Despues de la caza (Ginebra)

por **Priest** Vie Oct 28, 2011 1:45 pm

Salto por entre las rocas pasando un pequeño arrollo, sus movimientos eran fluidos muy por encima de su altura, corría al parecer de nada y cuando se detuvo y parecía que estaba solo sus manos se ajustaron a los sables que llevaba en el cinto, por debajo de la vieja capa negra que había probado ya tanta sangre de antinaturales. Solo un segundo paso y el silbido del viento entre las ojas acompaño el ataque de un libro gigantesco, el asico del animal se vio detenido por los cables en cruz, el hombre lobo era apenas más grande que el hombre de 2 metros 13 cm que intentaba detenerlo.

El lobo empujaba sobre él, y el parecía hacerle frente con orgullo, el cuerpo del hombre se giró sobre si mismo y agachándose evito las fauces del animal logrando asestar dos golpes fuertes con los mangos de los sables en el estómago descubierto, fue solo un segundo, uno en el que algún descuido pobre haberle costado la vida y ambos sables terminaron en el estómago del animal que se retorció e intento atacar incluso con la sangre brotando a borbones de su cuerpo. Priest dio un salto atrás y sacando una pistola de entre sus ropas hablo con una voz gruesa y casi antinatural.

-por el asesinato de una familia entera, se te condena a muerte, confiesa tus pecados y que dios se apiade de tu alma- recito monótonamente, aunque podía verse una sonrisa entre la oscuridad que la capa proyectaba sobre su rostro, mientras una bala se incrustaba en la frente del lobo que callo de bruces sobre su espalda. La vida escapo del cuerpo el este lentamente volvió a su forma humana, priest saco los sables de plata de su cuerpo y dejo que la capucha de la capa se deslizara hacia atrás revelando su rostro- ahora más trabajo- murmuro para sí mientras guardando sus armas saco una navaja de metal gruesa y cóncava, busco una vara gruesa y larga para atarla y comenzó a escarbar una tumba para el maldito.

por **Ginebra Le Boursier** Vie Oct 28, 2011 9:35 pm

El camino eran aun largo, lleno de piedras y retoños de hiedra venenosa aflorando al lado de las piedras. Su camino era aun igual de lejano que el que veía, su hogar, demasiado cerca. Lo único a lo que no llegaba era a su propia mente. Un olor tan profano y tentador que inundar su sentido del olfato logrando que el deseo de alimento resurgiera en cara poro de su piel.

Una descarga eléctrica surgió desde la parte baja de su espalda, como una especie de escalofrió al reconocer que la sangre iba coagulándose y especialmente, por pensar de que era de alguien muy querido para ella. Dándole un vuelco el corazón corrió hacia su terrible pesar. Lo único que observo fue a un hombre tan alto como nunca logro ver, enterrando a un cuerpo que al parecer era de un licántropo desconocido para ella.

Lo que más le alerto fue un cazador moreno enterrando el cuerpo de un poderoso miembro de la licantropía, le indicaba especialmente que tal vez seguía ella. Era su territorio, lo compartía con licántropos y humanos no con cazadores que tal vez la exhibiría a la luz sanadora del sol.

Su “nieta” era la única cazadora que conocía en verdad, pero si no fuera por un lazo familiar no dudaría en atacarme y clavarme contra un árbol para asesinarme. Lo más seguro era quedarse ahí, tranquilamente y en silencio. Apaciguada esperando alguna respuesta del fiero cazador que escondía las evidencias de su labor a un par de metros bajo tierra.

por **Priest** Mar Nov 08, 2011 1:01 pm

Casi terminaba de enterrar a su ultima victima cuando sintió que no estaba solo, su cabeza apenas y se giro un poco, apenas y buscando el movimiento antes de seguir con su trabajo, estaba seguro de haber escuchado pasos a su alrededor, estaba seguro de que no había sido un animal, el sonido de alguien sobre dos pies era lo que habían identificado sus oídos.

Se sentía acechado de alguna forma, habia detectado algo a su alrededor, pero "eso" lo había captado antes de que el pudiese detectarlo. No fue consciente de que una sonrisa se formaba en su rostro, sus ojos adquirieron un nuevo brillo, la capa le cubrió lentamente la cabeza, dejando, solo su silueta dibujada en las sombras. Sus pies no se preocuparon por intentar no hacer ruido, sabia que cualquier antinatural podría detectarlo... solo se preocupo de que no sonasen ansioso o apresurados. Camino sin duda hacia donde había escuchado el ruido y sentido la presencia de alguien... podía atacarlo, pero prefería caminar de frente que darle la espalda, la sonrisa seguía plantada en sus labios, con la educación que había tenido no lograba identificar el placer de el dolor, pero cualquiera que lo viera podría notar el verdadero y bruto placer que le daba la caza, esta presa desconocido la causaba un especial sentimiento de adrenalina y ansiedad que no lograba reconocer.

por **Ginebra Le Boursier** Dom Nov 20, 2011 6:49 pm

La amenaza creciente no dejaba de ser como el fuego mismo, su mayor diversión era matar por placer. Una antigua promesa alejaba la celebración por líquido derramado y gritos sofocantes de dolor, angustia y odio humano. No necesitaría de gran protección pues conocía la forma y debilidades de cada arma creada por el hombre sobre todo, las hechas por cazadores. No precipito sus pasos y siguió su camino ignorando la progresiva adrenalina del hombre, tampoco se entregaría a su demonio por lo que su cuerpo emanaba y era necesario para su existencia.

-Buenas noches-se atrevió a decir de una manera tan serena que llegaba a ser amenazante según el semblante que tenia.

Aun cuando daría la espalda a su enemigo, no temía, si llegaría su muerte después de milenios. Le daría míseramente igual, el hombre no era débil ni ella tampoco. Este tenía un toque que le parecía familiar, sus facciones, carácter, olor. Debía haber pasado alguna vez al lado de él hombre ¿Quién lo diría? Nunca creyó posible ver a la misma persona dos veces en la gran parís.

por **Priest** Miér Nov 30, 2011 6:24 pm

-Buenas noches- hablo al llegar a su altura haciendo una sutil inclinación, la sombra de la capa cubría gran parte de su rostro y solo alcanzaban a verse los blancos dientes- esta pérdida madame?- pregunto con aquella voz de ultratumba que tenia por naturaleza, sus gestos eran demasiado suaves, casi fantasmales, resultado de haber crecido absolutamente toda su vida para ser sigiloso y precavido, casi no podía percibirse el tirón de sus músculos y su corazón seguía un palpitar constante, tan rítmico y estable que asustaba, como si fuese un reloj cuidadosamente calibrado para mantener el mismo rintintin durante toda su vida.

-se ah perdido acaso? Pudo escoltarla a la ciudad- ofreció levantando una de sus manos y quitando la capa dejando ver las facciones de su rostro, aun a pesar de su estatura y conflexion su rostro era de facciones atractivas, no habia nada bestian el sus rasgos aunque debía admitir que si en sus expresiones, su rostro serio parecía cincelado en mármol, duro e impasible y cuando sonreía… aquel que habia visto su sonrisa jamás había sobrevivido, pues solo aparecía cuando estaba l punto del exterminio de una de sus presas… ni siquiera el mismo sabia que tenia la capacidad de sonreír, era algo que siempre habia pensado que no podía hacer. Los que le conocía,no le creian incluso incapaz de sentir emoción alguna… obviamente ellos nunca habían sido sus presas.

La mujer se movía de forma peculiar, silenciosa y casi había podido esconderse de el aunque parecía que al final habia dejado de intentarlo…eso le parecía extraño el solo tenia ese sentimiento con antinaturales, pero no tenía orden de encargarse de su persona ni prueba alguna de que ella lo fuera aparte de su inexplicable belleza, desgraciadamente ese no podía ser tomado como un argumento válido.

por **Ginebra Le Boursier** Miér Nov 30, 2011 9:09 pm

-Disculpe monsieur, no estoy perdida- afirmo mientras su mano era tomada por una más grande y fuerte, a la par que otra del mismo hombre descubría su rostro. Esas acciones hicieron que no pudiera evitar ver a sus ojos, unos hermosos ojos color azul tan profundo que solo podía ser igualado por el mismo mar.

Su mirada en el rostro del varonil hombre, tenía una divinidad solo vista en la antigua belleza aristocrática que logro ver durante un siglo y en pocas personas. Lo observo sonreír cuando estaba disfrutando de su placentera caza. En sus orbes marinos logro captar un destello de que era aun diferente en su interior, muy en su interior. En fin, todos tenían secretos y cada uno conocía como realmente era.

-Soy Ginebra, Ginebra le Boursier- hizo una tenue sonrisa para aliviar la tensión que se formo en un ambiente pesado y negruzco. Logro oír unos aullidos a la distancia, una tonta escusa para desviar su atención de la tentación que se hundía en su pecho a causa de la sangre que corría velozmente por las venas del moreno.

–Lamento el informarle pero está en el territorio donde yo habito- al aullido comenzaba a oírse más alto y cercano por lo cual no pudo evitar soltar una risita. ¿a que jugarían ahora? ¿Qué podrían jugar? A la presa seguida por un atractivo cazador, con gusto jugaría si ese hombre la seguiría.
-Tranquilo, yo estoy aquí- hablo calmadamente, acto seguido un lobo llego corriendo hacia ella.

por **Priest** Mar Ene 10, 2012 5:55 pm

Observo a la joven sonreírle y el sonido de los aullidos hizo que llevase una de sus manos a su cinto, buscando un arma para atacar, su rostro estaba serio nuevamente sin el atisbo de la sonrisa anterior, sus sentidos eran agudos, un poco mas de lo normal y se relajo un poco al notar la sutil diferencia entre un lobo común y uno humanoide, además de la increíble diferencia entre el sonido de sus pasos.

Trono los huesos del cuello y volvió la mirada a la impresionante mujer frente a el… su belleza era incluso sospechosa, era posible que una humana común y corriente fuese tan hermosa? No en su experiencia pero no era una buena base para acusar a nadie, ni siquiera aunque semejante imagen pareciere casi mágica. Decidió dejarla ir por esa noche, humana o antinatural ella no era su trabajo, nadie le había ordenado nada y el no pensaba ir en una cacería sin fundamentos.

Recordó las palabras recién mencionadas por la mujer y volvió la vista a ella, su trabajo tenia un lado difícil y casi siempre era cuando se enfrentaba a mujeres, era difícil desear o aceptar siquiera hacerle daño a visiones como aquella, movió su mirada al lobo, el animal parcia bien entrenado. Apenas el pensamiento surco su mente, el sonido de un graznido llamo su atención, sobre su hombro se poso Minako, la cuervo que servía como medio de comunicación entre los suyos, al menos en Francia. Distrayéndose nuevamente ato u pequeño mechón de pelo en la pata de la cuervo- llévalo- ordeno con voz ronca y el animal levanto el vuelo, eso informaría a su base que había cumplido con su trabajo.

-pido disculpas Madame, no fue mi intención violar propiedad privada, espero poder ofrecerle algo que compense mi falta- hablo con tono educado pero no emocional…las emociones no eran lo suyo.

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