podía llegar a tomar el joven mis palabras. Probablemente se enfadaría; no era adecuado interrumpir a alguien, y menos aún hacer tan entrometida pregunta. Me sentía arrepentido y comencé a sonrojarme y a ponerme incómodo. Me preguntaba por qué había actuado de forma tan estúpida.