Entre lagos y rocas [Salamandra]

por **Joris Toulalan** Jue Sep 22, 2011 6:07 pm

El sol había empezado a descender lentamente hacia el horizonte, pero todavía quedaban muchas horas de sol y Joris, como venía siendo habitual, no tenía demasiado que hacer. Para su sorpresa todavía no se había encontrado con ningún otro hombre lobo y se estaba empezando a preguntar si no sería el único lupino que había por allí.

Pero no, no podía ser. Siempre había oído que por allí habría mucho de los suyos. Lo sentía en el aire o en las noches de luna llena. Lo sabía, sabía que tarde o temprano tendría que encontrarse cara a cara con otro cambia pieles. Y por eso deambulaba por las zonas más alejadas de la ciudad: los bosques, las cañadas, el lago...

Y allí estaba. Andaba descalzo, vestido con una camiseta remendada y sucia. Unos pantalones desgastados y con varios parches para ocultar los cortes. Oculto entre los pliegues de la ropa llevaba oculto su cuchillo de carnicero, con el que siempre se defendía cada vez que se topaba con aquella maldita cazadora que le había estado atormentando durante tanto tiempo.

Joris olfateó varias veces el aire, frustrado. Golpeó una piedra que había en el suelo. Por allí no había ninguno de los suyos. Cansado de haber recorrido medio lago se acercó a la orilla y se sentó en una roca alta, con las piernas colgando y los pies rozando el agua.

-Maldita sea...-mascuyó.

por **Salamandra Saint-Syreints** Jue Sep 22, 2011 6:59 pm

El sol aun reinaba en el cielo y eso hacia que una sonrisa surcara sus labios e iluminase su rostro, haciendo que una luz especial apareciera en su mirada y resaltara el azul del mar que poseian sus ojos.Su piel dorada, brillaba tambien bajo la luz solar, resaltando con un tono tostado.Por ello, salio rapidamente de su caravana y se perdio entre el resto de gitanos, rumbo al lago.

El lago, siempre le había dado una sensacion de tranquilidad que le encantaba, que hacia que se olvidara de sus problemas-que en realidad eran bastante simples en comparacion con otros-y se sumiera en un estado de tranquilidad que a veces, la sumia en un tranquilo y dulce sueño libre de pesadillas.
Pesadillas que siempre se centraban en el momento en el que Aonia era arrestada por brujeria y condenada a la muerte, momento en el que ella no estuvo presente por peticion de su madre, pero que igualmente la atormentaba por la noche.

Cuando llego al lago, lo primero que hizo fue mirar a todas partes.Asegurarse por completo de estar libre de cualquier mirada indiscreta y acercarse al lado, con una mirada de decision en su rostro.
Se desato el corse y se quito el traje, quedando vestida solamente con el camison que solia utilizar debajo de su ropa-la cual estaba revuelta en el suelo, cerca del agua-y adentrandose rapidamente en el interior del lago, con una sonrisa en la cara.

Le gustaba la sensacion del agua contra su piel, mojando su cabello dorado y haciendola libre-segun como decia ella-de ataduras con la tierra y sintiendo como si pudiese descubrir hasta el mas minimo secreto que escondian las aguas del lago.

-Que bien se siente-dijo mientras se dejaba caer hacia atras en el lago, sintiendo como gotas de agua surcaban su frente cayendo desde su flequillo, cerrando los ojos,flotando-Realmente bien.

por **Joris Toulalan** Vie Sep 23, 2011 7:32 am

Hubo un cambio repentino en la dirección del viento. A la nariz de Joris llegó un olor nuevo, que no había percibido en un principio. Olía a juventud, vitalidad y energía... Todavía se acordaba de su encuentro con Candy en Nôtre Dame. Aquél era un olor completamente diferente, mucho más agradable. El holandés decidió ponerse en pie y buscar la fuente de aquél aroma.

Se movía entre los árboles que crecían en el linde del lago, en silencio. Como un lobo que viaja en busca de su presa, guiándose por el olor. A veces iba más rápido, otras más lenta, pero siempre hacia la misma dirección, deteniéndose sólo para comprobar que iba en la dirección adecuada. Conforme daba cada paso el olor se hacía más fuerte y consistente. Hasta que por fin se topó con ella.

La observó, oculto entre la sombra de los árboles. Había ropa arrugada en el suelo y en el agua una mujer nadaba. Una mujer vestida sólo con una camisola blanca y, por supuesto, empapada. Lo que hacía que pudiera verse todo el cuerpo de la mujer (casi podría decirse que era una niña) sin demasiado esfuerzo, a pesar de estar metida en el agua y que la distancia que les separaba era de varios metros. Pero aquello era lo bueno de ser un hombre lobo, tenías una vista lo bastante aguda como para ver aquél tipo de detalles.

Unos detalles que, por cierto, provocaron cierto escozor en la entrepierna. Joris notó cómo su miembro crecía ante lo que veía, aunque no lo bastante para que se notara a simple vista. Se mordisqueó el labio, imaginándose aquél juvenil cuerpo bajo él.

Decidido, y movido más por su olfato y curiosidad (además de por cierta lujuria) decidió salir de su escondite. A pesar de que no parecía amigable tampoco mostraba su rostro más severo ni cruel. Se acercó hasta el montón de ropa y habló a la mujer.

-¡Buenas tardes!-gritó para que la oyera bien-. ¿Qué haces? Vas a pillar un catarro si sigues en el agua.

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