AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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A las Ordenes del Santo Papa
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A las Ordenes del Santo Papa
Recuerdo del primer mensaje :
Bosques de Rumania
Seis meses atrás
Con el rostro empapado de sudor, la camisa rasgada y una herida sangrante en mi pierna derecha, así me encontraba escondido entre los arboles de aquel milenario bosque en el sur de Rumania. A la cacería de una de esas asquerosas criaturas oscuras, un hombre lobo transformado y salvaje, que llevaba meses atormentando a los habitantes del poblado. Estaba allí buscando descanso, pero ciertamente mi conciencia de cazador no tomaba vacaciones. Apenas supe de aquella criatura, aliste mis armas y todo lo necesario para ir tras esa criatura maligna.
Solo fueron dos semanas de paz antes de enterarme de los ataques, precisamente un par de días antes de la primera luna llena. Agudice mis sentidos y seguí el rastro de todos los habitantes, hasta que halle al infeliz, se trataba del párroco del pueblo. Fue fácil descubrirlo, había mandado a sacar todos los crucifijos de plata y su rostro afable y gentil, ahora era amargado, agrio, sus ojos se tornaban amarillos a medida se acercaba la luna llena y sus ojeras aumentaban, clars signos que pronto ocurriría la transformación.
Lo seguí hasta el interior del bosque, al acecho con completo sigilo, cargando una daga de plata y mi revolver con balas del mismo metal. Fue en el claro del bosque donde lo observe transformarse y adquirir aquella forma antinatural, la forma de un lobo. Era un lobo joven, ágil y de sentidos agudos. Fue una lucha compleja, en un descuido mío, me salto encima e hirió mi pierna de un solo zarpazo, él infeliz, y de paso destruyo mi camisa. Observe la sangre brotar, pero por su color no había infección ni maldición, solo fue una de sus garras animales y no sus colmillos la causante de la herida. Gruñí molesto, pero eso no evito que me escondiese con agilidad en las alturas de los arboles, dando grandes saltos entre uno y otro, hasta tener la amplitud de tiro necesaria. Quite el seguro, y puse mi pulgar en el gatillo, apunte, la bala viajo ligera hasta dar contra aquella bestia.
Gruño de dolor y de furia, al sentirse herido, el impacto de la bala fue el suficiente para que este cayese al piso, a medio camino de regresar a su forma humana convulsionando. Baje del árbol a la mayor velocidad que mi pierna me permitía desplazarme, y me ubique a su lado. Busqué entre mis ropas un poco de oleo sacramental y de agua bendita, podía tratarse de una criatura del demonio, pero si le daba muerte sería bajo las leyes de Dios
- Dale, Domine requies perpetua. Bright lumen in carcere. Requiem in pace. Amen.- recite en latin mientras realizaba la señal de la santísima trinidad en su frente con el oleo sacramental.
Dichas aquellas palabras me retiré, hasta la posada donde me hospedaba, subí a mi cuarto, dispuesto a limpiar mis heridas, cuando al entrar, me encontré con un mensajero del Vaticano. Sorprendido salude al joven y le ofrecí una copa de vino, mientras mi bañera se llenaba para sumergirme en ella. Serví dos copas y tomé asiento rasgando mi pantalón ensangrentado, dejando al descubierto la herida mientras la limpiaba. El mensajero ni se inmuto por ver la sangre, se limito a beber de su copa y a entregarme el mensaje, uno muy sencillo el Papa Borgia me citaba al Vaticano con urgencia y no podía negarme. Una amarga sonrisa afloro en mis labios y asentí, le di la propina al mensajero y aseguré que en unos meses me presentaría ante el Sumo Pontífice.
Seis meses atrás
Con el rostro empapado de sudor, la camisa rasgada y una herida sangrante en mi pierna derecha, así me encontraba escondido entre los arboles de aquel milenario bosque en el sur de Rumania. A la cacería de una de esas asquerosas criaturas oscuras, un hombre lobo transformado y salvaje, que llevaba meses atormentando a los habitantes del poblado. Estaba allí buscando descanso, pero ciertamente mi conciencia de cazador no tomaba vacaciones. Apenas supe de aquella criatura, aliste mis armas y todo lo necesario para ir tras esa criatura maligna.
Solo fueron dos semanas de paz antes de enterarme de los ataques, precisamente un par de días antes de la primera luna llena. Agudice mis sentidos y seguí el rastro de todos los habitantes, hasta que halle al infeliz, se trataba del párroco del pueblo. Fue fácil descubrirlo, había mandado a sacar todos los crucifijos de plata y su rostro afable y gentil, ahora era amargado, agrio, sus ojos se tornaban amarillos a medida se acercaba la luna llena y sus ojeras aumentaban, clars signos que pronto ocurriría la transformación.
Lo seguí hasta el interior del bosque, al acecho con completo sigilo, cargando una daga de plata y mi revolver con balas del mismo metal. Fue en el claro del bosque donde lo observe transformarse y adquirir aquella forma antinatural, la forma de un lobo. Era un lobo joven, ágil y de sentidos agudos. Fue una lucha compleja, en un descuido mío, me salto encima e hirió mi pierna de un solo zarpazo, él infeliz, y de paso destruyo mi camisa. Observe la sangre brotar, pero por su color no había infección ni maldición, solo fue una de sus garras animales y no sus colmillos la causante de la herida. Gruñí molesto, pero eso no evito que me escondiese con agilidad en las alturas de los arboles, dando grandes saltos entre uno y otro, hasta tener la amplitud de tiro necesaria. Quite el seguro, y puse mi pulgar en el gatillo, apunte, la bala viajo ligera hasta dar contra aquella bestia.
Gruño de dolor y de furia, al sentirse herido, el impacto de la bala fue el suficiente para que este cayese al piso, a medio camino de regresar a su forma humana convulsionando. Baje del árbol a la mayor velocidad que mi pierna me permitía desplazarme, y me ubique a su lado. Busqué entre mis ropas un poco de oleo sacramental y de agua bendita, podía tratarse de una criatura del demonio, pero si le daba muerte sería bajo las leyes de Dios
- Dale, Domine requies perpetua. Bright lumen in carcere. Requiem in pace. Amen.- recite en latin mientras realizaba la señal de la santísima trinidad en su frente con el oleo sacramental.
Dichas aquellas palabras me retiré, hasta la posada donde me hospedaba, subí a mi cuarto, dispuesto a limpiar mis heridas, cuando al entrar, me encontré con un mensajero del Vaticano. Sorprendido salude al joven y le ofrecí una copa de vino, mientras mi bañera se llenaba para sumergirme en ella. Serví dos copas y tomé asiento rasgando mi pantalón ensangrentado, dejando al descubierto la herida mientras la limpiaba. El mensajero ni se inmuto por ver la sangre, se limito a beber de su copa y a entregarme el mensaje, uno muy sencillo el Papa Borgia me citaba al Vaticano con urgencia y no podía negarme. Una amarga sonrisa afloro en mis labios y asentí, le di la propina al mensajero y aseguré que en unos meses me presentaría ante el Sumo Pontífice.
Ciudad de Vaticano, Estados Pontificios
Tres meses atrás
Finalmente, tras negarme a acatar la orden, o más bien tras dilatar aquel encuentro, mi carruaje se detuvo frente al Vaticano. Llevaba un traje azul, y un bastón sobre el cual me apoyaba, pues aun me resentía aquella maldita herida de Rumania, sobre mis hombros una capa azul oscuro, y un sombrero inclinado, que cubría mi rostro. Baje y di las pertinentes instrucciones, a mis lacayos, sobre qué hacer con mis maletas. Si estaba allí por petición del Papa, este debería brindarme aojamiento.
Ingrese al lugar con seguridad propia, cuando un guardia me detuvo, lo mire con arrogancia y fastidio, no soportaría que un lacayo me tratase así, menos aun con el renombre que tenía mi persona y lo favores que me debía él Vaticano - Lorenzo Lombardi, el Sumo Pontífice me está esperando-dicho esto, con mi bastón me abrí el paso y me encamine hasta el Salón Papal, donde sabía encontraría a aquel hombre ungido del poder de Dios.
En efecto allí estaba sentado en su trono, rodeado de lujos, lujos que ni las mejores realezas podían alardear - Sumo Pontífice - señalé inclinándome frente a él, con una de mis rodillas al piso, y tomando su mano, para besar el anillo con del Crismón, en señal de respeto - Heme aquí para servirle-presente mis respetos y lo escuche hablar, me necesitaba para crear una Nueva Santa Inquisición, de la cual yo sería una de las cabezas. Nuestra misión, solo una, deshacernos de la mayor cantidad de seres sobrenaturales, mi misión, reunir a los cazadores y medir su desempeño, manejar sus registros de nivel, y claro reclutar a nuevos y si fuese necesario entrenarlos.
Tres meses atrás
Finalmente, tras negarme a acatar la orden, o más bien tras dilatar aquel encuentro, mi carruaje se detuvo frente al Vaticano. Llevaba un traje azul, y un bastón sobre el cual me apoyaba, pues aun me resentía aquella maldita herida de Rumania, sobre mis hombros una capa azul oscuro, y un sombrero inclinado, que cubría mi rostro. Baje y di las pertinentes instrucciones, a mis lacayos, sobre qué hacer con mis maletas. Si estaba allí por petición del Papa, este debería brindarme aojamiento.
Ingrese al lugar con seguridad propia, cuando un guardia me detuvo, lo mire con arrogancia y fastidio, no soportaría que un lacayo me tratase así, menos aun con el renombre que tenía mi persona y lo favores que me debía él Vaticano - Lorenzo Lombardi, el Sumo Pontífice me está esperando-dicho esto, con mi bastón me abrí el paso y me encamine hasta el Salón Papal, donde sabía encontraría a aquel hombre ungido del poder de Dios.
En efecto allí estaba sentado en su trono, rodeado de lujos, lujos que ni las mejores realezas podían alardear - Sumo Pontífice - señalé inclinándome frente a él, con una de mis rodillas al piso, y tomando su mano, para besar el anillo con del Crismón, en señal de respeto - Heme aquí para servirle-presente mis respetos y lo escuche hablar, me necesitaba para crear una Nueva Santa Inquisición, de la cual yo sería una de las cabezas. Nuestra misión, solo una, deshacernos de la mayor cantidad de seres sobrenaturales, mi misión, reunir a los cazadores y medir su desempeño, manejar sus registros de nivel, y claro reclutar a nuevos y si fuese necesario entrenarlos.
Ciudad de Vaticano, Estados Pontificios
Presente
Tenía a un gran número de datos de cazadores no registrados, con los cuales ponerme en contacto y otro tanto de cazadores que estaban dispuestos a unirse a las filas del Vaticano -Trabajo burocrático, que pereza- refunfuñé en mi despacho al interior del Vaticano, fastidiado por no poder ir de cacería como antes, aunque al menos eso permitió que mi pierna mejorase casi por completo. Mis viajes se habían limitado a vigilar a cazadores y a recolectar algunos datos. Nada de verdadera acción, simplemente vigilar a cada cazador y registrar los datos de aquellos sobrenaturales a quienes habían dado muerte.
Miré el reloj, ya era tarde, tiempo de salir, o más bien de irme a casa a entrenar en el sótano habilitado para ello en la residencia que se había dispuesto para mí. ME puse de pie, au sosteniéndome sobre el bastón, tomé mi capa cuando él Sumo Pontífice ingreso en el despacho, sin golpear y tomo asiento frente a mi escritorio. Arquee una ceja y voltee a verle, intentando simular mi fastidio, ciertamente estaba dispuesto a ser parte de aquel nuevo proyecto, pero no era precisamente sentado tras él escritorio que conseguiría poner en marcha aquel ambicioso proyecto -Papa Borgia, que bueno verle, gusta una copa de vino- ofrecí caminando hasta una mesa de arrimo donde una delicada botella de cristal contenía aquel liquido carmesí de la propia cosecha de la empresa que herede de mis padres. Serví dos copas y caminé hasta él con desplante y elegancia peculiares a mi - A que debo tan honrosa visita a estas hora- inquirí tomando asiento frente a él, dejando en claro que si bien mi despacho estaba en el mismísimo Vaticano, seguía siendo MI despacho y por tanto MI territorio.
Presente
Tenía a un gran número de datos de cazadores no registrados, con los cuales ponerme en contacto y otro tanto de cazadores que estaban dispuestos a unirse a las filas del Vaticano -Trabajo burocrático, que pereza- refunfuñé en mi despacho al interior del Vaticano, fastidiado por no poder ir de cacería como antes, aunque al menos eso permitió que mi pierna mejorase casi por completo. Mis viajes se habían limitado a vigilar a cazadores y a recolectar algunos datos. Nada de verdadera acción, simplemente vigilar a cada cazador y registrar los datos de aquellos sobrenaturales a quienes habían dado muerte.
Miré el reloj, ya era tarde, tiempo de salir, o más bien de irme a casa a entrenar en el sótano habilitado para ello en la residencia que se había dispuesto para mí. ME puse de pie, au sosteniéndome sobre el bastón, tomé mi capa cuando él Sumo Pontífice ingreso en el despacho, sin golpear y tomo asiento frente a mi escritorio. Arquee una ceja y voltee a verle, intentando simular mi fastidio, ciertamente estaba dispuesto a ser parte de aquel nuevo proyecto, pero no era precisamente sentado tras él escritorio que conseguiría poner en marcha aquel ambicioso proyecto -Papa Borgia, que bueno verle, gusta una copa de vino- ofrecí caminando hasta una mesa de arrimo donde una delicada botella de cristal contenía aquel liquido carmesí de la propia cosecha de la empresa que herede de mis padres. Serví dos copas y caminé hasta él con desplante y elegancia peculiares a mi - A que debo tan honrosa visita a estas hora- inquirí tomando asiento frente a él, dejando en claro que si bien mi despacho estaba en el mismísimo Vaticano, seguía siendo MI despacho y por tanto MI territorio.
Lorenzo Lombardi- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 29/10/2011
Localización : Ciudad de Vaticano
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Re: A las Ordenes del Santo Papa
Todas las palabras son catalogadas y analizadas por la cabeza de Alejandro II mientras observa los documentos que Adso le muestra comparando las firmas, los nombres e inclusive la caligrafía de forma experta y es que durante algún tiempo el Papa fue un Inquisidor y como tal utilizó todos los medios a su alcance para hacerse de la verdad. Ahora se da el lujo de poner a gente como el bibliotecario a investigar, pero puede reconocer con facilidad toda clase de pistas. De reojo observa esa fina gota de sudor que resbala. Hay algo en su interlocutor que no termina de agradarle y hace una mueca al tiempo que se pone en pie con tranquilidad, sin dar un paso en falso para no incitar a la bestia que habita en el vampiro. Su mente empieza a entrelazar las líneas de la genealogía de los De Cuclilla con los De Mendoza.
- Claro, Domingo era medio hermano de María si no mal recuerdo - dijo rememorando esos escritos que durante mucho tiempo su hermano le enseñara para buscar ambos alguna forma de emparentar a la familia con la realeza y buscar un indicio para introducir a alguna de las gemelas entre las garras de los monarcas ya fuera el padre, ya el hijo. Aunque con el cuidado prudente de que el hijo no viera a la pequeña como ropa interior que se usa y se desecha como había hecho con todas las mujeres con las que se había encamado. No, en esos momentos fueron demasiado precavidos y las libertades dadas a la pequeña Tamina surtieron su efecto. Ahora mismo los informes indican que la joven Borgia tiene un embarazo de más de 4 meses, que el niño es del Rey y no sólo eso, si no que José Alfonso de Castilla está a su lado contento, feliz y anhelando que nazca ya lo que él ha llamado "Su hijo". Sólo falta que la despose y reconozca a su descendencia para que los planes de su hermano y los del propio Papa sean completos.
Sus pasos le dirigen hacia la mesa de arrimo y atrás de ella, una botella de vino especial, una que los tecnólogos han tenido a bien crear para los Condenados, para casos como éste por órdenes del Sumo Pontífice. Sangre concentrada, nutritiva, pero sobre todo en un envase que la mantiene tibia y apetitosa. Probada por la misma mano derecha del Papa, su Condenada favorita y satisfechos los requisitos, elaborados en cantidades mínimas, pero constantes. Toma el frasco y camina hacia donde el bibliotecario con una copa en la mano. La coloca junto a él e ignorando la mirada interrogante, descorcha la botella y le sirve él mismo llenando la copa sin que rebose.
- Tome usted, una de las maravillas de sus colegas los tecnólogos - le deja el frasco a un lado - sírvase lo que considere prudente y la próxima vez aliméntese antes de venir a verme, no quiero riesgos Adso y mucho menos su destrucción por tocarme - le advierte mientras vuelve a tomar asiento y con el carboncillo hace otras anotaciones - recuerdo bien a los De la Vega de un trabajo anterior, la rama se pierde con Domingo tiene usted razón, pero hace poco como bien dice ha vuelto un heredero perdido a reclamar el título. Se le ha entregado y posteriormente ayuda a Marianne Louvier a tomar el otro título de los De Cuclilla. Mis investigaciones me indican que es justamente Domingo De la Vega el causante de que su hermana María De Cuclilla quedara embarazada... sí, en cierta forma Domingo sí tiene descendencia.
Deja que Adso digiera tanto la copa de sangre como la información que le entrega antes de intercambiar la información que el propio Papa tiene. ¿Quién le diría que sus investigaciones con su hermano tendrían un fruto tan apetecible que diera lugar a la obtención del Libro de los Atlantes? Nadie sabe para quién trabaja y en este caso se aplica de forma soberbia. Todas las piezas del rompecabezas van encajando con tal maestría que no puede evitar agradecer al cielo por darle tantas oportunidades de ganar lo que tanto ha luchado por tener entre sus manos. Bebe un poco de vino al tiempo que observa que Adso está recuperado para continuar con su conversación.
- Domingo De la Vega, según un diario perdido hace mucho tiempo, es el causante de la vejación de su hermana y sus damas. ¿Sabía usted que también es el actor intelectual y material de la caída del caballo con la que pierde la vida su medio hermano? Celos, envidia, odio son los factores en esta trágica historia familiar. María tras ser violada por su propio medio hermano, queda embarazada y sus padres de inmediato la casan con el primer hombre que acepta tenerla: De Cuclilla. De ahí nace la estirpe que usted y yo conocemos... así que Marianne Louvier es en cierta forma descendiente directa de Domingo De la Vega - lo cual provoca un problema mayor. Fausto puede ser perseguido por ese vampiro en caso de enterarse de que fue él quien la secuestró. Sin embargo, el cazador de seguro estará feliz si algo así sucede con la finalidad de destruir al vampiro. Así que Alejandro II se quita de encima esa preocupación. Aún así, debe ser sincero con el cazador, no quiere problemas con él y sobre todo por omisiones que pueden arruinar su relación.
- Adso, busque la ubicación de Domingo De la Vega. Ahora, lo que dice sobre De Mendoza que es el medio hermano de Marianne Louvier, pues hay que ver si es por madre o padre. Si es por madre, entonces tendremos a otro descendiente de De la Vega. Su desaparición no será eterna, vaya a con Traian y pídale de mi parte que le conceda a dos espías para que puedan encontrar a este par, dígale que son órdenes mías y que es imperiante que no sea Juliet y que sean hombres o mujeres de toda confianza y sobre todo, competentes - le observa fijamente con una sonrisa, está satisfecho de la reunión a pesar de todo. Bastante agradable el tener a alguien tan bueno en su trabajo - ¿Algo que considere que debemos agregar? ¿Algo que haya pasado por alto? - Sí, el diablo está en los detalles y lo que Alejandro II quiere evitar es tener encima a dos familiares de Louvier que busquen venganza por lo que le hará...
- Claro, Domingo era medio hermano de María si no mal recuerdo - dijo rememorando esos escritos que durante mucho tiempo su hermano le enseñara para buscar ambos alguna forma de emparentar a la familia con la realeza y buscar un indicio para introducir a alguna de las gemelas entre las garras de los monarcas ya fuera el padre, ya el hijo. Aunque con el cuidado prudente de que el hijo no viera a la pequeña como ropa interior que se usa y se desecha como había hecho con todas las mujeres con las que se había encamado. No, en esos momentos fueron demasiado precavidos y las libertades dadas a la pequeña Tamina surtieron su efecto. Ahora mismo los informes indican que la joven Borgia tiene un embarazo de más de 4 meses, que el niño es del Rey y no sólo eso, si no que José Alfonso de Castilla está a su lado contento, feliz y anhelando que nazca ya lo que él ha llamado "Su hijo". Sólo falta que la despose y reconozca a su descendencia para que los planes de su hermano y los del propio Papa sean completos.
Sus pasos le dirigen hacia la mesa de arrimo y atrás de ella, una botella de vino especial, una que los tecnólogos han tenido a bien crear para los Condenados, para casos como éste por órdenes del Sumo Pontífice. Sangre concentrada, nutritiva, pero sobre todo en un envase que la mantiene tibia y apetitosa. Probada por la misma mano derecha del Papa, su Condenada favorita y satisfechos los requisitos, elaborados en cantidades mínimas, pero constantes. Toma el frasco y camina hacia donde el bibliotecario con una copa en la mano. La coloca junto a él e ignorando la mirada interrogante, descorcha la botella y le sirve él mismo llenando la copa sin que rebose.
- Tome usted, una de las maravillas de sus colegas los tecnólogos - le deja el frasco a un lado - sírvase lo que considere prudente y la próxima vez aliméntese antes de venir a verme, no quiero riesgos Adso y mucho menos su destrucción por tocarme - le advierte mientras vuelve a tomar asiento y con el carboncillo hace otras anotaciones - recuerdo bien a los De la Vega de un trabajo anterior, la rama se pierde con Domingo tiene usted razón, pero hace poco como bien dice ha vuelto un heredero perdido a reclamar el título. Se le ha entregado y posteriormente ayuda a Marianne Louvier a tomar el otro título de los De Cuclilla. Mis investigaciones me indican que es justamente Domingo De la Vega el causante de que su hermana María De Cuclilla quedara embarazada... sí, en cierta forma Domingo sí tiene descendencia.
Deja que Adso digiera tanto la copa de sangre como la información que le entrega antes de intercambiar la información que el propio Papa tiene. ¿Quién le diría que sus investigaciones con su hermano tendrían un fruto tan apetecible que diera lugar a la obtención del Libro de los Atlantes? Nadie sabe para quién trabaja y en este caso se aplica de forma soberbia. Todas las piezas del rompecabezas van encajando con tal maestría que no puede evitar agradecer al cielo por darle tantas oportunidades de ganar lo que tanto ha luchado por tener entre sus manos. Bebe un poco de vino al tiempo que observa que Adso está recuperado para continuar con su conversación.
- Domingo De la Vega, según un diario perdido hace mucho tiempo, es el causante de la vejación de su hermana y sus damas. ¿Sabía usted que también es el actor intelectual y material de la caída del caballo con la que pierde la vida su medio hermano? Celos, envidia, odio son los factores en esta trágica historia familiar. María tras ser violada por su propio medio hermano, queda embarazada y sus padres de inmediato la casan con el primer hombre que acepta tenerla: De Cuclilla. De ahí nace la estirpe que usted y yo conocemos... así que Marianne Louvier es en cierta forma descendiente directa de Domingo De la Vega - lo cual provoca un problema mayor. Fausto puede ser perseguido por ese vampiro en caso de enterarse de que fue él quien la secuestró. Sin embargo, el cazador de seguro estará feliz si algo así sucede con la finalidad de destruir al vampiro. Así que Alejandro II se quita de encima esa preocupación. Aún así, debe ser sincero con el cazador, no quiere problemas con él y sobre todo por omisiones que pueden arruinar su relación.
- Adso, busque la ubicación de Domingo De la Vega. Ahora, lo que dice sobre De Mendoza que es el medio hermano de Marianne Louvier, pues hay que ver si es por madre o padre. Si es por madre, entonces tendremos a otro descendiente de De la Vega. Su desaparición no será eterna, vaya a con Traian y pídale de mi parte que le conceda a dos espías para que puedan encontrar a este par, dígale que son órdenes mías y que es imperiante que no sea Juliet y que sean hombres o mujeres de toda confianza y sobre todo, competentes - le observa fijamente con una sonrisa, está satisfecho de la reunión a pesar de todo. Bastante agradable el tener a alguien tan bueno en su trabajo - ¿Algo que considere que debemos agregar? ¿Algo que haya pasado por alto? - Sí, el diablo está en los detalles y lo que Alejandro II quiere evitar es tener encima a dos familiares de Louvier que busquen venganza por lo que le hará...
Papa Borgia- Humano Clase Alta/Miembro de la Iglesia
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Fecha de inscripción : 01/10/2011
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Re: A las Ordenes del Santo Papa
Se bebió la copa de sangre, avergonzado por su debilidad, y respiró hondo hasta sentirse completamente lúcido otra vez. Escuchó atentamente esos datos que mencionaba Borgia, antes desconocidos para él, pues no se hallaban en ninguna fuente escrita, y vio cómo complementaban su investigación perfectamente. “Al parecer dentro de las casas nobles se ocultan siempre los más oscuros y sórdidos secretos” , pensaba el bibliotecario, aunque sin escandalizarse demasiado, pues de nada servía la mojigatería a esas alturas de la partida. Y él sabía que, sin duda, había pecados peores, cosas más siniestras que violaciones e incesto, incluso que el asesinato de un hermano. Hizo una mueca de desprecio. “La humanidad es incorregible, por eso precisa de una mano firme que guíe sus pasos por el sendero de la rectitud” . ¿Y qué mejor mano que la de la Iglesia?
Al menos, todo el trabajo de meses finalmente daba frutos. Estaban llegando a conclusiones. Sin embargo, ahora venían nuevas tareas. Un capítulo había terminado de escribirse, pero era preciso continuar con el siguiente, por que el asunto que los ocupa está muy lejos de encontrar su final; por ello, entre más rápido actúe él mismo en sus misiones, mucho mejor.
No, no había más que agregar. -No tengo nada más que añadir, Santidad. Sus aportaciones han sido muy esclarecedoras y me han permitido ver de manera más amplia la situación que enfrentamos-respondió finalmente. –Sólo me resta cumplir sus nuevas órdenes y localizar a los otros dos-. Una vez determinado que Marianne Louvier es, en efecto, la mujer que busca Alejandro, es necesario hallar a De la Vega y confirmar la ascendencia del otro, cosa que , espera con toda sinceridad, no resulte tan tardada como la labor de revisar toda la genealogía desde sus orígenes. Después de todo, sólo se trata de un individuo, no importa si se ha transformado en algo más que un hombre. Quizá la parte menos soportable sea la de lidiar con los espías, pero eso no está en sus manos. Él, como siempre, cumplirá las órdenes, desempeñará su labor impecablemente y servirá a la obra de Dios sin rechistar, sin cuestionarse demasiado sobre si sus actos realmente contribuyen al bien mayor o si se encuentra en el bando equivocado.
La entrevista concluyó exitosamente, a excepción de su deplorable flaqueza, por lo que restaba dirigirse a Traian con el encargo del Santo Padre. Sólo espera no toparse con la hostilidad del otro inquisidor. “Fuera de eso, todo lo demás será pan comido” , se decía Adso, satisfecho y un poco, sólo un poco, agotado.
Al menos, todo el trabajo de meses finalmente daba frutos. Estaban llegando a conclusiones. Sin embargo, ahora venían nuevas tareas. Un capítulo había terminado de escribirse, pero era preciso continuar con el siguiente, por que el asunto que los ocupa está muy lejos de encontrar su final; por ello, entre más rápido actúe él mismo en sus misiones, mucho mejor.
No, no había más que agregar. -No tengo nada más que añadir, Santidad. Sus aportaciones han sido muy esclarecedoras y me han permitido ver de manera más amplia la situación que enfrentamos-respondió finalmente. –Sólo me resta cumplir sus nuevas órdenes y localizar a los otros dos-. Una vez determinado que Marianne Louvier es, en efecto, la mujer que busca Alejandro, es necesario hallar a De la Vega y confirmar la ascendencia del otro, cosa que , espera con toda sinceridad, no resulte tan tardada como la labor de revisar toda la genealogía desde sus orígenes. Después de todo, sólo se trata de un individuo, no importa si se ha transformado en algo más que un hombre. Quizá la parte menos soportable sea la de lidiar con los espías, pero eso no está en sus manos. Él, como siempre, cumplirá las órdenes, desempeñará su labor impecablemente y servirá a la obra de Dios sin rechistar, sin cuestionarse demasiado sobre si sus actos realmente contribuyen al bien mayor o si se encuentra en el bando equivocado.
La entrevista concluyó exitosamente, a excepción de su deplorable flaqueza, por lo que restaba dirigirse a Traian con el encargo del Santo Padre. Sólo espera no toparse con la hostilidad del otro inquisidor. “Fuera de eso, todo lo demás será pan comido” , se decía Adso, satisfecho y un poco, sólo un poco, agotado.
Adso de Melk- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/12/2011
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Re: A las Ordenes del Santo Papa
Es una maravilla cuando todo sale a pedir de boca, no hay nada que no pueda igualarse a ésto, una maquinaria bien engrasada funcionando de forma tan impecable que Alejandro no tiene ninguna objeción respecto de ella. Eso es para él la Inquisición, con sus miembros que son los engranes que obtienen resultados en base al esfuerzo que cada uno le pone en estas circunstancias. Sonríe asintiendo al tiempo que mira las anotaciones, todas ellas que están sobre la mesa. No hay errores, ni equivocaciones, todo lo que se ha dicho es justo lo que refleja cada uno de estos documentos que se desnudan ante sus ojos de forma impoluta y sublime.
Asiente para mirar al Condenado permitiéndole ponerse en pie, escuchando atento la conclusión de esta reunión que resultó ser más que provechosa. El Papa está realmente feliz, en poco tiempo obtendrá lo que necesita, pero ahora debe ir directo a con Fausto, a su casa donde el cazador le espera. Una nueva ojeada al árbol genealógico de la joven y detecta algo que le hace entrecerrar los ojos. Los Wittelsbach, así que están emparentados con la española. ¿Podrían meterse? Seguramente no. Adso sale de la habitación dejando al Sumo Pontífice solo, pensativo y en silencio.
Ahora mismo los Wittelsbach están entretenidos en el golpe que darán al Sacro Imperio Romano para deshacerse de la actual Emperatriz, Di Alessandro y su esposo. De paso, tal cual dicen los rumores, se encargarán de los hijos de la pareja, una pena porque la joven Katra es un plato que le gustaría a él comerse en un lugar muy ameno y tranquilo. Sí, todo un desperdicio transformarla en carne de gusano, pero algo hay que hacerse con la opresión que Di Alessandro madre está causando en el lugar.
Alejandro II apoya la misión, pero sobre todo tiene que hablar con Fausto para que, al mismo tiempo, sean muertos los Parthenopaeus que están en los Países Bajos, así no habrá ninguna venganza o intento de en contra de los libertadores. Un movimiento tan arriesgado como astuto, pero ya el propio Papa se encargará de cobrarles a los vencedores el deshacerse de los hermanos del Emperador. De seguro el cazador estará complacido por sus nuevos objetivos. Ahora sólo falta que Adso vaya a con Traian y consiga a De la Vega y a De Mendoza. Es extraño, en algún lugar ha escuchado ese nombre de Julián De Mendoza, pero... ¿En dónde?
La claridad llega a su mente cuando toma una carpeta de sobrenaturales atrapados y lee el nombre del vampiro. Ríe porque no puede creer la suerte que esa noche tiene, así que gira órdenes para que le suelten, que le dejen partir, pero con una guardia muy fuerte detrás. Quiere que lo lleve a con Domingo De la Vega y no hay mejor forma de hacerlo que por este medio. Le dirán mentiras al joven De Mendoza con tal de que la cabeza de De la Vega caiga. Como siempre ha dicho: el fin justifica los medios.
Asiente para mirar al Condenado permitiéndole ponerse en pie, escuchando atento la conclusión de esta reunión que resultó ser más que provechosa. El Papa está realmente feliz, en poco tiempo obtendrá lo que necesita, pero ahora debe ir directo a con Fausto, a su casa donde el cazador le espera. Una nueva ojeada al árbol genealógico de la joven y detecta algo que le hace entrecerrar los ojos. Los Wittelsbach, así que están emparentados con la española. ¿Podrían meterse? Seguramente no. Adso sale de la habitación dejando al Sumo Pontífice solo, pensativo y en silencio.
Ahora mismo los Wittelsbach están entretenidos en el golpe que darán al Sacro Imperio Romano para deshacerse de la actual Emperatriz, Di Alessandro y su esposo. De paso, tal cual dicen los rumores, se encargarán de los hijos de la pareja, una pena porque la joven Katra es un plato que le gustaría a él comerse en un lugar muy ameno y tranquilo. Sí, todo un desperdicio transformarla en carne de gusano, pero algo hay que hacerse con la opresión que Di Alessandro madre está causando en el lugar.
Alejandro II apoya la misión, pero sobre todo tiene que hablar con Fausto para que, al mismo tiempo, sean muertos los Parthenopaeus que están en los Países Bajos, así no habrá ninguna venganza o intento de en contra de los libertadores. Un movimiento tan arriesgado como astuto, pero ya el propio Papa se encargará de cobrarles a los vencedores el deshacerse de los hermanos del Emperador. De seguro el cazador estará complacido por sus nuevos objetivos. Ahora sólo falta que Adso vaya a con Traian y consiga a De la Vega y a De Mendoza. Es extraño, en algún lugar ha escuchado ese nombre de Julián De Mendoza, pero... ¿En dónde?
La claridad llega a su mente cuando toma una carpeta de sobrenaturales atrapados y lee el nombre del vampiro. Ríe porque no puede creer la suerte que esa noche tiene, así que gira órdenes para que le suelten, que le dejen partir, pero con una guardia muy fuerte detrás. Quiere que lo lleve a con Domingo De la Vega y no hay mejor forma de hacerlo que por este medio. Le dirán mentiras al joven De Mendoza con tal de que la cabeza de De la Vega caiga. Como siempre ha dicho: el fin justifica los medios.
Papa Borgia- Humano Clase Alta/Miembro de la Iglesia
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Fecha de inscripción : 01/10/2011
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Re: A las Ordenes del Santo Papa
El asunto estaba finalizado. Ver la satisfacción del Santo Padre alivió profundamente a Adso, quien a pesar de sus constantes tormentos internos no se sentía dispuesto a dar un motivo para ser exterminado como una simple cucaracha y cumplir con sus obligaciones a la perfección sin duda podría alejarlo un poco más de ese destino.
Ahora era preciso continuar con el siguiente paso y dirigirse a Valborg. Pensó que lo mejor sería verlo esa misma noche y librarse rápidamente de un encuentro molesto, como solían ser las entrevistas con los inquisidores humanos; pero por lo menos no era un soldado y eso ya era ganancia.
Vio a Alejandro salir de su despacho y él sólo permaneció un rato más, dejando todo en orden antes de disponerse a visitar al espía para luego poder marcharse a buscar alguna maldita presa cuya muerte no pesara gran cosa sobre su conciencia. El “vino” lo había calmado, pero una porción tan pequeña de sangre nunca era suficiente. Todavía quedaban muchas horas de oscuridad, así que supo que no tendría grandes problemas para actuar como se lo dictaba su necesidad y esperaba sinceramente que Traian no fuera tan obtuso como para inquietar a su bestia interior con su desdén o la momentánea paz que sentía se iría por la borda y terminaría largándose tras alguna víctima especialmente violenta, cosa que al final siempre le dejaba un sabor amargo en la boca y el alma.
Se llevó sólo los documentos que le serían imprescindibles para explicar lo que el pontífice le había encomendado y dejó atrás su lugar de trabajo, cerrando la puerta en silencio. Caminó por los anchos pasillos del gran edificio que albergaba a los fieles inquisidores. Sus pasos apenas hacían ruido alguno, habituado como estaba a seguir comportándose como el monje que hacía siglos ya no era, como si se tratara de un pobre fantasma que vagaba por ese lugar en busca de algún consuelo… aunque en el fondo tal vez no era más que eso.
Ahora era preciso continuar con el siguiente paso y dirigirse a Valborg. Pensó que lo mejor sería verlo esa misma noche y librarse rápidamente de un encuentro molesto, como solían ser las entrevistas con los inquisidores humanos; pero por lo menos no era un soldado y eso ya era ganancia.
Vio a Alejandro salir de su despacho y él sólo permaneció un rato más, dejando todo en orden antes de disponerse a visitar al espía para luego poder marcharse a buscar alguna maldita presa cuya muerte no pesara gran cosa sobre su conciencia. El “vino” lo había calmado, pero una porción tan pequeña de sangre nunca era suficiente. Todavía quedaban muchas horas de oscuridad, así que supo que no tendría grandes problemas para actuar como se lo dictaba su necesidad y esperaba sinceramente que Traian no fuera tan obtuso como para inquietar a su bestia interior con su desdén o la momentánea paz que sentía se iría por la borda y terminaría largándose tras alguna víctima especialmente violenta, cosa que al final siempre le dejaba un sabor amargo en la boca y el alma.
Se llevó sólo los documentos que le serían imprescindibles para explicar lo que el pontífice le había encomendado y dejó atrás su lugar de trabajo, cerrando la puerta en silencio. Caminó por los anchos pasillos del gran edificio que albergaba a los fieles inquisidores. Sus pasos apenas hacían ruido alguno, habituado como estaba a seguir comportándose como el monje que hacía siglos ya no era, como si se tratara de un pobre fantasma que vagaba por ese lugar en busca de algún consuelo… aunque en el fondo tal vez no era más que eso.
Adso de Melk- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/12/2011
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