Comienzo a pensar que tenemos algo en común, pero entre sábanas, no me lo dirás...{+18}[Reika Roux]

por **Hipólita** Sáb Abr 28, 2012 9:43 am

París era diferente de Irlanda. Ella fumaba sin parar su cigarrillo caro de cada viernes. La gente la describía, la femme ensuciada o algunos la llamaban por ser más fanáticos del folklore irlandés, la Banshee desnuda. Bien era cierto que poseía tal belleza de un gran calibre, piel pálida, ojos azules y cabello castaño. Su actitud no era la más llamativa de todas, era arrogante, caprichosa y algunas veces le gustaba mandar. Solamente como toda persona siempre se cansaba de las rutinas e iba en busca de cosas nuevas que probar.

Tan aburrida estaba que a la vez que fumaba, viendo el burdel demasiado tranquilo como para lo que era cada día de la semana, esta supuso que era un día de relax, había gente, si, pero no como un lunes, un martes, un jueves....¿Un domingo? Uriel estaba mirando como algunas de las bailarinas del escenario que también servían a placer a las bestias sedientas de Paris, en busca de sexo y placer desenfrenado por debajo de las sabanas de satén, se movían al son de una música sensual para sus oídos. Suspiro ciegamente, sin importarla de lo que hubiera detrás suya, de que hubiera o algo a sus espaldas que pudiera incomodarla. La palabra estaría en sus labios si la ocasión se presenta, si al menos podría hacerse con el dominio de la palabra cuando le era necesario. Bien ahora paró de fumar y se alejo de la pared en la que estaba. Se aburría demasiada esa noche.

¿Por qué no encontraba diversión alguna? ¿Hoy no estaba atractiva? Tendría que ser eso pues se encontraba alejada de todos, no por ella, no por nada de que ella repúdiese. Comenzaba a escuchar voces, gritos, quejas por las escaleras. Llevo su mirada hacia las escaleras para ver a una de sus compañeras, no la conocía, tan solo de vista. Vio que era perseguida por un asqueroso hombre alto, moreno y de tez tostada. Malditos hombres, pero no debía nada a aquella mujer que huía del hombre. Tan solo se quedo observando como los demás curiosos que despertaban del aborrecimiento del silencio del burdel de aquella noche.
-Diablos-refunfuño con palabras rozando la impaciencia, pero una de sus virtudes es que ella era paciente, espero a ver que más hacia con la mujer.

Bien la atrapo del brazo para después tirar de ella, supuestamente tenía que dejarse llevar, pero la mujer se resistía. Bien el encuentro carnal no había salido bien, y el cliente era un insatisfecho, machista, desvergonzado y con muy poco cuidado. Al fin Uriel salió de su estado de observación para acercarse al hombre, propinarle con un puñetazo en el tabique nasal para así después darle una patada en su entrepierna y vientre para poder echarlo hacia atrás, que chocase contra el suelo. Se habría ganado mala fama, se habría ganado un enemigo, pero en lugar de eso se acerco al cuerpo del hombre que yacía en el suelo, a vista de todos los hombres, de todas las mujeres del burdel. Escucho como la puerta del dueño del burdel se abría, dejando ver la silueta de Irvine, el jefe de todos ellos. No le miro, pero sentía su mirada gélida como el hielo a través de los vellos de su piel.

Ella solo tenía miradas frías y solitarias para ese hombre, puso un pie, más bien puso el tacón sobre la entrepierna del hombre, clavándole el tacón sobre lo que era en toda su totalidad su hombría – Te lo mereces por tratar tan mal a una de nosotras... – apretó más hacia abajo con la planta del zapato – Seremos cortesanas, seremos el juguete personal de cualquier persona que quiera saciarse de sus ansias de placer, pero no somos posesión de nadie....-Su mentón estaba alzado, mirándole con frialdad, escucho la puerta de arriba volver a abrirse y a cerrarse – ¡Largo! ¡Si quieres pegar a alguien, pega a tu esposa, a tu enemigo, pero a nosotras déjanos hacer nuestro oficio como nos corresponde...! – Con esas últimas palabras, mientras las escupía en la cara de aquella horrible persona, dos hombres bien fornidos, le cogieron por banda a cada lado y lo llevaron a rastras fuera del burdel.

Uriel solamente cogió con cuidado a la mujer de un hombro-¿Estás bien?–Miraba a la mujer de cabello corto, ojos marrones y de tez morena, una exquisitez para cualquier hombre desde luego, pero lo que vio, fue varios moratones por su brazo izquierdo-No creo que vuelva...Me llamo Uriel y ¿tu? –Bien era bueno antes........presentarse.

por **Reika Roux** Miér Mayo 02, 2012 4:15 pm

Hace tiempo que no me sentía tan en peligro con un cliente. No me pregunten cómo, pero sentía que algo no iba bien con él, que no era un hombre común. Al final ese presentimiento se hizo realidad, porque ni bien se cerró la puerta que nos dejaba a solas para "el trabajo" sacó una pistola, apuntándomela. Quería que me fuera con él después del acto, y que me hiciera su esposa. ¿Menuda burrada, eh? Por supuesto le dije que no (había que ser retrasado para decirle que sí, por mucho que supuestamente iba a pagar), pero a él no le quedó gustando esa respuesta, obviamente. Me intentó tomar por la fuerza, y al tenerlo detrás mío le di un pisotón, aquello me valió un fuerte golpe en el brazo izquierdo con el cañón del arma (increíblemente descargada...creo que la usaba sólo para amenazarme) y un empujón. El tipo quería demolerme el rostro a golpes, y yo simplemente me defendía con ese pobre brazo hasta que pude salir de la habitación. No necesité gritar, el escándalo que hacía el hombre era suficiente. Lanzó lejos la pistola por impotencia y tiró de mi lastimada zona, provocándome un fuerte quejido de dolor y, ahora sí, un grito de auxilio. - ¡Suélteme! - grité y cerré los ojos, y no me soltó él por iniciativa propia, sino que por un fuerte golpe que lo hizo caer. Abrí los ojos y de inmediato me alejé, siendo asistida o al menos cuidada por un par de compañeros de trabajo. El brazo me dolía mucho, parecía que apenas podía moverlo por los visibles moretones que se me habían formado. Vi toda la secuencia en que aquella chica valiente (o atrevida) finalmente se despachaba al hombre a golpes y palabras, y cuando se me acercó yo todavía temblaba. No sentía miedo ni nada parecido, ya me había acostumbrado...pero siempre esas situaciones hacían que mi cuerpo reaccionara de forma inconsciente. - S-sí, estoy bien...-dije tratando de calmarme, no me gustaba ser el centro de atención en ese tipo de cosas - Gracias por tu ayuda...-sonreí ampliamente- Yo me llamo Reika, Reika Roux. - asentí y miré de reojo mi brazo, no había quedado nada bien. Seguro que no iba a poder hacer grandes esfuerzos por al menos días. Bufé frustrada y suspiré de paso - Ese idiota casi me deja inválida...-me lamenté.-

por **Hipólita** Jue Mayo 03, 2012 9:19 pm

La abrazo al instante mientras volvía ver entrar al cabronazo que la había maltratado. Saco del interior de su vestido una pequeña pistola en miniatura para disparar sin remordimientos al cretino que al parecer seguía insistiendo en querer seguir aprovechándose de Reika, al fin la conocía. Se alejo de la pobre chica lastimada para acercarse al cadáver. Se agacho, pudo ver una tarjeta en la que contenía el nombre del individuo, Stewart, Steve.
-Oh Stewie, pobrecito...-Seguía mirando sus bolsillos, miraba y miraba, había encontrado un fajín de billetes que se lo guardo dentro del escote, había encontrado una navaja, otra para su colección, adoraba las navajas.

Sentía una especie de atracción por el peligro. Ella y el peligro iban de la mano. Miro a Reika con una sonrisa, se acerco a ella y cogió el fajín de billetes, para sacarlo y meterlo dentro del escote de su compañera lastimada-Esto...para que te puedas comprar un conjunto nuevo y hay hasta para unas cremas para tus moratones....-Dijo sin más, parecía como si la conociera de toda la vida. En realidad, el burdel era eso, una gran casa con muchos hermanos y hermanas y un padre que los dirigía o vigilaba para mantenerlos. Ahora que hacia – Seria mejor que el cadáver...-Comenzaban a llevarse el cadáver cuando de repente vio algo que molesto a Uriel-Un momento....-Se acerco al individuo para levantarle el bajo del pantalón, para ver que tenía un tatuaje. Le era familiar, pero sin más, dejo que se llevaran el cadáver, dios sabe dónde.

Se cruzo de brazos. Todos la miraban con cierto repelús. Uriel tenía carácter y muy pocos sabían de aquella faceta suya. Muy pocos sabían de ella y apenas una o dos personas la conocían a fondo. Una de ellas era su tía y ella misma. Se giro lentamente en el sitio para después coger de la mano a quien había defendido, y llevo a Reika hasta una de las habitaciones libres del burdel-Oye...tengo unas cremas que pueden hacerte efecto...-Tiro de ella un poco más para meterla dentro de la habitación, a risas pues parecía que le costaba un poco convencer-Vamos, no te voy a comer...-dijo en un susurro seductor en la oreja de esta.

-Ponte cómoda, enseguida vengo- Uriel la dejo en la entrada de la habitación mientras ella iba a por algo para sanar la delicada piel de Reika-Siento si estoy siendo demasiado rápida en esto, pero mejor que estés por ahora con alguien que sepa de que esta hecho el mundo....o al menos que no se sobrepasen contigo...-Soltó desde la vitrina del baño en el que buscaba las medicinas y algunas cremas.

por **Reika Roux** Lun Mayo 07, 2012 6:15 pm

El burdel se quedó en silencio por largos instantes a partir de aquel disparo. Yo también, obviamente, sometida por la incredulidad al igual que los que habían presenciado parte de o todo el estresante espectáculo. Le vi sacándole la identificación, una cuchilla y el fajo de billetes, el cual puso en mi escote. Me quité de inmediato aquel grupo de billetes y los revisé con la mirada, ya que el brazo izquierdo ahora me era un bulto doloroso. Suspiré mientras miraba con escepticismo cómo se llevaban el cadáver y Uriel revisaba no se qué cosa de él, y luego mantuve la cabeza gacha . ¿Qué iba a decir Laisha cuando me viera? Pondría el grito en el cielo, claro. Mientras pensaba en eso y rogaba que las cremas que me compraría tuvieran propiedades de hacer desaparecer moretones en doce horas o menos mi mano fue tomada por la persona que me ayudó y terminamos dirigiéndonos (o más bien ella llevándome) a una habitación libre. Ahogué un quejido cuando me tironeó, y le miré reírse. ¿Quién podía reírse después de todo lo que había pasado?

Sentí un escalofrío al escuchar ese susurro y me senté en una de las orillas de la cama, escuchándole hablar como si me estuviera dando lecciones de vida. Había dejado el fajo de billetes en la mesita de noche para así no perderlos de vista y me acaricié un poco el cabello, notando gotas de sudor por la adrenalina percibida y que aún sentía.- Sé de qué está hecho el mundo, Uriel...-dije un tanto molesta, tocada por aquel comentario. Si algo ya no era yo, era una niña.- Sólo tuve mala suerte y ya....podría haberle tocado a cualquiera de nosotros. Y eso es parte del trabajo. - Respondí mirando los billetes, desviando la mirada cuando ella se acercó nuevamente con los implementos necesarios. - Y Uriel...no vuelvas a arriesgarte así, no soportaría que alguien saliera lastimado o muerto por mi causa...-dije culminando en un susurro, cerrando los ojos con la impotencia a flor de piel, y también con parte de mi orgullo roto.

por **Hipólita** Vie Mayo 11, 2012 7:32 pm

-Bueeno...-Aquello le traía si cuidado, podía enfrentarse con muchos más y salir victoriosa de la pelea-...Mira...-Se sentó al lado de donde estaba Reika sentada, cerca de su brazo lastimado con lo necesario para que aquellos morados pudieran desaparecer al menos un poco-...pero si tu coño se queda más tranquilo, dejare de meterme en donde no me llaman...en verdad, si te llegan a hacer algo de sangre o algo mucho peor y no estoy, a ver qué haces-

Chasqueo la lengua finalmente, estaba algo frustrada pues aquel hombre le recordó a su tío, a como abuso de ella aquella noche. Aquel sentimiento despertaba a una Uriel protectora que quería proteger a las mujeres del maltrato machista del mundo. Ninguna mujer se merecía ser tratada como si fueran simples maniquís o expositores con ropa de encaje bonita.

Tiro de la cuerda que ataba varias vendas, cogió una pequeña gasa y unto en ella un poco de crema de hierbas naturales-Esto lo tenía desde hace...-resoplo sin poder contar el tiempo que llevaba con ella, y el tiempo que llevaba salvándole el pellejo de innumerables moratones de noches llenas de pasión incontroladas por algún que otro cliente...-En fin...sujétate...aquí...-Cogió la mano de Reika para ponerla sobre la gasa, para que lo sujetara mientras Uriel desenrollaba el cilindro de venda y así poder enrollarlo alrededor del brazo de Reika.

-Ah y a mí, imposible que llegue a tu...estado, en menos que canta una mosca, ya lo hubiera degollado...claro, con una silla, el espejo del tocador o con la pistola de corto alcance....-Chasqueo la lengua la mar de tranquila-...-No dijo nada pues se quedo mirándola a los ojos, con las piernas cruzadas y aun a su lado-... ¿Acaso que crees que soy? ¿Una jodida inmigrante que no sabe lo que hace?.....-Echo la cabeza hacia atrás, como buscando un motivo para relajarse entre tanto silencio, llego a tirarse encima del lecho de la cama, acariciando distraídamente la espalda de Reika que estaba a su lado con cierta tranquilidad.

-Fui violada por mi tío, Reika....-Miraba al techo como si la cosa no váyase con ella-...Aquello que reservaba para Dios se lo llevo el diablo en un segundo....-La miro de reojo ¿Qué estaría pensando de ella? Volvió a mirar hacia el techo-¿Qué animal no se forzaría a robar un alma inocente?

por **Reika Roux** Jue Mayo 17, 2012 3:07 pm

Le escuché con atención al tiempo que me apartaba sutilmente para darle más espacio (o más bien para darme más espacio porque a la cama le sobraba éste) y así estirar la mano sobre la gasa cuando me lo pidió, manteniendo un ojo cerrado por los roces que sus dedos encremados hacían en mi lastimado brazo, que a pesar de ser ínfimos provocaban bastante dolor. Ese imbécil no me había roto el brazo de milagro, pero mejor para mí. - Sé defenderme - dije mientras le miraba rodear mi extremidad con la venda, botando un poco de aire - Si tú no estás no voy a morir... - dije con una indirecta disfrazada de un tono neutro, mirando al lado contrario para evitar que viera mi rostro adolorido. Sin embargo, me devolví a verla de reojo con lo siguiente que dijo. ¿Era yo, o realmente Uriel actuaba con una arrogancia un tanto extrema? No valía la pena darle tribuna a esas cosas...pero ya tenía suficiente molestias con el brazo para que más encima mi orgullo se molestase con cosas así. Sentí un escalofrío por sus caricias y luego un escalofrío me estremeció el corazón. ¿Violada por su tío? ¿Un dejavu? No. ¿Una coincidencia? Tal vez. Éramos más similares de lo que creía, y seguro ella pensaría lo mismo después que escuchara lo que yo tenía que decir al respecto.

- A mí también me violaron, pero no fue un familiar...al menos no un pariente de sangre. Un hombre nos adoptó a mí y a mi hermana después que lo perdimos todo...y resultó ser un depravado. Nos quería a ambas, pero me sacrifiqué por Laisha y yo me encargué de satisfacerlo por años hasta que nos pudimos deshacer de él.- Muy pocas personas sabían de ello, confiaba que nadie hablaría ni revelaría a la policía aquel asesinato...¿pero ella? De todas formas ya era demasiado tarde, ya lo sabía.- No me importó regalarle mi virginidad y mi dignidad a aquel viejo, tenía que proteger a mi hermana y hasta ahora lo hago. - A pesar de eso, ambas estábamos metidas en "el negocio".- Y no me arrepiento de haberlo hecho. No habría soportado ver a Laisha tomada por ese repulsivo siendo tan pequeña. - Bajé la mirada al suelo y luego respiré profundo, para esconder esos recuerdos bastante incómodos que habían salido a la luz- Lo seguiré haciendo aunque sea lo único e último que haga en mi vida. - Volví a respirar profundo y miré hacia el frente, un tanto silente por los minutos siguientes. Quería escuchar qué tenía que decir aquella chica.

por **Hipólita** Jue Mayo 24, 2012 4:14 pm

Podría pensar en muchas cosas, pero se reincorporo sobre la cama mirando a Reika. Vaya, aquello la había tomado de sorpresa. No se lo esperaba su razón de estar en el burdel-...Seria repetitivo si te digo que fuiste muy valiente, pero te admiro por ello....-No lo dijo con alegría o enfadada, sino como triste. Ella no había sido capaz de deshacerse del depravado de su tío y la violo, pero se escapo y llego a Paris donde pudo esperar y ahorrar dinero para cuando llegara el día esperado.

Ella se iría en busca de su tía y después rescatarla, para después irse con ella lejos de Paris, de Irlanda, se iría a Italia o a algún país en donde las dejaran vivir tranquilas. Miraba, se acerco al cuerpo de Reika para posar un cálido y calmado beso sobre su hombro desnudo. Continuo su camino de besos hasta que había llegado a detrás de su oreja-...Andas suspirando mucho...te daré...-Le iba susurrando con cierta sensualidad, haciendo que su aliento chocase contra su piel-...Un leve masaje ¿sí?-Le lamio la oreja ya por andar en algún juego divertido, eran cortesanas, jugaban a dos bandas o incluso a mas.

La noche en cambio se vestía de nubes claras, siendo iluminadas por los farolillos de las calles parisinas. Acariciaba con la misma mano, la espalda de Reika con cierta suavidad, apoyo su mentón sobre el hombro ajeno, mirándola a los ojos fijamente con una sonrisa de lado a lado, pero aun en una línea horizontal. Desde ese ángulo, veía a Reika que miraba hacia delante. Se preguntaba qué es lo que circulaba por su mente.

por **Reika Roux** Dom Jun 03, 2012 7:26 pm

Por unos minutos me pareció estar mirando aquella habitación. Aquella que pasaba olorosa a sexo todos los días. Aquella en que, por varias horas al día sólo se escuchaban gemidos o gritos de dolor y placer y risas triunfantes, acompañadas por un llanto ahogado por las almohadas en un segundo cuarteto de paredes. Esa habitación que fue mi centro de torturas por cuatro años, pero que también fue la herrería del amor más grande que he sentido por alguien y que sigo sintiendo; ese amor que me motivó con dieciséis años a entrar al burdel y ganarme la vida con lo único que sabía hacer mejor: abrir las piernas.

A causa de aquella "visión" asentí distraída del cumplido de Uriel. Sin embargo, los roces del hombro y cuello me hicieron trastabillar en mis pensamientos, y la mera sensación de tener sus labios detrás de mi oreja me despertó por completo, mirándole de reojo con el labio inferior mordido.- ...- Cerré los ojos un par de segundos y sentí un nuevo escalofrío tras algunas caricias en mi espalda, cambiando a un agradable calorcito cuando apoyó el mentón en mi hombro. Me miraba a los ojos, eso lo podía deducir sin verla a ella ya que estaba acostumbrada a esa sensación de ser observada, casi acosada ya fuera por el puto viejo, o por los clientes. Me aguanté el suspirar para que no emitiera otro comentario e instintivamente agaché un poco la cabeza, mirando mis piernas: eran blanquecinas, suaves, torneadas incluso; pero con varias manchas moradas recientes que podía recordar. Me quité los zapatos a la manera rápida y me acaricié un poco el rostro, revolviéndome con poca delicadeza pero sí con lentitud el cabello, y cuando noté que el silencio de mi parte ya podía ser preocupante le miré de reojo, con una sonrisa tenue. - Perdóname.

por **Hipólita** Jue Jun 07, 2012 2:40 pm

Solamente sonrio y se dirigio hacia sus labios para besarla firmemente.

Se quedo un rato sobre sus labios, lamiendolos mientras tumbaba con su cuerpo el de Reika. Sin separarse de sus labios, aun la besaba lentamente cuando se puso sobre ella, besando sus labios y sentandose sobre su cuerpo, sobre sus caderas, para quedarse mirandola fijamente a los ojos despues de un rato tras besarla-....No pasa nada....Por eso te he cogido cariño facilmente, y no suelo brindar mi confianza tán facilmente....-Sonrio para mostrarla que decia la verdad, sin decir nada mas, se puso sobre ella, aun mas y sobre sus caderas se acerco a su cuello para comenzar a suspirar en el, despues fue besandolo lentamente hasta que finalmente, fue yendo nuevamente a sus labios para probar de ellos nuevamente-...Reika...-Susurro cerca de su oido, lentamente sacaba su lengua para poder lamerle el lobulo, cogiendo con una de sus manos uno de sus senos y por encima de las ligeras ropas que Reika llevaba, comenzo a mover la mano en circulos sobre el sosten, para despues llegar a sus labios con los propios para después sacarle el seno y comenzar a jugar con su pezón a la vez que metia la lengua en busca de la ajena. Siempre estando preparada para lo que viniera a continuacion, comenzaba a mover las caderas sobre las de Reika, paro un momento para mirarla a los ojos y despues llevar sus dientes a su pezon, tiro de el haciendo que Reika sintiera lo que vendría a continuación. Saco sus dientes de su pezon para sustituirlo por su boca y lengua sobre ella, en circulos iba lentamente.

por **Reika Roux** Jue Jun 14, 2012 11:52 pm

Le vi venir rápidamente mas no pude reaccionar con la misma prestancia. Mis labios fueron tomados por los de ella sin reparo alguno, lamiéndome y tumbándome con un pronunciado cuidado, el cual no evitó que sintiera un pinchazo de dolor a pesar de tener el brazo quieto. Su cuerpo era muy liviano, por lo que pude constatar, y correspondí su mirada penetrante con una de incertidumbre, o al menos de duda del por qué había iniciado semejante actuar, que no me disgustaba por costumbre, pero me merecía una explicación la que vino casi de inmediato. ¿Cariño y confianza? ¿Habrá sido por la conversación de antes? Sí, somos similares en cierto punto, así que supongo que se justificaba en eso, aunque fuera raro. Le respondí con una sonrisita y un asentimiento que cambió a un rápido agazapamiento de mi cabeza contra las sábanas por el roce en mi cuello y en mis labios, al cual respondí a pesar de lo ínfimo que fue. La sensibilidad de mi oído me causó dolor por unos segundos a causa del temblor de mi cuerpo que se vio prolongado e intensificado con las caricias en mi pecho, sumándose prontamente jadeos y gemidos leves, agudizados éstos por los dientes y la lengua de Uriel, que demostraban su habilidad húmedamente haciéndome gemir su nombre en bastante poco tiempo - U-Uriel...-traté de alzarme, mas fue imposible. Mi cuerpo no quería separarse del colchón y mi brazo libre sólo atinaba a acarciar los cabellos castaños de ella, haciendo presión con las yemas de los dedos animándola a más de aquel accionar - Uriel...-susurré melosa y moví instintiva e insistentemente mis piernas una contra otra en prueba irrefutable de lo que me estaba provocando.

por **Hipólita** Miér Jul 04, 2012 3:31 am

Le lamia su cuerpo en cierto modo, se sentia que podria ser igual que uno de sus clientes, pero de todos modos, comenzo a mover las caderas, después saco una pierna por fuera y quedarse encima de una pierna de las de Reika. Se quedo mirandola, escuchandola como decia su nombre a modo de querer mas. Sonrió sobre la cama para despues alcanzar sus labios y besarlos lentamente mientras hacia presion con su mano sobre el pecho ajeno, mientras jugaba con su pezon lentamente y la besaba, abriendo la boca, ladeando el rostro para adentrarse mas hacia dentro de ella y poder alcanzar con ganas la lengua de Reika, para asi poder comenzar un vaiven de ambos musculos que se juntaban en otro baile mas.

-Mgh...-Era obvio que le producia placer a Uriel, sus manos ahora estaban en cada pecho de Reika, se apegaba a su cuerpo, juntando cadera con cadera y besando a la vez sus labios con insistencia-..Reika....-Susurro su nombre lentamente en el oido ajeno. Se la quedo mirándo en cuanto escuchó un sonido de una puerta, se detuvo un momento para despues mirar hacia atras y ver que habían cerrado la puerta. ¿Se la habrian dejado abierta? o ¿Era su imaginacion?-Que raro...-Se puso entremedias del cuerpo de Reika, se quedo mirandola mientras acariciaba sus muslos lentamente, mientras sus manos iban de lado a lado, pasando por su sexo cubierto por la ropa interior. Se paró en su sexo. Comenzó a mover la mano arriba y abajo lentamente sobre aquella zona sensible que lo era para las mujeres.

por **Reika Roux** Lun Jul 23, 2012 7:07 pm

Aquel encuentro era como para grabarlo y verlo una y otra vez, para reproducir cada caricia y beso a al perfección, para aprenderlo y enseñarlo cual coreografía erótica en el "respetable" escenario del burdel. Uriel lo hacía todo bien, todo preciso como si tuviera la misma experiencia sexual que Laisha conmigo. Dudaba de poder hacerle frente en alguna otra ocasión cuando tuviera todas mis extremidades en orden, pero no era malo someterse de vez en cuando a los labios y manos d eotra mujer, considerando su "actitud" dominante para con la mayoría de ellas. Uriel era ideal para ese rol, aunque tuviera la ventaja de que yo poco y nada podía moverme.

Sus labios sobre los míos me encendían a chispazos, haciendo que los bailes entre nuestras lenguas fueran dos piezas acoplándose a la perfección. ¡Mi humedad crecía como si no hubiera un mañana! Era impresionante lo que me hacía sentir sólo jugando con mi pezón de piedra, y lo único que podía hacer era abrazar su espalda con mi brazo beno y clavar mis uñas en su piel, queriendo llegar a sus adentros a saber cómo diablos me provocaba tantas cosas siendo la primera vez que nos revolcábamos. - Uriel...-le dije entre jadeos, bajando mi mano por su columna hasta donde la espalda perdía el nombre. Tenía que decírselo, revelarle cuántas cosas me hacía sentir, hacerle ver (aunque seguro lo supiera) lo buena que era y, cómo no, pedirle más. Aquella intención se vio cortada parcialmente por el ruido de la puerta cerrarse, mirando ambas automáticamente hacia allí. No tenía idea de quién lo había hecho, pero seguro estaba envidioso (o envidiosa) de lo que estábamos haciendo. Daba igual, en todo caso.

Zanjamos el asunto allí mismo y continuamos, o más bien, Uriel continuó, reclamando como terreno de conquista mi parte inferior. ¿Me había leído la mente? ¿O se había guiado por mi ropa interior evidentemente manchada? No sé que había hecho, pero me estaba complaciendo y eso era lo que nos importaba. Mis muslos se separaron más dejándole total manejo y disposición, y su tacto me hizo arquearme, valiéndome un fuerte dolor en el hombro cayendo como saco de papas sobre las sábanas arrugadas. Me llevé la mano a la zona y traté de quitar como pude el dolor de mi mente cerrando mis ojos, dejándome como presa indefensa para mi depredadora de aquella noche.

por **Hipólita** Sáb Ago 18, 2012 5:23 pm

Seguía, ella seguía en su campo de concentración, dejo de tocar con las manos aquel lugar secreto para coger la ropa interior inferior de Reika y deslizarla por las piernas con suma lentitud, descubriéndola lentamente aquel...Oh jardín secreto-Oh...Ahora es donde Alicia se perdió en el jardín secreto....-Le quito las pataletas enseguida, abriéndola de piernas para verla en todo su esplendor-...En el que había...-metió dos dedos dentro de su vagina lentamente, comenzando un leve vaivén dentro de su vagina-...tallos largos de rosas rojas que se movían...-Y ella movía mientras iba relatando partes de aquel macabro cuento que había salido poco en la imprenta.

Pero ahora ella miraba a Reika tendida en la cama, dispuesta a darle placer, seguía moviendo los dedos en su vagina, lentamente, acercándose a Reika, lamiéndole el lóbulo de la oreja de nuevo. Se la quedo mirando de nuevo, seguía moviendo sus dedos dentro de su sexo, le lamio los labios y Uriel gimió sin darse cuenta, ¿Qué? ¿Cómo? ¿A causa de que había tenido un gemido de placer? Ella miraba a Reika y su mano libre jugaba con el pezón ajeno, llevando la boca de nuevo al pezón contrario del cual estaba manejando nuevamente-Ahg...Reika...-se mordió el labio inferior-...Eres preciosa ¿Lo sabías?-Le dijo mientras la miraba a los ojos con ¿deseo? Posiblemente era lo mas certero, lo mas probable que pudiera estar pasandole en ese mismo instante.

Se quedo finalmente con tres dedos dentro de su sexo, se agacho poniendo la cara delante de su sexo, lamiendose los labios, sacando los labios-Y en la fiesta del té, Alicia muy traviesa....-sonrio antes de lanzarse a lamerle aquel sexo que comenzaba a estar humedo por ella y por la situacion-....Se fue a beber el té preparado por el sombrerero loco....-Dijo antes de lanzarse a su sexo, a lamerselo con ansia controlada que lentamente fue desquitandose con el sexo de Reika, haciendo que entrara y gimiera mas que antes.

por **Reika Roux** Lun Ago 27, 2012 8:27 pm

Se sentía tan extraño ser dominada de esa forma, sin resistencia. No era una violación, porque la deseaba a ella y a lo que me estaba haciendo…pero para mí, alguien que está tan acostumbrada a ser la persona más activa en relaciones sexuales con mujeres era como sentirse fuera de lugar, o con una identidad distinta. Y aquella situación se acentuaba aún más con mi posibilidad de movimiento tremendamente reducida, por no decir nula a causa del dolor de mi brazo que poco a poco se pasaba al menos temporalmente gracias al calor de mi otra mano que rodeaba suavemente las vendas amarradas a mi piel. Mis piernas abiertas eran una invitación que Uriel no desaprovechó en lo más mínimo, introduciéndose en mí y moviéndose lentamente al principio, haciendo que jadeara más aún. El roce en la oreja y los labios terminó por dejarle perpleja a ella por un gemido, pero eso era lo más normal del mundo. Sonreí dentro de lo cuerdo que se veía mi rostro y asentí con los ojos cerrados ante esa pregunta que más bien era un cumplido, entreabriendo luego mis orbes para que nuestras miradas quemasen al mismísimo fuego.

Agregó un tercer dedo y gemí fuerte, replicándose una y otra vez con aquella doble arremetida a la que se había sumado su lengua. Tuve que utilizar la mano que cubría la venda para ponerla sobre la cabeza de Uriel y empujarle, la quería más profundo, que llegara hasta el fondo de mi ser si eso llegaba a ser posible. – Uriel…más…más…-¿Yo? ¿Rogando por más a una mujer? Sí que iba a recordar aquello en mucho tiempo – Un poco más...mmm….-Presioné sus cabellos y eché la cabeza más atrás aún, arqueando un poco la espalda para que devorase por completo mis entrañas, percibiendo a la perfección ese último acelerón con el que complació a mi cuerpo y a mi mente, nublándoseme ésta en un orgasmo de los más deliciosos que recuerdo, tensando mi cuerpo y apretando mi interior, relajándome paulatinamente después con los ojos fuertemente cerrados, subiendo y bajando mi torso enérgica para intentar decir algo, decirle algo…al menos…agradecerle.

por **Hipólita** Sáb Sep 01, 2012 11:21 am

Aquello que hizo le hizo sonreír, lentamente se fue acercando a Reika para depositar un suave beso sobre los labios ajenos, para después llevar sus manos a los pechos ajenos y masajearlos por última vez-... ¿Te gusto?- Saco las manos de los pechos ajenos para después sujetar las ajenas, llevándolos ahora a su propio cuerpo- Acaríciame Reika...-Se coloco sobre las caderas de Reika, sentándose cómodamente en ellas, mirándola sensual, atrevida y con descaro.

Los gemidos de Reika le habían servido para seguir con su rutina sexual, se acerco a Reika y lentamente colocaba los brazos alrededor del cuerpo de Reika, procurando que las manos de Reika tocaran aun su cuerpo, sintiendo piel contra la ropa que Uriel aun llevaba puesta-...Ah...me gustaría...que me exploraras....-Dijo con un hilo de voz, casi suplicante a lo que se cernía sus deseos.

No era como estar con su tío que la usaba cuando le daba la gana una y otra vez, cuando se escapo decidió que volvería a por su tía querida, pero quizás estuviera tardando ¿Y si estaba muerta? De momento solamente podía pensar en Reika, a quien tenía delante en este instante. Siguió besándola hasta que comenzó a llevar sus manos hasta su cabello, acariciando el pelo de Reika lentamente mientras la miraba-Agh...-Se echo a un lado para toser varias veces, se tapo la mano, vio un pañuelo, su pañuelo, lo cogió y se tapo hasta que más o menos estuvo en calma.

Sentada sobre la cama, observaba el pañuelo aterrorizado. No podía ser, o sea, ¿Cómo? El pañuelo estaba manchado de sangre, se miro en un pequeño espejo de mesilla que en el que vio sus labios del mismo tinte carmesí.

por **Reika Roux** Jue Sep 20, 2012 8:13 pm

Poco a poco volví a una agotada normalidad, percibiendo de lleno los estremecimientos que mi cuerpo sentía todavía a pesar del paso de al menos un par de minutos. Aquel instante de júbilo había sido prolongado únicamente por su actuar, y eso la hacía bastante especial, más aún por todo lo que me había hecho y por cómo lo había hecho.

Mis labios le recibieron con gusto y mis senos también, aún endurecidos mis pezones aunque ya un poco menos que antes, ya que mi cuerpo se estaba relajando inconscientemente después de estar tan contraído por tanto tiempo. Asentí con una cálida sonrisa ante su pregunta. ¿Era en serio? ¿Realmente dudaba de si me había gustado? ¡Pero si me había tenido gimiendo de principio a fin! – Me gustó mucho. – Le recalqué y presioné tentadora mis manos sobre la propia delantera ajena cubierta aún por telas, para nuestra desgracia. Y al sentarse sobre mí no pude evitar moverme un poco como si fuera un varón, lo que no fue inútil en absoluto: provocó unos exquisitos roces que terminaron por hacerme morder mi labio y luego el de ella gracias a la cercanía que habíamos alcanzado con su inclinación. La abracé rodeándola por la espalda y reiniciamos lo detenido, besándonos ya con aquella súplica en el pasado reciente, y que me aseguraría de cumplir a cabalidad como mínima situación de igualdad.

Las caricias volvían a encenderme, y esa chispa también se pasaba a Uriel, porque ya estábamos enrolándonos como antes para proseguir con aquella noche; pero algo inesperado ocurrió. No supe al principio de qué se trataba, sólo veía a Uriel toser y actuar un tanto evasiva, como si no quisiera que supiera lo que le pasaba.- ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? – Pregunté preocupada y sentándome con esfuerzo, acercándome a ella para quedar a su lado en el espejo y ver la sangre de su labio- ¡Es sangre! – Me tensé un poco y no hice más que tomarle de los hombros – Respira profundo, tranquilízate…-susurré acariciando delicadamente aquella zona y parte de la espalda, desconcertada por aquel invitado inesperado que había llegado a la cama.

por **Hipólita** Sáb Oct 13, 2012 12:45 pm

-AAGH...-intentaba respirar para calmarse poco a poco, sintió pronto las caricias de Reika sobre su espalda, con lo que principalmente se puso a limpiarse con el pañuelo-...Iré al baño...-dijo con esfuerzo, llego y abrió el grifo del lavabo para poder limpiarse la boca varias veces, estaba mejor, ya no estaba tan atacada como antes.

Se había olvidado de que Reika la había mirado y atendido algo tensa, le sonrió fijamente para después ver que por sus piernas, por sus propias piernas le recorrían chorros de sangre, tan finos que se escondían con los reflejos de la luz y ya algo asustada decidió mirar a Reika-...sangro...por las piernas ¿¡QUE ES ESTO!?-Ahora la que me ponía de los nervios era yo, no sabía qué hacer, miraba poco a poco al espejo, me metí en la tina y comenzó a llenarla de agua.

-Reika...lo siento...esto es inesperado-Uriel eran de las que afrontaban los problemas, pero este era mucho mayor. Era una puta, una cortesana que follaba a diestro y siniestro para que no le faltara de comer, pero ahora estaba en un problema el cual le hacía temblar de abajo arriba. Veía la tina que se tiño de un tono carmesí, pero era leve pues parecía de haber parado por el momento-...Creo que son los corsés que aprietan mucho...-Dijo temblando, pensando en que quizás tendría que dejar el uso de estos-O es que estoy mal hecha o he salido mal de fábrica...-Dijo mirándola, abrazándose alrededor de sus rodillas y en una pose acogida en si misma temblaba en rebeldía queriendo averiguar, pero ni ella sabia apenas escribir o ni eso podría saber entender conceptos de salud.

-¿Somos amigas no?-Pregunto, el miedo se la comió entera y sin poder remediarlo, le entro ganas de cortarse las venas con algo cortante. Al parecer era la causante de muchas idioteces en las que no podría solucionar por ella misma.

por **Reika Roux** Lun Oct 29, 2012 11:02 am

Mi respiración se estaba tranquilizando, pero no me sentía para nada tranquila. Ver así a Uriel me tenía desconcertada, incluso su sonrisa levemente teñida de sangre contribuyó a darle más vueltas a mi cabeza que recién recuperaba la cordura así como mi cuerpo la sobriedad – Uriel…-murmuré casi para mí misma con un deje de preocupación que se incrementó más cuando la vi desesperarse por el sangrado en sus piernas. Me acerqué hasta rozar el límite de la tina y negué con la cabeza ante aquel aparente intento de disculpa – No te preocupes, no pienses en mí ahora – Dije tratando de sonar conciliadora, pero mis esfuerzos no sirvieron de mucho ya que Uriel estaba cediendo ante el nerviosismo. ¿Qué si éramos amigas? Recién nos habíamos conocido y ya nos habíamos acostado; no a cualquiera le significaría aquello el inicio de una amistad, pero para mí sí, y al parecer a ella también. Nuestra profesión lograba eso.

- Claro que lo soy, y por eso puedes confiar en mí – Me puse la mano en el pecho, en la zona del corazón para darle mi palabra de que esas palabras no se quedarían en lo que eran, meras palabras – Quiero que mantengas la calma, que te relajes. Si te desesperas quizás puedas tener otra reacción en tu cuerpo – Dije ya desafiando los fuertes latidos de mi corazón y mi mente semi nublada para dilucidar qué sucedía, y rápidamente tuve una idea – Estás sobreesforzando tu cuerpo, ¿No es así? – Pregunté con voz seria pero con una mirada comprensiva, esperando a ver si esa promesa de confianza sería bien recibida por ella.

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Comienzo a pensar que tenemos algo en común, pero entre sábanas, no me lo dirás...{+18}[Reika Roux]

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