Touchez vos gémissements estimés à la barre, je vais vous modifier jusqu'à la fin de la mélodie.(+18 - Priv)

por **Melissa Moriarty** Dom Mar 08, 2015 3:03 pm

Estimada Naomi,

Espero que recibas mi carta antes del viernes. Es grato comunicarte que por fin, si por fin estaré de vuelta a Paris…

Sophitia deshizo la carta que escribía estando entre las sabanas de un ostentoso camarote de un barco. A su lado, dormía un hombre apuesto, rubio y de gran fortaleza y no, no era el capitán del navío. Habían terminado de yacer juntos no hace menos de un cuarto de hora. Ella estaba con su piel intacta, suave, desnuda y al descubierto, sintiendo aún sus fluidos vaginales estar humedeciéndole su entrepierna, su pelo estaba revuelto y lleno de rizos por doquier. Escucho el movimiento de las sabanas, noto como su acompañante amante se giraba boca arriba, le escucho gemir al estirarse y por ultimo una nalgada en su trasero de aquellas manos que hace unos momentos estaban dándola un placer sexual inimaginable- Ay..-jadeo- Buenas de nuevo, vaquero – Una mirada de reojo fue hacia su acompañante en aquella cama para volver la mirada al papel.

-Ains-Suspiro observando las hojas de papel, el tintero sobre una superficie de madera para no manchar las sabanas caras del camarote en el que estaban – Esto es muy aburrido.
-Estábamos bien hace unos momentos, ¿Por qué no vuelves?
-Por qué no –Rio- Además, supuestamente, yo no tendría que estar contigo ahora mismo – miró a su acompañante de reojo y recogiendo el Kit de escritura se cubrió con las sabanas y ella misma fue a la habitación que le correspondía, pero antes de olvidar a su acompañante regreso a la habitación – No dejes de pensar en mí –Con un guiño se despidió y un beso al aire hacia su amante antes de saborear la vuelta a Paris.

Había pasado bastante tiempo desde que había vuelto a dejar a Naomi por unos asuntos en América, ella no volvió sola de hecho, encontró la perfecta persona para poder tener a Naomi bajo su poder, había pensado tanto en su relación con Naomi que pensó que tendría que añadir más picante a la situación. Demostrando que era una mujer de recursos, se hacía de chica inocente e inofensiva, pero quien la conoció tal y como era en el trayecto de vuelta a casa en Paris junto a Naomi, fue un apuesto caballero americano que a decir verdad, era demasiado inteligente al igual que el potencial atractivo del susodicho y como ella no le decía a nada que no, pues buenas eran tortas.

: : TRES DIAS DESPUES : :

PARIS.

El sol se ha escondido tras el horizonte dejando a su paso un paisaje azulado.
Los farolillos están encendiéndose dando guías por la oscuridad de la noche.

-Naomiii- Gritaba una Sophitia cansada después de tantos trotes en el carruaje y movimientos arriba y abajo del barco en el que vino. Llegó a las puertas de su mansión en donde sabría o creía pensar que Naomi saldría de algún rincón de su mansión. Puede que de la cocina, o de su habitación o de alguna biblioteca en donde se hubiera quedado dormida. Siguió llamando y llamando y cuando giró en el sitio, la vio allí, asustada como el ratoncito que era. No dijo nada. Tan solo la miraba severamente.

por **Naomi / Kyle O´connell** Vie Mar 13, 2015 11:41 pm

Hace más de tres días que no tenía noticias de ella, hace más de un mes que no sabía su rumbo ni si estaba bien, pero ahí seguía en aquella mansión incomoda y vigilada. Muchas veces quise escapar de ahí, huir de aquellos lujos pero en la puerta siempre me detenía ¿por qué? Quizás por el masoquista que era, quizás porque amaba a esa mujer o quizás porque no sabía a donde correr. Mi hermano había estado con su “amor” también y no se pasaba por la casa ya, ¿seguiría siendo esa mi casa? No quizás ya la ocuparon otros, y por eso no sabía a donde huir.

Volvía cada mañana todo a comenzar.

Esa mañana una carta llego, los empleados de Sophitia me miran con desagrado, el ama de llaves siempre con el cejo fruncido cuando se trata de mí, a lo mejor cree que no debo estar ahí y quizás tenga razón. No, niego ante eso. Tomé la carta corriendo a los jardines. Mientras leía con atención las palabras de mi amada Sophi comencé a suspirar, ella volvía a nuestro hogar ¿Cuántas aventuras había pasado? ¿Con cuántos hombres había ella tratado? Y ¿a cuantas mujeres se llevó a la cama? Esa sensación produjo un repelús a mi cuerpo, sería verdad ¿ella me era infiel? Mordí mi labio con fuerza negando, y si fuera verdad.

-NO- grite arrugando la hoja, con valor salí de aquella casa furiosa, las calles van pasando sin importarme y llego hasta la taberna, aun me quedan unas monedas que he ahorrado de mis trabajos que hacía cuando Sophitia sale, no quería depender de su dinero, entre y pedí ron para ahogar esa sensación de inseguridad y mentiras. No podía ella mentirse y menos engañarme ¿y si lo hacía? Mucho tiempo paso sola, tendría que preguntarlo. Si por eso bebía para reunir el valor y preguntarle a mi dueña y señora si ella estaba con otras personas y más porque aquello tambien paso en su ausencia aquel tipo abusó de mi amenazandome, y quien me creería, si aquel sujeto era un hombre de nombre y de alcurnia, aseguraba que incluso Sophitia era capaz de castigarme si levantaba falsos contra aquel hombre, aun cuando sean verdades, por eso calle, callo y lo segurié callando.

Salí de la taberna, no ebria pero si algo tomada, regresé pro donde vine con pasos lentos y tranquilos hasta estar frente a la mansión –Aun no ha de llegar- murmuré ingresando al domicilio con la seguridad de estar a salvo, al menos podría dormir y luego levantarme como si nada hubiese ocurrido y Sophitia no se enteraría de mi salida y menos de mi alcoholismo de aquel día.

Eso es lo que uno piensa, pero ahí estaba, imponente, tan bella y hermosa como cuando la vi partir y prometió regresar solo por mí…

-Sophitia?- murmuré casi tragándome la valentía de horas atrás –Señora Blackwood- incorporo mi cuerpo cargándose en la puerta, tallando los ojos porque parecía más un espejismo, pero no lo era, ella estaba ahí, había regresado y parecía furiosa.

por **Melissa Moriarty** Mar Abr 07, 2015 4:45 pm

De un momento a otro, Sophitia comenzó a sentir el escozor en la parte trasera de su mano tras colisionar decidida contra la mejilla de Naomi, observándola sin ningún reparo y continuando con la vista al frente, observando a Naomi – Furcia –Dijo tajante, seca y sin melodía alguna, parecía estar jugando bien el papel, pero sabía quién era el amante - ¿Cómo se llama? ¿Es Él o ella? –Tomo de los cabellos de Naomi para que alzara la mirada hacia ella, la pego contra su pecho, acariciando la mejilla dolida con suavidad para después ponerla sobre uno de sus senos – Dime, ¿Gozaste de su polla cuando te follaba una y otra vez? – Dijo sabiendo lo que había que hacer, observándola detenidamente mientras aun la tenía agarrada de sus cabellos. Soltándola con lentitud, llevo sus manos al vestido de Naomi, oliéndola lentamente, con su nariz pegada al cuerpo ajeno, observando que tenía que seguir atormentándola hasta desencadenar el punto más crucial.

Se lamio los labios cuando estaba arrodillada frente a Naomi, le abrió las piernas y tiro de sus bragas hasta rompérselas de cuajo, eran muy simples y flojas, fáciles de romper. Con la ropa interior en la mano, se reincorporo y uno de sus cinco sentidos aprobó la acción del despoje, el aroma a excitación repentino, estaba en esas braguitas que rompió – Se dice en todo Paris, que te tiraste a un cazador por unas monedas –Sabía que era mentira, pero el plan era corromperla hasta hacerla completamente suya, que obedeciera cada uno de sus caprichos, cada orden suya y que nunca la dejara de lado – Me avergüenzas –Entonces mando con un chasquido de dedos, que, ahí mismo en la entrada rompieran el escote de Naomi, así se hizo, Sophitia tomo un látigo que le trajeron, un látigo con seis cerdas de cuero, simples en un juego de sexo raudo – Imagino, que ha debido de gozar de los senos que tienen que ¡ser míos! –Azoto los senos de Naomi varias veces, viendo a Naomi siendo sujetada por cada uno de sus sirvientes, dos para ser exactos, uno para cada lado.

– Me pregunto…-Acercándose ya comenzó a mover el artilugio sexual por el interior de los muslos de la pobre muchacha – Si estás pensando en él, si te estas excitando por pensar en este mismo instante en él –Siguió diciendo, siguió moviendo el artilugio para hacerla temblar, pasando varias veces el pequeño látigo por su entrepierna, remover la sensación de un clítoris excitado, para finalizar yendo a sus nalgas tras levantarle la falda, excitarla moviendo el mango de aquel látigo por la vagina húmeda y orgásmica de Naomi - ¿Por qué? ¿Qué tiene él que yo no tenga…Nao querida? –Susurro melosamente detrás de la oreja de su amada, retirando sus cabellos hacia un lado, besando la base de la espalda para apoyar su mentón en el hombro de Naomi – Soltadla –Los sirvientes la soltaron, Sophitia la abrazo con fuerza, besando su clavícula ya que se acercó completamente contra la espalda de Naomi, aun moviendo el mango por aquel delicioso coñito de su encantadora Naomi.

– Quiero oírte gemir, gime como lo hiciste con él – Fue retirando el mango de aquel látigo para desencajarlo y sacar de este un molde de un pene, el cual lo fue metiendo en el interior del sexo de Naomi – ¿Te gusta Naomi? –Pregunto haciéndose la víctima, mostrando lágrimas falsas cuando disfrutaba y se excitaba dando placer así a Naomi - ¿Eh? ¿Te gusta? –Continuo moviendo ese molde en forma de polla dentro del sexo ajeno mientras la otra mano masajeaba uno de sus senos con fuerza, lamiéndole la curvatura del cuello a la vez que el propio cuerpo esperaba reacciones de parte de Naomi - ¿Cómo puedes compensarme, Naomi? –Mostro entre algún que otro gemido excitado por la situación, moviendo la mano de seno a seno, mordiéndole la oreja, sintiendo que ella misma quería sentirse dominada - ¿Eh? ¿Qué harás? –Y de la nada, Sophitia dejo de acariciarle sus senos, pero siguió sujetándola del hombro a la vez que aun la masturbaba con un molde en forma de polla dentro de su sexo - Eres mía maldita marginada.

por **Naomi / Kyle O´connell** Dom Abr 26, 2015 9:10 pm

Ahí estaba ella de pie frente al piano tan imponente que pensé que abriría sus brazos para arrojarme a ellos y ser abrazada pero no, sus pasos la acercaron frente a mí y nuevamente sentí en mi corazón el deseo de que tomara mi rostro entre sus manos y sus labios los posara sobre los míos pero tampoco hubo ello, todo esas ilusiones fueron eso creaciones de mi mente porque la realidad fue otra, quien me recibió fue su mano contra mi rostro en mi mejilla su mirada era de furia ¿había hecho algo malo? ¿será que se enteró de aquel sujeto?, más no me dejó seguir pensando pues la pregunta de ella fue inminente ¿se lo podría decir y que ella me salve?. NO, pues las palabras de aquel tipo vino a mi mente luego de que me violó.

“Si le dices a la puta de tu dueña te mataré y te haré quedar como una lesbiana ante la iglesia para que te condenen, hare que te despellejen por ser una homosexual, así que mejor mantén esa boca cerrada y nadie saldrá herido ni tu ni tu dueña, porque nadie creerá una palabra de una sucia marginal”

Así que ahora negué rotundamente a las palabras de mi querida y amada Sophitia, tragándome la verdad, tragándome el horror de aquellas noches cuando él venía a violarme una y otra y otra vez, me dolía no poder contárselo y que me cuidara ella, traté de tocarle con mis manos el rostro y besarle pero no me dejo cuando la vi arrodillada tomando las bragas, no tuve palabras para ello y cuando estoy decidida a contar los sirvientes rasgan mis ropas dejándome desnuda –NOOOO- grito con todas las fuerza –Sophitiiiiiiiia- me movía contra los hombres hasta que un azote golpeo mis senos –AYYYYYY- el dolor es tan grande que mis pezones se ponen duros –Señora Blackwood, no hay ni un hombre ni cazador ni nada mi señora solo usted se lo juro- la palabra mágica no sería escuchada y sabía que era una mentira pues si había pero no por mi gusto si no por la obligación.

-Sophitia por favor para, detén esto no es necesario- un nuevo golpe y los roces de aquel látigo por todo mi cuerpo, mis piernas, la espalda, las nalgas y aún más doloroso mi sexo expuesto; las lágrimas no dudaron en saltar se mi rostro hasta mi cuello ¿Cómo se había dado todo eso?, su dureza me hacía temblar de miedo pero su suavidad en cuanto sus palabras y besos, sus caricias a mis senos –Él no tiene nada porque no hay hombre que me guste, solo tú, tú me gustas y mucho Sophitia- gruño cuando su mano está cerca de mi sexo ansiando sus caricias pero no son eso. Mis ojos se abren de par en par al ver lo que ella tiene en mi mano –NO, NO, NO LO HAGAS- un grito sale de mi garganta cuando ella mete aquel falo en mi interior y comienzo a retorcerme, la imagen de aquel hombre moviéndose en mi interior y el asco que sentí por ello y que regresaban nuevamente.

No aguanté más, la empujé casi golpeándole con los puños alejándome de ella corriendo hasta el jardín directo a vomitar, no paraba de regurgitar el licor y la poca comida que tenía en el estómago. Limpié mis labios con el dorso de la mano tan burda como lo que era una marginal como me había llamado mi amada y aquel tipejo –Estás contenta Sophitia, odio a los hombres los odio no me gustan, yo, yo prefiero sentir tu sexo junto al mío frotándose, tocándonos pero eso- señalé aquel falo con mis fluidos –eso me da asco, me das asco y NO…no me toques no quiero que me toques-

Tomé el valor ya no me importaba pues ella me había quebrado más que mi antigua dueña Katrina, Sophitía me había roto completamente –SI, si hay un hombre, hay un tipo que en ciertas noches y no sé cómo entra a mi habitación pareciera que tuviera llaves de la misma a violarme, me viola horas tras hora usa su polla para meterse en mi con el asco que siento de los hombres y sabes que él se termina en mi interior lo que me hace vomitar siempre y no querer salir del baño por todo el día, eso no sabías porque estoy segura que en tu viaje tuviste a muchas jovencitas como yo amándote o quizás jovencitos, pero a mí, a mí no me aguardaba mujer alguna solo un sucio y asqueroso hombre que me violaba y tú, tú me lo recordaste ahora con eso en mi interior- recogí mis ropas rasgadas subiendo por las escaleras hasta el pequeño cuarto que tenía, era verdad que solo era la amante de turno de la señora Blackwood y que no podía pedirle mucho a una mujer como ella, pero la amaba y mucho.

por **Melissa Moriarty** Jue Mayo 07, 2015 5:57 pm

La observaba lentamente conforme se acercaba a ella, pisando la hierba y observándola desde arriba, la vio irse por su lado y solamente suspiro, pero finalmente sonrió ampliamente, le dio el látigo y lo que quedaba de ello a sus sirvientes y acelero el paso pero no apresurándose de subir las escaleras hacia su alcoba, para después atravesarla y llegar hasta donde se encontraba Naomi llorando a moco tendido.

Se sentó en el borde de la cama en la que estaba Naomi llorando. Se situó bien a su lado para poder observarla –Naomi –Dijo con suavidad – Sabes que no me odias de verdad – Sonrió- Y no puedes evitar negarlo pues sabes que es un hecho – Terminó diciendo lo que pensaba que estaba bien para entonces, comenzó a acariciarle la pierna desnuda y fue subiendo hasta que llego a sus nalgas, retiro lo que quedaba de ropa y ahí estaba su intimidad, comenzó a mover dos dedos sobre la superficie de dicho zona de placer, para después parar y ella desvestirse, quitándose la ropa interior, quedándose desnuda como casi lo estaba Naomi, le dio la vuelta sobre el colchón de la cama y comenzó a besarla lentamente en los labios, acariciando su rostro mientras, para después llevar una mano hacia su sexo y comenzar de nuevo el roce, ella movía las caderas contra su sexo como si se tratara ella de un hombre, pero simplemente lo hacía por placer de Naomi.

Se detuvo unos instantes para después tener que mirarla – Mírame –Susurro suavemente conforme la miraba a los ojos e intentaba hacer contacto visual. Esto era perfectamente incomodo ya que las lágrimas en el rostro de Naomi le hacían sentir culpable en parte pero simplemente estaba en la noticia a espaldas de Naomi, ella sabía que aquel mozo de cabellos rubios se tiraba a Naomi y a ella también –Lo siento Naomi, simplemente es que eres mía y no soporto que estés con otra gente –Murmuro un poco más alto en la intimidad en la que estaban. Metió de repente dos dedos en el interior y sonrió cuando escucho de Naomi algo que le gustó, comenzó a bajar en besos hasta que atrapo los senos con la boca, comenzando a lamerlos una y otra vez.

-¿Quieres más, Naomi? – Simple y fácil lo tenía ahora mismo Sophitia a pesar de que la había tomado por desprevenida y la había torturado en frente de sus sirvientes que igualmente la servían igual. La próxima vez diría a uno de los sirvientes, que aparte de aquel hombre que tienen en común, se follara a Naomi en su lugar, pero tendría que elegir al adecuado para que no se pensara mal. Naomi tenía que tener siempre lo mejor de todo.

por **Naomi / Kyle O´connell** Vie Mayo 22, 2015 2:55 pm

Las lágrimas corrían en silencio y estrepitosamente hasta morir en la almohada, en mis acuosos pensamientos aún tenía la esperanza de que todo eso fuera una mala pesadilla, un mal sueño que acabaría pronto y me vería en brazos de mi amada besándonos y acariciándonos en el lobby de su mansión, rozando su sexo contra el mío, en esa fricción que tanto me eriza cuando soñaba. Sabía que era su esclava y no podía pedir más que las migajas, siempre fue así y siempre lo será. NO, no tenía que ser así yo también tenía dignidad, pero ella, ella es, es lo que más amo.

Sorbí mis lágrimas con el dorso de una dama, si ella me viera me reprendería y azotaría como solía hacerlo cuando no me comportaba como una dama, pero no nací para ser dama. Dejándome llevar por esos pensamientos sentí como la cama se hundía y su voz tan dulce que hizo que mi piel se erizara y me humedeciera con solo oírla decir mi nombre, ella tenía razón porque no podía odiarla para nada, la amaba y muy a pesar aun cuando ella me lastime estaría ahí porque la amo. Sentí sus manos y traté de alejarla pero es imposible mi cuerpo me traiciona dándole el espacio que solo le pertenece a ella.

Sus dedos comenzaron a acariciarme lentamente y sin querer comencé a jadear por sentirla aún más cerca, entonces su orden y la mira, aun mi rostro tenía los rastro de las lágrimas; me lancé a besarle los labios rodeándole el cuello con los brazos, con las piernas también el abrace la cintura de ella, nuestros senos se juntaron y eso me excitaba. Movía mi cuerpo bajo ella para que nuestros pezones se encuentren –Sophi…hmmmm…Sophi, si quiero más, quiero más contigo– jadee más fuerte besándole nuevamente los labios metiendo la lengua a buscar la de ella. Un beso muy pasional, que tuve que romper para respirar.

Sus dedos en mi interior me enloquecían y moví las caderas a su ritmo entre rápido y lento moviéndolas incluso circularmente, sabía que ella estaba sonriendo, podía sentirlo y entonces el sonrojo en mi rostro –Soooophitia nnoooo….nooo me molesta tus…tus castigoooos, oh si, sigue así…me gustan cada uno de ellos y todo, como me tratas porque te amo, te amoooooo.– y entonces mi vientre se contorsionó completamente, la espalda se arqueo, sentía como todo mi cuerpo estaba estallando por dentro; cerré las piernas con sus dedos en mi interior y exploté, un fatal orgasmo que me dejó el cuerpo completamente rojo, jadeando y sudorosa. La miré sonriendo tímidamente acercando la diestra a su seno meciéndolo delicadamente –Te.tengo que atender a mi señora. ¿Me deja mi señora?– sonreía como una boba. Había olvidado todo incluso a ese tipejo, con ella olvidaba todo incluso sus enseñanzas lo que me hacía ganar fuertes castigos que los disfrutaba con ella.

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