amar más al papel que a las personas ~.Libre.~

-La gente que veía pasar al brujo le miraba con cierta curiosidad, a esas horas de la tarde muy pocos eran los que iban en busca de la fortuna en aquellos lugares o mejor dicho eran pocos los de alta clase que pisaban el territorio destinado especialmente a los pobres, con las manos en los bolsillos admiraba aquel sitio que siempre le habia gustado, al brujo rara vez le gustaban los lugares atestados de gente pero éste tenia aquella magia plebeya que embrujaba hasta a los propios que conocian de la magia aunque tambien puede que solo le ocurriese a él. Se sentó en una de las bancas en donde se veia todo el lugar, era un sitio estratégico donde los viandantes más cansads podian reposar sus pies, también servia a los comerciantes para saber donde habia mas gente y donde podian colocarse para tener más beneficio, en frente de él una mujer estaba bailando al son de un violín, descalza se deslizaba por el aire como si fuera otro de los conocidos adulándolo con los dígitos mientras bailaba-

Deberia de haber venido aqui mas a menudo -Se repitio cuando sacó unos papeles que no tenian nada escrito, un lapiz aun repleto de vida, solía usar más a menudo las plumas dejando olvidados los demás lapidez además de pergaminos que servian para invocar a los espiritus en vez de estos papeles que incluso en las manos tenia un tacto extraño, no estaba mal probar nuevas cosas empezando a dibujar el contorno de aquella mujer...no era un mal pintor pero le faltaba practica al no haberse dedicado al sector de la pintura, si hubiera sido de ese modo habria estado por seguro que su vida se habria visto entre los más pobres o entre los mas ricos depende de cuanto agradase a los altos cargos. Acaricio obscenamente los labios de aquella mujer con la punta del lapiz atreviendose incluso con la sequedad de éstos pues seguramente llevaba mucho tiempo bailando sin haber tenido ocasion de maquillarse de nuevo-

Asi son las mas hermosas - Plasmo el movimiento del cabello, mirando fijamente a la mujer, agradecia que no estaba demasiado cerca para que notasen aquellas miradas sabia bien que a los ricos como él lo estimaban y lo miraban con recelo pues veian en el solo el ruido de su bolsillo y no si era buen hombre o mal hombre, cruzó las piernas para apoyarse un poco mejor en su rodilla, dedicandose ahora a los pies, acariciando los talones, dibujando las arrugas, alguna de las heridas que habia causado por haber bailado tanto tiempo y se dio cuenta de que era incluso más hermoso aquel papel que a quien dibujaba, lo cual hizo que formase en sus labios una sonrisa de costado, entretenida por sus pensamientos-

-Elevó el rostro solo unos momentos, suficientes como para captar que había otra persona que estaba observándole, pensó que seria alguien que había captado algo disonante en el ambiente pues los ropajes de los pobres no parecían se ornamento para los de los ricos…No se aquejaba de dolencias a pesar de que semanas anteriores había tenido que curar algunas heridas, sus ropas eran caras para que negarlo pues todo en él indicaba lujo o dinero, lo había ganado y seguiría haciéndolo sin importarle lo que la gente pensara pues el siempre se acordaría de sus comienzos, como un niño delgado, escuálido que no había pisado nada más que la suciedad que dejaban incluso los más pobres pero ascendió conforme la gente veía en el a alguien para recuperar a sus muertos, para hablar con ellos-

Es hermosa ¿no lo piensa? –Le observó, era una mujer incluso más hermosa que la propia bailarina que estaban viendo, distinguía rasgos de clase alta por el vestido o la manera que tenía de observar las cosas, no era excesivamente orgullosa pues la mayor parte de gente a veces temía a las mujeres adineradas pues miraban todo como si tuvieran derecho a hacer comentarios crueles solo porque no tenían dinero, en cambio ella parecía sonreir, maravillarse- ¿Qué hace una hermosa flor como vos en un mundo tan distinto como este? Pues, a mi entender los adinerados se pierden demasiado cuando pretenden ignorar este rincón tan hermoso.

-Hermoso, una palabra que nunca había salido de los labios de Aetos si lo podía evitar no porque no le gustase sino porque a veces era extraña pronunciarla, más que pronunciarla prefería admirar la hermosura sin tener que decirla como si le gustase su compañía pero le avergonzase decirlo. Se quedo a un lado como si le invitase a que se sentara aunque claro no era una obligación le estaba dejando claro que ella si quería podía sentarse allí o donde quisiera…mientras el brujo sin mediar palabra siguió dibujando, casi tenia todo los trazos hechos dejando que su mirada siguiera a la bailarina solamente para algunos detalles como las ropas, en cambio el dibujo le atraía mucho mas, ojos de aspecto confiado, vivos que era lo importante, las manos dibujando poemas al viento, los cabellos seduciendo a todo viandante pero lo que le hacia sonreir era el simple hecho de que era un ser vivo a quien estaba dibujando, pues, en ocasiones por no decir en todas las ocasiones había estado en compañía de los muertos, incluso dibujándolos sintiendo piedad de ellos o haciendo un retrato de la familia de aqueste para que pudiera admirarlo en sus tiempos nostálgicos y no tuviera que molestar a Aetos ¿Qué habría pasado si se hubiera dedicado a pintar? Esa era la pregunta que se repetia pero no, se negaba a formulársela porque después de todo era de los hombres que por el momento no podía imaginarse una vida sin lo que estaba haciendo-