Un dia entretenido [Axel]

Hoy había sido un día muy ajetreado. Había ido y venido gente a todas horas, pidiendo de todo un poco. No recuerdo un día tan ajetreado en este lugar desde la ultima gran feria de París. ¿Que habría ocurrido? Posiblemente fuera el fin del verano y que empezaba a hacer cada vez mas frío, lo que invitaba a quedarse en el interior y la taberna era un lugar caliente donde podías socializar con otras personas y pasar un rato agradable... Salvo aquella chica de hace unas horas que tuvo que irse porque un pervertido cuarentón intento propasarse... Consecuencias de la embriaguez que espero no sufrir nunca.

La noche se aproximo, dejando atrás al agonizante Sol. Esta era la hora que mas temía ya que los vampiros podían aparecer en cualquier momento. Ya estaba empezando a aprender a pasar de los prepotentes vampiros, controlando mis nervios cuando hacían acto de presencia.

Entro él. El único ser al que no quería ver. Gabriel, el vampiro. Note como mi corazón empezaba a acelerarse. Tome aire e intente relajarme, al fin y al cabo no es mas que un vampiro mas que viene a beber algo para aparentar normalidad y luego te lleva a un sitio apartado para poder tomarte como refresco.

El vampiro pareció verme y se sentó enfrente mía en la barra. Rápidamente saque una copa y champán y se lo deje delante. "Yo también se leer la mente, se lo que quieres antes de que lo pidas, pero solo tendrás esto..." Pensé de la manera mas fuerte que pude para que le llegase "alto y claro" a la vez que le acercaba la copa de champán.

Aparte de mi mente todo pensamiento bueno o malo, echando a un lado todo lo sucedido días antes en el bosque y en la propia taberna. No quería recordar aquello que supiese lo que había sentido en cada momento. Me centre en contar las copas que limpiaba ignorando la incesante mirada del vampiro.

Las seis, esa hora perfecta en la que todos los vampiros se levantaban de sus escondites, camas, casas, cementerios, tierras, mansiones, e incluso ataúdes llenos de tierra tal como recitaba la leyenda solo por tres razones: Primera ser muy viejo o vieja y seguir aplicando las viejas costumbres. Segunda: Ser muy nuevo, tonto y sin guía para creer que es algo necesario. Tercera: Simplemente para apoyar al fanatismo vampiro. ¿Qué en que dormía yo? Pues realmente dependía del día, luego de mil años no le encontraba mucha diferencia entre dormir en mi cama mullida de la seda más fina a dormir en la tierra del cementerio en aquellos días en las que las horas de sol casi me han pillado para matarme. Esta noche sin embargo acababa de levantarme de mi cama escondida en el sótano de mi habitación, la cual estaba totalmente construida (o reconstruída debería decir) de esa forma solo por mi gusto, placer y comodidad. Siendo entonces las habitaciones de la plaza más baja y alejada del sol las mejores.

Desperté bastante alegre, me levanté de un salto de la cama y pasé una mano por mis cabellos mientras iba caminando a verme en el espejo, luego jugueteé un poco con mi reflejo mientras sujetaba el collar de mi cuello. Di un vistazo rápido a la habitación me hacía tan feliz vivir exactamente de la forma que yo quería, y tener todas las cosas que quería sobretodo si se trababa de ropa. Oh y hablando de ropa me animé a ver que vestiría hoy probandome los conjuntos por encima y poniendomelos sobre mi cuerpo. Al final cuando escogí uno bastante casual pero que no dejaba de ser elegante me di un relajante baño y para cuando terminé de arreglarme se hicieron más o menos las seis.

Divertido. Ese era mi estado de animo hoy y estaba totalmente dispuesto a aprovecharlo y a extenderlo todo lo que pudiera para así conseguir cualquier cosa lo máximo que se pueda de la situación. ¿Cuál situación te preguntarás? pues es fácil, la situación que principalmente tenía atraída mi atención y diversión en París, cierto cambiaformas bastante atractivo que atendía una taberna y que me ayudaba a relajarme de mis otros problemas y preocupaciones de vampiro.

Cuando entré en la taberna que bien se había convertido en mi favorita, sentí lo que siempre podía sentir un vampiro al entrar en un lugar así, el hecho de llamar la atención sobretodo ahora que estaba tan abarrotado de gente, pero bien pude dejarlas de lado y centrarme en quien me interesaba cuando pude ponerle la vista encima. Allí estaba él, tan guapo como siempre, aunque no tan amable como la primera vez que nos encontramos según podía prevenir en su linea de pensamientos, lo que me amargó un poco, quería verlo jugar más, explorar un lado salvaje, no simplemente verlo pasar de mi. Pero supuse que eso podía ser cambiable, solamente tenía que ser más paciente.

Agradecí no tener que pedir el champán esta vez, y no pude evitar sonreír al escuchar su comentario acerca de su supuesta capacidad de leer la mente. Y claro, si el leía la mente yo realmente era un adolescente de dieciséis años, y de paso santa paloma. Crucé las piernas y me tomé todo el trago, luego lo puse de nuevo en la barra esperando a que lo llenara mientras saboreaba mis labios y cruzaba mis brazos hacia adelante ubicados en la barra para demostrar una posición de interés y posesión.

- No me digas que ese va a ser el juego de hoy Jer.- Reí - Se te nota a leguas que no sabes mentir. ¿Por qué no mejor me dices a quien de tus clientes tengo que matar para que te pongas un poco más dispuesto a mi presencia? -

Sin saber bien porque me gusto que sonriera y no pude evitar esbozar una sonrisa también. Le rellene la copa de burbujeante champán que se había bebido de un solo trajo.

"¿Que juego? ¿Quien esta jugando?" Pensé de manera sarcástica. Hoy no iba a pronunciarle una palabra, o al menos lo intentaría. ¿Para que necesito palabras si puede leer lo que quiera de mi? Además seguia molesto por haberme engañado y mordido. "¿En serio crees que no se mentir?" Cuestione irritado.

Observe a mi alrededor, buscando a quien para aprovechar la proposición de Gabriel, alguien que me gustaría que desapareciese, había unos cuantos borrachos indeseables y un par de prostitutas, pero nadie merecía morir... Me fije en mi vampiro, al fin y al cabo seguía siendo mio, me gustase o no. Tenia una gran sonrisa, con los brazos cruzados sobre la barra y con sus azules ojos abiertos expectantes de mi respuesta. Alce mi dedo y lo presione suavemente con su nariz, apuntándole directamente, como respuesta a su pregunta. Reí estrepitosamente al imaginarme la escena desde fuera.

Retire el dedo de su nariz y lo deslice por su mejilla y deje que corriera por su mandíbula hasta la barbilla. "No... Tu tampoco te lo mereces. Además nadie quiere perder algo suyo..." No pude evitar sonreír de nuevo, me parecía tan suave y fría su piel, de una manera atrayente, quisiera o no.

El vampiro intento morderme en respuesta a mi acusación, con lo que rápidamente aparte el dedo para evitar la dentellada, pero acto seguido pose mi dedo de nuevo su barbilla.

Él se giro y estuvo observando al grupo de personas que había mirado hace unos segundos y un hombre empezó a chillar y berrear de dolor, tirándose al suelo y pateando. Una cortesana que estaba ahí al lado se enfado con el hombre y le rompió una botella que encontró encima de la mesa, en la cabeza, dejando al hombre desorientado y desvalijado, ya que le robo lo que tenia y se largo.

Me quede absolutamente anonadado. ¿Que había pasado? Gabriel volvió su cara hacia mi con una sonrisa. ¿Le parecía divertido? "No es motivo de risa." Le reprendí mentalmente. "El hombre se ha llevado un buen chichón y yo tengo que limpiar todo ese estropicio." Me queje mientras mojaba un paño con agua fría para llevárselo al hombre que había parado de agonizar, pero seguía tirado en el suelo.

Fui hasta él y le ayude a sentarse en una silla y le coloque el paño húmedo en la zona del chichón, por suerte no había sangre. Recogí los trozos de cristal mas grandes y fui a buscar la fregona y la escoba para recoger aquel estropicio. Observe al vampiro que seguía en la barra, observándome sonriente mientras hacia mi trabajo. "Podías ayudar." Le sugerí.

Seria vago... No se movió de la silla para ayudarme con el estropicio. Simplemente se lleno la copa de nuevo con la botella que había dejado encima de la barra y observó el panorama cómodamente.

Otros comenzaron a pegarse entre ellos y a armar el barullo del siglo. ¿Que le pasaba a todo el mundo hoy? Intente apartar a los alborotadores, pero me fue imposible. Siguieron pegándose y molestando a otros clientes que también se molestaron y se unieron al jaleo.

-¡Vale!- Chille intentado parar la pelea, metiéndome en la escaramuza.- Vale ya. Se acabó.- Renegaba, mientras empujaba a unos y a otros en direcciones opuestas para separarles, pero volvían a juntarse y a pegarse.- ¡Fuera todo el mundo!- Chille- ¡Si queréis pegaros adelante, pero en la puñetera calle!

Empece a empujara a la gente a la calle. No costo tanto como esperaba, ya que unos se seguían a los otros. Una vez que el barullo se fue a la calle cerré la puerta y me tire a una silla, sintiéndome totalmente agotado. En la taberna solo quedábamos mi vampiro y yo. El chico me miraba sonriente desde su silla.

"¿De que te ries?" Le envie mentalmente molesto. "No tiene ninguna gracia." Mire a mi alrededor y vi todo el destrozo que habia, cristales rotos, liquidos derramados y alguna silla rota... Simplemente me tire mas en la silla si cabia y mire al techo sin ninguna gana de hacer lo que tenia que hacer. "Dios...

No había oído los tenues pasos del vampiro a través del suelo, con lo que me sorprendí al notar los fríos dedos del chico sobre mis labios. Comenzó a repasar cada linea de mi cuerpo dejando un rastro helado, un alivio al agobiante calor que tenia en ese momento. Deje que recorriese mi cara y cuerpo mientras que respiraba lentamente, relajándome.

"Se siente tan bien..." Le dije mentalmente en mi momento de absoluta paz. "Pero debo de recoger" y me levante rápidamente y me puse manos a la obra. Rápidamente extrañe los fríos dedos de mi vampiro recorriendo mi cuerpo, pero me obligue a centrarme en lo que tenia que hacer. Empece sin gana alguna a limpiar el encharcado suelo, procurando amontonar todos los cristales rotos en el mismo lugar.

Podía notar como el vampiro me miraba desde atrás como hacia mi trabajo y sudaba, debido a que hacia calor aquí dentro y no podía abrir las puertas, puesto que se colaría alguien. Decidí quitarme la camiseta. No estaba muy seguro si era por el calor que hacia o por provocar un poco al vampiro. Arroje la camiseta al vampiro que observaba distante y sonriente en un ridículo afán de que apartase la mirada de mi.

¿Porque le había dejado quedarse y no le había echado con los demás? Quizás muy dentro de mi quisiera que me distrajera y que jugase conmigo e hiciese que olvidase el trabajo. Quería que se acercara a mi y me obligase a hacerle caso, como si de un cachorrito se tratase en busca de juego. Aparte todas esas ideas, ya que mi vampiro era experto en leer esas cosas. Me centre en el pegajoso suelo que tenia que limpiar.

Estúpido alcohol. Mira que tener que pegarse en el suelo... Cada vez que me movía las botas se me pegaban al suelo y hacían un horrible sonido, el cual, como felino, no me gustaba para nada. Con lo que me gusta ser silencioso y discreto. Seguí fregando y barriendo mientras mi vampiro iba a la barra y bebía el champan directamente de la botella. "Espero que pagues la botella." Le renegué mentalmente.

Continué rascando el suelo con la fregona hasta que dijo esas tres palabras. Tras las cuales levante la cara del borracho suelo y mire con ojos extraños al chico que se encontraba repantingado en un taburete y me observaba con cierta cara de lujuria. Me gire y apoye el mentón sobre la fregona, poniendo el culo en pompa. Le mire con una sonrisa un tanto juguetona. ¿Me estaba proponiendo sexo descaradamente?

"¿A que te refieres con eso?" Le pregunte. "¿A que si ardo en deseos de lanzarme sobre ti? ¿O Simplemente te refieres a que te animo a desearme?" Si hubiera usado la voz hubiera sonado con un deje de travesura en cada palabra, dejando que sonasen lentas y seductoras.

El vampiro se levanto de su silla y comenzó a andar hacia a mi, lentamente. Tiro la botella de champan al suelo, dejando algo mas para limpiar. Lo cual me molesto. Pero lo olvide cuando empezó a soltarse la camisa lentamente, dejando al descubierto su bonito y pálido pecho y cuando no nos separaba nada mas que unos pocos centímetros nuestros labios se juntaron. pude sentir sus fríos labios amoldándose a los míos. Era algo que sabia tan bien...

Pero fue poco, nuestros labios se separaron rápidamente y me estrelle contra la pared del fondo, cayendo al suelo. Confuso había resultado que el vampiro me había lanzado por los aires y en lo que yo tardaba en reponerme él ya estaba con otra botella en la mano y perfectamente vestido de nuevo. Y me acuso de haber tenido sexo con otra persona.

-¿Y que si he tenido sexo con otro?- Le pregunte irritado por el trato.- Ni que hubiera firmado un contrato de exclusividad contigo.- Le chille, olvidando ya hablarle con la mente.- Tengo sexo con quien yo quiero.- Le chille apartándolo de mi camino.

Recogí mi camiseta que había tirado en una silla, me la puse y continué limpiando y recogiendo, con una velocidad mas rápida que antes, procurando acabar lo antes posible. ¿Quien se creía para prohibirme acostarme con otras personas? no era mas que un vampiro caprichoso.

Comencé a fregar el suelo fuertemente, molesto por su actitud. Él sin embargo se rió. Yo no le veía la gracia. ¿A quien le importa un estúpido jueguecito cuando has salido volando por los aires?

-Una cosa es jugar con vampiros y otra es volar por los aires o acabar pringado de sangre.- Renegué mientras seguía frotando el suelo procurando centrar mi ira en el suelo. - ¿Y como has sabido que soy un felino?

El chico se acerco a mi y se pego a mi espalda, acariciando el espacio entre los omóplatos y pegando mucho mas su cuerpo al mio, Me pregunto si estaba bien en un susurro al lado de mi oído. Me recorrió un escalofrió al sentir su gélido aliento en mi cuello.

El enfado se me paso casi en el momento en el que empezó a acercarme, pero tenia miedo de que volviera a lanzarme por los aires. Me zafe del abrazo y me puse de cara a él.

-Si, me ha dolido.- Conteste intentado sonar frió y distante. - Te has excedido y que conste que seguiré acostándome con quien quiera.- Finalmente no pude evitar una sonrisa.

Mi vampiro se me echo encima, pude notar su frio cuerpo envolviendo el mio. Encajo su mano en mi espalda y la otra la deslizo desde mi cara hasta mi cuello, dejando un escalofrio. Su dedo recorria mi cuello, lo cual, quitando el escalofrio, me gusto.

Yo pase mis brazos entorno a su cuerpo haciendo que se pegara mas a mi. Pese a la falta de latido y respiracion estaba en un estado muy relajante... Escuche cada palabra que habia dicho, incluso obvie la horrible broma que hizo, solo por no soltarle.

"Sabes que no puede ser, estamos condenados antes de empezar, Yo quiero matarte y tu a mi, es nuestra naturaleza." Le dije mentalmente. " Me enamoraras con ese encanto vampirico y me dejare llevar. Luego tendremos un bonito y salvaje sexo en algun lugar inhóspito hasta que me muerdas y me enfade. Luego pasaran unos dias sin vernos y volveremos al principio." Solo habia pasado una vez, pero estaba seguro que se repitiria una y otra vez, hasta que uno de los dos acabara muy mal, por no decir muerto y yo era quien tenia mas papeletas para ese numero. "Claro que la parte del tonteo y del sexo salvaje me gusta mucho..."

Tras confesar mi verdad no me movi ni un milimetro, estaba bastante a gusto. Me sentia comodo en este refrescante abrazo. Le bese el pelo y apoye mi cabeza sobre la suya. No iba a dejar que acabara tan pronto.

El chico comenzó a besarme, y a desabotonandome la camisa, lo que hacia que mi concentración en lo que estaba pensando fuera mas complicado. Su lengua se movía frenética por mi boca y dejaba un delicioso rastro tras ella. su cuerpo se pego al mio, haciendo que mi calor pasase hacia él, así como su frió se hacia mio.

Sin previo aviso, mi vampiro salto sobre mi y se engancho a mi cuello, rodeándome con sus piernas. Perdí el equilibrio por el inesperado sobrepeso y retrocedí hasta toparme con una pared, donde quede apoyado, Mientras continuaba el sofocante beso del vampiro apoyaba mis manos en su culo y apretaba sus caderas contra las mías en un inesperado frenesí.

Separe los labios y junte nuestras frentes en un intento de obtener aire, yo si necesitaba respirar. "Tranquilo..." Pensé, tenemos toda la noche... Aunque no estaba muy seguro de querer esperar mas. "Tengo que acabar de limpiar todo esto... Luego podemos seguir donde lo dejamos." Pensé con los ojos cerrados y tratando de recuperar la respiración para que mi frecuencia cardíaca bajara el ritmo.

Realmente no quería recoger, pero debía hacerlo, no podía permitirme perder el trabajo. Me quede quieto, con nuestras frentes juntas y mis manos sujetando su perfecto trasero, esperando a que contestase.