AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Deseos, confesiones y algo mas... (+18 Reika)
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Deseos, confesiones y algo mas... (+18 Reika)
Recuerdo del primer mensaje :
Otra de las cosas que habían llevado a Laisha a seguir los pasos de su hermana, además de intentar no ser una carga al menos económica, moralmente ya estaba resignada a que Reika siempre velaría por su bienestar a toda costa , sabia que para ella las cuestiones morales eran un tema con el que estaba peleada a muerte pero tratándose de Laisha su moral era intachable, esta estaba convencida de que su hermana mayor era capaz hasta de matar o dar su vida por cuidar de ella o defenderla de cualquier cosa y de quien fuera necesario si atentaban de alguna manera contra ella, era que como aún no lograba olvidar del todo lo que le habían hecho aquel viejo miserable a pesar de estar bien consciente de que lo único que habían hecho era darle su merecido, no soportaba pasar mucho tiempo metida en casa, en ese techo que era lo único bueno que les había dejado, un techo donde vivir.
Le había costado mucho conseguir que Reika aceptara su decisión, se negaba, se rehusaba rotundamente alegando que si lo hacia de que había servido protegerla de las perversiones del viejo. Era verdad, Reika se había sacrificado, siempre estuvo a disposición del viejo ante el trato de que a Laisha jamás la tocase. La hermana mayor además de eso le alegaba que la tenia a ella para cuidarla, protegerla y para darle todo lo que necesitara que eso era lo que siempre había hecho y seguiría haciendo. Ante la insistencia de Laisha alegándole que necesitaba de su ayuda para poder continuar pagando la casa y demás y en vista de que no sabia hacer nada mas Reika accedió no sin antes advertirle que continuaría muy pendiente de ella en el burdel, que vigilaría que nadie se atreviera a hacerle daño porque si eso sucedía conocerían de lo que era capaz de hacer Reika Roux. Laisha sabía bien que su hermana hablaba en serio, sus palabras jamás eran para ponerse en duda.
La vida que ahora llevaba la cual en un principio le había costado bastante adaptarse ya que nunca nadie antes la había tocado a excepción de su hermana, era ella la única que había acariciado su cuerpo y la única que había sentido sus labios y de ahí más nada había pasado a pesar de que ambas se daban cuenta que el amor que se tenían no era solo fraternal, de no haber sido por los consejos de Reika muy probablemente hubiera desistido de continuar con la profesión de proporcionar placer a cambio de dinero. Esa vida este día exclusivamente la tenían melancólica deseando que las únicas manos que la tocasen, que los únicos labios que la besasen, que el único cuerpo que la poseyera fuera Reika, solo ella, deseaba entregarse y abandonarse por primera vez en su vida al amor sin reservas, sin inhibiciones no le importaba que esto fuera un amor prohibido era su amor el único amor que la mantenía viva y que le recordaban que era un ser humano.
Reika salio muy temprano por la mañana pero le había dicho que esta noche la pasaría en casa. Estaba decidido esta noche ella tampoco iría a trabajar. Esperaría a Reika y pasarían la noche juntas, charlarían como hacia mucho tiempo no lo hacían, le prepararía la cena, el postre y lo que ella quisiese. Hoy se desviviría por complacerla de la manera que fuese.
Otra de las cosas que habían llevado a Laisha a seguir los pasos de su hermana, además de intentar no ser una carga al menos económica, moralmente ya estaba resignada a que Reika siempre velaría por su bienestar a toda costa , sabia que para ella las cuestiones morales eran un tema con el que estaba peleada a muerte pero tratándose de Laisha su moral era intachable, esta estaba convencida de que su hermana mayor era capaz hasta de matar o dar su vida por cuidar de ella o defenderla de cualquier cosa y de quien fuera necesario si atentaban de alguna manera contra ella, era que como aún no lograba olvidar del todo lo que le habían hecho aquel viejo miserable a pesar de estar bien consciente de que lo único que habían hecho era darle su merecido, no soportaba pasar mucho tiempo metida en casa, en ese techo que era lo único bueno que les había dejado, un techo donde vivir.
Le había costado mucho conseguir que Reika aceptara su decisión, se negaba, se rehusaba rotundamente alegando que si lo hacia de que había servido protegerla de las perversiones del viejo. Era verdad, Reika se había sacrificado, siempre estuvo a disposición del viejo ante el trato de que a Laisha jamás la tocase. La hermana mayor además de eso le alegaba que la tenia a ella para cuidarla, protegerla y para darle todo lo que necesitara que eso era lo que siempre había hecho y seguiría haciendo. Ante la insistencia de Laisha alegándole que necesitaba de su ayuda para poder continuar pagando la casa y demás y en vista de que no sabia hacer nada mas Reika accedió no sin antes advertirle que continuaría muy pendiente de ella en el burdel, que vigilaría que nadie se atreviera a hacerle daño porque si eso sucedía conocerían de lo que era capaz de hacer Reika Roux. Laisha sabía bien que su hermana hablaba en serio, sus palabras jamás eran para ponerse en duda.
La vida que ahora llevaba la cual en un principio le había costado bastante adaptarse ya que nunca nadie antes la había tocado a excepción de su hermana, era ella la única que había acariciado su cuerpo y la única que había sentido sus labios y de ahí más nada había pasado a pesar de que ambas se daban cuenta que el amor que se tenían no era solo fraternal, de no haber sido por los consejos de Reika muy probablemente hubiera desistido de continuar con la profesión de proporcionar placer a cambio de dinero. Esa vida este día exclusivamente la tenían melancólica deseando que las únicas manos que la tocasen, que los únicos labios que la besasen, que el único cuerpo que la poseyera fuera Reika, solo ella, deseaba entregarse y abandonarse por primera vez en su vida al amor sin reservas, sin inhibiciones no le importaba que esto fuera un amor prohibido era su amor el único amor que la mantenía viva y que le recordaban que era un ser humano.
Reika salio muy temprano por la mañana pero le había dicho que esta noche la pasaría en casa. Estaba decidido esta noche ella tampoco iría a trabajar. Esperaría a Reika y pasarían la noche juntas, charlarían como hacia mucho tiempo no lo hacían, le prepararía la cena, el postre y lo que ella quisiese. Hoy se desviviría por complacerla de la manera que fuese.
Laisha Roux- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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Re: Deseos, confesiones y algo mas... (+18 Reika)
Aún saboreando su propio sabor la escuchaba con una realmente pervertida sonrisa y dominada por el absoluto deseo por su hermana.
Los deseos de su hermana o mejor dicho lo que ella ordenaba estaba de mas para Lasha pero si ella prefería seguir creyendo que tenía completamente sometida a la menor ahora esta le mostraría como los papeles se intercambiaban.
Ronroneo seductoramente al sentir la mordida provocativa siendo esta aunado a todo lo anterior para que Laisha actuara sin demorarse ni un segundo más.
Se acomodo de costado al lado de Reika recorriéndola y devorándola con la mirada, cada espacio del cuerpo ajeno literalmente era poseído al ser atravesado por las pupilas de la menor. Una vez que termino de recorrerla con la mirada se inclino un poco hasta tocarle sutilmente y con delicadeza la punta de uno de sus pies, mirando a los ojos suplicantes por que la tomaran de una vez por todas, Laisha comenzó el recorrido por su cuerpo lenta y seductoramente, de una manera similar a como tantas veces había hecho con sus clientes pero ahora esta ocasión era un verdadero y placer mutuo para ella el hacerlo, desde ahí, la unta de su pie, fue subiendo por sus pantorrillas, sus muslos, se detuvo largos segundos entre la entrepierna paseando la yema de sus dedos por toda esta zona casi rozando su intimidad en varias ocasiones excitándose así cada vez más si es que eso era posible. Al ver los ojos ajenos le rogaban porque esos dedos se hundieran en su intimidad. De ahí con la misma lentitud se desvió de la zona y subió al vientre, al abdomen, al llegar a las exquisitas montañas del placer se detuvo de nueva cuenta. Jugueteo con los senos, con los pezones tirando de ellos, acariciándolos e incluso bajo y los atrapo entre sus labios succionando de ellos y tirando de ellos con sus dientes a estas alturas provocarle algo de ese exquisito dolor era del agrado de Laisha. Se aparto y sus manos continuaron su recorrido llegaron al cuello, luego subió a su rostro y la beso con suma pasión en los labios para acallar lo que fuera que tenía intención de decirle en ese momento. Enseguida tiernamente beso su frente. Bajo a su oído. Lo lamio, le mordió el lóbulo y luego con toda tranquilidad empezó a susurrarle -Mia, hoy serás mía como nunca antes lo has sido- sus manos ágilmente se colocaron sobre el vientre mientras continuaba hablando -déjate querer, déjate adorar, déjate amar que quiero llevarte a la cima del cielo del placer- sus manos ya se encontraban en la entrepierna. Le mordió de nuevo el lóbulo y continuo su seductora letanía -déjame robar todos los secretos que guarda tu piel- las yemas de sus dedos ya rozaban la entrada de la húmeda intimidad de la mayor -quiero que te dejes llevar por todos y cada uno de tus instintos….ENTREGATE A MI!!!- le inquirió con voz ronca y fuerte a la vez que dos de sus dedos se introducían con brusquedad en el interior de Reika. Gustosa de mirar su gestos la miraba a los ojos, la admiraba al sentirse finalmente interiormente invadida por su amada -aún no te siento…anda….acostúmbrate a mí, a mi calor!!!!!- empujo más a fondo sus dedos agregando uno más casi al instante mientras que su pulgar apenas y rozaba su clítoris -ya no puedo más de amor!!!!- fue lo último que le dijo al oído para luego acomodarse astutamente sobre las piernas de Reika sin sacar los dedos de su intimidad. Inclino la cabeza entre medio de sus piernas y la hundió clavándose en el exquisito recoveco del placer. Lamio toda la zona, los dedos entraban y salían a un ritmo desmesurado. Las caricias en el clítoris incrementaban y a etas se aunaba el placer que la lengua de la menor se esmeraba en brindarle -tengo sed de ti….dame más!!!!- alzo la cabeza exigiéndole entrecortadamente hundiéndose de inmediato para retomar su ardua labor.
Los gemidos de Reika inundando toda la habitación eran una melodía a los oídos de Laisha y una fuente de inspiración para actuar con mayor ímpetu.
Sus dedos golpeaban una y otra vez hasta el fondo de su intimidad y su lengua actuaba en reflejo. De pronto sus labios, sus dientes hacían lo suyo propiciándole repentinos mordiscos y succiones en su clítoris -Así amor….déjame a ese rincón con el que tantas noches he soñado- dijo alzando de nueva cuenta la cabeza pero Reika estaba tan entregada que no tuvo la certeza de si la escuchaba. Subió llegando a sus labios -Mia!!!!!....Eres mía!!!!- susurro sobre sus labios besándola con lujuria, pasión y amor introduciendo su lengua tan profundo como Reika se lo permitió mientras sus dedos permanecían en lo suyo hay abajo embistiéndola cada vez más fuerte -Quiero que te vengas!!!!!- bajo aferrando su boca a su intimidad. Esta vez su lengua se introducía a ella acoplándose a las embestidas de sus dedos, sus movimientos eran casi mágicos dignos del merecedor placer de su musa, de su reina. Ahora solo faltaba ver cuánto tiempo más ella era capaz de resistirse a entregarle las mieles de su intimidad, de regalarle ese orgasmo tan deseado y esperado por conseguir propiciarle a la mayor y por conseguir sentir ella misma. A decir verdad con todo esto Laisha ya se había venido en repetidas ocasiones, sus fluidos corrían ya por sus piernas.
P.D. Espero que la respuesta te agrade y que haya valido la pena tanta espera de tu parte.
Los deseos de su hermana o mejor dicho lo que ella ordenaba estaba de mas para Lasha pero si ella prefería seguir creyendo que tenía completamente sometida a la menor ahora esta le mostraría como los papeles se intercambiaban.
Ronroneo seductoramente al sentir la mordida provocativa siendo esta aunado a todo lo anterior para que Laisha actuara sin demorarse ni un segundo más.
Se acomodo de costado al lado de Reika recorriéndola y devorándola con la mirada, cada espacio del cuerpo ajeno literalmente era poseído al ser atravesado por las pupilas de la menor. Una vez que termino de recorrerla con la mirada se inclino un poco hasta tocarle sutilmente y con delicadeza la punta de uno de sus pies, mirando a los ojos suplicantes por que la tomaran de una vez por todas, Laisha comenzó el recorrido por su cuerpo lenta y seductoramente, de una manera similar a como tantas veces había hecho con sus clientes pero ahora esta ocasión era un verdadero y placer mutuo para ella el hacerlo, desde ahí, la unta de su pie, fue subiendo por sus pantorrillas, sus muslos, se detuvo largos segundos entre la entrepierna paseando la yema de sus dedos por toda esta zona casi rozando su intimidad en varias ocasiones excitándose así cada vez más si es que eso era posible. Al ver los ojos ajenos le rogaban porque esos dedos se hundieran en su intimidad. De ahí con la misma lentitud se desvió de la zona y subió al vientre, al abdomen, al llegar a las exquisitas montañas del placer se detuvo de nueva cuenta. Jugueteo con los senos, con los pezones tirando de ellos, acariciándolos e incluso bajo y los atrapo entre sus labios succionando de ellos y tirando de ellos con sus dientes a estas alturas provocarle algo de ese exquisito dolor era del agrado de Laisha. Se aparto y sus manos continuaron su recorrido llegaron al cuello, luego subió a su rostro y la beso con suma pasión en los labios para acallar lo que fuera que tenía intención de decirle en ese momento. Enseguida tiernamente beso su frente. Bajo a su oído. Lo lamio, le mordió el lóbulo y luego con toda tranquilidad empezó a susurrarle -Mia, hoy serás mía como nunca antes lo has sido- sus manos ágilmente se colocaron sobre el vientre mientras continuaba hablando -déjate querer, déjate adorar, déjate amar que quiero llevarte a la cima del cielo del placer- sus manos ya se encontraban en la entrepierna. Le mordió de nuevo el lóbulo y continuo su seductora letanía -déjame robar todos los secretos que guarda tu piel- las yemas de sus dedos ya rozaban la entrada de la húmeda intimidad de la mayor -quiero que te dejes llevar por todos y cada uno de tus instintos….ENTREGATE A MI!!!- le inquirió con voz ronca y fuerte a la vez que dos de sus dedos se introducían con brusquedad en el interior de Reika. Gustosa de mirar su gestos la miraba a los ojos, la admiraba al sentirse finalmente interiormente invadida por su amada -aún no te siento…anda….acostúmbrate a mí, a mi calor!!!!!- empujo más a fondo sus dedos agregando uno más casi al instante mientras que su pulgar apenas y rozaba su clítoris -ya no puedo más de amor!!!!- fue lo último que le dijo al oído para luego acomodarse astutamente sobre las piernas de Reika sin sacar los dedos de su intimidad. Inclino la cabeza entre medio de sus piernas y la hundió clavándose en el exquisito recoveco del placer. Lamio toda la zona, los dedos entraban y salían a un ritmo desmesurado. Las caricias en el clítoris incrementaban y a etas se aunaba el placer que la lengua de la menor se esmeraba en brindarle -tengo sed de ti….dame más!!!!- alzo la cabeza exigiéndole entrecortadamente hundiéndose de inmediato para retomar su ardua labor.
Los gemidos de Reika inundando toda la habitación eran una melodía a los oídos de Laisha y una fuente de inspiración para actuar con mayor ímpetu.
Sus dedos golpeaban una y otra vez hasta el fondo de su intimidad y su lengua actuaba en reflejo. De pronto sus labios, sus dientes hacían lo suyo propiciándole repentinos mordiscos y succiones en su clítoris -Así amor….déjame a ese rincón con el que tantas noches he soñado- dijo alzando de nueva cuenta la cabeza pero Reika estaba tan entregada que no tuvo la certeza de si la escuchaba. Subió llegando a sus labios -Mia!!!!!....Eres mía!!!!- susurro sobre sus labios besándola con lujuria, pasión y amor introduciendo su lengua tan profundo como Reika se lo permitió mientras sus dedos permanecían en lo suyo hay abajo embistiéndola cada vez más fuerte -Quiero que te vengas!!!!!- bajo aferrando su boca a su intimidad. Esta vez su lengua se introducía a ella acoplándose a las embestidas de sus dedos, sus movimientos eran casi mágicos dignos del merecedor placer de su musa, de su reina. Ahora solo faltaba ver cuánto tiempo más ella era capaz de resistirse a entregarle las mieles de su intimidad, de regalarle ese orgasmo tan deseado y esperado por conseguir propiciarle a la mayor y por conseguir sentir ella misma. A decir verdad con todo esto Laisha ya se había venido en repetidas ocasiones, sus fluidos corrían ya por sus piernas.
P.D. Espero que la respuesta te agrade y que haya valido la pena tanta espera de tu parte.
Laisha Roux- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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Re: Deseos, confesiones y algo mas... (+18 Reika)
Podía sentirla entrar a mi cuerpo con su mirada, esa que me recorría completa mientras yo intentaba mantenerme tranquila ya que mi respiración no me ayudaba a ello en lo absoluto. Laisha parecía ya no una tierna gatita, sino que una auténtica pantera acechando a su presa que sólo atinaba a observarle pidiendo “clemencia” de no ser suave con ella. Ambas sabíamos que este era un momento bastante importante ya que Laisha ya tenía bastantes conocimientos acumulados sobre cómo complacerme, pero nunca le había dado la oportunidad para hacerlo de una forma tan libre y amplia como ahora. Por eso estaba tan ansiosa y excitada; porque quería verla en acción, verla y sentirla con esa actitud dominante que muy pocas veces era visible en ella. Me mordí un tanto el labio inferior cuando nuestros ojos coincidieron y la presión creció cuando la mirada y el cuerpo se dirigieron a uno de mis pies. Ahogué un jadeo y tragué saliva con fuerza, respirando por la boca cuando el tortuoso recorrido comenzó, echando mi cabeza hacia atrás para tratar de contener mis gemidos, pero entonces recordé que yo misma había fomentado en ella la actitud contraria como una forma de liberación. ¿Cómo no iba a predicar con el ejemplo?
Tenía los ojos cerrados, y con eso el tacto ajeno se hizo divino. Aparte, el imaginar su rostro posesivo y deseoso ayudaba a pervertirme más aún, lo que ella misma pudo constatar cuando paseó las manos por “aquella” zona tan húmeda y caliente que le llamaba a gritos tal y como mi mirada que se alzó con esfuerzo causándome un poco de molestias en el cuello. Un poco de dolor agregado no era nada a lo que habíamos vivido ambas, se podía decir que somos muy tolerantes al dolor al menos físico, aunque en el emocional somos nuestro propio consuelo. La una a la otra.
Siguió subiendo y mis senos recibieron con agrado a esa boca pervertida, usando una mano para acariciar ese cabello negro largo y esa espalda perlada por el sudor unos momentos, usando la misma mano para aferrarle de la mejilla y corresponder ese beso cargado de sentimiento, de cariño y de amor; de ese amor que no todos aceptan o comparten por pensamientos cerrados y agresivos, de ese amor que sólo se puede tener con una persona que tenga un lazo muy fuerte contigo y que supera toda amistad. Irrompible, invencible, insuperable. Y, por sobretodo, verdadero y mutuo. Se desvió a mi oído tras besar mi frente cual hermana mayor (¿Se invertían los papeles?) y me derretí con esas palabras que salían desde su corazón y se clavaban en el mío, asintiéndole cada vez más agitada por esos deseos que añoraba cumplirle desde hace tanto tiempo, llegando al punto de gemirle por esos ínfimos roces, dándole la bienvenida con mis piernas abiertas que se tensaron al igual que todo mi cuerpo cuando por fin la sentí…¡Y cómo empezó a mover esos dedos, Dios Santo! ¡Parecía más experimentada que yo! Sumó un dedo dentro y otro a mi zona más sensible, y con sólo esa mano ya me tenía gimiendo a un volumen cercano a los gritos, moviéndome en espasmos entrecortados bajo su yugo, haciendo una resistencia que no tenía la intención de salir airosa, sino que de brindarle un poco más de placer y experiencia. – Más, Laisha…más…-Le rogué como pude por mi respiración y me complació inmensamente, haciéndome arquearme y gritar, llevando una mano a la cabeza de ella para que se enterrara completa en mi ser, dándole un espacio ínfimo para pedirme más. Y vaya que le iba a dar más con aquella sinfonía sexual que estaba orquestando en mi cuerpo.
El ritmo se hizo insostenible para mis sentidos y por largos momentos perdí la noción del todo, sintiendo nada más que tres dedos--¿O miembros?—golpearme hasta la entrada del útero y una serpiente devorarme completa. ¿Era el cielo o el infierno? Un mordisco y una succión y grité arqueándome como poseída, “mirando” al techo con los ojos extraviados, siendo tomada luego por la perfección hecha mujer en mis labios, esa que me tomaba con la fuerza de un hombre y la pasión de una mujer, devorándome la boca de tal forma que pensé que la iba a perder. En compensación casi perdí la garganta por los gritos gulturales y los movimientos pélvicos desesperados por intentar acompasarme, pero estaba totalmente descompensada. La joven de mirada coqueta e inocente ahora era una bestia lujuriosa, una súcubo que exaltaba cada centímetro de mi ser con su accionar, dejándome tan indefensa como ella en nuestra primera vez a escondidas, procurando que aquel viejo desgraciado no se despertara para castigarme. Y realmente, si ahora hubiera estado vivo me hubiera importado una mierda.
Los minutos pasaron y mi cuerpo fue cediendo, manteniendo a Laisha enterrada contra mi entrepierna mientras yo gemía sin reparo alguno de que alguien nos escuchase - ¡Laisha! ¡Ahh! ¡Así, así mi amor! – Le gritaba casi sin aire para pasear por mis cuerdas vocales, ya que todo estaba enfocado en mantenerme respirando con la tensión que se vino paulatinamente manifestando en un cosquilleo que comenzó, obviamente, en mi vientre – Eso….ya…y-ya…ya soy tuya…eso…mmmh…- Y por fin, crucé el cielo, el infierno y el universo en un viaje caliente y húmedo a más no poder, arqueando la espalda casi hasta partirme en dos dando un grito que seguro me iba a dejar afónica mañana por la mañana - ¡¡LAISHA!! – Me dejé caer a la cama con la boca más abierta que mis piernas (algo que dudo sea posible) en una mueca que daba la idea de tener trancada la mandíbula y sentí de nuevo esa serpiente que lamía y lamía mis fluidos, provocándome un orgasmo un poco más prolongado.
Y, en cuanto tuve posibilidad de pensar, lo hice: Laisha se había convertido en una máquina sexual. Se había “graduado” de mis enseñanzas, y yo fui su última prueba.
Laisha, me has hecho hacer el post más largo desde que estoy en VV (73 líneas). Sólo tú eres capaz de conseguir esto. Te amo y "lamento" responderte tan pronto, pero espero que valga la pena (?)
Tenía los ojos cerrados, y con eso el tacto ajeno se hizo divino. Aparte, el imaginar su rostro posesivo y deseoso ayudaba a pervertirme más aún, lo que ella misma pudo constatar cuando paseó las manos por “aquella” zona tan húmeda y caliente que le llamaba a gritos tal y como mi mirada que se alzó con esfuerzo causándome un poco de molestias en el cuello. Un poco de dolor agregado no era nada a lo que habíamos vivido ambas, se podía decir que somos muy tolerantes al dolor al menos físico, aunque en el emocional somos nuestro propio consuelo. La una a la otra.
Siguió subiendo y mis senos recibieron con agrado a esa boca pervertida, usando una mano para acariciar ese cabello negro largo y esa espalda perlada por el sudor unos momentos, usando la misma mano para aferrarle de la mejilla y corresponder ese beso cargado de sentimiento, de cariño y de amor; de ese amor que no todos aceptan o comparten por pensamientos cerrados y agresivos, de ese amor que sólo se puede tener con una persona que tenga un lazo muy fuerte contigo y que supera toda amistad. Irrompible, invencible, insuperable. Y, por sobretodo, verdadero y mutuo. Se desvió a mi oído tras besar mi frente cual hermana mayor (¿Se invertían los papeles?) y me derretí con esas palabras que salían desde su corazón y se clavaban en el mío, asintiéndole cada vez más agitada por esos deseos que añoraba cumplirle desde hace tanto tiempo, llegando al punto de gemirle por esos ínfimos roces, dándole la bienvenida con mis piernas abiertas que se tensaron al igual que todo mi cuerpo cuando por fin la sentí…¡Y cómo empezó a mover esos dedos, Dios Santo! ¡Parecía más experimentada que yo! Sumó un dedo dentro y otro a mi zona más sensible, y con sólo esa mano ya me tenía gimiendo a un volumen cercano a los gritos, moviéndome en espasmos entrecortados bajo su yugo, haciendo una resistencia que no tenía la intención de salir airosa, sino que de brindarle un poco más de placer y experiencia. – Más, Laisha…más…-Le rogué como pude por mi respiración y me complació inmensamente, haciéndome arquearme y gritar, llevando una mano a la cabeza de ella para que se enterrara completa en mi ser, dándole un espacio ínfimo para pedirme más. Y vaya que le iba a dar más con aquella sinfonía sexual que estaba orquestando en mi cuerpo.
El ritmo se hizo insostenible para mis sentidos y por largos momentos perdí la noción del todo, sintiendo nada más que tres dedos--¿O miembros?—golpearme hasta la entrada del útero y una serpiente devorarme completa. ¿Era el cielo o el infierno? Un mordisco y una succión y grité arqueándome como poseída, “mirando” al techo con los ojos extraviados, siendo tomada luego por la perfección hecha mujer en mis labios, esa que me tomaba con la fuerza de un hombre y la pasión de una mujer, devorándome la boca de tal forma que pensé que la iba a perder. En compensación casi perdí la garganta por los gritos gulturales y los movimientos pélvicos desesperados por intentar acompasarme, pero estaba totalmente descompensada. La joven de mirada coqueta e inocente ahora era una bestia lujuriosa, una súcubo que exaltaba cada centímetro de mi ser con su accionar, dejándome tan indefensa como ella en nuestra primera vez a escondidas, procurando que aquel viejo desgraciado no se despertara para castigarme. Y realmente, si ahora hubiera estado vivo me hubiera importado una mierda.
Los minutos pasaron y mi cuerpo fue cediendo, manteniendo a Laisha enterrada contra mi entrepierna mientras yo gemía sin reparo alguno de que alguien nos escuchase - ¡Laisha! ¡Ahh! ¡Así, así mi amor! – Le gritaba casi sin aire para pasear por mis cuerdas vocales, ya que todo estaba enfocado en mantenerme respirando con la tensión que se vino paulatinamente manifestando en un cosquilleo que comenzó, obviamente, en mi vientre – Eso….ya…y-ya…ya soy tuya…eso…mmmh…- Y por fin, crucé el cielo, el infierno y el universo en un viaje caliente y húmedo a más no poder, arqueando la espalda casi hasta partirme en dos dando un grito que seguro me iba a dejar afónica mañana por la mañana - ¡¡LAISHA!! – Me dejé caer a la cama con la boca más abierta que mis piernas (algo que dudo sea posible) en una mueca que daba la idea de tener trancada la mandíbula y sentí de nuevo esa serpiente que lamía y lamía mis fluidos, provocándome un orgasmo un poco más prolongado.
Y, en cuanto tuve posibilidad de pensar, lo hice: Laisha se había convertido en una máquina sexual. Se había “graduado” de mis enseñanzas, y yo fui su última prueba.
Laisha, me has hecho hacer el post más largo desde que estoy en VV (73 líneas). Sólo tú eres capaz de conseguir esto. Te amo y "lamento" responderte tan pronto, pero espero que valga la pena (?)
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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