No lo ataquen! Es bienvenido...

Esa noche, era una noche en al que no tenia muchas ganas de salir...Me sentia...cómo explicarlo? Solitaria pero no tanto como para salir esta vez. Sentia deseos de encerrarme esa noche en mi viejo castillo, en mi ataud y no despertar sino hasta la noche siguiente pero más que nada...aun asi, ansiaba compañia. A veces...solo a veces...extrañaba al Conde Vlad...pero no queria su compañia. Era peligroso...

Los sirvientes se habian ido de "pesca" para tener humanos de las caracteristicas que siempre pedi: criminales. Ellos siempre traian lo que siempre buscaba y siempre les daba una caceria para ellos por su estupendo trabajo. Luego bajaria a beber algo pero por el momento, no sabia que hacer...

Me di un baño y me puse otro vestido, no tan elegante pero más adecuado para cuando no salgo. Me acerque a la ventana y vi algo realmente inusual: un joven estaba acercandose al castillo. No...era peligroso! Si se acercaba más, el castillo lo absorbería para siempre...

Baje las escaleras rapidamente mientras recitaba:
-Castillo, que con ojos de tu ex dueños ves al exterior, por favor no te robes el alma de ser que viene caminando hacia ti!-si el humano tocaba la puerta, el castillo no le haria daño pues esta autorizado a entrar...

Que compañia me espera...?

Esa noche en el burdel no había sido buena, nadie había venido por mis servicios y ya casi no tenía dinero para gastar en nada, así fue como no fui a la habitación que estaba rentando porque me daba vergüenza ir sin pagarle, ya le debía varios días y no quería seguir agrandando la deuda.


Cuando estaba saliendo del burdel vi que un hombre vestido de negro me observaba de en frente de la calle, era de noche y estaba todo oscuro, no había un alma en la calle, se notaba que ese señor era peligroso, por eso comencé a caminar lo más veloz que pude. Sin embargo el hombre me estaba siguiendo y no sabía que hacer, lo menos que quería era enfrentarlo, era demasiado poco valiente para esas cosas. Al final termino por alcanzarme y le tuve que preguntar que quería, me insulto de arriba a abajo por mi condición sexual y porque trabajaba en el burdel, se notaba que el hombre había ido al burdel y allí me había visto. Fue muy violento aunque sin siquiera tocarme me hirió mucho por dentro. En general no era de esas personas que dejaba que todo les afecte, pero si de repente viene alguien y me trata de esa forma en el estado sensible en que yo estaba no era nada lindo.


Vi como se iba y yo me quede allí parado sin poder decir nada, paralizado por la situación, quieto, inmóvil. Cuando al hombre lo perdí en la oscuridad me derrumbe en el suelo y no deje de llorar, estaba triste realmente, muchas emociones juntas, y si bien últimamente me habían estado pasando cosas muy lindas estos hechos me destruían.


No se cuanto tiempo estuve allí tirado sin dejar de llorar y pensar como seguiría mi vida. Luego me recompuse, me limpie las lagrimas y en el medio de la noche sin saber siquiera a donde estaba me propuse continuar un camino que no sabía a donde me llevaría pero necesitaba pensar en otra cosa, irme de allí.


Camine durante varios ratos, estaba completamente perdido, no conocía demasiado a París, y mi caminar me llevaba a zonas nunca antes vistas. No se porque pero comencé a ver esplendidas mansiones, lujosas casas, antiguos castillos, todo decorado y ambientado y era todo muy lindo, pero no sabía que podía hacer, jamas iba a tener un hogar así, va cuando vivía con mis padres esos lujos los conocía, pero eso era algo que no pensaba volver a hacer.


Me senté en un cordón de una calle para descansar un rato, aun era plena noche y yo estaba solo sin saber que hacer. Cuando escuche a mis espaldas como si hubiera una bestia salvaje destripando a alguien, para colmo había comenzado una terrible tormenta de lluvias y truenos que no me permitía ver nada y me empapaba cada vez más. Me alarme y me di vuelta para ver que era lo que sucedía pero se notaba que sea lo que fuere estaba entre los arbustos y no podía distinguirlo bien. Me digne a correr y a escaparme de cualquier peligro.


Desesperado aunque no sabía si ese animal me seguía no dejaba de correr ni tampoco dejaba de correr el agua que caía del profundo cielo y me mojaba completo. Así llegue a una calle sin salida y vi que al final había un enorme castillo muy tétrico, no sabía si lo mejor sería entrar pero mi desesperación me obligo a correr a la puerta y tocar unas cuantas veces esperando a que alguien se dignara a abrirme. Me había parecido ver una luz en la ventana pero no sabía si era así.

Tome un candelabro y encendi tres velas, encaminandome hacia la puerta principal donde habia escuchado los llamado a la puerta y unos truenos estruendosos haciendo de las suyas en el cielo. Dios...podre de quien haya recorrido tanta distancia hasta encontrar mi viejo y solitario castillo. Aun asi, no dude en abrir las puertas y encontrarme con un joven, empapado y jadeante. Era lo que yo supuse: se habia perdido con esa tormenta encima.

-Por dios, joven!-dije un poco sorprendida pero no demasiado. Acerque mi mano a su hombro, dandole señal a que entrara.-Que hace a fuera a estas horas y con esta tempestad?-dije mirandole con la vela. No era momento de hacer preguntas. Los humanos con el frio se refriaban muy facilmente y no podia dejar que mi visita, aunque inesperada, pesque algo. Me apresure a cerrar las puertas y a encender unas linternas a base de aceite; tome su mano y le guie hasta quedar frente a la chimenea. El fuego estaba bajo pero de todas formas lo aumente un poco hechando algo más de leña.-No se preocupe, todo estará bien. A veces las tormentas son impredecibles.-le dije de camino.

Subi hasta el cuarto de huespedes, uno de ellos, y consegui unas toallas y algo de ropa limpia. Las suyas no iban a servirle asi de humedas.
-Por favor, sequese. Se resfriara sino.-le entrege una toalla de mano para el rostro.

Todo fue muy extraño, entre en ese castillo que estaba todo oscuro y era como de miedo, y luego esa muchacha que si bien se notaba de su amabilidad y su hospitalidad había algo en ella que era raro, aunque no sabría bien como describirlo.


Mi invitó a pasar y claro que yo accedí, se notaba que el castillo era enorme - Una larga historia es de como llegue hasta aquí, ni yo mismo sabría porque -. Luego me llevo hasta lo que parecía la habitación de huéspedes y me dio una toalla y ropa limpia. - No se como agradecerle dama, usted es muy amable al dejarme entrar aquí y ofrecerme todo esto, igual no se preocupe, en cuanto la lluvia acabe un poco ya no seré ninguna molestia, en seguida me iré. - Tome lo que me dio y me seque un poco la cabeza y el cuerpo - Dígame, un baño donde pueda pasar a cambiarme -. No pensaba cambiarme delante de la chica

Le sonrei ante sus palabras y simplemente dije:
-Descuide, no es molestia.-me encogi de hombros.-No recibo visitantes con frecuencia por lo que no me importa si me acompaña un rato.-era un lindo joven, lo lamentable era el como habra llegado aqui. Muy pocos se atreven a adentrarse en la oscuridad del bosque y logran regresar con algo de vida a la civilización.

Me apene cuando hablo del baño. Rei un poco.
-Cierto, disculpe.-me rasque un poco la nuca.-Es aquella puerta.-señale con la mirada una puerta a unos centimetros del armario.-Le esperaré en la sala.-dije y luego sali cerrando la puerta detras de mi. Me dirigi a la sala y me sente un poco al fuego, mirando las llamas agitarde un poco y aguardaba a que el joven terminase.

Menudo susto me habia llevado; si no le daba la orden a las defensas quizá no estaría aqui...Suspire, relajandome un poco en el sillon. El Conde fue un poco excesivo con las defensas del castillo pero en fin...era su castillo y no mio antes...
Senti el crujir de la madera, alguien habia escuchado mis pensamientos. Cerre un poco mis ojos.
-Basta...Es solo un joven perdido...-hable por mente con el y el ruido tan siniestro se detuvo.

Pase a cambiarme al baño que me señalo la chica al final de un largo pasillo, me dijo que me esperaría en la sala aunque muy bien no recordaba el camino. Mientras me estaba secando sentí una especie de estruendo, como si el piso temblara todo, no sabía que podía ser, pero estaba muy asustado, ademas la lluvia continuaba y los truenos azotaban en el cielo.


Salí del baño, en el castillo era poca la iluminación, apenas si podía distinguir entre lo que era una puerta y lo que era una pared. Todo en la casa era muy antiguo, pero parecía mas antiguo de lo que cualquiera pudiera creer. Intente llegar a la sala pero no di con ella, en cambio llegue a una enorme habitación con un elegante y gigante piano de cola de valla a saber cuanto tiempo. Se me iluminaron los ojos al verlo y la tentación de tocarlo fue demasiada. Me acerque despacio y despacio abrí la tapa, roce mis dedos por cada tecla sintiéndola, igual al mismo tiempo parecía como si algo malo pasaría como si no debería haber abierto ese piano. Finalmente me senté en la silla que daba frente al piano y comencé a tocarlo enérgicamente.

Suspire un poco, el calor de la chimenea golpeaba un poco mi cuerpo pero sabia que nunca seria suficiente para revivir el calor corporal que una vez tuve. Sonrei, recorde en silencio y ante mis ojos, ardiendo en el fuego, unas épocas muy bellas para mi, algunas muy tristes, paiajes perfectos de paz y edificaciones sorprendentes. Sí. Ser un vampiro tenia su lado bueno...

Mis ojos se abrieron cuando de la nada, oi algo de música. Era de la habitación donde el Conde habia dejado el piano. Muy pocos son los que se atreven a entrar alli, más de una vez mis sirvientes se han negado a limpiar alli porque sienten la presencia demoniaca del mismo Diablo. Será...? No. El siempre que viene a visitarme, deja una rosa blanca junto a mi y solo cuando la tomo, él aparece.

Me levante y camine hacia el cuarto para acabar con este misterio y vi, para mi asombro, que no era aquel viejo dueño. Era el joven que habia dejado entrar. Sonrei abiertamente. El piano no se tocaba hacia mucho tiempo y era bueno escuchar algo de música animando un poco este viejo castillo. Me le acerque despacio pero aun estando a algo de distancia suya. No queria que dejase de tocar.

Me emocionaba estar tocando esa fabuloso pieza de música clasica, desde que había dejado Rusia que no tocaba, ni siquiera que veía un piano. Aparte el tocar ese instrumento me hacía acordar a las antiguas clases de música que tenía con mi profesor, ese que yo tanto amaba en secreto, ese que fue el primero en enseñarme las verdaderas cosas de la vida, ese que hizo que yo amara la literatura, pero la que tanía real importancia, la filosofía y la política, ese que me educo como jamas mis padres lo habían hecho, ese que me enseño realmente lo que era el arte y lo que era un artista.


Estaba muy concentrado en tocar cada tecla, en llegar con cada tiempo, en recorrer cada nota y cada melodía a la perfección pero sintiendo la música allí dentro del corazon, cuando escuche los pasos de aquella dama, me alarame y me puse un tanto nervioso, en segudia deje de tocar, cerre la tapa del piano y me levante limpiando el polvo del asiento. Estaba un tanto avergonzado. - Lo lamento mucho...mi intención no era tocar el piano sin su permiso, fue solo que no me pude contoner, realmente le pido todas las disculpas...- No sabía como reaccionaría la chica, lo que sio sabía es que había algo en esa habitación y en toda ese castillo que era raro, algo maligno, intentaba no pensar en aquello.

No pude evitar sentirme un tanto...desilusionada...Sus notas, su modo de tocar con tanta fuerza en su corazñon, me hizo sentir muy bien y hasta feliz incluso. Logro arrancarme una sonrisa, pero se esfumo con su disculpa y con un modo de actuar exagerado.

Suspire y me encamine hacia él, ya con mi sonrisa borrada y la tristeza en mi rostro. Puse mi mano en su hombro y volvi a levantar la tapa del piano.
-Conoce alguna obra de Mozart?-le pregunte y con una indirecta, no queria que se detuviera. Ni por mi, ni por mi castillo ni por el mal tiempo de afuera.

-Porque se ha detenido? Un joven que toque con tanta pasion es algo admirable en estos tiempos de promiscuidad y alcohol.-suspire.-Por favor, complazcame y continue.

Me pareció un poco autoritaria la forma en que la dama me ordeno que siguiera tocando, ella era rara y no me agradaba que nadie me estubiera dando ordenes, pero no sabñia que decirles, me sentía algo incomodo. Claro que sabía varias cosas de Mozart, me fascinaba de hecho, pero no deseaba darle el gusto a la chica - Lo siento realmente mucho, no conozco nada de Mozart, debería aprender algo... - Me solte de su mano y me aleje hacia la puerta, deseaba irme de esa habitacion, quería salir del castillo, era todo muy extraño y no me gustaba estar ahí, pero la tormenta era grande y podía ser peligroso.


Me acerque a la puerta y desde allí le hable a la dama - Sabe que preferiría irme a descansar a la habitación que me mostró, igual mañana a primera hora no estaré aquí, me iría ahora para no molestarla, pero la tormenta es terrible y no sabría como volver a donde estoy parando-.

Suspire y tambien me encamine a la puerta. Tome la llave de las puertas y dandole una ultima mirada al piano, cerre las puertas. Me senti un poco triste pero al menos la alegria de que el piano de mi ex..."pareja" aun funcionase y deleitase con bellas notas.

Tome el candeladro individual y encendi algunas lamparas más del pasillo, para que el joven no volviera a perderse.
-Su habitacion es la puerta del medio.-dije luego iluminandole para que la reconociera. El tallado era diferente a las demas, asi que quiza no se volveria a perder.-Junto a su cama, hay una cuerda de hilo dorado. Es un timbre. Si algo ocurre, solo jalelo y alguien vendra por usted.-explique amablemente.

Le reverencie y simplemente me aleje un poco.
-Pase buenas noches.-y me aleje hacia las escaleras. Otra vez el castillo volvio a crujir un poco pero esta vez era por la tormenta. Se mantenia muy bien pero era un castillo muy muy viejo.
Era de noche y, obviamente, mis noches son para estar despierta, por lo que regrese a mi habitacion y, tomando un libro y una copa de vino con un poco de sangre, me sente en el sillon a leer un poco.

Tome el candelabro y me fui hasta la habitación. Era grande y comoda, me sente en la cama unos segundos, pensando en todo, en como había llegado a aquel lugar, en que raro era todo, en que ya quería irme, en que me sentía solo.


Escuchaba los truenos retumbar sobre el techo alto del castillo, me acerque a la ventana para mirar hacia afuera, corri la antigua cortina pero poco se veía ya que la lluvia generaba una especie de capa transaparente que no permitía ver casi nada, solo distinguía un viejo arbol, en realidad solo una de sus ramas que estaba muy cerca de aquella ventana.


Volví a recostarme en la cama, apague el candelabro que estaba en la mesa de luz, me acoste vestido y sin tapareme, de costado, mirando por la ventana la lluvia caer, así estube un buen rato, mirando y pensando, hasta que mis ojos se cerraron para descansar.

Oi un ruido abajo. El joven se habra levantado? Deje mi libro, acabe mi copa y baje las escaleras. Se oian como pasos y como si alguien arrastrase algo. No fue sorpresa para mi cuando vi a mis sirvientes, lejos de estar mojados, con una red con criminales amordazados y atados. Eran bastantes, suficientes para un mes entre ellos y yo. Sonrei y aplaudi un poco en silencio.
-Excelente, Avismal, Mathew, Gelick...-dije y los reverencie.-Han "pescado mucho".
-Oui, madame Ritchway.-me hablo Avismal. Siempre con sus cabellos revoltosos cubriendole un rostro.-Cazamos por grupos.
-Avismal cazó violadores, Gelick atrapo unos borrachos violentos y yo algunos rufianes buscados por la ciudad.
-Veo que tambien bebieron algo en el camino.-dije, enarcando una ceja y mirando sus bocas. Ellos agacharon la cabeza pero yo les sonrei.-Descuiden, queridos mios, no estoy molesta con ustedes. Saben que pueden alimentarse siempre y cuando oculten bien los cuerpos.
-Gracias, Madame!-me dijeron los tres sonriendo.
-Una cosa más.-me miraron con atencion.-Para nada quiero verlos en el cuarto de huespedes nº 1. Entendido? Hay un visitante que descansa alli.-me miraron desorientados pero asintieron y luego se llevaron la red con los maleantes de Paris.

No se exactamente cuando tiempo dormí, pero creo que fue poco ya que cuando me levante a causa de un terrible rayo que azoto al castillo aún era la plena noche. No sabía si volver a dormirme, estaba bastante atemorizado, entre esa tormenta y ese castillo que parecía de terror no lograba pegar un ojo.


Me levante y camine un rato en la habitación, aunque esta no era muy grande. Abrí la puerta apenas y escuche la voz de la dama que parecía conversar con otras personas, yo no sabía que había más gente en ese castillo, pero no se podía distinguir de que era que conversaban.


Tome valor y salí a recorrer un poco el castillo, iba lento y cauteloso, cada vez que llegaba a una puerta intentaba abrirla pero la gran mayoría estaban bajo llave, se escuchaban algunos ruidos un tanto extraños, no sabría como describirlos pero no eran nada amigables.


Al final entre en una habitación que daba a una especie de sótano, ya que apenas abrí aquella puerta se encontraban unas largas escaleras hacia abajo. No se veía nada pero había un candelabro en la entrada, lo recogí y lo encendí. Lentamente y cuidadosamente baje las escaleras, no era una sala muy grande y no había casi nada allí, lo que vi para mi sorpresa cuando me fui acercando a lo que era una especie de cama, había un cajon que valla a saber lo que se encontraba dentro, me espante y el candelabro cayo al suelo rompiéndose y quedando todo a oscuras, yo aterrado me quede inmovil esperando a desaparecer de aquel lugar tan sombrío.

-Qué haces alli...?-la voz del viejo dueño del castillo se hizo sonar dentro de las paredes, provocando un estrepitoso eco enojado en esa cámara.-Los humanos no tienen permitido entrar aqui...Largo de este lugar de descanso!-aquella voz enojada le advirtio y lo más probable era que el joven haya intentado obedecer pero la puerta de la entrada al sótano se cerro con un fuerte golpe.

Adentro se oia una risa macabra que parecia simplemente acercarse al pobre joven. Toda la cámara comenzo a llenarse de un aroma peculiar. Dulce, con un toque de feromonas pero esas no eran comunes, eran somniferas. Cualquiera caia desmayado luego de inhalar aunque sea una pequeña dosis.

El cuerpo del muchacho podria sentir como unas manos tocaban su cuerpo abrazandolo para evitar su caida, mientras la risa se apagaba haciendose interna simplemente. No iba a estar mucho tiempo consiente pero quien lo sostenia, no lo iba a dejar azotar...
-La curiosidad es el peor enemigo de los hombres...no lo crees...?-la voz se hizo más interna y un poco más viva, como si el ex Dueño estuviera realmente alli, en las tinieblas.-Duerme...duerme en mis brazos...y dejame...poseer...tu alma...

Lo unico que el joven podria haber escuchado antes de caer en un sueño profundo, provocado por el trance del Conde y el aire dulce de la cámara, era el grito de quien le habia abierto la puerta para refugiarlo de la lluvia.
-Conde, no! Es mi huesped!! No lo mate!!

Fue la situación más horrible que pasa en muchos años, ese día vaya que no me estaba yendo nada bien. Cuando todo se me oscureció y de repente sentir esa voz hablándome y encerrándome cada vez más, no sabía de quien se trataba, no sabía que tipo de fuerza sobrenatural había allí, pero era algo muy extraño, y principalmente horroroso, estaba tan atemorizado y mis pies apenas respondían, de hecho duro estaba y duro me quede inmenso en esa oscuridad tan fatal y tan repentina que no llegue ni a terminar de comprender, acaso entender, que era lo que sucedía, así como me quede, aterrizado en el suelo como si estuviera clavado y jamas me podría despegar, ni siquiera podía prestar atención al contenido de lo que la voz de las sombras me estaba diciendo.

Luego cuando ya no lo soporte más y me estaba derrumbando al piso escuche la voz de la joven dama, que creo estaba abriendo la puerta del sótano, pero ya era tarde, y yo me había desmayado, o tal vez muerto, no entendía nada, y no sabría explicarlo.

Fue un momento muy triste para todos. El Conde no llego a matarlo puesto que solo estaba parte de su aura aqui y no su forma fisica completa. Aun asi, el joven quedo inconsiente en una de las "cámaras trampa"; diseñada para que los humanos no pudieran acercarse al féretro del Conde, bueno, uno de ellos. Este conectaba este castillo con su guarida secreta, es decir, donde residia actualmente.
Tuve suerte de que el joven no pudiera verlo. Quienes ven el rostro del ex dueño de este castelul, el gran Rey No-muerto, es lo unico que ven en sus vidas...

Tome al joven en mis brazos y lo cargue en mi espalda. Suerte para mi que tenia la condicion fisica de una mujercita pero la fuerza de muchos hombres juntos. Lo saque de la cámara y la cerre con llave. Corri al cuarto de huéspedes y alli lo recoste y tapé. Debía aparentar de que nada habia ocurrido, que solo fue una pesadilla suya y nada más.

Lo unico malo era que no podia dejarlo ir hasta convencerlo de que todo lo que vio fue un suceso desafortunado producto de un mal sueño...

Fue el episodio más espantoso y terrorífico que he vivido en toda mi vida. Estar allí abajo en el sótano con esa inmensa oscuridad encerrando y atacandome era algo espantoso. Pero lo peor fue cuando escuche la voz de ese malvado monstruo o no se que tipo de fuerza o escencia sobrenatural podría ser pero tenía una voz horrible y sombría, pense que ese sería mi fin de hecho no se si no lo fue, es que realmente esa fuerza me encerraba cada vez más y yo estaba como clavado en el piso sin poder si quiera levantar alguno de mis ambos pies, aunque intentaba era como si algo me estuviera paralizando y encerrando y yo estaba allí duro como esperando que la muerte me alcanzara sin siquiera dar un poco de batalla. Cuando finalmente me estaba desmayando y cayendo de repente al suelo escuche la voz de esa dama que no recuerdo que palabras grito pero no pude detener mi caída, luego no recuerdo más, si es que morí o que fue lo que me sucedió.

Me sentia culpable. El era mi huesped y debi protegerlo de esa cámara pero aun no entendia como el joven habia llegado alli. El Conde lo habra hipnotizado? No. Eso no podia ser, además, el castillo tenia la orden de no hacerle daño, asi como con mis sirvientes. Suspire y me quede sentada en una silla junto a él hasta que amanecio...bueno, en parte. La lluvia y la tormenta no habian cesado y lo peor de todo es que los terrenos fuera del castillo estaban inundados y el cielo estaba negro. No se veian mas relampagos y no se escuchaban truenos pero la lluvia era muy fuerte afuera.

Lo mire y esperaba que no le ocurriera nada, esperaba haber llegado a tiempo. Toque su frente y al parecer mi frio lo comenzo a despertar. Eso me dio un alivio...pero miedo y nervios tambien...

Me levante asustado por la mano fría de esa dama que estaba apoyada en mi frente, me sobresalte un poco, lo único que quería era salir de allí, aunque no recordaba mucho lo que me había pasado sabía que en ese lugar no debía quedarme. Le quite su mano de encima y salte de la cama saliendo corriendo de la habitación, me costo un poco encontrar la sala de entrada pero por fin la vi y corrí hasta dar con la puerta, aunque esta estaba cerrada, la golpee varias veces con ambas manos pero claro que no se iba a abrir - Abrame la puerta ya, me quiero ir de este castillo, no me importa que este lloviendo, solo quiero salir de aquí - Grite furioso para que donde estuviera la dama o quien me escuchara me dejara salir de ese espantoso lugar.