[Finalizado]¿Qué haces Pequeña joven?[ Cassidy A. Cohen ]

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Oct 22, 2011 11:08 am

No era inmortal, ni indestructible y eso lo sabía, a veces se preguntaba qué sucedería si se entregara a la vida inmortal, siempre sacudía su cabeza y una gran carcajada salía de ella ¡que aburrido seria! ¿Vivir por la eternidad? ¡Dios deseaba mejor la muerte antes que eso!, cada lectura que hacía, cada conocimiento que adquiría se desvanecerían el día de su muerte no estaba deseando que nadie viviera a suplicarle que fuera su tutor en artes oscuras, no estaba interesada en eso, pensaba que no tenia madera para eso, prefería estudiar y estudiar para su beneficio.

En aquel lugar podía ser una desconocida lejos de los hermosos salones de baile y las mansiones de sus progenitores, simplemente era Aitziber, mejor dicho era una desconocida que rondaba por los mercados ambulantes con una simple vestido blanco largo hasta sus tobillos, de manga larga con unos detalles en el borde, su escote mostraba su pálida piel y su busto levemente apretado pero sin aquella fastidioso corsé.

Algunos vendedores les llamaba la atención con productos exóticos y llenos de misterios, pero nada era lo que estaba buscando, en realidad no sabía lo que buscaba, simplemente paseaba para sentirse libre, no buscaba pieles ni nada parecido, no buscaba compañía, simplemente conversación.

Entre la nada al frente de ella pareció una joven de menor de edad, sus ojos brillaron al ver aquella tierna ave en medio de tanta gente, parecía que su brillo la hacía resplandecer y ser única en tanta muchedumbre, sin querer, sus pies ágilmente llegaron hasta ella situándose a su lado con una curiosidad casi infantil.

-Joven… ¿que busca?- pregunto suavemente y con suma ternura.

por Invitado Sáb Oct 22, 2011 6:30 pm

Había salido de casa, sabía que si me quedaba más tiempo encerrada me volvería loca. Así que me puse uno de mis vestidos color crema con unos finos guantes y me lance a las calles. Era un fastidio el no conocer a nadie en Paris, ya que las dos personas que conocía, mi madre y Mathias eran vampiros y no podían salir a la luz del sol. Por eso si quería salir durante el día tenía que hacerlo sola, lo que era un gran fastidio yo solo pedía poder salir con alguien. Tener algún amigo con quien hablar y divertirme. Me fui hacia el mercado, me mezclaba entre la gente aunque siendo tan joven llamaba un poco la atención. Pero nadie se atrevía a hablarme.

Los vendedores me llamaban la atención con sus productos, era una chica joven llena de curiosidad de saber todo lo que era lo que me rodeaba. Así que me paraba en varios puestos maravillada por las cosas que vendían, pero solo una cosa me llamaba la atención. Había un hombre que se hacía llamar brujo, sonreí de medio lado. Si, él supiese que yo sí que era una bruja de verdad, vendía según él “amuletos” para la suerte, el amor… y todo lo demás. También vendía collares que según él daban suerte. Pero eran bonitos así que le compre uno.

Me aleje un poco del puesto y me pare en medio de la calle mirando a ambos lados primero, para después mirar el collar era sencillo pero llevaba una amatista en medio. Me gustaban las piedras preciosas, y la amatista entre ellas. Cogí la piedra en una de mis mano y cerré el puño, me concentre y le hice un hechizo a la piedra. Era un hechizo de suerte, aunque siendo bruja eso me servía de mas bien poco. Pero me lo colgué al cuello y mire a todos lados con aquel dulce rostro que poseía.

Pero una chica que de pronto vi a mi lado me sorprendió, di casi un bote al escucharla. No la esperaba pero la mire con calma y dulzura, era algo innato en mi siempre miraba con dulzura así como mi voz también denotaba dulzura. Ella me pregunto si buscaba algo y yo sonreí tocando la amatista que ahora colgaba de mi cuello y que gracias al hechizo brillaba de una forma especial pero solo los verdaderos brujos como yo lo podría notar.

-La verdad es que creo que lo que busco es compañía, conversación… alguna amistad…

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Oct 26, 2011 4:22 pm

Sonrió complacida, le miro de arriba hacia abajo con discreción quedándose extrañada por aquel collar que quedaba, su instinto sobre lo mágico y curiosidad la traicionaron, su mano comenzó a moverse hacia la hermosa y extraña luz que emitía el collar, cuando lo tuvo entre sus dedos sintió una leve energía cálida y enérgica. Dejo salir un suspiro de asombro mientras lo sostenía y lo cubría con sus dedos, te material era simple y barato pero la energía que emitía era pura y hermosa, como aquella chica.

-Que hermoso collar- murmuro como para si misma. Levanto la mirada sonriéndole con ternura lo dejo caer en su pecho mientras retiraba su mano de su cuello-Lo siento, perdón ¿Dónde quedaron mis modales?-.

Se inclino como un caballero, haciendo una mofa a los mirones quienes le quedaban viendo con una mirada extraña y llena de prejuicio, ella con una sonrisa picara, se incorporo mirando con curiosidad a la joven y como si fuera algo normal añadió:

-¿Qué tipo de hechizo has aplicado?- le miro burlona mientras se cruzaba los brazos y dejaba caer su peso en uno de sus pies,-Aunque tienes un gran poder no tiene consistencia, ese hechizo es de tercera-

Alzo su mirada viendo como las nubes se aglomeraban y el cielo se distorsionaba volviéndose de gris, parecía que algún dios había comenzado a llorar dejando caer sus lagrimas en aquellos pobres mortales de la hermosa ciudad de paris

por Invitado Miér Oct 26, 2011 5:27 pm

La verdad es que no me esperaba que aquella chica también fuera bruja pero cuando le mire a los ojos cuando ella miraba mi collar y después vi su acción de coger mi collar entre sus dedos. Sabía que era bruja, era como yo. Quizás unos años mayor que yo. No me había encontrado con ningún brujo o bruja menor que yo o de mi edad. Eso en realidad me molestaba, porque quería conocer también gente de mi edad y si además eran como yo mejor aun. Pero espere que ella dijese algo, lo que fuese. Y lo hizo alabando mi collar, aunque lo digo en voz baja la pude oír.

-Gracias.

Dije con una sonrisa dulce, era así. Siempre con mi dulzura menos... cuando me enfadaba, que entonces me convertía en una leona. Pero eso pasaba muy pocas veces gracias al cielo pocas personas me conocían de verdad enfadada. Pero la chica se inclino como lo haría un hombre. Debo admitir que me sorprendió, pero también hizo que una pequeña sonrisa saliera en mi rostro. Baje la mirada cuando hablo de mi poder.

-Lo sé, soy una bruja joven además tenia un maestro pero este murió... pero ahora eso va a cambiar...

Dije levantando la vista fijándola en ella, refiriéndome a mi nuevo maestro. Él me iba a enseñar todo lo que me quedaba por aprender. Él me iba a guiar por el camino de la brujería, me iba a convertir en una buena bruja.

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Oct 26, 2011 5:56 pm

Asintió escuchando lo que decía la joven, se mostro por unos momentos seria mientras analizaba y procesaba aquella información, después de unos segundos se mostro cambiante, su semblante sonrió, formándose cálida y hasta más joven de lo que era, sus labios se movieron sin dejar salir alguna palabra, parecía deduciendo alguna divertida situación, pero sacudió su cabeza con una sonrisa en sus labios.

-Estamos igual… mi amo murió cuando tenía 19 años aproximadamente- dejo que un silencio se apoderara de ella, no le diría que ella lo elimino cuando no se sentía satisfecha con sus enseñanzas, simplemente dejo que una tierna sonrisa invadiera su rostro-Lo único bueno que me dejo fue el habito de leer los viejos libros de hechicería, si lees, eres sabio- dijo inclinándose de forma juguetona haciendo equilibrio con sus puntas mientras su largo y pálido dedo tocaba la nariz de la menor.

Sonrió llevando sus manos detrás de la espalda ladeando su cabeza hacia un lado, el mercado comenzaba a llenarse con mucha gente, la joven giro hacia un costado dejando ver un pequeño café; en realidad era otro lugar donde vendían hierbas y demás.

-¿Sabes utilizar las hierbas?- pregunto agarrándole de un hombro y arrastrándola hacia aquel café. -acompáñame, te enseñare unas pocas cosas- dijo mostrándose serena.

Al entrar había muchas personas de diferentes matices, algunos se veían peligrosos y otros extraños, la joven nunca la dejo mientras se adentraba entre toda esa gente hasta llegar a un lugar donde el olor de muchas especies pego en sus narices.

por Invitado Jue Oct 27, 2011 2:46 am

Aquella sonrisa de mi acompañante le hizo ganar muchos puntos a mis ojos. Me gustaba la gente que sonreía de aquel modo. Su sonrisa era cálida y aunque no nos conocíamos nos sonreíamos de manera amable, la chica estaba ganando muchos puntos a mis ojos. Sonrió tiernamente pero a ella también le faltaba su maestro. Pero yo ahora que tenía Amelhíon me sentía mejor, además había sido mi antiguo maestro quien había escogido a mi actual maestro. Me sentía muy feliz de tenerle a mi lado. Sonreí dulcemente cuando me toco la nariz.

-La verdad es que mi antiguo maestro también me dejo el habito de leer. Además de muchísimos libros de hechicería.

Dije sin dejar de sonreír dulcemente, cuando me pregunto lo de las hierbas abrí la boca para responderle que no sabía pero no me dejo ni empezar, me cogió del hombro y me arrastro tras ella. Conseguí mantenerme en pie y le seguí, se movía con pasos gráciles y yo le seguía de la misma forma. Cuando entremos en aquel lugar me acerque un poco más a ella. La verdad es que las personas que había me asustaban un poco, no me separe de ella y luego mire las hierbas que había allí y le mire.

-¿Qué vas a comprar?

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Oct 29, 2011 1:09 pm

Habían muchas especies regadas en pequeñas cestas en todas partes, algunas arribas en largos estantes y otras abajo regadas encima de una tela de colores vivos, la joven se quedo inspeccionando cada uno de ellos como si, cada uno necesitara un poco de su atención, miro a la joven sonriéndole muy animada.

-Ellas me lo dirán-dijo centrando su atención a las especies-ven acércate- la invito a quedarse en cuclillas. Sostuvo un poco de canela que entrego a su compañera-Canela, Buena para encontrar amigos- dijo dándole un poco a oler.

Cerro sus ojos pasando por su mano abierta por todas aquellas especias, parecía querer que le hablaran, su mano se detuvo en un poco de algodón, abrió los ojos y miro curiosa aquella respuesta.

-mmm…Algodón…- agarro un poco guardándolo con cuidado-El algodón sirve para protección, Viene de nuestra luna, ella nos ayuda a protegernos de muchas cosas malignas… ¿ves? Las especias nos hablan, no como las personas, debemos ser sabios, y captar nuestros instintos.-

Se levanto, dispuesta a pagar los francos por un poco de algodón, parecía que solamente necesitaría aquello, aun no sabia para que, pero era mejor hacerle caso a las especies, eso siempre lo había sabido.

por Invitado Lun Oct 31, 2011 12:36 pm

Tenía mucha curiosidad por aquella chica, la verdad es que era bruja como yo pero también era misteriosa. Cuando me miro, me puse de cuclillas a su lado para mirar lo que me enseñaba. Parecía hablar como si las especias le hablaran a ella. Me tenía impresionada, la escuchaba atenta cuando hablaba de la canela. Olí suavemente la canela que me puso en la palma de la mano, olía muy bien a mi me encantaba ese olor. Mama lo sabía y siempre teníamos incienso de canela en casa.

La mire cuando paso la mano sobre las especias, la verdad es que lo que hacía me hacía pensar muchas cosas, era muy misteriosa y parecía tener poderes que yo no tenía o que no había estudiado nunca. Eso me hacía ver que había mucho por aprender todavía, suerte tenia de tener a mi maestro, él me enseñara todo lo que yo no sabía. La mire cuando me hablo, no entendía lo que me decía. ¿Cómo le podían hablar las especias?

Me levante y la mire cuando pago, quería saber cómo podía ella hablar con las especias. Yo ni siquiera lo sabía eso. Me mordí el labio y mire alrededor, la verdad es que también quería salir de allí, habían personas que me daban muy mala espina.

-¿Cómo hablas con las especias? No lo entiendo

por **Aitziber D’ Lemoine** Lun Oct 31, 2011 7:18 pm

Sonrio sin responderle, ella no le hablaba a las especies, era mas como si las especias le hablaran a Aitziber, para poder tener ese privilegio, había que primero estudiar sus compuestos, beneficios y poder mágico, eran horas y horas de estudio pero su recompensa era poder sentir cuando se necesitaba un poco de su poder.

-Este no es lugar para hablar de eso- dijo entre un susurro bajando su mirada con discreción –las personas, tienen un demonio dentro de ellas, aquellas personas buscan hacer mal con nuestros poderes- alzo la vista mirando a su alrededor, estaba a punto de salir, apenas unos pasos más cuando un gran sujeto se atravesó en su camino

Era alto y fornido, su rostro regordete había una abundante barba negra y sucia, todo él estaba sucio y olía a establo, parecía ser un cerdo convertido en hombre, instintivamente por aquel olor Aitziber retrocedió sujetando el hombro de la chica para que lo hiciera con ella, sonrió con malicia pues podría mostrarle algo de sus poderes con aquel hombre.

-¿Que sucede?- reviro ante el hombre que al verla sonrió descaradamente, dejando ver sus podridos dientes, la joven hizo un gesto de asco al verlo-que higiene dental tan desagradable tiene ¡la menta grita a su llamado!- dijo de forma juguetona moviendo su mano cerca de su nariz, incitando al hombre a enojarse. Y lo estaba logrando.

-Pequeña mocosa…- murmuro entre dientes alzando su mano abierta para abofetearla, pero esta rápidamente lo miro a los ojos y entre un leve susurro hizo que este se detuviera repentinamente.

Los ojos de la chica estaban puestos en el, este se había quedado quieto con la mano muy cerca de su mejilla, esta simplemente sonrió.

-Que malo eres, retírate por favor- hizo un ademan y este retrocedió dándole paso a las dos. Rápidamente Aitziber sujeto a la chica por el brazo sacándola de hay.

-Ves… el algodón nos ayudo…- murmuro en medio de la gente, aunque el algodón había ayudado sus poderes eran los que habían hecho el trabajo, pero decidió callarse en dar explicaciones.

por Invitado Mar Nov 01, 2011 2:53 pm

Confiaba mucho en aquella chica, me sentía protegida con ella. Entendí lo que me dijo y espere para poder salir y poder hablar con más tranquilidad. Mi cuerpo quería salir rápido de allí, no me gustaba demasiado las miradas que nos echaban los hombres del lugar. Parecía como si nos desnudasen con la mirada y a mí y a mi acompañante. Por eso quería salir de allí, un olor me azoto cuando un hombre se puso delante de nosotras. Olía muy mal por eso no me resistí cuando ella me cogió del hombre. Hasta me puse un poco detrás de ella. Ella no parecía estar tan nerviosa como yo.

Todo en aquel hombre era asquerosa y solo esperaba poder salir del lugar. Mi acompañante hizo enfurecer al hombre y me tape la boca cuando él le quiso abofetear. Pero ante mi sorpresa todo acabó sin que el hombre hubiese atacado a la chica. Casi no me lo creía, yo quería aprender de ella. Tenía que hacerlo, era increíble lo que conseguía. Por eso la mire cuando salimos. La mire a los ojos, me tenia impresionada. Quería conocerla más, poder llegar a ser su amiga.

-Eso ha sido muy bueno. Me llamo Cassidy. ¿Me enseñarías a saber escuchar a las especias?

Dije mirándole a los ojos, quería saberlo. Una sonrisa de admiración se había instalado en mi rostro. Aquella chica había logrado mi admiración.

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Nov 02, 2011 4:52 pm

Se movía entre la gente junto con la muchacha, se mostraba indiferente ante las otras personas, hasta que llego a un puesto de frutas, pidió una bolsa de naranjas y pago con mientras la chica le seguía, se movía entre los puestos mirando las baratijas y algunas cosas extrañas que mostraban, después de unos minutos escucho a la joven, giro su cuerpo hasta encontrarse con la joven frente a frente.

-Mi nombre es Aitziber- dijo sonriendo dulcemente-mmm…- se detuvo a pensar un poco, acariciando su sien con uno de sus dedos-Esta bien, pero es decir, no es nada complicado, si les agradas, se te hará muy fácil-.

Primero debía saber que eran las especias, sonrió con ternura y algo extrañada, tal vez no tenía a otro compañero brujo, se veía animada y eso le hizo dar gracia a Aitziber, rio bajito mientras se daba media vuelta para seguir caminando, con una de sus manos la invito a seguir, cuando la vio a su lado, le señalo a una joven hermosa de cabellos rubios, sus vestimentas eran hermosas y se podía ver que era de la clase alta.

-Cardamomo… es su especia- murmuro bajo como si fuera un secreto –Necesita amor, revivir su deseo sexual- sonrió con un toque travieso-Esta especia le puede dar lo que necesita, pero como todo, puede traer buenas cosas y también malas-

Miro con cierta seriedad a la joven mientras le explicaba sin muchos detalles mientras caminaban. Señalaba a alguna que otra persona y le explicaba que necesitaba y que especia le podría ayudar.

Cada especia tenían sus propiedades y sus poderes mágicos, cada persona tenía su especia, pues todas tenían diferentes problemas, que debían solucionarse de manera diferente.

-Todos tenemos nuestra especia en cierto momento- dijo al fin después de una larga pausa-Desde saber identificar las especias y las personas… después simplemente ellas dirán quien es de quien-

por Invitado Sáb Nov 05, 2011 5:51 am

Seguía a la chica entre la gente, con pasos gráciles y gracias a mi pequeño y menudo cuerpo podía pasar fácilmente entre la gente. Cuando la tuve frente a frente, la mire a los ojos la verdad es que quería conocerla más. Se presento y eso me hizo tener la bandera verde de presentarme yo también. Así que antes de comenzar a andar otra vez y de que me explicara cosas de las especias la mire.

-Encantada de conocerte Aitziber, yo me llamo Cassidy.

Dije con una sonrisa, para después volverla a seguir y poniéndome a su lado. Me señalo a una chica y me explico la especia que le convendría. La escuchaba atenta mirando a las personas que me decía y escuchando bien lo que me decía. La verdad es que me interesaba mucho y ella me lo explicaba bien. Me decía la especia que necesitaba cada uno y lo que les aportaría. Seguro que ella había tenido que estudiar mucho para conseguir saber todo aquello.

-¿Has tenido que estudiar mucho para saber todo esto?

Pregunte mirándola a los ojos, también quería saber cómo se le podía gustar a las especias. Pero pensaba que era como a las personas, algunas personas se fijaban en los demás y podía gustarles o no. Creía que con las especias podíamos ser iguales… pero no lo sabía. Yo no sabía nada de eso… aquí la experta era Aitziber, no yo.

-¿Me podrías explicar cosas sobre ellas?

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Nov 05, 2011 2:32 pm

No era que le gustaba la atención de la chica, pero tampoco le molestaba, sonreía ante el entusiasmo de aquella misma, era raro, nunca pensó que nadie le interesaría lo que ella sabía, claro no era mucho y hasta se podría decir que era muy poco.

¿Qué si había estudiado? uff… lo recordaba y le daba sueño, libros, libros y libros referente a los orígenes de las especies, de los continentes donde provenían, de sus fuentes, sus cuidados, sus virtudes y defectos. Dejo salir un suspiro, solamente se cansaba de pensar en aquello, aunque todo eso era necesario.

-Claro, mucho, tuve hasta que aprender a hablar un poco de indio para poder intercambiar información con las damas de las especias- así las llamaba, a las personas que tenían aquel poder extraordinario.

Cuando descubrió aquel poder, le pareció algo tan excitante y nuevo, claro aquella magia era diferente a la que había preciado, era pacifica y muy pura, pero había un precio, aquellas especias eran recelosas, no les gustaba que las engañaras, si se sentían de alguna forma abandonada, tu don se iba, ellas te daban la espalda y no te daban el poder de brindarle a los demás tu talento.

-Querida, no es que sea complicado, ni tampoco que yo sea recelosa con mi conocimiento, es solo que, es algo complicado, puedo mostrarte los libros que utilice, el camino que yo recorrí, pero- hizo una pausa, mientras le sonreía dulcemente-tu misma debes labrar tu propio camino- ladeo su cabeza levemente-pero no te preocupes, cuando nos veamos de nuevo te mostrare un libro en donde hay muchas especies y ahí podrás saber más-

Asi es le estaba invitando a ser su amiga, la chicalé agradaba y había algo en ella que le hacia identificarse, debe ser aquella curiosidad, claro Ait era mucho mayor que Cassidy por eso le parecía como una hermana menor llena de deseos de aprender los secretos de su hermana mayor

por Invitado Dom Nov 20, 2011 5:20 pm

Me interesaba mucho por lo que Aitziber sabia, me parecía algo digno de saber. Por eso admiraba aquella bruja que estaba delante de mí. Lo de saber cosas así, siempre me había gustado, la escuche con atención explicándome que había tenido que aprender indio para hablar con las damas de las especias. Sabía que tenía que aprender cosas, pero si ella me ayudaba quizás lo conseguiría. Pero tenía que estudiar, de eso estaba segura. Pero escuche cuando me conto lo que hacía, porque me interesaba y le escuche con atención. Cuando le escuche sonreí con alegría, junte las manos con alegría mirándole sin borrar mi sonrisa.

-Eso me encantaría Aitziber, y además ¿sabes una cosa? Eres como la hermana mayor que nunca tuve.

Dije con una sonrisa, la verdad es que era así. Nunca había tenido una hermana mayor y a ella la veía como tal. Yo estaba muy contenta, porque Aitziber me iba a dar unos libros que me ayudarían a estudiar lo de las especias. Eso me gustaba y mucho, porque ahora tenía una nueva amiga la cual era como una hermana mayor para mí. La hermana mayor que nunca había tenido.

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Nov 23, 2011 9:41 am

Aquella chica era de alguna forma como una pequeña flor de jazmin que apenas comenzaba a abrirse entre todas las otras, a Ait le sorprendia mucho lo poderosa que podria llegar a hacer solo con el empujon necesario de la persona necesaria, era un persona amable y llena de energia y revosaba de la necesidad de tener a algun amigo con quien poder pasar el rato. Abrio sus ojos al oir las palabras del a joven, ¿Cuánto tendria? Dejo salir una leve risilla. Ella tenia dos hermanas mayores y ella era la hermana menor, era raro oir a alguien decir que era como una hermana mayor, si para ella sinceramente parecia la chica mas egoista y despota que podria haber en todo ese mercado.

-Hermosa, ¿acaso no tienes amigos?- pregunto algo curiosa-y tus padres no te dejan salir a eventos para que conozcas un poco el mundo?- le sostuvo la mano con firmeza mirandola a los ojos con aquellos claros ojos llenos de aventura.

Ella era una persona mayor, con los pantaloness, o mejor dicho vestidos bien puesto, podria encaminar a la chica a infinitas aventuras solo por la simple diversion y ademas porque le habia agradado. Las personas que conocia siempre eran diferentes en muchas formas ¡algunas la sujetaban y la llevaban para que los acompañase a descubir un tesoro enterrado como niños pequeños!; eso le encantaba, siempre se metia en tanto problemas que no podria despues contarlos con los dedos. En otras ocasiones encontraba refinados filosofos o personas con un gran contenido de conocimiento que la envolvian y la dejaban extasiada con el saber deseando y desando aun mas; asi que como una abeja atraida por la miel siempre regresaba a ellos.

Era una persona de diferentes semblante y podria moldearse a una situacion, aun se preguntaba cual era esta, ¿guiaria a una pequeña flor a una aventura? ¿acaso se llevaria una sorpresa? Eso solo lo sabria mientras el dia siguiera su paso como siempre lo habia hecho, los minutos andando, las horas esperando, los segundos haciendo tick tack…

por Invitado Jue Dic 08, 2011 3:16 pm

Había tenido amigos en Inglaterra pero aquí se me hacía muchos mas difícil. Aunque madre siempre decía que rápidamente haría amigos a mi me costaba muchísimo abrirme a los demás. Pero con Aitziber no me había costado tanto como había pensando en un principio. Le mire a los ojos con mis ojos verdes claros, deseosa de conocer más cosas. La verdad es que mama me llevaba a eventos pero algunos no podíamos ir porque eran de día y si mama salía al sol moría. Y aunque ella me decía que fuera sola, no me atrevía.

-La verdad es que no muchos, en Inglaterra tenia mas pero aquí no... Y perdí a mis padres de bebe, pero mi madre adoptiva me lleva a algunos pero no puede ir a los que se celebran durante el día y yo no me atrevo a ir sola, aunque me lleve el cochero.

Dije mirándole a los ojos. Por dios, solo tenía 16 años y era tímida con la gente que no conocía. Pero cuando cogía confianza como con mi nueva amiga entonces la verdadera Cassidy salía y podía lanzarme a la aventura. Además siendo bruja todo se hacía más divertido, es decir que si ahora Aitziber me decía de irnos a la aventura. A descubrir algo por Paris o sus alrededores yo le diría si sin pensármelo.

por **Aitziber D’ Lemoine** Dom Dic 11, 2011 1:06 pm

Rio levemente mientras acariciaba el cabello de la menor, se sintió mal porque se veía que tenía una gran energía que estaba siendo desperdiciada ¿Qué maquinaba su mente en este momento? Aun estaba en proceso de encontrar algo interesante para enseñarle a aquella joven. Le entendía muy bien, cuando ella era más joven odiaba salir a aquellas fiestas y más sola, pues sentía que todos querían comerla, se sentía amenazada, pero ya con el tiempo encontró interesante todo aquello pues podría encontrar personas como aquella chica.

-eso puedo explicar, porque no te he visto- miro los hermosos ojos mientras sonreía alegremente-Querida te diré algo, espero que no lo tomes a mal, pero tu madre adoptiva como tus padres biológicos no son para siempre, ni tu lo eres- le acaricio la mejilla mirándola con un poco de tristeza-Aun eres joven, yo también pero debes dejar de temer al mundo, porque si no lo haces el mundo te absorberá-

Ladeo su cabeza sonriéndole mientras sujetaba tiernamente sus dos manos, le miro con cierta picardía mientras se fijaba en sus hermosos ojos verdes, de verdad era una niña linda, pero necesitaba experiencias.

Si te llamo amigo,
Siempre tú tendrás parte de mi corazón,
Siempre estaré orgullosa,
De serte siempre fiel.

Tanto como yo necesito amistades,
Tú debes necesitarlas también.
Yo también formaré parte de tu corazón,
Para estar siempre cerca cuando me necesites,
No estaré ahí en carne,
Pero siempre estaré ahí en espíritu.

-Háblame de tu madre- dijo mientras le invitaba a caminar entre la gente –has dicho que es adoptiva no? ¿Cómo es ella?- pregunto curiosa, quería conocerla un poco antes de adentrarse en alguna aventura con ella, pero conociéndose casi nunca necesitaba algo para aquel motivo.

por Invitado Sáb Dic 17, 2011 5:53 am

Me gustaba estar con mi nueva amiga, ella me acariciaba el pelo con cariño. Era como la hermana mayor que nunca tuve. Si, como aquellas hermanas mayores que te escuchan cuando lo necesitas y siempre están dispuestas a ayudarte, pero que no solo hacen eso si no enseñarte como es el mundo y llevarte de la mano si es necesario para que no te caigas. Así es como sentía yo a Aitziber, porque ella para mí era como eso, una hermana mayor. Pero me alegraba de haberla encontrado. Sabía que con ella me sentiría protegida y aprendería muchas cosas, además de vivir nuevas aventuras.

-Lo sé, pero me da miedo abrirme porque no sé cómo me tomaran los demás. Tú has vivido todo lo que no he vivido yo Aitziber… ¿me ayudarías?

Sabía que con ella sería capaz de hacer muchas cosas que no había hecho. Empecemos a caminar la una al lado de la otra, yo me levantaba un poco mi vestido para no pisármelo y poder caminar bien. Cuando me pregunto sobre mi amada madre no sabía que contestarle, aquello era difícil de contestar sobre todo teniendo en cuenta que mi madre era una vampiresa. Pero preferí confiar en Aitziber.

-Mi madre me adopto cuando tenía pocos días de vida, mis padres fueron asesinados en una cena que hicieron pero no solo ellos si no todos sus invitados. Pero los asesinos también querían acabar con mi vida pero mis niñeras fueron más listas, nos escondieron a mí y la niñera más joven dentro de un escondite que había dentro del armario, todo por salvarme a mí. Después de que todo pasara, esa chica no tenía dinero para cuidarme como merecía y me dejo en una iglesia. Pero mi madre me adopto aquella misma noche, ella nunca ha envejecido desde los 16 años que llevamos juntas. Es preciosa, es rubia con unos ojos preciosos. En eso puedo decir que nos parecemos. Pero ella… es… vampira.

Dije la última palabra en un susurro, para que solo se enterara mi amiga. No podía dejar que nadie más se enterara porque querrían matar a mi madre y eso no lo consentiría jamás.

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Dic 17, 2011 7:44 am

Le miraba sonriente, si la ayudaría en todo lo que pudiera. Escucho lo de su madre, se quedo en silencio cuando se entero que era un vampiro, le miro de reojo buscando un indicio de broma, pero no, no era asi, de verdad es un vampiro.

-Bueno… tal vez si dure para siempre- dijo riendo algo nerviosa e incomoda.

Aquella chica le había confiado algo muy grande, trataría de llevárselo a la tumba, era mejor que ni la madre de ella se enterara que se lo había dicho porque el regaño que iba a recibir no seria normal.

-Bueno- dijo después de un tiempo sin hablar-¿Qué es en lo que quiere que te ayude primero?- le guiño el ojo sonriendo mientras comprada una manzana en uno de los puestos que se aparecieron ante sus ojos.

-¿Magia o Gala?- pregunto mordiendo la roja y jugosa manzana -¿Por qué no mejor las dos?- dijo animada.

Cuando a la joven Ait se le prende una idea, era difícil controlarla, por suerte sus amigos siempre le llevaban el hilo muy bien, pues si no lo hacían quedarían muy, pero muy atrás de ella.

por Invitado Miér Dic 21, 2011 3:15 pm

Mi madre me decía que no le dijera a nadie que ella era vampiro porque mucha gente intentaría matarle si se enteraban y yo no quería eso por nada del mundo. Pero no sabía porque en Aitziber confiaba muchísimo en ella. Por eso le había confiado uno de mis más grandes secretos, porque confiaba en ella y esperaba que ella se mereciera aquella confianza porque la verdad que quería ser buena amiga suya y necesitaba que ella confiase en mí y yo pudiese confiar en ella. Le sonreí cuando me dijo aquello sobre mi madre, la verdad es que mi madre me iba a durar para siempre. No estaba segura de contárselo a mama porque no quería que se enfadase conmigo por haberle dicho a alguien lo que ella era. La verdad es que nos quedemos un rato calladas pero agradecí cuando ella rompió el silencio.

No tuve tiempo de contestarle a su primera pregunta, se veía que Aitziber era una buena chica pero también me atrevería a decir que era algo hiperactivo. Se notaba que me quería enseñar cosas y además divertirse conmigo eso me hacia feliz. La mire y sonreí, la verdad es que no entendía muy bien que era lo que me quería enseñar pero me gustaba.

-Claro, eso me gustaría Aitziber.

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