AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Once de Septiembre [+18 Corinne Blanchard]
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Once de Septiembre [+18 Corinne Blanchard]
Me sentía culpable, por primera vez me reprochaba lo que hacia. Desde que habíamos llegado no había parado en la mansión al menos tres noches seguidas, los negocios y formalidades me consumían por completo y yo simplemente me dejaba estar, habíamos llegado a comienzos de Septiembre y entre compromisos y necedades de mi parte ya estábamos próximos a entrar a la quincena del mes y Corinne seguía sola en la casa..¿Pero que clase de bestia era?.
Era pasada la media noche y yo recién volvía a la casa, ahí estaba ella en completo silencio frente a la ventana con su bata y de brazos cruzados, mirarla era un verdadero placer para cualquier hombre y yo contaba con esa fortuna pero no la sabia aprovechar, no me atreví a decir nada y solo me acerque para abrazarla por la cintura y besar su mejilla, había llorado el sabor de sus lagrimas por sobre su piel la delataba.-¿Estuviste llorando?.- me lo negó con la cabeza sin mirarme a los ojos, estaba molesta, sentida por mi comportamiento y no la culpaba tanta era su indisposición ante mi presencia que se aparto sin decir nada y se sentó en el borde de la cama mirando en dirección contraria, estaba realmente lastimada y lo peor de todo era que yo pude haber evitado eso.-Lo siento..quería llegar antes ..pero..me calle en seco ¿Por que me excusaba ahora que no venia al caso? ¿Servían realmente mis palabras ahora? No, claro que no..me arrodille frente a ella tomando sus manos.-Lo siento, no quería que las cosas sucedieran de esta manera Corinne..no pretendía dejarte sola tanto tiempo se que obre mal y me arrepiento de ello..mírame por favor ..perdóname-.-el ultimo deje de palabras eran una suplica real, la amaba por sobre todas las cosas y su dolor era mio, no soportaba su indiferencia hacia mi.-Corinne por favor dime algo..lo que sea.-su silencio era mi calvario en esos momentos.
Desde algún tiempo hacia adelante notaba que su presencia era importante para mi, la deseaba y añoraba a cada instante, sus caricias se habían vuelto una nueva forma de vivir para mi y sus besos una forma completamente distinta de hablar..no necesitaba a nadie mas, solo a ella.
Era pasada la media noche y yo recién volvía a la casa, ahí estaba ella en completo silencio frente a la ventana con su bata y de brazos cruzados, mirarla era un verdadero placer para cualquier hombre y yo contaba con esa fortuna pero no la sabia aprovechar, no me atreví a decir nada y solo me acerque para abrazarla por la cintura y besar su mejilla, había llorado el sabor de sus lagrimas por sobre su piel la delataba.-¿Estuviste llorando?.- me lo negó con la cabeza sin mirarme a los ojos, estaba molesta, sentida por mi comportamiento y no la culpaba tanta era su indisposición ante mi presencia que se aparto sin decir nada y se sentó en el borde de la cama mirando en dirección contraria, estaba realmente lastimada y lo peor de todo era que yo pude haber evitado eso.-Lo siento..quería llegar antes ..pero..me calle en seco ¿Por que me excusaba ahora que no venia al caso? ¿Servían realmente mis palabras ahora? No, claro que no..me arrodille frente a ella tomando sus manos.-Lo siento, no quería que las cosas sucedieran de esta manera Corinne..no pretendía dejarte sola tanto tiempo se que obre mal y me arrepiento de ello..mírame por favor ..perdóname-.-el ultimo deje de palabras eran una suplica real, la amaba por sobre todas las cosas y su dolor era mio, no soportaba su indiferencia hacia mi.-Corinne por favor dime algo..lo que sea.-su silencio era mi calvario en esos momentos.
Desde algún tiempo hacia adelante notaba que su presencia era importante para mi, la deseaba y añoraba a cada instante, sus caricias se habían vuelto una nueva forma de vivir para mi y sus besos una forma completamente distinta de hablar..no necesitaba a nadie mas, solo a ella.
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Re: Once de Septiembre [+18 Corinne Blanchard]
“Basta Corinne, basta, él no llegará esta noche” Fastidiada y cansada de llorar, al menos por un par de horas, seque mis lágrimas, hice a un lado la nostalgia de la soledad en la que estos últimos días me estaba hundiendo. Solo tres días habían sido suficientes para extrañarlo hasta el grado de casi enloquecer. Mejor hubiera sido mantenerme en ese estado de nostalgia ahora ese sentimiento se transformo en evidente enfado y reproche. No quería verle, no esta noche, era lo mejor.
Frente al ventanal a punto de girarme y dirigirme hacia la puerta decidida a colocar el cerrojo sentí su presencia, ya era muy tarde para ambos, mejor hubiera sido haber puesto el cerrojo, mejor hubiera sido no se atreviera a entrar, él estaba detrás de la puerta. Me quede quieta en absoluto silencio mirando hacia fuera y a la vez hacia la nada aumentando mi molestia a cada paso que daba acercándose a mí Ni su cercanía, ni el tacto de sus manos sobre mi cintura y ni el roce de sus labios sobre la mejilla fueron suficientes para olvidarme de todo y recibirlo como siempre lo hacía, esta vez era diferente esta vez sentía una total indiferencia hacia él. Aparte sus manos con la mayor delicadeza que me fue posible en ese momento y me aparte sin decir nada, sin mirarle ni por un segundo ni cuando se arrodillo frente a mi y me tomo de las manos.
“Excusas…sobran….no las necesito” estuve a punto de decirle, no fue necesario él mismo acallo sus palabras entreabriendo nuevamente sus labios disculpándose. A cada palabra que escuchaba una lucha en mi interior se suscitaba una parte de mi me suplicaba que lo perdonara y otra parte de mi me exigía que lo castigara con mi indiferencia.
Pudo más el dolor de su abandono, de la falta de cuidado con su mujer, ahora su mujer se sentía profundamente herida – Quiero estar sola – le dije secamente y finalmente mirándolo a los ojos con reproche.
Lamentaba haberme permitido mirarlo a los ojos, si no me hubieras suplicado que te mirase…. me dolía en el alma ser tan fría con él, daría cualquier cosa por no lastimarlo con mi indiferencia, con mi reproche, con mi rechazo y no pude evitarlo, simplemente no pude a pesar de mi gran amor por él. Sabía que lo necesitaba, que ardía de deseo de tan solo tenerlo entre mis brazos, que no podía mantenerme lejos de él, él era mi vida entera el centro de mi universo pero esta noche algo me impedía permitirle mantenerse a mi lado.
Frente al ventanal a punto de girarme y dirigirme hacia la puerta decidida a colocar el cerrojo sentí su presencia, ya era muy tarde para ambos, mejor hubiera sido haber puesto el cerrojo, mejor hubiera sido no se atreviera a entrar, él estaba detrás de la puerta. Me quede quieta en absoluto silencio mirando hacia fuera y a la vez hacia la nada aumentando mi molestia a cada paso que daba acercándose a mí Ni su cercanía, ni el tacto de sus manos sobre mi cintura y ni el roce de sus labios sobre la mejilla fueron suficientes para olvidarme de todo y recibirlo como siempre lo hacía, esta vez era diferente esta vez sentía una total indiferencia hacia él. Aparte sus manos con la mayor delicadeza que me fue posible en ese momento y me aparte sin decir nada, sin mirarle ni por un segundo ni cuando se arrodillo frente a mi y me tomo de las manos.
“Excusas…sobran….no las necesito” estuve a punto de decirle, no fue necesario él mismo acallo sus palabras entreabriendo nuevamente sus labios disculpándose. A cada palabra que escuchaba una lucha en mi interior se suscitaba una parte de mi me suplicaba que lo perdonara y otra parte de mi me exigía que lo castigara con mi indiferencia.
Pudo más el dolor de su abandono, de la falta de cuidado con su mujer, ahora su mujer se sentía profundamente herida – Quiero estar sola – le dije secamente y finalmente mirándolo a los ojos con reproche.
Lamentaba haberme permitido mirarlo a los ojos, si no me hubieras suplicado que te mirase…. me dolía en el alma ser tan fría con él, daría cualquier cosa por no lastimarlo con mi indiferencia, con mi reproche, con mi rechazo y no pude evitarlo, simplemente no pude a pesar de mi gran amor por él. Sabía que lo necesitaba, que ardía de deseo de tan solo tenerlo entre mis brazos, que no podía mantenerme lejos de él, él era mi vida entera el centro de mi universo pero esta noche algo me impedía permitirle mantenerse a mi lado.
Corinne Blanchard- Licántropo Clase Alta
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Re: Once de Septiembre [+18 Corinne Blanchard]
Agache la cabeza resignado por sus palabras, nunca había hecha nada en contra de su voluntad pero aun así sentía sus palabras como las mas filosas dagas que jamas hubieran existido en este mundo, comenzaba a pensar que me odiaba, que me quería lejos de su vida a partir de ahora y no podía soportar esa idea no ahora, no después de tanto tiempo juntos.-Corinne por favor....-ahogue las palabras por un momento, lo suficiente como para no hacer otra bestialidad.-No seas así..por favor perdóname.-rogaba, por primera vez en mi vida yo le rogaba a alguien y realmente deseaba que la respuesta que saliera de esos labios que me volvían loco fuera un perdón de su parte. Su mirada de resentimiento se calaba en mi cuerpo haciendo perder la noción de lo que realmente hacia.
Mis manos se movieron sin que yo lo ordenara y lentamente recorrieron sus brazos, aquellos brazos que eran la mas dulce de todas las cárceles y en la que gustoso me quedaría eternamente prisionero, sus hombros que eran el inicio al mas grande de los pecados, suaves y perfumados embriagándome a cada contacto de su piel y la mía y su cuello aquel refugio al cual recorría con vehemencia en cada oportunidad que tenia aun así mis manos se detuvieron en su rostro.-Sabes bien que nunca ha sido mi intención ofenderte de alguna manera y que por sobre todas las cosas te he respetado como a ninguna mujer en mi vida.-no mentía, ella era la única que me podía controlar y manipular a su voluntad, llevarme hasta el cielo mismo con una mirada o arrojarme a lo mas profundo del infierno con tan solo una palabra.-Se que estas dolida y no me excusare ante eso..tampoco tengo como hacerlo pero si realmente es tu deseo me iré y si mañana aun siente que te he faltado como compañero..yo.-Dude, ¿Estaba seguro de lo que iba a decir? o era la amargura lo que me hacia hablar?.-Yo mismo haré los preparativos para volver a Francia y dejarte en libertad de acción.-la idea no era la mas grata de todas pero tampoco la podía retener a mi lado si ya no existía esa armonio y necesidad de antes, no la quería hacer infeliz.-Dime, ¿realmente quieres que me largue de la habitación?.-anhelaba un no de su parte.
Mis manos se movieron sin que yo lo ordenara y lentamente recorrieron sus brazos, aquellos brazos que eran la mas dulce de todas las cárceles y en la que gustoso me quedaría eternamente prisionero, sus hombros que eran el inicio al mas grande de los pecados, suaves y perfumados embriagándome a cada contacto de su piel y la mía y su cuello aquel refugio al cual recorría con vehemencia en cada oportunidad que tenia aun así mis manos se detuvieron en su rostro.-Sabes bien que nunca ha sido mi intención ofenderte de alguna manera y que por sobre todas las cosas te he respetado como a ninguna mujer en mi vida.-no mentía, ella era la única que me podía controlar y manipular a su voluntad, llevarme hasta el cielo mismo con una mirada o arrojarme a lo mas profundo del infierno con tan solo una palabra.-Se que estas dolida y no me excusare ante eso..tampoco tengo como hacerlo pero si realmente es tu deseo me iré y si mañana aun siente que te he faltado como compañero..yo.-Dude, ¿Estaba seguro de lo que iba a decir? o era la amargura lo que me hacia hablar?.-Yo mismo haré los preparativos para volver a Francia y dejarte en libertad de acción.-la idea no era la mas grata de todas pero tampoco la podía retener a mi lado si ya no existía esa armonio y necesidad de antes, no la quería hacer infeliz.-Dime, ¿realmente quieres que me largue de la habitación?.-anhelaba un no de su parte.
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Re: Once de Septiembre [+18 Corinne Blanchard]
Siempre acataba mis pedidos, por un momento temí que esta noche no fuera la excepción. Realmente estaba arrepentido por su falta de atención y haciendo a un lado su orgullo continuó suplicándome perdón. Cada palabra de perdón que salía de su boca las sentía como si se tratasen de pequeños trozos de cristal puntiagudo rasgando mi interior por ser incapaz de perdonarle…¿realmente no podía perdonarle? Quizás solo era mi orgullo de mujer herida el que me cegaba y me impedía abandonar el reproche, la frialdad con que hoy después de tanto tiempo le estaba tratando.
Sus palabras taladrando mi cabeza, escuchando en completo silencio comprobando en ellas sinceridad y arrepentimiento absoluto y este maldito orgullo que no me dejaba doblegarme. Pensé en apartarme, en salir yo de la habitación pero sus manos…ohhhh sus manos…recorrieron mis brazos y fue entonces cuando hizo arder mi cuerpo de deseo por él…me recordó cuanto lo amaba y cuanto lo deseaba, me recordó cuan loca me volvía cuando me tenía entre sus brazos, como esas caricias se hubieran prolongado más o se hubieran detenido sobre mi cuello hubiese sido mi rendición total sin ninguna palabra más de por medio. Pero no, sus manos continuaron hasta tomar mi rostro entre ellas. Continuaba su suplica y yo en silencio aún ofendida incapaz de decirle que lo perdonaba….ohhh por Dios ¿en qué me había convertido? cómo podía hacerle sufrir de esta manera.
Encerrada en la idea de no perdonarle a pesar de todo su esfuerzo estuve a punto de gritarle para echarlo de la habitación. Afortunadamente sus siguientes palabras me hicieron reaccionar y ahogaron mi grito…no, no es eso lo que deseas realmente Corinne, reacciona…¿a que iba a reaccionar? o mejor dicho ¿para qué? para perdonarlo por algo que bien sabia se volvería a repetir una y otra vez y cuantas veces pusiera por encima “sus negocios”, no, no podía y no quería perdonarle, no en este momento, ¿mañana?...si tal vez, mañana. Estos días en la fabulosa casa llena de lujos sin él a mi lado me habían llenado de amargura y de rencor contra quien era el dueño de mi corazón, el amor de mi vida, contra quien me había jurado en más de una ocasión que pasaría más tiempo a mi lado o por lo menos intentaría no dejarme sola tantas noches seguidas especialmente las noches que pasaríamos aquí, en Londres – Ya no tengo la más mínima idea de cuáles son tus intenciones Fenrir - no mentía ahora me sentía confundida, le dije con la voz contenida pero cargada de dolor, de rencor, de furia y sin retirar aún sus manos de mi rostro sosteniéndole la mirada – realmente lo quiero, he dicho que quiero estar sola, hazme el favor de salir ahora mismo de la habitación – tome sus manos retirándolos de mi rostro con algo de brusquedad sin perder contacto con su mirada esperando no prolongará más esta situación tan incómoda y se dignara a salir como se lo estaba pidiendo.
Sus palabras taladrando mi cabeza, escuchando en completo silencio comprobando en ellas sinceridad y arrepentimiento absoluto y este maldito orgullo que no me dejaba doblegarme. Pensé en apartarme, en salir yo de la habitación pero sus manos…ohhhh sus manos…recorrieron mis brazos y fue entonces cuando hizo arder mi cuerpo de deseo por él…me recordó cuanto lo amaba y cuanto lo deseaba, me recordó cuan loca me volvía cuando me tenía entre sus brazos, como esas caricias se hubieran prolongado más o se hubieran detenido sobre mi cuello hubiese sido mi rendición total sin ninguna palabra más de por medio. Pero no, sus manos continuaron hasta tomar mi rostro entre ellas. Continuaba su suplica y yo en silencio aún ofendida incapaz de decirle que lo perdonaba….ohhh por Dios ¿en qué me había convertido? cómo podía hacerle sufrir de esta manera.
Encerrada en la idea de no perdonarle a pesar de todo su esfuerzo estuve a punto de gritarle para echarlo de la habitación. Afortunadamente sus siguientes palabras me hicieron reaccionar y ahogaron mi grito…no, no es eso lo que deseas realmente Corinne, reacciona…¿a que iba a reaccionar? o mejor dicho ¿para qué? para perdonarlo por algo que bien sabia se volvería a repetir una y otra vez y cuantas veces pusiera por encima “sus negocios”, no, no podía y no quería perdonarle, no en este momento, ¿mañana?...si tal vez, mañana. Estos días en la fabulosa casa llena de lujos sin él a mi lado me habían llenado de amargura y de rencor contra quien era el dueño de mi corazón, el amor de mi vida, contra quien me había jurado en más de una ocasión que pasaría más tiempo a mi lado o por lo menos intentaría no dejarme sola tantas noches seguidas especialmente las noches que pasaríamos aquí, en Londres – Ya no tengo la más mínima idea de cuáles son tus intenciones Fenrir - no mentía ahora me sentía confundida, le dije con la voz contenida pero cargada de dolor, de rencor, de furia y sin retirar aún sus manos de mi rostro sosteniéndole la mirada – realmente lo quiero, he dicho que quiero estar sola, hazme el favor de salir ahora mismo de la habitación – tome sus manos retirándolos de mi rostro con algo de brusquedad sin perder contacto con su mirada esperando no prolongará más esta situación tan incómoda y se dignara a salir como se lo estaba pidiendo.
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Re: Once de Septiembre [+18 Corinne Blanchard]
Me aparte de ella derrumbado por dentro pues ella ya no tenia fe en mi, fe en los nuestro y eso en cierta manera era como una puñalada por la espalda. Sin decirle nada más me levante en silencio, apartando la mirada como si fuera un leproso y me encamine a la puerta, ¿Donde habían quedado la templanza que ella siempre demostraba? ¿Donde se había metido la mujer que siempre era razonable?, no, aquella no era la Corinne que yo recordaba, no era la Corinne que me había acompañado desde Francia ¿Entonces si no eran la misma, por que yo debía seguir siendo igual que antes? ¿Porque habría de humillarme gratuitamente antes una mujer que no tenia la más mínima intención de escucharme o perdonarme?. Si este iba a ser el final de todo esto, al menos haría que valiera la pena, no pensaba retirarme de esta batalla sin un premio de consolación, al menos eso me merecía después de todo. Era lo justo para ambos, ella mañana por la mañana tendría su libertad y yo..yo habría obtenido algo de entretención luego de un largo tiempo.-No...-deje salir la palabra justo antes de que tomara la manecilla de la puerta, negaba a salir con el rabo entre las piernas como los perdedores.-Eso es lo que tu quieres..no es lo Yo quiero...-me gire hacia ella, aun me daba la espalda, ni siquiera se había movido de su lugar y al parecer tampoco tenia intenciones de hacerlo.
Bien, si ella quiera las cosas difíciles, pues, difíciles se las haría. Clavandole los ojos en la espalda no tuve que volverme a girar para colocarle el cerrojo a la puerta. Me aseguraría que nadie nos interrumpiera. Con las misma velocidad que me había apartado de ella me volvía a encaminar hacia el lado contrario de la cama y sin decir ninguna palabra lentamente comencé desvestirme.-Tu hiciste esto difícil...-me saque la chaqueta y la deje tirada sobre una mesilla de noche sin el mayor cuidado, luego me senté sobre el borde la cama y me quite las botas sin mucho animo a pesar de saber bien lo que estaba a punto de hacer. Si ella me consideraba una bestia en estos momentos, pues bien, seria de esa forma como la trataría a partir de ahora. La camisa fue un mero tramite que termino en el piso al lado de mis pies. ahora ambos nos encontrábamos dándonos las espalda, el ambiente en la habitación se volvió denso y la tensión entre los dos era evidente como el día y la noche. No, no daría marchar a tras, ella había sido quien me había apuñalado primero con su desdén hacia a mi ahora seria yo quien daría el golpe final. convencido de esto me levante y rodeé la cama para volver hacia a ella. Su mirada y la mía eran distintas ahora, ambas con sensaciones encontradas por que los sentimientos habían abandonado hace rato nuestras mentes.
Nuevamente frente a ella ahora las cosas eran distintas, habia entrado con esperanzas a la habitación y ahora el instinto me nublaba la razón. La tome por el brazo con brusquedad, obligandola a levantarse y quedar frente a mi.-Si dices desconocer mis intenciones esto no sera ..nada para ti.-como si se tratara de una más, una de tantas la bese a la fuerza, sin importarme si la lastimaba o no, sujetándola con firmeza por el cabello, impidiéndole alejarse de mi, una y otra y otra vez me hice dueño de su boca, nota su falta de aire entre cada beso pero aun así no me importaba nada. Ella ya no sentía y yo tampoco lo haría. Con un movimiento de brusco le abrí la bata que traía puesta y sin mayor delicadeza que un pobre por una puta recorrí su cuerpo, su aroma me dio de golpe haciéndome casi volver a la realidad, pero me negué y me aferre a mis actos y proseguí con mayores ganas.-Dime Corinne...es acaso ¿Este el hombre que querías desde un principio?.-Su corazón latía con mas fuerza, la sangre se agolpaba de pronto en sus mejillas y su cuerpo me hacia recordar por que la había escogido entre varias.-No te hice mía antes por resto..pero ahora...te haré mi mujer por la fuerza.-mis palabras se agolpaban en su boca, sentía como temblaba ..pero no me importaba, estaba decidido.
Bien, si ella quiera las cosas difíciles, pues, difíciles se las haría. Clavandole los ojos en la espalda no tuve que volverme a girar para colocarle el cerrojo a la puerta. Me aseguraría que nadie nos interrumpiera. Con las misma velocidad que me había apartado de ella me volvía a encaminar hacia el lado contrario de la cama y sin decir ninguna palabra lentamente comencé desvestirme.-Tu hiciste esto difícil...-me saque la chaqueta y la deje tirada sobre una mesilla de noche sin el mayor cuidado, luego me senté sobre el borde la cama y me quite las botas sin mucho animo a pesar de saber bien lo que estaba a punto de hacer. Si ella me consideraba una bestia en estos momentos, pues bien, seria de esa forma como la trataría a partir de ahora. La camisa fue un mero tramite que termino en el piso al lado de mis pies. ahora ambos nos encontrábamos dándonos las espalda, el ambiente en la habitación se volvió denso y la tensión entre los dos era evidente como el día y la noche. No, no daría marchar a tras, ella había sido quien me había apuñalado primero con su desdén hacia a mi ahora seria yo quien daría el golpe final. convencido de esto me levante y rodeé la cama para volver hacia a ella. Su mirada y la mía eran distintas ahora, ambas con sensaciones encontradas por que los sentimientos habían abandonado hace rato nuestras mentes.
Nuevamente frente a ella ahora las cosas eran distintas, habia entrado con esperanzas a la habitación y ahora el instinto me nublaba la razón. La tome por el brazo con brusquedad, obligandola a levantarse y quedar frente a mi.-Si dices desconocer mis intenciones esto no sera ..nada para ti.-como si se tratara de una más, una de tantas la bese a la fuerza, sin importarme si la lastimaba o no, sujetándola con firmeza por el cabello, impidiéndole alejarse de mi, una y otra y otra vez me hice dueño de su boca, nota su falta de aire entre cada beso pero aun así no me importaba nada. Ella ya no sentía y yo tampoco lo haría. Con un movimiento de brusco le abrí la bata que traía puesta y sin mayor delicadeza que un pobre por una puta recorrí su cuerpo, su aroma me dio de golpe haciéndome casi volver a la realidad, pero me negué y me aferre a mis actos y proseguí con mayores ganas.-Dime Corinne...es acaso ¿Este el hombre que querías desde un principio?.-Su corazón latía con mas fuerza, la sangre se agolpaba de pronto en sus mejillas y su cuerpo me hacia recordar por que la había escogido entre varias.-No te hice mía antes por resto..pero ahora...te haré mi mujer por la fuerza.-mis palabras se agolpaban en su boca, sentía como temblaba ..pero no me importaba, estaba decidido.
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