¿Me vais a castigar? -privado-

por **Mar Santini** Sáb Oct 01, 2011 9:17 am

*El juego peligroso de la noche igual que los peligrosos hombres que se acercaban para reclamar la atención de la mujer en un juego erótico que aquel hotel había oficiado, hombres y mujeres unidos en un solo tema que como ya se imaginaría no era otro sino que el contacto humano, la lascivia, muchas madames lo utilizaban como reclamo para conseguir más clientes trayendo a sus mejores cortesanas para exponer el nivel de ese burdel más ella lo unico que tenía era una casa en donde unos clientes ricos venian a acostarse con ella dejando unas fortunas suficientes como para permitirse más lujos sobre los que reposar su cabeza* Me voy un rato

*Ante el asombro de un hombre que al parecer estaba interesado la mujer se movió, sensualidad junto con una burlesca sonrisa que marcó un rápido comienzo, igual que un rápido final mientras comenzaba a caminar hacia el exterior, alejandose de aquella habitacion paseo los dedos por sus cabellos alejando un mechón de su rostro, tras esa pausa retomo su camino hacia uno de los balcones principales agradeciendo mentalmente que no hubiese nadie en esos momentos pues sus vestimentas eran escasas posicionandola sin duda en un trabajo poco digno para la mayor parte de personas a pesar de que fuesen los que más auge daban a la profesion de cortesana*

Que solo os veo, monsieur *Permito que su voz sonara con una mezcla de suavidad que se transmitia en un perezoso eco cuando miró hacia abajo, habia un hombre que por la vestimenta podía decir ya, que era de clase alta los que mas le irritaban y al mismo tiempo más excitaban aunque no fuera todo sexualmente pues mantener una conversacion decente eclipsaba sus sentidos de un modo apacible, seguramente seria "regañada" por mostrar esa falta de respeto especialmente dependiendo de la clase del hombre el discurso o el castigo sería de un modo u otro aunque no habia seguridad de que le hubiera escuchado. Apagó su sonrisa cuando miró al cielo, estaba completamente oscuro ni siquiera la luna brillaba dejando un mar de estrellas a veces derrotado por las luces de los edificios que parecian apagar hasta a las estrellas-

por **Argus Di Sforza** Lun Oct 10, 2011 1:11 pm

Esa noche era de aquellas en las que me sentía asqueado de todo ya que me habían invitado a una de esas estúpidas reuniones donde había mucha gente y criaturas compartiendo casi como si se conocieran de toda la vida, jamás había necesitado demasiado tiempo para llevar a cabo mi simple plan de poder alimentarme de un humano, no entendía cual era la idea de gastar tanto tiempo si por lo general se dejaban y no es que tuvieran demasiada competencia contra un vampiro.

Caminaba a paso lento con un rostro frío e impenetrable con una copa de vino en la mano, copa que siquiera había sido por mis labios, es noche simplemente no me apetecía beber vino. Por mi condición de príncipe de Italia tendría que tener cierta cortesía por la gente, ésta sabía lo que era y se me acercaba amigablemente para entablar una conversación, cosa que ignoraba por completo caminando hasta afuera para encontrar al fin algo de paz.

Había logrado encontrar un lugar algo apartado y me senté apoyando mi espalda en un árbol, dejé que la copa a un lado que hasta el momento solo había servido para molestarme. Miré la infinidad de la noche que particularmente estaba más oscura que de lo normal y me perdí en mis pensamientos, pero claro, no podía ser todo tan magnífico para mi. Una “dulce” vocecita interrumpió mis pensamientos y siquiera me molesté en girarme para saber quién era puesto que su olor ya me daba a entender lo que era.

Me quedé en silencio unos segundos sin molestarme en responder, solo noté de reojo como ella apagaba su sonrisa, me levanté para pasarle en estatura y la miré de pies a cabeza enarcando una ceja, no era solo su olor el que la delataba. – Oh mademoiselle, ¿no le da algo de miedo estar sola con un completo desconocido? – Sonreí impidiendo que se notaran mis colmillos y me acerqué mas a ella.

por **Mar Santini** Dom Oct 16, 2011 7:37 am

¿Que cree usted, he de tener miedo? *Sonrió añadiendo sensualidad a susodicha, ¿miedo de estar con un desconocido? siempre debia de acompañar a desconocidos ricos especialmente si le podian dar un extra de dinero eran bien recibidos, para una cortesana todos los hombres -y mujeres- eran clientes que debia de tratar con más delicadeza aun de la que se esperaba de cualquiera. Delicadeza obviamente no apta para vagabundos o borrachos pues era los primeros a los que no tenia reparo en asesinar en los callejones* Mas que miedo provoca en mi placer no sexual sino de la vista.

*La inocencia era una de las tareas suspendidas por la mujer, habia pasado toda su vida viendo a su madre desnuda, toda la vida haciendo lo mismo para sobrevivir por ende antes de que se diese cuenta ya estaba actuando como lo que era sin necesidad de esconderse e incluso sintiendose orgullosa porque ese trabajo le habia dado para comer y subsistir. Cuando el se acercó le estudió, su rostro era atractivo, perfectamente ataviado pero con rostro aburrido ¿una fiesta? ¿un invitado de honor? no habia estado invitado al lugar de Mar eso estaba seguro porque sino habria ido a por el, invitandole sin duda a sus servicios. Pero por ahora seguia creandose una imagen mental de su acompañante cuando ladeó el rostro contemplando con cierta vergüenza como unos gemidos se escaparon en la noche*

Se ha topado con alguien que no tiene miedo...*Volvió su rostro hacia el de aquel hombre fijamente cruzando los brazos por su pecho favoreciendo a que el escote fuera más prominente, sensual pero nunca obsceno como la mayor parte de las que se dedicaban a su trabajo dejaban entrever* Espero no defraudarle, como ya han defraudado de por si mis modales *Se separó de donde estaba apoyandose, chocando su cuerpo unos momentos con el ajeno, le pidio disculpas silenciosamente inclinandose con educación* Mar estanyol. Un placer conocerle * Pero sabia que no seria por mucho, aquel hombre tendria que partir a la fiesta de la que habia escapado*

¿No os asusta que pueda destruir vuestra reputacion? no sois tan inocente como para saber a que me dedico *distraida elevo la pierna derecha para quitarse el tacón, también hizo lo mismo con la pierna izquierda, dejando que la tierra algo húmeda mojase sus pies, le gustaba llevar tacones pero tambien su naturaleza salvaje pedía que estuviera descalza, se preguntó alguna que otra vez si en su otra vida no habria sido una amazona porque queria correr hacia algun bosque o jardin cercano y pasar alli durante toda la noche, abandonó esas idioteces de otras vidas mirando fijamente aquellos orbes con una sonrisa en los labios*

por **Argus Di Sforza** Miér Oct 19, 2011 3:49 pm

Mis pasos eran largos y lentos estando en todo momento en alerta y mis ojos estaban fijos en la humana que se había atrevido a acercarse, era cortesana y eso lo podía notar inclusive con mis ojos cerrados, era increíble el olor a sexo que desprendían esta clase de trabajadores pero en realidad no era algo que me importara demasiado. Enarqué una ceja al escucharla hablar, si bien era una voz que se hacía agradable de escuchar no me parecía demasiado lógico el hecho de no tener miedo - ¿Placer a la vista? Debo admitir que es la primera vez que escucho algo así – Al salir estas palabras de mi boca mis ojos se fijaron en los de ella y sonreí de manera poco notoria.

Me acerqué dos pasos más a ella, era preciosa sin duda ¿por qué habría caído ella en un trabajo así? Bien, no me importaba ni en lo más mínimo la respuesta y bufé y negué con mi cabeza desaprobando su ocupación. ¿Qué estaría haciendo ella en un lugar cómo éste? De seguro algún acompañante le había pedido que lo acompañara para no ir solo a la fiesta ¿acaso no era patética la humanidad? A veces hasta agradecía haberme convertido en vampiro, así no actuaba de forma tan patética.

Volví a escuchar su voz y mis ojos nuevamente buscaron los suyos, sonreí y de cierta forma sentí que debería agradecer, me había encontrado en un momento donde no tenía sed y eso ya era un hecho difícil en mi. Asentí con cierta energía y desvié mi mirada hacia su escote luego de que ella lo hiciera aún más notorio. Sonreí por la acción ¿había sido ello un intento de coqueteo descarado, o será que estaba tan acostumbrada ya a su oficio?. Sentí el leve choque de ambos cuerpos y suspiré hondamente – Me alegra haberme encontrado con una mujer que no tiene miedo, en este tiempo y a esta hora de la noche todas intentan evitar la situación.- Una sonrisa algo forzada escapó de mi rostro y un “haciendo más difícil el alimentarse” asaltó mi mente sin ánimo de querer hacerle tal comentario.

Metí una mano en el bolsillo de mi pantalón y con la otra me quité el estúpido sombrero que obligaban a usar en estas reuniones formales, una pequeña risa sonó desde el fondo de mi pecho – No se preocupe mademoiselle, no me ha defraudado, no aún - Hice una reverencia, después de todo aunque no me gustara debía seguir el protocolo y tener lo que llamaban “educación” – El placer es todo mío mademoiselle, Alexander Záitsev, para servirle – Comenzaba a creer que la noche podría volverse más interesante.

Eché un leve vistazo al interior de la fiesta y cada vez tenía menos ánimos de volver allí, a menos tenía la excusa perfecta para mantenerse fuera ya que nadie le molestaría al notar que estaba “acompañado”. Una carcajada más sonora y larga se hacía presente justo después de que ella habló, si había algo que jamás me había interesado era el “qué dirán” el “qué pensarán” y menos seguía las típicas reglas aunque a veces tenía que acatarlas. – Puedo asegurarle que lo que menos me importa es lo que piensen y se perfectamente a lo que se dedica, no hay que ser genio para ello – comencé a caminar a su alrededor con mi mano libre bajo mi mentón – Además, usted mejor que nadie debería saber que ver a hombres como yo con mujeres como usted es bastante común, aunque todos intenten ocultarlo – Una sonrisa burlona escapó de mis labios y mis ojos encontraron los de ella – ¿Ha estado antes junto a un príncipe o al lado de algún rey en el timpo que lleva en su oficio? Mi voz dejaba entrever la curiosidad que sentía luego de hacerle la pregunta.

por **Mar Santini** Vie Nov 04, 2011 8:30 am

*No habia rechazo lo cual era algo interesante e incluso extraño por parte de un hombre, todos siempre que escuchaban la palabra cortesana intentaban huir como si la peste hubiera cobrado un nuevo nombre e incluso era gracioso sentir los ojos de los que negaban ese trabajo preguntándose que seria sentir a esa mujer bajo ellos obedeciendo ciegamente por dinero a todos los deseos que ellos quisieran. Seria gracioso bueno lo era porque ella habia tenido la fortuna de tener dinero si no lo tuviera sabia muy bien que otro gallo cantaria asi que dejó de pensar en qué habria pasado para centrarse en su patético pero interesante futuro, donde un hombre que parecia poseer un encanto notable estaba afuera conversando con ella pero floreció una sonrisa discreta cuando su escote fué aun más pronunciado en un tono de notable coqueteo algo siempre pendiente en ella, habia vivido toda su vida conociendo el discreto pero obsceno arte del sexo no podia detenerse de hacer algunos movimientos lo que siempre la metía en problemas* ¿Miedo? teneis razón pero para una cortesana la noche es su aliada y su peor enemigo, no gano nada teniendo miedo más bien lo pierdo *ella no trabajaba en el burdel sino que atendia en su propia casa a veces debia de buscarse las habichuelas convenciendo a cuanto hombre pasara por delante suya*

Le queda mejor asi *se refirió a cuando se quitó el sombrero sonriendo, habia oido de esas costumbres, en corea y japon los nobles y colegiados debian de llevar unos gorros que nada mas verlos parecian incómodos, segun los abalorios que tuvieran dicho sombrero significaba mayor poder economico y mejor status social* es un honor conocerle monsieur Záitsev *floreció una sonrisa en sus labios, no veia a aquel hombre como un cliente sexual pero si como una interesante forma de pasar el tiempo lo cual esperaba que no fuera un insulto sino todo lo contrario un verdadero halago viniendo de la española* Mar Santini *se inclinó aunque no demasiado dado que el escote podria enseñar suficiente con una reverencia que debia de suponer su bajo estatus en la sociedad, una vez que acabaron las presentaciones miró de reojo a la fiesta, los 'millonetis' como solían ser llamados por las cortesanas habian prestado atencion al joven pero con una sonrisa discreta se habian marchado seguramente para regodearse despues de un cotilleo*

No tengo tanta suerte, si tuviese a un principe mis cuotas se volverian bastante elevadas despues de todo podria permitirselo *Dirigió despues su vista hacia su acompañante masculino con las manos detrás de la espalda apoyandolas en las caderas como una matrona solía hacer en espera, pensó la respuesta era obvio que si hubiera tenido a alguien de tan alta clase con ella habría sido demasiado exitente e incluso le habria pedido un poco mas del dinero habitual lo cual le habria sacado de mas de un apuro, pero incluso ella asesinaba a los borrachos que se acercaban a ella dudaba que un principe quisiera acercarse ellos solo buscaban a las putas de lujo y no a ella una prostituta de nivel medio que podia permitirse el atender en su casa* ¿Porque deseais saberlo? lamento no poder ser una fuente de sabiduria con respecto a quien meto en mis sabanas *Su voz flotaba divertida con un toque pícaro como habia casi inconscientemente acostumbrado a responder*

Suelo estar con gente de alta cuna pero no con principes, de hecho puedo permitirme estar aqui hablando con usted en vez de abrirme de piernas allá arriba por ese mismo motivo. Tengo clientes que me pueden pagar bien *pasó distraida un dedo por sus cabellos, las cortesanas mas desesperadas habian aprovechado en esa fiesta para coger a clientes ricos o que pareciesen poder permitirse el vicio de su compañia, esa noche muchos saldrian con las carteras vacias ya sea por una prueba o porque habian decidido pasarlo bien. Dedicó una escueta mirada a la ventana que habia señalado volviendo a encontrar los ojos de alexander, tenian un brillo descuidado y atractivo le hacia buen conversador pero tambien tenia algo de peligroso en él, sus movimientos descuidados le convertirían en una presa fácil si ella seguia por ese camino asi que cambió de postura dejando las manos en su cintura postura más adecuada para una mujer de su clase pero aun lejos de ser la deseada para una señorita de buenos modales*

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