Diétrich.

Diétrich


Edad Real y Aparente
32 años.
Especie:
Humano.
Profesión
Cazador y Exorcista.
Clase social
Clase media. Tiene recursos para sus viajes y las misiones, pero aun asi le agrada llevar una vida sencilla y modesta.
Nacionalidad
Alemán.
Orientación Sexual:
Asexual.

Datos Descriptivos

Descripción Física.
Mide 1.87. Piel realmente pálida que incluso se ve algo enfermiza, pero esto es debido a que pasa mucho tiempo en interiores (bibliotecas o iglesias) y se suele mover de noche.
Complexión muy atlética, Está en constante entrenamiento, dedica al menos dos horas diarias a ejercicios físicos y a la meditación y oración.
Tiene el pelo castaño, lo lleva normalmente rapado o muy corto, suele llevar barba de varios días o perilla.
Ojos de un gris verdoso bastante claro. Utiliza gafas de cristal redondo solo para leer que le dan un aspecto de erudito.
Tiene diversos tatuajes de color marron en su cuerpo, en ambos brazos desde los hombros hasta las muñecas y en la espalda a lo largo de la columna. Lleva grabados de letras, símbolos y oraciones de tipo budista que se mesclan entre si en una composición que cruza de forma vertical toda su columna, desde la nuca hasta la cadera.
Tiene también diversas cicatrices, recuerdos que no se suelen ver. sobre todo en la espalda, aunque algunos quedan tapados por los tatuajes
Suele vestir de blanco, negro, marrón, colores tierra o verdes. Siempre de telas muy naturales. Ropajes clásicos y sencillos, que le dan un aire serio y respetable. A pesar de que no le gusta llamar la atención, su misma sencillez hacen que se vea distinto y se hace presente, suele utilizar capuchas casi siempre, y lleva diversos vendajes bajo los ropajes. Pero no duda en cambiar su indumentaria si es necesario, según sus misiones tienen que mezclarse en diversos círculos de la sociedad, así que no duda en “disfrazarse” aunque se sienta algo incomodo.
Lleva encima los utensilios necesarios para enfrentarse en cualquier momento a algo de improviso, armas en la cintura y tobillo, junto con algunas dagas de plata ocultas en las mangas o en los pliegues de sus ropajes.

Descripción Psicológica
Diétrich Es un hombre sencillo, extremadamente correcto y educado, muy coherente.
Se le aprecia como un hombre tranquilo, con un carácter reservado pero amigable, de sus pocos amigos, es un muy buen amigo.
Considera a sus compañeros cazadores como si fueran sus hermanos aunque no les conozca. Y no dudaría en ningún instante en sacrificarse por alguno si la ocasión lo precisase.
Es un hombre con el que se puede tener una grata e interesantísima conversación si se le llega a conocer, pero muy poca gente ha llegado a ello, a veces intimida a la gente con su presencia y con sus silencios sin darse cuenta.
Se muestra protector con los humanos en general. Él sabe lo frágil que es su raza y lo fácil que resulta dañar a los inocentes.
Es un hombre que suele estar solo, la compañía no le molesta en absoluto, al contrario, le agrada sentirse arropado y acompañado, pero le es difícil encontrar gente que entienda a lo que se dedica, explicar su vida es bastante complejo para él, porque la gente se asusta al descubrir los motivos de sus viajes, de sus silencios y de su mirada pensativa. Así que está acostumbrado a la soledad.
Tiene un carácter fuerte y en ocasiones se le aprecia frio. Sus experiencias le han forjado con dureza, pero aun así es compasivo, el perdón es una palabra que se cruza a menudo por su mente. Pero sabe que tiene que estar atento, que esto puede ser una debilidad y que sus enemigos no dudaran en utilizarlo contra él.
El vive por sus objetivos. Sabe que su labor va más allá de acabar con todos aquellos que son sobrenaturales. El se siente como un hombre que tiene un deber en esta vida, el debe acabar con aquellos que interrumpen la paz de los humanos, se siente como un mero instrumento ante un designio que aun no acaba de entender.
Sus anhelos, sus deseos, sus miedos e ilusiones están en un segundo plano y no son relevantes, él no desea preocuparse por sí mismo, y sabe que su propia felicidad es algo que no importa y que no debe importarle. El se dedica en cuerpo y alma a su deber. La posibilidad de pensar en su persona, o en obrar para él mismo no está entre sus prioridades. Siempre velara por otros porque siente que es su deber comportarse de ese modo.
La gente le suele confundir, su aspecto y su carácter hacen que la gente piense que es un hombre religioso, e incluso creen que es un monje, pero oficialmente no lo es.
Su fe y sus creencias son algo que se está forjando en solitario, así que no se define de ninguna religión en concreta ya que su educación le forjo valores de la fe cristiana y el budismo.

Datos Biograficos

História

“…Entre la desolación y la maldad, un pequeño rallo de luz nació entre las sombras…y así cuando ellos vinieron y acabaron con todo…aquel hombre, aquel padre…utilizando sus últimas fuerzas, se sacrifico para entregar a su hijo…para abandonarle allí a su suerte…Teniendo la esperanza de que su hijo se salvara…de que algún día alguien le contase su historia…deseando de todo corazón…Que jamás siguiese sus pasos…”

-Contar una historia no siempre es fácil, mucho menos cuando es la tuya propia…y menos aun cuando descubres que te han ocultado cosas casi toda tu vida. Pero eso da igual. Yo te contare lo que se. Y tú decides si quieres seguir charlando conmigo o no. No me mires así, no te exagero…*Resopla.
No se para que me esfuerzo…Después de todo… nadie nunca me cree…
Mi infancia paso realmente rápido. Todo comenzó en un templo budista, allí me abandonaron, es lo único que sé. Aquellos monjes se quedaron conmigo y me educaron en su doctrina.
Ellos fueron amables conmigo, y me educaron con disciplina pero también con cariño, enseñándome valores como la humildad, el valor de las pequeñas cosas, la compasión…
Sin embargo a la edad de nueve años dos extraños hombres aparecieron en el templo y me reclamaron como si yo fuese un objeto que se había extraviado.
Los monjes intentaron impedirlo, pero ellos traían documentos que indicaban que mi padre les había dejado órdenes estrictas de encargarse de mi cuando llegase a cierta edad. Yo escuche aquella conversación a escondidas, Tenía un padre?? Un padre que exigía cosas??
Sin ni siquiera poder comentarlo conmigo, aquellos monjes se vieron obligados a entregarme como si fuese un pequeño criminal.
De esa forma aquellos hombres me llevaron desde Alemania mi país natal, a Italia, a una gran sede donde aquellos hombres cambiaron mis hábitos por completo.
Comenzaron a educarme en la fe católica, en la estricta disciplina y en los rígidos valores morales que ellos practicaban.
Mi educación había sido totalmente diferente hasta entonces así que me reprendían constantemente. -por expresarme, por soñar, por desear, por hablar, por hacer amigos. Por filosofar sobre temas budistas…
Mis castigos eran ordenados sin contemplaciones. Las agresiones verbales y físicas eran incluso “aceptables” hasta que empecé a crecer…y entonces me impusieron que fuese yo mismo quien intentase limpiar mi “sucia” alma.
La autoflagelación, es una de las cosas que más marco mi infancia. Ya que el dolor debía hacerme fuerte…y obligarme a arrepentirme. Pero lo único que hacía en realidad era volverme cada vez más insensible. Insensible al dolor, insensible a la gente, insensible a la humanidad de las cosas…
El mejor castigo de todos era cuando me obligaban a estar en un total aislamiento…
Los años pasaron y mi único refugio en un mundo tan hostil, además de aquellos compañeros que al igual que yo se veían tratados del mismo modo, fueron los libros. Libros en los que aprendí sobre las ciencias ocultas, sobre lo tenebroso, sobre lo misterioso, sobre aquello que no debe ser pronunciado… a partir de aquel momento, me interese profundamente por todos aquellos temas. Y así pasaron los años; entre la flagelación, las pequeñas travesuras con mis compañeros y la soledad a la que se me desterraba por mis actos.
Los budistas me habían enseñado que a veces la vida nos hace dar muchas vueltas, y que casi siempre hay un porque para las cosas que nos pasan… Me aferre a la idea de que existía un buen porque para todo esto, y que alguna vez lo encontraría.
Así que intente comportarme como era debido, me convertí en un “buen chico” aprendí los estrictos valores morales, pero aun así forje grandes amistades, amistades que impidieron que cayese en la demencia y en la amargura.
Todos aquellos chicos que eran mis compañeros, estaban allí sin saber el porqué. Nos rodeaba un extraño secretismo, todos veníamos de lugares diferentes y ninguno tenía conciencia de tener ningún pariente en algún lado.
El tiempo siguió pasando, y mi instrucción básica acabo a los dieciocho años. A partir de entonces comenzó mi aprendizaje en las ciencias ocultas. Los temas paranormales, el esoterismo, lo sobrenatural, lo “extraño” y las criaturas de la noche me obsesionaban y me apasionaban. Por este motivo, aquellos sacerdotes, que francamente estaban asustados de mi, decidieron que si me agradaba tanto “luchar contra lo tenebroso” Lo ideal sería que aprovechase mi talento luchando contra los propios espectros del demonio.
Y así…De esta forma comenzó mi instrucción como exorcista.
Cerca de los veintiún años mi aprendizaje acabaría y aquellos hombres me nombrarían como a uno de ellos…
Yo pensaba que ese era mi destino, convertirme en sacerdote, y vivir junto con ellos. Pero la noche antes de que fuese nombrado un hombre de Dios, una gran masacre atravesó mi vida.
Aparecí en el gran salón para celebrar la cena, vestido con mis sencillos hábitos de aprendiz…Pero cuando llegue y abrí la puerta, no pude creer lo que mis ojos veían. Todo estaba lleno de sangre. Los cuerpos desmembrados y ensangrentados rodeaban la estancia, más de cien personas entre ellas cardenales, sacerdotes, y seminaristas, mis compañeros, mis amigos…todos estaban muertos.
Contemple con horror la escena, sin poder creer lo que veía. El pánico se apodero de mi y hui en ese preciso instante de aquel lugar. Corrí tan lejos como mis piernas me lo permitieron sobre la nieve, sintiendo como la rabia y la ira crecía en mi interior, aquellos sacerdotes no habían sido buenos conmigo, pero mis compañeros eran gente joven igual que yo, tenían toda la vida por delante, no se merecían aquello…no tenían culpa de nada, porque se habían ensañado con ellos? Porque precisamente con ellos? Chicos sin nadie que les defendiese?
Un hombre salto sobre mi derribándome….Aquella fue la primera vez que vi a un vampiro. Todo pasó entonces demasiado rápido para mí, note sus fríos dientes en mi cuello y entonces alguien se abalanzo sobre él, quitándomelo de encima. Otras muchas manchas borrosas aparecieron ante mis ojos, escuche el ruido del metal, los gritos, los disparos…mientras alguien tiraba de mi, y me sacaba de ese lugar sin que yo pudiese apenas ver qué pasaba.
Cuando desperté me encontraba en un tren.
Abrí los ojos pesadamente, cansado, y al notar el movimiento me intente levantar a toda prisa, intenté encontrar el equilibrio y salir de allí, pero había un hombre, un hombre que me detuvo, un hombre que me indico que mirase bien. Que mirase las cadenas que me impedían moverme…
Largas horas pasaron en aquel tren, mientras aquel hombre me relataba lo que había ocurrido la noche anterior. Me había visto en medio de un ataque, aquellos seres buscaban a alguien y yo había tenido mucha suerte de seguir con vida. Aquel hombre era cazador, y había trabajado con mi padre. Me conto que hacía, con quienes trabajaba, que buscaban, y a quienes mataban…Yo no me fie de aquel hombre, pero sus palabras quedaron grabadas en mi mente.
-Ya no eres dueño de tu nombre ni de tu vida, los que atacaron anoche, no venían por cualquier persona, venían a por ti.
Saben quién eres, y llevan mucho tiempo buscándote, saben que eres un peligro.
Ésta es una pequeña deuda que tenían pendiente con tu padre, y ahora después de su muerte, tu eres su único heredero.
Ellos tienen mucho más tiempo que tu y yo juntos…y no dudaran en buscarte hasta que den contigo, hasta que te encuentren y te maten….es tu elección decidir si dejarles hacer, o dejarnos que te enseñemos.
Déjanos instruirte, te convertiremos en un cazador…Con suerte, en uno tan bueno como tu padre…Después de esto trabajaras para la orden…
Escuche sus palabras sin creer lo que me ofrecía.
El cazador, decia que me buscaban a mi, que yo era el objetivo, un "posible" peligro, por haber tenido un padre que tambien habia sido cazador...
y yo que culpa tenia de sus asuntos pendientes? Lo que me quedaba claro, es que ahora, o me iba por mi cuenta,o dejaba que ellos me intruyesen, de su lado tendria proteccion, hasta que supiese como hacer frente a esos monstruos.
Pero yo seguía sin fiarme de aquel hombre,y si me engañaba? Despues de todo iba en un tren del cual no sabia el destino final, y me llevaba encadenado. Que pasaba con todo el mundo? de que tenian miedo? de que sacase la biblia y les diese en la cabeza?
Él vio mi incertidumbre,y me desato con calma mirandome de reojo, alerta.
Continuamos charlando, y de ese modo ambos llegamos a un pequeño acuerdo…
-Créeme muchacho, yo conocí a tu padre. Sé que por tus venas corre la misma fuerza…Yo te instruiré junto con los demás maestros de la orden, te llevaremos con nosotros para que veas con tus propios ojos a aquellos seres de la noche, para que aprendas y descubras cada una de sus debilidades. Y cuando ya seas por fin uno de los nuestros te enviaremos por tu cuenta, tendras libertad de accion y movimiento, y nuestra proteccion. Necesitaremos un contacto en Paris, allí hay otros, muchos otros, y te estarán esperando para que trabajéis juntos…
Diez años. Trabaja para nosotros diez años y podrás comprar tu libertad. Solo diez años y estaremos en paz, tu podrás irte y hacer lo que quieras con tu vida…si es que no acabas muerto antes claro…

Nunca habria imaginado donde me metia, la gran red de informacion, espias y cazadores que se movia por todas partes era impresionante. Y nadie sospechaba absolutamente nada de la santa sede.
Los años siguientes pasaron realmente deprisa. Entrenamiento, armas, luchas, viajes por Europa, victorias, derrotas, muchos derramamientos de sangre…Amigos, enemigos, muchos contactos e intercambios de información...
Y finalmente París…mi último destino.
Dentro de las misiones que realice y que me han asignado siempre hay el mismo patrón; Destruir a todo aquel que sea un ser que atenta contra la humanidad. Y analizar. Porque también hay algunos que por extraño que parezca….no siguen las mismas doctrinas.
La luz y las tinieblas no pueden convivir juntas, así que es hora de limpiar el mundo, purificarlo ante los ojos de dios…porque quizás de este modo…algún día él nos perdone por convivir con estos seres de la oscuridad. Y la razón de tanto daño, tanto dolor, y tanta masacre tenga sentido al fin.
Los años han pasado, y ya solo me quedan 3 “años de condena”.
Oficialmente soy un exorcista, y mucha gente me confunde como un siervo de dios por mis ropajes normalmente oscuros y sobrios, pero ya no pertenezco a aquello, ni tampoco soy un monje budista, solo soy un hombre con “una religión complicada”…
Extraoficialmente soy cazador, un hombre que trabaja para una de las tantas ordenes del vaticano…Un hombre al que le quedan tres años para saldar su deuda, un hombre que acaba de llegar a París con una preciada lista….llena de nombres.

Gustos

-Le agrada mucho estar al aire libre, los bosques y la naturaleza en general.
-Le gusta mucho visitar las catedrales, iglesias o incluso los cementerios. Se le encuentra con frecuencia en estos lugares. Es como si de alguna forma estos sitios le hiciesen poner en orden sus ideas y sentirse en calma.
-Le agrada practicar la meditación y los ejercicios de chi-kung.
-Adora leer, y el silencio.
-Es vegetariano.
-Le agrada escuchar música, y sabe tocar la guitarra y el piano, aunque nunca tiene el tiempo suficiente para hacerlo.
-Suele hablar solo, ya que normalmente no tiene compañía.
-Adicción hacia el chocolate, desde que lo probase por primera vez en su niñez, es uno de los únicos placeres que se permite, es un goloso por naturaleza pero solo se permite el chocolate, por lo demás cuida bastante su alimentación y procura comer de forma mas que saludable.
-A pesar de que utiliza armas de fuego, dagas o espadas e incluso ballestas o arcos. También es un experto en la lucha cuerpo a cuerpo, dominando diversas técnicas de artes marciales.

Disgustos

-No entiende porque sus compañeros siempre intentan “corromperle” e incitarle a tener una vida como la de ellos en las que ir de burdeles o a beber es lo normal y cotidiano.
-Detesta la arrogancia de las razas sobrenaturales y el desdén y desprecio que muestran hacia la vida humana.
-Teme fallar en su misión y que los seres de las sombras se hagan con el control. Que todo acabe sin que él pueda hacer nada.
-Tiene constantes dilemas morales que le atormentan, teme perder su fe, sus convicciones, descubrir que las cosas en las que cree no son las verdaderas, pensar que lo que hace no es lo correcto.
-En cuanto al amor, Diétrich ha llegado a la conclusión de que esta vida que le ha sido encomendada no está destinada a que él experimente aquello, de hecho le parece curioso ya que de alguna forma no entiende lo que representa esa palabra. Simplemente es un término que no conoce y que tampoco cree que vaya a conocer ya que no es imprescindible o necesario.