Mas que un cuento infantil...es real [Khalarian]

Era por la mañana y varias dudas me acribillaban desde muy temprano. Bostece estirándome en el colchón improvisado que tenia cada noche para descansar y en cuanto me fui a un baúl para ver que me ponía aquella mañana, intente recordar que es lo que me preocupaba. Quizás el querer ampliar mi cultura hacia querer leer más libros y en realidad tenía que ir a la biblioteca, entonces ya supe lo que quería ponerme, algo elegante, nada llamativo pero adecuado para que no me echaran de la biblioteca. Reuní la grande masa de mi pelo en un moño intuido, lo ate con un lazo de tela gris y me dirigí hacia la salida de la tienda. Hacia un buen día, la verdad. Todo pasaba lento y con el sol sobre mi cabeza, me daba alegría caminar por aquellas tierras de verde que luego se convirtieron de piedra y se llenaron de gente al instante. No tardaría mucho, la verdad, pero no se iría tampoco de allí en media hora. Para leer con calma, se requiere tiempo y bueno, no podía perder la facultad de leer. Me gustaba leer, pero los libros que tenia, ya me los había leído un montón de veces, pero ahora buscaba diferencias de género en los libros, diferentes géneros de temática. Necesitaba un cambio.

Iba andando poco a poco, me cruce con una o dos personas conocidas, pero enseguida cada una volvimos a nuestro que aceres. Mire a ambos lados de la carretera y puse un pie, otro pie y sentadita me quede sobre un banco de piedra en el cual me rasque un poco la pantorrilla. Mire hacia el cielo y una bandada de pájaros pasaron sobre las cabezas de los parisinos, sobre la mía, sobre la de los animales de la calle. Una vez termine de observar y de perder el tiempo, mire a todos lados de nuevo y anduve más de media hora hasta que di con la biblioteca. Era alguien que se orientaba perfectamente y nunca me había perdido, pero de alguna manera ocurrió. Total, que por fin conseguí llegar a la biblioteca, entre y pase por desapercibida, nadie se dio cuenta de donde era en realidad. Bueno, la señora, me dio pase, entre en aquel lugar donde se apilaban montones de libros, butacas, había dos chimeneas encendidas, el lugar era enorme. Desde ahora vendría a ampliar mi cultura aquí, cuando pudiera claro, dado que no se me permitía salir del campamento a menudo.

-A ver...Historia...pirata...eh...-buscaba por una estantería algo sobre piratas, historias o simplemente algo relacionado con ello-Nada....-buscaba y me senté en una silla de madera para mirar a la nada y de nuevo a la estantería de lejos. Algo llamo la atención. Mire a mi derecha y vi a un chico en el suelo. Me levante, ande hacia él y ladee mi rostro-Hey...¿Estás bien?

Ladee el rostro a un lado, con cuidado de no hacer casi un numero de conto sionismo y en cuanto escuche su disculpa fruncí el ceño-En realidad ando buscando, pero no encuentro...-Dijo mientras me acercaba al muchacho que volvía a tropezar, esta vez con un carrito lleno de libros de algún otro cliente. Me encogí de hombros, en respuesta de que en realidad no había encontrado lo que iba buscando, quizás alguna historia de piratas o algo en la historia que mencionara algo de “Sirenas” Me llamaba Sirenia, quítale una “I” y es sirena. Tenía un colgante de un tridente y desde aquella vez que me quite el colgante, me sentía atraída bastante por el mar, como si cada vez que lo miraba, algo me poseyera y me hiciera ir hasta el ancho y profundo mar. Buscando que me podría estar pasando llegue a no encontrar nada más que letras escritas en papeles y cubiertos por tapas de colores de cartón duro.

Mire al chico de nuevo y al ver que ya estaba de pie, me puse de nuevo a buscar entre los libros, pero algo nuevo, una sensación nueva en mi interior hizo que no moviera la vista de aquel muchacho-Disculpe....-me acerque un poco hasta el joven y con una sonrisa me detuvo a pocos metros de su cuerpo erguido encima del suelo-Me llamo Sirena...Digo Sirenia Von Lunirae... ¿Vos?-Algo en este chico hacia que mi curiosidad despertara de repente, unas ganas de saber más de este sujeto al que ahora le tendía la mano en un movimiento delicado, no muy atrevido en cualquier caso y sumiso en la intención que tuve al presentarme con una voz dulce y apaciguadora-¿Puedo ayudarle en algo? ¿Busca algo? Quizás hemos coincidido en una misma búsqueda....-Deje la mano aun en alto hasta que el chico la cogiera. Si, algo sentía en ese chico, pero estaba difuso en mi mente, en mis sensaciones, diablos. ¿Por qué me pasaba esto? ¿Mi concepción del aura me daba errores como una máquina de escribir sin tinta en el resguardo? Debería de estar equivocada y seguramente, aun estaría despertándose mis “poderes” dado que aun era muy temprano para que estuvieran en órbita. De algún modo tendría que ponerlos en práctica de nuevo con gente, puestos en el circo o algún que otro evento para poder practicar. De todas maneras, no sé cómo, me quede mirando a la nada de repente, con la mano en alto y ya no sé si me había cogido la mano, así que la aparte de repente y un cierto rubor en mis mejillas apareció de repente, me retire el pelo de la cara y lentamente sin poder evitarlo, me puse a andar en punta cual bailarina de ballet rebuscando distraídamente entre las estanterías de la biblioteca.

Algún libro habría para entretenerse, alguno tendría que haber y en efecto, uno en especial me llamo bastante la atención. Aquel libro, se llamaba, no tenía un nombre en especial pero me quede de piedra, me lleve las manos a mis suaves labios y de repente comencé a temblar. El autor del libro, se apellidaba Von Lunirae, yo, era yo, mi apellido, mi...ay dios mío. No podía creerlo. La verdad no lo creía, en Francia, en París, un libro de mi padre, aquí.... ¿Qué significaba todo esto? Alce una de mis manos temblorosas por los nervios, con la yema de mi dedo índice incline el libro hacia mi rostro, me mordía el labio inferior, mire la tapa de del libro y vi que estaba desgastado, con letras en dorado y el libro en tonos azul mar. Podía oler un cierto aroma a mediterráneo en las hojas cerradas de aquel libro.

Lo cogí lentamente en mis manos y cuando lo abrí por la primera pagina, no podía seguir mirando, era una especie de párrafo emborronado de tinta, que lo único que pude deducir de aquel escrito era una dedicatoria de mi padre ¿hacia sí mismo? No, sino hacia mí. Las siglas S-V-L, eran Sirenia Von Lunirae o eso al menos encajaba dentro del rompecabezas. ¿Abría el libro o no?

-¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¡¡ Hey espera!! -Vale, no abrí el libro, simplemente, con disimulo, me lo guarde en la bolsa. Nadie me había visto, no, que va y me acerque al chico, que por algún motivo, no sabía el cual, camine hasta volver a su lado, corriendo en punta para no hacer ruido, a consecuencia de que me choque contra su espalda sin darme cuenta-¡Ouch! –Gemí un poco, del rebote acabe en el suelo haciendo un sonido estrepitoso. Ahora yo estaba en el suelo, con los ojos cerrados y bueno, cuando los abrí descubrí que tenia la falda arriba, sobre mis rodillas y tenia al descubierto parte de mis piernas vergonzosamente mientras me apoyaba contra el suelo con ambos codos. Sonrojada de pies a cabeza, sintiendo como la vergüenza me cubría entera. Pude reaccionar, me levante deprisa con cierta torpeza, recogí la bolsa que llevaba el libro, mire a Khalarian a los ojos el cual me miraba un poco asustado-Siento si te deje...pero es que andaba buscando algo sobre...-baje la mirada para ocultar las palabras que iba a decir-algo sobre sirenas, piratas o algo parecido...-mis palabras iban hacia Khalarian, pero no mucho iba a mirarlo a los ojos, con la vergüenza que tenía en ese momento.

Moví inocentemente mis pies de un lado a otro, como esperando que algo ocurriera para contrastar el momento incomodo en el que me sentía. Era algo raro ir buscando cosas de sirenas y piratas, bueno, lo segundo no era tan raro como lo primero, pero siendo yo, de los mares y de hija de un pirata, del cual encontró un libro que contenía su firma y portada, pudiera ser posible que existiera lo primero- Podríamos...-Hice un esfuerzo en mirarle-Buscar...información juntos-Me encogí de hombros, los volvía poner bien y entonces decidí andar dos pasos lentos hacia Khalarian. El era moreno, alto, bello, con aire tímido y cauteloso. El aura que sentía de él, seguía siendo el mismo que comenzaba a atraerme poco a poco, pero de algún modo era un poco respetuoso, era algo serio y con mucho miedo del exterior. No sabía, no le conocía, pero la verdad, no pasaba nada, no le iba a robar, no robaba cosas de la gente, pero...el caso del libro de mi padre, era un caso diferente. Era de mi padre e iba dirigido a mí, así que se mantendría conmigo.

Volví mi mirada hacia las estanterías, buscando algo más interesante que leer, algo con lo que acompañar mi lectura junto con el libro, pero mire al joven y me pregunte que buscaba-¿Buscas algo en especial? Quizás pueda ayudarte...-Dije al ver que en su mirada solo albergaba la preocupación de que podría estar perdido y no sabía dónde buscar. Estuve un buen rato viendo lomos y lomos de varios libros, pero, ay de mí, apenas...sabía leer, bien, sabía leer, pero la verdad es que aquellas palabras me resultaban un poco difíciles de entender, palabras como “decreto” “Poderes administrativos” “Orden sobre el juicio de los ocho...” Dios, no entendía nada, aunque la verdad ¿Dónde estaba? Quizás en la sección equivocada, aquí solo te explicaban cosas de mayores, cosas a las que mi mente comenzaba a dar vueltas, tan solo de leer un poco.-Creo que aquí no hallaremos nada-Dije cogiendo la mano de Khalarian y dirigiéndole hasta un rincón donde había libros los cuales sí que podía entender.

Podría sonar algo estúpido, pero la verdad, no había libros en el campamento, solamente los que yo fui encontrando, que no fueron muchos, la verdad. Vale, llegamos a una estantería con libros de fantasía, magia aunque quizás este no fuera el sitio, pero quizás...Espera, no sabía que es lo que buscaba –Buscas algo en particular, perdona no te pregunte nada en concreto...-mis brazos se pusieron en jarras, apoyando la cadera en un lado mientras ladeaba inocentemente mi rostro mirando a Khalarian. Khalarian...-Ahora que lo pienso, sobre tu nombre-Le señale con el índice disimuladamente-Suena como a un guerrero de dragones...-Dije con una sonrisa en el rostro. Era un nombre bastante fuerte, con poder. Quizás, el aura que sentía después de todo, no era ninguna sensación errónea.

Le vi que se agachaba en el suelo, con los brazos en su cabeza, parecía que le estaba doliendo la cabeza-¡Hey!-Dije alarmándome un poco, le veía un poco extraño pues quizás le pasaba algo, podría ser algo obvio, pero no sabía de que se trataba. Mire al joven, miraba alrededor de todos, pero nadie nos echaba el ojo-Hey...tranquilo....-Dije poco a poco para ver si podía hacer algo, hacer algo para que pudiera apartar ese extraño dolor que tenia de repente sobre las sienes-Khalarian...-Dije para llamarle, para decirle de que estaba aun presente a su lado, que parase de una vez. Suspire, le vi que descansaba sus manos sobre el suelo, cogí una de sus manos, con cuidado de no aportar más nervios a su persona y me puse a visionar, me puse a ver si había algo de extraño en ello. Vi, note por cada línea de su mano, algo mayor, recta, lineal, eso significaba mucha tranquilidad por ello, otra línea, curva y era bastante estilizada, podría decir que su vida cambiaria, dando un giro de ciento ochenta grados, pero ¿Qué?

Estaba mirándole y me fui a una mujer para que me ayudara a sentarle en una silla. Una vez sentado en la silla, le mire a los ojos., sujetándole de su mentón, con firmeza y con una sonrisa en mi rostro, me fije en sus pupilas, estaban normales, no le pasaba nada, quizás había sido un dolor de jaqueca, algo que pudiera venirle de vez en cuando. De todas maneras no iba a quedarme con los brazos cruzados. Cogí de nuevo su mano, para mirarla detenidamente ahora yo sentada cerca de él, pero me llevo bastante tiempo, con mi palma sobre su palma, cerré los ojos y cuando algo se despertó en mi interior, un aullido lejano, algo que podría situarme en aquel problema anterior, supe que habría hecho un recorrido hasta llegar a encontrar el problema y era de un buen calibre. Las líneas de su mano, unas rectas, otras curvas, diferentes unas de otras, agarre con fuerza la mano, pues al parecer el muchacho, Khalarian, no parecía colaborar-¡Estate quieto!-Espete con firmeza, abriendo los ojos y mirando con el ceño fruncido al chico que tenía delante. Volví mi atención a la mano, viéndola mientras la acariciaba con las yemas. Cerré los ojos de nuevo hasta que fui soltando su mano poco a poco-Santo dios....-Tenia un aura blanca, pura, sin nada maligno a su alrededor. Abrí los ojos al estar segura de mi intuición y sonreí a la vez que me levantaba del asiento en el que posaba mi espalda. Fui dando vueltas alrededor de Khalarian, mirándole de arriba abajo y en cuanto suspire con tranquilidad, me acerque, no mucho, pero me acerque lo suficiente para rozar mis dedos contra la poca perilla que tenia.

-Esas criaturas que decís que no existen...-Sonreí ladina y segura de lo que iba a decir-existen si se creen en ellas....Parecíais muy emocionado con aquellas mujeres que son mitad humanas mitad pez... ¿Me equivoco?-Ladee mi rostro a un lado, todo para ver que admitiera sus palabras-¿sirenas? Sí, claro que existen....al igual que algún pasado vuestro el cual no podéis...-La vuelta surgió sobre las puntas de mis pies, dejando la curiosidad a flote para Khalarian y que se atreviera a preguntar-recordar...-aquella risita que salió después de esas palabras, habían venido perfectas a la frase, poniéndolas en punto y final. Mis ojos estaban mirando al frente, sonriendo a un lado para después mirarle con giro de cuarenta y cinco grados a la izquierda y fijarme en él, en aquel que era alguien desconocido, incluso para él mismo-Creo que no me explique con claridad...-Me refería a que posiblemente no sabría de que estaba hablando. Bien, se lo haría entender, pero no sabía hasta que punto.