¿Qué estás buscando? [Isis Osweder]

por **Asagi Dunkelheit** Vie Sep 30, 2011 4:16 am

La calma de las palabras me encantaba, más si se trataban de los libros, me aventure adentrándome a la zona comercial de parís, vaya que las tiendas eran enormes y en el camino se veía de todo, el frío otoñal estaba ya presente, jugando con toda persona a un oleaje divino, haciendo formas artísticas y divertidas con los vestidos de las damas y sombreros de otros caballeros, los humanos iban demasiado abrigados en esas épocas que solían enfermar, para simular que yo era un orgulloso residente parisino igual portaba el blanco abrigo que se confundía casi con la piel contrastando dos orbes tan claros como el cielo en primavera, observaba a la gente entrar y salir con nuevas adquisiciones, de toda clase, deje que el aroma a frío se inmiscuyera en mi cuerpo casi golpeándome por dentro y atacando a todo mi sistema, las criaturas de la noche ya estaba ahí, algunas pasando desapercibidas, otras cuidándose y algunas más con descaro mostrando lo que eran, como si de una exhibición se tratara, los tiempos habían cambiado, metí las manos al abrigo de nueva cuenta.

Deje que el dulce viento jugara con mis cabellos, me deje llevar por sus suaves caricias, era como si quisiera susurrar secreto alguno a mis oídos, sonríe apenas ante esa jugarreta, y seguí contemplando, las vitrinas que mostraban ropa elegante, juguetes, muebles, demasiadas antigüedades y objetos del medio oriente. Me detuve en seco, acomodando mis cabellos por acto reflejo al detectar el aroma de la tinta y papel viejo, los libros, adoraba ese olor, aspirar cada página como si de una diversión se tratara y hojear cada una de sus páginas descubriendo y cifrando lo que un poeta describió en tan bellas y simples palabras, aún seguía sorprendiéndome la capacidad de algunos para escribir y embelesarme con semejante escritura y destacaban los mejores del tiempo Ovidio, en aquellos años cuando desapareció de roma; pero eso no es lo que deseo recordar.

Entro al lugar con un ímpetu de intereses, buscando títulos que me puedan servir, mientras dejo que miles y miles de portadas se dejen al descubierto, no soy un erudito en la materia, he ‘sobrevivido poco’ y he conocido no todo lo de este mundo, pero alguna vez lo deseo hacer, sumerjo mi mente en la magia de la caligrafía fina, del olor de esa tinta, me enfrasco como un pequeño interesado y ahí estamos de nuevo, fuera del lugar haciendo tintinear la campañita del establecimiento.

Mi mente indica que es todo por hoy, que debo de seguir, observo el firmamento descubriendo la hora, peor aún es demasiado temprano para regresar, aunque las ansias de estar en casa me coman por dentro, pero no puedo, debo de seguir con lo mío, salir un poquito de entre las rosas, el piano y el sentimiento que me mantiene aún aferrado a estas calles de parís. Y de pronto me adentro a un mundo hermoso, donde las figuras, formas y elegancia se tornan codicia, las joyerías, esas perlas preciosas, observo por la vitrina algo que me llama la atención, un piedra color cobalto, un hermoso reloj, me inclino más para ver, para observarle, a mi mente llega una imagen, aunque es poco común que haga regalos o algo en particular, pero ahí estoy, observándole y de pronto por dentro de aquel establecimiento se escuchan gritos.

El hilillo de voz tiene ese tinte oscuro de sangre, una silueta femenina se asoma, discutiendo con el tipo que atiende me asomo pero para ser atendido como cliente, mientras les observo discutir, esa mujer tiene carácter, es una vampiresa que no sabe dejarse, lo puedo notar en el manejo de su lenguaje e inteligencia. Me quedo estupefacto ante eso y ella al retirarse golpea mi pecho… No puedo evitar sostenerle de ambos brazos como si fuera a detenerle. Me quedo observando su expresión, esperando o lo peor o algo que me sorprenda.

por **Isis Osweder** Vie Nov 25, 2011 8:56 pm

Esa noche quería olvidarme de todo, quería relajarme, olvidar mis conflictos familiares y personales que si hago algo…que si no...Que si lo llevo…y bla bla bla…solo quería una noche tranquila y que mejor forma para una “mujer” del mundo nocturno que un paseo por las agradables calles de París…

El delicioso frío que recorría las avenidas…los lujosos coches pasar…los humanos tan bellos…delicados…suaves…y deliciosos…relamí mis labios como si sintiera sus sabor sobre ellos…como si esa calidez de su sangre ya entraba en mi cuerpo calentándome…sintiendo la vida y la muerte…tan juntas como ninguna otra cosas más extraña y a la vez excitante que se me antojaba con solo verles…percibir sus aromas…ya mi mente divagaba en aquellos deseos de alimentarme de ellos.

Una ligera brisa alboroto mis cabellos recorriendo como una caricia indiscreta sobre mi piel…mi mirada juguetona…mis labios rojos anunciaban que la noche sería digna de recordar para la servidora de la noche como para los mortales…la luna brillaba alumbrando las callejas más que las mamparas de las plazas…mi vestido negro empezó a juguetear con el viento…los vuelos de mi falda haciéndole notar un poco más bombacho pero lindo eso siempre…una cintura sujeta por un cinto que en todo no lo eras, sino una arma a manera de adorno…un escote cuadrado mostrando solo un poco la pálida piel que tenía en especial un lunar en el lado izquierdo de mi busto.

Camine embriagada de ver a uno que otro vampiro intentando mezclarse y pasar desapercibido o mejor dicho ser tratados como un humano más…otros en cambio se sentían Dioses caminando por el estigia entre esqueletos o como solía llamarlos mi hermano “los alimentos”…me dirijo a la zona comercial de París…con una sonrisa muy siniestra que se dibujaba poco a poco en mi rostro mostrando así unos afiliados colmillos los cuales brillaban al divisar la joyería donde los diamantes…rubíes...gemas…y demás adornos que a las jovencitas atraen…me atisbo en mi mente tal vez si comprar una haría que la noche tuviera algún brillo especial para mí…la campanilla del local se escucha tocar anunciando la llegada de alguien…mi cuerpo siendo absorbido por la tenue luz del local una pareja ya estaba ahí…mis ojos recorrieron rápidamente el lugar y en uno de las vidrieras se detuvo al divisar un juego precioso de esmeraldas con todo lo que me gustaba…cuando le pregunto al hombre sobre su costo…este me pareció algo elevado pero valía la pena…además el dinero no era inconveniente para mí pero lo que me molesto fue el hecho de que segundos después subió el precio por uno demasiado exagerado…eso me enojo porque antes leí su mente que lo que deseaba era estafarme…como si podría aquel pobre infeliz verme la cara…a mí…eso era algo que jamás le permitiría a nadie…y comenzó nuestra discusión…yo trate de calmarme y no dejarme ganar por la rabia que sentía por semejante osadía y afrenta…solo le enseñe el anillo de diamantes que llevaba en mi mano izquierda mostrando que por el pague más de lo que el pedía por el juego, siendo un anillo de plata pura y con diamantes…pero ver la actitud de él…y su forma de expresarse tan vulgar…no me pude contener mis ojos comenzaban a cambiar su color por el matiz rojo…y para no llamar la atención de la pareja y del nuevo cliente que había entrado con una ademán de mi mano le di a entender que era todo dejándole así con la palabra en la boca y salir de ese lugar de poco clase…pero al salir me vi obstruida en el paso por la silueta de otro vampiro lo supe por su aroma…eterna aroma de muerte que nos caracteriza…traté de forma educada apartarle pero sus brazos me sostuvieron como si con eso pudiera contener mi furia…sonreí un poco mientras mis manos se colocaban sobre sus brazos para soltarme…lo mire a los ojos…un vampiro muy simpático…bueno más que simpático…un vampiro muy guapo…un antiguo… -Masa´a Alkair sidi- lo mire a los ojos mientras hacia una reverencia de cortesía…Un caballero elegante y culto se divisaba en sus ojos…de aquellos que poco quedan…aunque algo solitario se podía ver…. –Sidi esa no es forma de detener a una dama…mucho menos- hice una pausa y mire sobe mi hombro –menos cuando no se encuentra serena y calmada- sonreí un poco más calmada mirándole… -No creo que desee quedarse en este lugar…al parecer a este hombre le parece correcto querer vender las cosas a un precio para luego estafar vendiéndolas excesivamente- sonríe y salí del lugar…

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