Alanié Falivene

Nombre del Personaje: Alanié Enkali Falivene Black
Edad: 8 años.
Edad adulta: 18 años.
Apodo: Alan, este fue dado por Fenrir.
Raza: Humano
Tipo: Cambia formas.
Tipo y Clase Social: Clase alta.
Orientación Sexual: Heterosexual.
Lugar de Origen: París.
Habilidad/Poder: Forma parte de la familia de los osos, es un Red Panda.

Descripción Física:
Alanié a los 8 años: Alan, siempre fue la más baja de sus hermanos, a pesar de ser la del medio, es una hermosa chiquilla de cabellos castaños oscuros, con una melena larga cayendo más debajo de su de cintura, siempre con su cabello algo desaliñado. Sus ojos son de un lindo tono grisáceo, dependiendo del día pude verse celes o verde, su mirada suele ser posesiva y profunda, aunque ciertamente angelical. Su piel es pálida, sin embargo siempre manteniendo un dulce carmesí en sus mejillas, así como sus labios. Mi de alrededor de 1,38, y siempre trae consigo un osito de felpa. Y un amuleto que le regalo su madre antes de fallecer.

Alanié a los 18 años: Luego de tantos años, mantiene su cabello largo y castaño, sus ojos cambiantes. Su Complexión es delgada y mide a penas 1,58, haciéndola pesar incluso menos de 50 kilos, pequeña cintura, caderas medianamente anchas, manos delgadas y finas como las de un mismo pianista, su pecho va acorde a su pequeño cuerpo. Una cicatriz cubre su muñeca derecha. Su mirada no cambia con los años, teniendo esos ojos que demuestran su posesividad y profundidad, en especial cuando esta con Fenrir, el hombre que le salvo la vida, su sonrisa es cautivante y atrayente, sus labios son carnosos.

Oso Panda Rojo: La forma de Alanié es de un hermoso ser con cola larga anillada, de hermosos ojos almendrados, pelaje cobrizo con negro, patas anchas y lanudas, es pequeño como si de un gato grande se tratará, tiene caninos, pero no los suele usar para atacar, tampoco es un ser agresivo. Pero si bastante ágil, a diferencia de sus pares, el ser este animal no le otorgo de fuerza, ni de gran cuerpo, pero si de rapidez, dulzura y ingenio. Cautivando a sus enemigos, para luego llevarlos a la perdición.

Alanié 7 años.
Alanié 18 años.
Alanié cambia forma

Descripción Psicológica:

Alanié, es una muchacha soñadora, pensadora, con un dulce semblante, es muy comprensiva con los que ama, fiel y responsable. Con el tiempo aprendió querer y desear el centro de atención de Fenrir. Es responsable, ordenada y lo suficientemente perfeccionista. Alan, es en realidad una “muchacha” que solo a querido saber lo que era lo bueno en la vida, haciendo que su carácter sea voluble, pero a pesar de esto es una mujer muy inteligente, sagaz, carismática.

Y la verdad era… cuando escuche su voz, aquel melodioso y atrayente sonido que se deslizo por mis oídos, una hombre que en mi vida soñé, que ahora estaba allí, mirándome con sus penetrantes ojos, fuerte… mucho más de lo que yo misma podía ser, quería ser digna para él.


Sabe muy bien que las apariencias son engañosas, esto la hace odiar a los hipócritas, mentirosos e incluso engreídos, porque la gente petulante no es lo suyo, pero a sabido mantenerlo a margen, por que Alanié es un ser único. Es una joven sobreviviente de una sociedad tan injusta, siempre quiso ser tratada de igual a igual, pero eso jamás seria así… porque ni ella misma podía verle con ojos corrientes. Aunque muchas veces parece despistada de su alrededor, se da cuenta de cada una de las cosas y detalles de las personas, si de lo contrario pareciera que no toma atención es que simplemente no le importa aquello, esto la hace observadora, siempre fijándose en detalles que los demás no logran ver, la belleza del alma… la pureza en los ojos.

Trato de ver lo bueno que me da la vida, pero simplemente muchas veces están difícil de encontrar.


En conclusión Alanié es una persona algo caprichosa, es graciosa, es un ser espontanea. Es una chica irascible, aunque no lo parezca oculta muchas cosas, muchas veces es demasiado confiada, le gusta contradecir a las personas, sabiendo que es negro ella simplemente dirá blanco, es demasiado curiosa, lo cual le traerá más de un problema, Terca, ama la música, la música de la naturaleza, la lluvia cayendo por su piel, haciéndola sentir viva, odia a los hipócritas, detesta a los mentirosos, no le gusta que se metan en sus problemas y mucho menos que le den ordenes. Tiene miedo a perder a Fenrir.

Aquí estaba… el baúl de nuestros grandes secretos.


Historia:
Alanié, pequeña niña de ojos maravillosos, llena de ternura y dulzura, corrompida por seres que creyeron tener la razón, rompiendo su inocencia en solo unos minutos… minutos que parecieron horas.
Su madre, Antonella su madre, fue una mujer esforzada, una cambia formas, que siempre cubrió su forma ante todo publico, su esposo, Andrew un humano común y corriente se enamoro profundamente de ésta extraña mujer, aquella parecía ser tímida, reacia, pero hermosa, tanto como para enamorarle. Luego de cortejarle, Anto cayó en los encantos del joven, se casaron y tuvieron tres hermosos hijos, entre ellos la protagonista de esta historia, Alanié.

Con los años Andrew conoció lo desconocido de su mujer, sin embargo el amor era más fuerte quedándose junto a ella, hasta que la muerte los separé. Alan, creció en una familia bien acomodada a las afueras de París, con el tiempo conoció cosas que en su vida hubiera imaginado, observar como su madre se transformaba en ser distinto, así mismo ella, no obstante, nadie sabía que esto les jugaría en contra, sí, porque dos meses antes de que la pequeña cumpliera su octavo año de vida, alguien… había nombrado la palabra “cambia formas” y consigo el nombre de una mujer en especial, Antonella.

París, año 1.790, 14 de marzo.
Hora: 00:00 AM.


Aquella noche fue fría, pero con un cielo despajado y una hermosa luna llena, escondían consigo una mujer que se transformaba inevitablemente en un diferente animal que tenía los colores del fuego en su pelaje, así mismo de la oscuridad, detrás de ello cuatro diferentes ojos le observaban, con recelo y repudió, - así me gusta, - dijo uno, - vez... solo debíamos saber quien era el demonio entre la familia, - mientras dirigía su mirada hasta Andrew, quien estaba apartado de sus hijos, observando con aspecto frío a su mujer.

La matanza comenzaría pronto, estos cuatro hombres eran cazadores, así mismo Andrew había hablado en la iglesia con ellos, creyendo que su mujer era un demonio escondido bajo la piel de un humano, traicionándola, a ella… como a sus pequeños hijos. Alanié, observo mientras se aferraba a sus hermanos, como torturaban a su madre, como… quitaban la piel del animal mientras estaba vivo, como los ojos de su madre se llenaban de lágrimas por el dolor, y como aquellos cazadores quienes decían hacer el bien para la humanidad, mataban con tanta crueldad a una mujer inocente, cual no tenía la culpa de su destino, cual… había perdido la vida ante los ojos de sus tres pequeños hijos. Los gritos de horror estaban presentes, mientras Andrew, ladeó el rostro hasta Alan, y luego la dirigió hacia los mismo hombres hablando casi en códigos, sin embargo la verdad era obvia… era su turno.

Uno de ellos, el más alto se acercó hasta los tres niños, tomando solo a Alanié separándola de su manada, - Papi!, - gritó, - PAPI!!!, - volvió a gritar con fuerza, aunque… aquel ser llamado por Padre solo esquivaba su mirada y sus llantos de miedo, tristeza y anhelo.

Obligada y arrastrada con alguien que en su vida había visto, la pequeña observo como su hogar era quemado junto al cadáver de su madre y sus dos hermanos, mientras que el hombre que había ayudado a engendrar su vida estaba a su lado parado, sin lágrimas en el rostro, sin tristeza, cambiando toda amabilidad que pudo existir en él. Allí fue cuando supo, que era su turno, - está es mía, - dijo, el alto hombre, mientras la pequeña no dejaba de llorar, invocando el nombre de su madre y sus hermanos, debes en cuando pidiéndole ayuda a Andrew, misericordia, pero… eso jamás paso.

Fue llevada por aquel macizo hombre, metida en un sótano, allí encadenada desde su cuello, imposibilitada de arrancar, a penas alimentada, golpeada y violada repetidas veces por el mismo asqueroso ser, un supuesto cazador… que hacia el bien para la humanidad. Dos meses encerrada en el mismo lugar, dos meses sin ver la luz, apenas hablaba y las lágrimas ya casi no brotaban de sus ojos.

París, año 1.790,20 de mayo.
Hora: 03:00 AM.


Esa noche, el miedo hacia temblar a la niña, una y otra vez… mientras unos golpes se escuchaban en la casa, fuertes, gritos de molestia, una voz masculina y luego fuertes pasos bajando una escalera, abriendo de golpe la puerta del sótano, era hora de sufrir la condena una vez más, - NO!, - gritó, tratando de soltarse, mientras observaba los ojos del repugnante hombre, cual mantenía una sonrisa en sus labios, una muy retorcida, - vamos jugar a algo, - dijo el terrenal ser, mientras sacaba una llave y le sacaba las cadenas a la pequeña, cual apenas podía mantenerse en pie, con heridas que con mucha suerte nos e habían vuelto gangrena, - tú corres y yo te cazo… - susurro, pero aquel susurro fue como un retumbar en los oídos de la pequeña, cual sin pensarlo dos veces corrió con todas sus fuerzas, no obstante eran pocas, salió de la casa y el hombre le siguió muy de cerca el paso, hasta que le sintió una vez más encima, - NO!, NOOO!!, - chilló, - cállate! – dijo el hombre con fuerza aplastando el rostro de la niña en el suelo con fuerza, casi dejándola sin respiración, mientras levantaba el sucio vestido que le cubría, este bajo sus labios hasta el pequeño brazo de la chiquilla y planto sus dientes en el mordiendo con fuerza dejando la marca, así mismo la sangre correr.

Un estruendoso grito de dolor, salió desde lo más profundo de los pulmones de la pequeña, y las lágrimas brotaron una vez más, - PAPI!, - gritó, llamando a quien podría ser la única esperanza que le quedaba, el único ser que podía salvarle… pero este no lo quería así. Las carcajadas del hombres eran tan fuertes, que el pánico se volvía cada vez más fuerte en la niña, sin embargo de pronto el aferre se hizo cada vez menos, así mismo la risa había cesado, respiro entre cortado, tan cansada y débil. Comenzó arrastrarse lentamente, con las pocas fuerzas que le quedaban y… de la nada unas manos la volvieron a sostener, comenzó a gritar desesperada, - Noooo!... – dijo, entre lágrimas, pero una voz poco familiar la saco de su pánico, giró el rostro hasta el hombre que la sostenía… era alguien más, estaba lleno de sangre en sus labios y la levantaba con ternura protegiéndola, fue cubierta por una chaqueta, escucho por fin el silencio, y extrañamente se dejo llevar… lentamente sus ojos se cerraron, para no volverse abrir más, una parte había muerto… la parte donde ella se llamaba Alanié Enkali Falivene, ahora seria simplemente Alanié Black, hija de Fenrir Black.


París, año 1.800,14 de Febrero.
Hora: 00:20 AM.


-Padre, - miró con el ceño fruncido a Fenrir, - quiero ese vestido, por favor, por favor, - Fenrir suspiro y giro el rostro en otra dirección, Alanié frunció el ceño y se acercó a él sentándose en un costado, tomando su rostro entre las manos y girándolo hacia ella, - por favor, - susurro, ladeando el rostro con ternura, con una leve sonrisa en sus labios, Fenrir la miro una momentos, - esta bien… - dijo cansadamente, mientras la niña que ahora era una mujer lo abrazaba depositando un beso en su mejilla, - por eso y muchas cosas más te amo.


Datos Extras:
Sufre de recuerdos reprimidos, El inconsciente personal significa: recuerdos perdidos, ideas dolorosas que están reprimidas, percepciones subliminales ... y, finalmente, contenidos que aún no están listos para la consciencia. Aquello paso en Alanié, bloqueando a su padre, madre y hermanos, todos esto fue también reprimido con el sufrimiento que paso en el sótano del cazador.
Tiene horribles pesadillas, todas llevadas a muertes, los rostros de sus padres, estos ella no los reconoce.
Tiene un osito de Felpa.
Tiene una excelente relación con una Vampira llamada Sara, la ve como una madre.
Tiene un collar que usa solo en ocasiones especiales, regalo de Sara, al igual que un vestido rojo.
Tiene un amuleto, que le obsequió su madre.
Despierta gritando en sus sueños y usualmente llorando.
Le gusta dar abrazos.
Juega con su propio destino.
Le gustan los animales.
A veces es demasiado caprichosa.
Una de sus grandes paciones es tocar el violín, cantar.
Escribir sus pensamientos en un cuaderno.