AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
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Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
La lluvia mojando la tierra lentamente alzando ese fresco y enigmático sabor a sangre que el aire contamina cada dos de tres segundos de la vista, la familia, sigue igual de desenfrenada, pero el regimen que llega no solo espera ver los rostros asustados de los pupilos, espera ver el horror y terror en sus facciones cuando los matrimonios, la sociabilidad y los lazos de negocio estan hechos.
Claro que vender a alguien por algo fructífero era realmente excitante, saber que con entregar a alguien para unir ciertos lazos era lo que se llama un "negocio redondo" más cuando sabes que les guste o no deben aceptar o si no serían obligadas de mala forma, se optara por una buena forma de castigo donde ambos, dueño y esclava disfruten de sus uniones.
La luna en lo alto, las zorras andando por la calle mostrando sus carnes, eso vendía, mas mostrabas más subías el libido, más de puteabas más serias cotizada. Que puta vida de esas mujeres y hombres que buscan saciar sus más oscuros y pecaminosos deseos en esos cuerpos, pero para que buscar esos cuando en casa se puede tener un bien tallado.
-otro vaso de "vino" cantinero- llama a voz grave
-como guste mi lord- el cantinero sabe que es lo que quiere
-Mi señor busca compañía- una de esas putas toca su espalda
-aleja tus sucias y apestosas manos de mi cuerpo zorra, si no eras la zorra que busco entonces lárgate- sin mirarle ni un ápice la manda a volar.
La mirada de la mujerzuela atónita huye con otro sucio cliente. El reloj pasa los minutos, la desesperación por el enfrentamiento se hacía largo, mas por la desesperación del premio, si, sabía que si ganada, lo cual iba a pasar, seria suya y haría lo que le dijera sin chistes ni reclamos, le haría bajar su cabeza a la víbora y le haría tragar su veneno y otras cosas mas también.
-por lucifer a qué hora piensa llegar o es que tendré que poner las reglas según el orden familiar- ira, maldita ira que lo gobierna, pues la puntualidad era algo que el respetaba pero como siempre los demás se hacían esperar, a saber porque o si solo era para enfadarlo más, sabía que si se enfadaba le costaría la vida. un cigarro se enciende dando dos caladas seguidas y profundas esperando la hora de inicio de esta partida macabra donde botellas empezaban ya a salir volando pues la trifulca había comenzado. Clásico en toda taberna lo que le produjo un asco total, saliendo de aquel lugar para mejor caminar y si aquella mujer iba y no lo encontraba tendría su castigo, finiquitar negocios con él, pues el tiempo no existe pero si es oro para un hombre que solo cuenta con la noche.
Antes de salir uno de los borrachos le agarro la chaqueta para propinarle un golpe, pero antes que este se lo diera, cayó de rodillas a Santhiago con las manos en la cabeza gritando de un dolor inmenso, de pronto se desploma con sangre saliendo por sus ojos, nariz, boca y oídos…la muerte le había llegado sin siquiera pelear con aquel “caballero”. Sale de la inmundicia acomodándose la chaqueta mientras da unos pasos divisa, o mejor dicho, siente el aroma de un neófito, no, no es un, es una, una recién convertida y angustiosa por la sed, se relame los labios para dar unos cuantos pasos como quien no quiere la cosa hasta estar en el camino de aquella nueva vampira.
Que juego más pasa por la mente de un lobo disfrazado de oveja, de una oveja que puede morder y matar.
Claro que vender a alguien por algo fructífero era realmente excitante, saber que con entregar a alguien para unir ciertos lazos era lo que se llama un "negocio redondo" más cuando sabes que les guste o no deben aceptar o si no serían obligadas de mala forma, se optara por una buena forma de castigo donde ambos, dueño y esclava disfruten de sus uniones.
La luna en lo alto, las zorras andando por la calle mostrando sus carnes, eso vendía, mas mostrabas más subías el libido, más de puteabas más serias cotizada. Que puta vida de esas mujeres y hombres que buscan saciar sus más oscuros y pecaminosos deseos en esos cuerpos, pero para que buscar esos cuando en casa se puede tener un bien tallado.
-otro vaso de "vino" cantinero- llama a voz grave
-como guste mi lord- el cantinero sabe que es lo que quiere
-Mi señor busca compañía- una de esas putas toca su espalda
-aleja tus sucias y apestosas manos de mi cuerpo zorra, si no eras la zorra que busco entonces lárgate- sin mirarle ni un ápice la manda a volar.
La mirada de la mujerzuela atónita huye con otro sucio cliente. El reloj pasa los minutos, la desesperación por el enfrentamiento se hacía largo, mas por la desesperación del premio, si, sabía que si ganada, lo cual iba a pasar, seria suya y haría lo que le dijera sin chistes ni reclamos, le haría bajar su cabeza a la víbora y le haría tragar su veneno y otras cosas mas también.
-por lucifer a qué hora piensa llegar o es que tendré que poner las reglas según el orden familiar- ira, maldita ira que lo gobierna, pues la puntualidad era algo que el respetaba pero como siempre los demás se hacían esperar, a saber porque o si solo era para enfadarlo más, sabía que si se enfadaba le costaría la vida. un cigarro se enciende dando dos caladas seguidas y profundas esperando la hora de inicio de esta partida macabra donde botellas empezaban ya a salir volando pues la trifulca había comenzado. Clásico en toda taberna lo que le produjo un asco total, saliendo de aquel lugar para mejor caminar y si aquella mujer iba y no lo encontraba tendría su castigo, finiquitar negocios con él, pues el tiempo no existe pero si es oro para un hombre que solo cuenta con la noche.
Antes de salir uno de los borrachos le agarro la chaqueta para propinarle un golpe, pero antes que este se lo diera, cayó de rodillas a Santhiago con las manos en la cabeza gritando de un dolor inmenso, de pronto se desploma con sangre saliendo por sus ojos, nariz, boca y oídos…la muerte le había llegado sin siquiera pelear con aquel “caballero”. Sale de la inmundicia acomodándose la chaqueta mientras da unos pasos divisa, o mejor dicho, siente el aroma de un neófito, no, no es un, es una, una recién convertida y angustiosa por la sed, se relame los labios para dar unos cuantos pasos como quien no quiere la cosa hasta estar en el camino de aquella nueva vampira.
Que juego más pasa por la mente de un lobo disfrazado de oveja, de una oveja que puede morder y matar.
Santhiago Morel- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
¿Por qué seguía conservando aquellos sentimientos aún muerta? ¿De qué servía la piedad en un cuerpo nuevo, listo y dispuesto para la eternidad más placentera y a la vez más cruenta? ¿Por qué seguía queriendo evadir la alimentación básica de mi nuevo yo, cuando se suponía que toda yo había cambiado? ¿Por qué mi pecho no dejaba de apretarse tanto como mi garganta cuando privaba a otros de vivir a costa de mi propia sobrevivencia? ¿Por…qué…?
Me había contenido demasiado tiempo, totalmente en contra de las indicaciones que mi Madre me había dado antes de marcharse por tiempo aún indefinido, y ahora estaba pagando las consecuencias. Tres cuerpos de mendigos estaban a mi cuenta aquella noche y la sed todavía no cesaba; de hecho era como si no hubiera bebido nada todavía. Me relamía la boca mientras avanzaba tratando de engañar a mis deseos instintivos, pero éstos eran incorruptibles a su manera. Y para el mayor colmo de mis males, habían pocos –por no decir ningún- humanos rondando por la zona donde estaba yo; como si les hubieran avisado que una neófita sedienta casi descontrolada rondaría por el lugar.
Apoyé una mano en una pared que daba a un callejón para buscar algo del esquivo control que estaba tratando de perseguir desde hace rato y suspiré cerrando mis ojos un instante, el cual fue tal al notar una perturbadora presencia que se dirigía en mi dirección. Me volteé apoyando la espalda en la pared, esperando que la niebla liberase a aquella silueta de su encierro. Para mi…¿desgracia? era uno de los míos. Era un vampiro.
Me había contenido demasiado tiempo, totalmente en contra de las indicaciones que mi Madre me había dado antes de marcharse por tiempo aún indefinido, y ahora estaba pagando las consecuencias. Tres cuerpos de mendigos estaban a mi cuenta aquella noche y la sed todavía no cesaba; de hecho era como si no hubiera bebido nada todavía. Me relamía la boca mientras avanzaba tratando de engañar a mis deseos instintivos, pero éstos eran incorruptibles a su manera. Y para el mayor colmo de mis males, habían pocos –por no decir ningún- humanos rondando por la zona donde estaba yo; como si les hubieran avisado que una neófita sedienta casi descontrolada rondaría por el lugar.
Apoyé una mano en una pared que daba a un callejón para buscar algo del esquivo control que estaba tratando de perseguir desde hace rato y suspiré cerrando mis ojos un instante, el cual fue tal al notar una perturbadora presencia que se dirigía en mi dirección. Me volteé apoyando la espalda en la pared, esperando que la niebla liberase a aquella silueta de su encierro. Para mi…¿desgracia? era uno de los míos. Era un vampiro.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Juegos pantanosos que entre las avenidas y callejones se entretejen, que mejor jugada que la de un vampiro tan antiguo y olvidado en el tiempo que se encuentre con una nueva muerta en vida, una vida arrebatada y entregada a la gloria del Hades para una satisfacción personal; si bien es cierto que los vampiros no sienten y menos que tienen pulso o pasiones en sus pútridos andantes cadáveres, también es cierto que es mentira, porque al consumir la sangre les da vida, vida tornando sus cuerpos con color y su cuerpo moverse y sentir más que los humanos.
Miró a la neófita y le sonrío ahí acorralada a esa pared, una maldita presa más para Morel, si señores no se confundan que él por ser vampiro no solamente se alimenta de humanos sino también de los propios y que mejor que fastidiar a alguien que no controla la sed, se relamió los labios y con pasos lentos pero firmes y seguros se posicionó frente a la mujer a unos 25cms de ella, la miró de pies a cabeza, de cabeza a pies, quedándose en ciertos lugar para admirar mejor su anatomía –Vaya vaya que nos trajo Lucifer a este lugar eh, no solo un borracho más al que hincarle el diente en la yugular ni a otra zorra barata a la cual morder en la vena femoral, si no a otra semejante, sorpresa- los dedos de su diestra recorrieron el vientre de la mujer subiendo por su estómago hasta tocar la base de su seno y subir más hasta rozar sus pezones, un poco más su cuello y ahí se quedó con la uña de su dedo gordo encarnándose en su clavícula tocando su fría piel y sobre todo sintiendo su hambre, su sed…su desesperación –si tanta hambres deberías consumar esa sed que tienes, porque no lo haces, déjate llevar- en cuestión de segundos su boca estaba sobre los de la mujer y sus colmillos rasgaban los labios de ella junto a la lengua ajena mientras su cadera inmovilizó a la de la joven para que no pudiera escapar y menos que pudiera darle algún golpe bajo.
Al separarse la miro y se alejó de ella lamiéndose las gotas de sangre que corrían por su mentón, lamiendo el sabor del hierro en su paladar además de descubrir parte de la mujer, no le hacía falta leer la mente, el solo con leer a la persona y sus acciones podría adivinar todo de ellos –No debes reprimirte al deseo de la sangre nueva tocando tu paladar, esa calidez de vida entrando en ti y haciendo sus estragos- miró justo al sexo de la vampira y se rio con sarcasmo –Explora todo como lo harías con tu cuerpo, o la próxima vez tú serás la cena de un vampiro muy hambriento- arregla su corbata mientras retoma su intachable figura de gentleman pero con esa sonrisa ladina y lujuriosa de quien esconde algo enorme bajo la manga y que poco a poco ira develando hasta que lo muestre todo y acabe con su nueva víctima.
Miró a la neófita y le sonrío ahí acorralada a esa pared, una maldita presa más para Morel, si señores no se confundan que él por ser vampiro no solamente se alimenta de humanos sino también de los propios y que mejor que fastidiar a alguien que no controla la sed, se relamió los labios y con pasos lentos pero firmes y seguros se posicionó frente a la mujer a unos 25cms de ella, la miró de pies a cabeza, de cabeza a pies, quedándose en ciertos lugar para admirar mejor su anatomía –Vaya vaya que nos trajo Lucifer a este lugar eh, no solo un borracho más al que hincarle el diente en la yugular ni a otra zorra barata a la cual morder en la vena femoral, si no a otra semejante, sorpresa- los dedos de su diestra recorrieron el vientre de la mujer subiendo por su estómago hasta tocar la base de su seno y subir más hasta rozar sus pezones, un poco más su cuello y ahí se quedó con la uña de su dedo gordo encarnándose en su clavícula tocando su fría piel y sobre todo sintiendo su hambre, su sed…su desesperación –si tanta hambres deberías consumar esa sed que tienes, porque no lo haces, déjate llevar- en cuestión de segundos su boca estaba sobre los de la mujer y sus colmillos rasgaban los labios de ella junto a la lengua ajena mientras su cadera inmovilizó a la de la joven para que no pudiera escapar y menos que pudiera darle algún golpe bajo.
Al separarse la miro y se alejó de ella lamiéndose las gotas de sangre que corrían por su mentón, lamiendo el sabor del hierro en su paladar además de descubrir parte de la mujer, no le hacía falta leer la mente, el solo con leer a la persona y sus acciones podría adivinar todo de ellos –No debes reprimirte al deseo de la sangre nueva tocando tu paladar, esa calidez de vida entrando en ti y haciendo sus estragos- miró justo al sexo de la vampira y se rio con sarcasmo –Explora todo como lo harías con tu cuerpo, o la próxima vez tú serás la cena de un vampiro muy hambriento- arregla su corbata mientras retoma su intachable figura de gentleman pero con esa sonrisa ladina y lujuriosa de quien esconde algo enorme bajo la manga y que poco a poco ira develando hasta que lo muestre todo y acabe con su nueva víctima.
Santhiago Morel- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Aunque estábamos a una distancia mediana el uno del otro, su mirada me prendió de manera inexplicable. Era como haber visto a los ojos a un demonio, a uno tremendamente malvado y seguro de sus acciones, que no se arrepiente de los pecados que comete. Se acercó a mí, y yo no pude reaccionar más que con una inspección forzosa por esa misma distancia por su cuerpo, percibiendo una extraña energía que emanaba de él.
Sus ojos parecían actuar como manos ilusorias que desprendían cada una de mis prendas, dejándome hambrienta e indefensa ante tamaña figura nocturna de sonrisa tan misteriosa y a la vez tan expresiva. Sus dedos tocándome con tal sutileza e intención a la vez me derritieron al punto de hacerme desearlo sin siquiera conocer su nombre, y es que mis instintos hambrientos estaban intentando irse por otro camino para ser satisfechos: un camino visiblemente más largo, duro y candente.
Sus labios… ¡Sus labios, maldita sea! ¿Por qué no le besé en ese instante? Hubiera sido la oportunidad perfecta, pero por alguna extraña y corpórea razón tuve el presentimiento de que se me iban a presentar muchas opciones más. Sí, quizás…las cosas iban a terminar distinto con él; y de sólo pensarlo mi entrepierna lo graficó, provocándole una risa al caballero que me hizo querer sentir esos labios en mi cuello y en los lóbulos de mis orejas. Si nadie se había llegado a excitar siquiera un poco después de tamaño desplante y provocación, no eran ni siquiera inmortales; porque un humano común ya hubiera caído de rodillas frente a su pantalón.
¿Me había amenazado? ¿Qué quería decir con todo eso? ¿Por qué se me había acercado así de la nada? Eran muchas las interrogantes que deseaba fueran satisfechas con una respuesta, pero sentía también la necesidad de complacer a quien tenía en frente. ¿Me había intimidado? Sí, sin duda. ¿Hipnotizado? Su boca y su cuerpo me hicieron imaginarme maravillosos sometimientos mientras mis manos recorrían primero su cuello y luego su pecho, dando cuenta de la potente contextura que estaba ante mí. Aunque estaban cubiertos por telas, pude notar sus musculosos brazos y su abdomen de piedra. ¡Tenía un cuerpo de titán! Se veía tan perfecto que a cada segundo que pasaba a su lado mis sentidos se distorsionaban más aún, jadeando de forma poco prolija por las meras ganas de que hiciera lo que quisiera conmigo: incluso la posibilidad de que me castigase cegaba mi razocinio cual densa niebla. Sólo esperaba salir “viva” de allí.
Sus ojos parecían actuar como manos ilusorias que desprendían cada una de mis prendas, dejándome hambrienta e indefensa ante tamaña figura nocturna de sonrisa tan misteriosa y a la vez tan expresiva. Sus dedos tocándome con tal sutileza e intención a la vez me derritieron al punto de hacerme desearlo sin siquiera conocer su nombre, y es que mis instintos hambrientos estaban intentando irse por otro camino para ser satisfechos: un camino visiblemente más largo, duro y candente.
Sus labios… ¡Sus labios, maldita sea! ¿Por qué no le besé en ese instante? Hubiera sido la oportunidad perfecta, pero por alguna extraña y corpórea razón tuve el presentimiento de que se me iban a presentar muchas opciones más. Sí, quizás…las cosas iban a terminar distinto con él; y de sólo pensarlo mi entrepierna lo graficó, provocándole una risa al caballero que me hizo querer sentir esos labios en mi cuello y en los lóbulos de mis orejas. Si nadie se había llegado a excitar siquiera un poco después de tamaño desplante y provocación, no eran ni siquiera inmortales; porque un humano común ya hubiera caído de rodillas frente a su pantalón.
¿Me había amenazado? ¿Qué quería decir con todo eso? ¿Por qué se me había acercado así de la nada? Eran muchas las interrogantes que deseaba fueran satisfechas con una respuesta, pero sentía también la necesidad de complacer a quien tenía en frente. ¿Me había intimidado? Sí, sin duda. ¿Hipnotizado? Su boca y su cuerpo me hicieron imaginarme maravillosos sometimientos mientras mis manos recorrían primero su cuello y luego su pecho, dando cuenta de la potente contextura que estaba ante mí. Aunque estaban cubiertos por telas, pude notar sus musculosos brazos y su abdomen de piedra. ¡Tenía un cuerpo de titán! Se veía tan perfecto que a cada segundo que pasaba a su lado mis sentidos se distorsionaban más aún, jadeando de forma poco prolija por las meras ganas de que hiciera lo que quisiera conmigo: incluso la posibilidad de que me castigase cegaba mi razocinio cual densa niebla. Sólo esperaba salir “viva” de allí.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/10/2011
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Perdiciones, maldiciones, todo puede pasar en segundos, segundos para mortales pero milésimas de tiempo para un inmortal que ha vivido más de lo esperado ¿Qué se podría esperar de un ser que no conoce el respeto por la vida humana? O eso se cree, la verdad que nadie sabe que es lo que coño pasa por la mente de ese mal nacido vampiro; entre sonrisas se acomodó la corbata y la chaqueta por completo y extendió su mano en dirección a la vampira, la miró de pies a cabezas y sonrió con un guiño –Ven vamos, aunque quiera devorarte- esa palabra la saboreo con su lengua, dándole un toque y énfasis muy pero muy sexual –No lo haré aquí, lo haremos en un restaurante o taberna, y créeme lo disfrutarás más que yo, gritaras por estas experiencias que nadie te lo dará- le susurra y le toma de la mano -nunca jamás- sentencia con seguridad y contundencia tirándola a que le acompañe
La noche seguía tan fresca con el aire cálido y frio tocando a todos los mortales, pero para ellos dos, no había toque alguno, siempre era el mismo ¿extrañarlo? Ya no, hubo tiempo en que podríamos decir que si lo extrañaba, pero ahora eso ya es solo cenizas.
La primera taberna, fue el escenario de aquel monstruo que tomo la mano de aquella neófita y no le dirigió ni la mirada ni palabra alguna durante el trayecto, solo las miradas de otras mujeres y hombres se hicieron presentes, pero él no, él tenía su vista fija en su taberna favorita, más que un antro burdo desaseado era un lugar limpio al que aquel hombre daba una cantidad de dinero para mantener el aquel bar, del cual era dueño él.
-Ven aquí será todo más divertido- en todo el camino esas palabras fueron las únicas, entraron y la joven de la barra sabía lo que pasaría, cerró las puertas y colocó el letrero de “full of”, luego dejaron en una apartada una botella de “vino”, era sangre, y luego todos los empleados desaparecieron, habían dos parejas y cinco personas solas, dos grupos de 6 cada uno, entre hombres y mujeres, habían 13 hombres y 8 mujeres, les miró y se río, sirvió en los vasos aquella sangre para la mujer y para él todo lento, le gustaba tomarse su tiempo, luego de ello, su dedo tomó el mentón de la mujer a que le vea a esos ojos ahora rojos, por la excitación y la maldad –Sabes como se caza a un humano, como tomar la sangre en su momento justo- le murmura y se levanta de su asiento abriendo su el botón de su chaqueta, se acerca a una rubia hermosa que estaba sola, la mujer decae con verle y se le desencajona la mandíbula al ver esa sonrisa de dios espartano, este le toma la mano y le besa, la levanta y la lleva a la mesa, la mujer no deja de verle y solo se sonroja. Llegan y aquel vampiro la toma de la cadera y la sienta sobre la mesa, sus bocas se unen en un beso muy pasional, la recostó sobre la mesa y sus manos de hombre bajaban por su cuerpo, sus voluminosos senos, su cintura, su cadera y al final la mujer pego un gritito leve cuando el le levantó las piernas para mostrar aquellas bragas de encaje, lo que más le encantaba a él, luego tomó entre sus dedos su bragas y las retiro un poco acariciando con sus yemas y sus uñas aquel botón sensible, dando pequeños soplos a su sexo todo expuesto, y todo delante de la neófita –Cherrie, porque no acaricias a mi acompañante- la rubia enseguida llevó sus manos a acariciar las mejillas de la vampira toda sonrojada mientras gemía, en eso Santhiago miró a Reika y le sonríe –No seas tímida prueba esos labios, son tan jugosos y apetitosos, te van a gustar, y eso es solo el principio para las dos, un principio de dolorosa excitación pero muy gratificante al final- su sonrisa enigmatica y de que oculta algo salió en su rostro, ¿Dónde estaba la gente? Bien Santhiago cuando llevo a la mujer a su mesa, uso su habilidad de ILUSIÓN creo el juego de que solo estaban conversando, y nadie escuchaba nada gracias al piano, solo había pláticas entre ellos tres, pero la realidad era otra.
Retiró las bragas de la mujer y la dejó completamente expuesta acariciando con sus dedos el sexo todo maduro de aquella mujer, la cual no paraba de gemir ¿Qué buscaba aquel vampiro? Algo muy atroz y excitante para las dos, y lastima por los demás seres, pero todos terminarían muertos, por mano de él, igual que la rubia, y quien sabe lo que le depare a aquella vampira, a la cual sonreía esperando a que entre a su juego cual corderito ciego.
Camino a una taberna
La noche seguía tan fresca con el aire cálido y frio tocando a todos los mortales, pero para ellos dos, no había toque alguno, siempre era el mismo ¿extrañarlo? Ya no, hubo tiempo en que podríamos decir que si lo extrañaba, pero ahora eso ya es solo cenizas.
La primera taberna, fue el escenario de aquel monstruo que tomo la mano de aquella neófita y no le dirigió ni la mirada ni palabra alguna durante el trayecto, solo las miradas de otras mujeres y hombres se hicieron presentes, pero él no, él tenía su vista fija en su taberna favorita, más que un antro burdo desaseado era un lugar limpio al que aquel hombre daba una cantidad de dinero para mantener el aquel bar, del cual era dueño él.
-Ven aquí será todo más divertido- en todo el camino esas palabras fueron las únicas, entraron y la joven de la barra sabía lo que pasaría, cerró las puertas y colocó el letrero de “full of”, luego dejaron en una apartada una botella de “vino”, era sangre, y luego todos los empleados desaparecieron, habían dos parejas y cinco personas solas, dos grupos de 6 cada uno, entre hombres y mujeres, habían 13 hombres y 8 mujeres, les miró y se río, sirvió en los vasos aquella sangre para la mujer y para él todo lento, le gustaba tomarse su tiempo, luego de ello, su dedo tomó el mentón de la mujer a que le vea a esos ojos ahora rojos, por la excitación y la maldad –Sabes como se caza a un humano, como tomar la sangre en su momento justo- le murmura y se levanta de su asiento abriendo su el botón de su chaqueta, se acerca a una rubia hermosa que estaba sola, la mujer decae con verle y se le desencajona la mandíbula al ver esa sonrisa de dios espartano, este le toma la mano y le besa, la levanta y la lleva a la mesa, la mujer no deja de verle y solo se sonroja. Llegan y aquel vampiro la toma de la cadera y la sienta sobre la mesa, sus bocas se unen en un beso muy pasional, la recostó sobre la mesa y sus manos de hombre bajaban por su cuerpo, sus voluminosos senos, su cintura, su cadera y al final la mujer pego un gritito leve cuando el le levantó las piernas para mostrar aquellas bragas de encaje, lo que más le encantaba a él, luego tomó entre sus dedos su bragas y las retiro un poco acariciando con sus yemas y sus uñas aquel botón sensible, dando pequeños soplos a su sexo todo expuesto, y todo delante de la neófita –Cherrie, porque no acaricias a mi acompañante- la rubia enseguida llevó sus manos a acariciar las mejillas de la vampira toda sonrojada mientras gemía, en eso Santhiago miró a Reika y le sonríe –No seas tímida prueba esos labios, son tan jugosos y apetitosos, te van a gustar, y eso es solo el principio para las dos, un principio de dolorosa excitación pero muy gratificante al final- su sonrisa enigmatica y de que oculta algo salió en su rostro, ¿Dónde estaba la gente? Bien Santhiago cuando llevo a la mujer a su mesa, uso su habilidad de ILUSIÓN creo el juego de que solo estaban conversando, y nadie escuchaba nada gracias al piano, solo había pláticas entre ellos tres, pero la realidad era otra.
Retiró las bragas de la mujer y la dejó completamente expuesta acariciando con sus dedos el sexo todo maduro de aquella mujer, la cual no paraba de gemir ¿Qué buscaba aquel vampiro? Algo muy atroz y excitante para las dos, y lastima por los demás seres, pero todos terminarían muertos, por mano de él, igual que la rubia, y quien sabe lo que le depare a aquella vampira, a la cual sonreía esperando a que entre a su juego cual corderito ciego.
Santhiago Morel- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Mientras era llevada por él a quizás quién sabe donde, mi mente embobada realizaba una reflexión que a esas alturas era estúpida por lo obvio de la respuesta: no dejaba de preguntarme si la potencia de sus palabras se reflejaba en su desempeño en la cama. O quizás no era tan obvio, pero el grado de distorsión de mis sentidos a causa de ese hombre – o dios, o demonio quizás- me hacía creer que todo respecto a él era “positivo” y maravilloso en un sentido completamente retorcido, pero que no podía no disfrutar. Quería que me devorara, quería que me destrozara por completo donde fuera, y que me rompiera la garganta a punta de gemidos. Era una atracción tan poderosa que mi cuerpo apenas se contenía de pegarme a él y dejarme someter incluso hasta que saliera el sol.
Le seguí silenciosa tal y como él lo estaba, permitiéndome el inmenso placer de contemplar su cuerpo bajo las luces de aquella noche no tan preciosa como la criatura que mantenía mi mano cogida y que quería que cogiera otra cosa de mí. Contemplé a lo lejos la taberna y la sonrisa que se le había formado a aquel adonis y me volví a preguntar qué era lo que tenía en mente. Por mi parte yo era de mente muy abierta –y de piernas también- para la época así que realmente no me preocupaba qué podía estar detrás de esa puerta: en mi época de puta estuve en orgías, me folló un león e incluso un licántropo, por lo que experiencia no me faltaba. Lo que sí me faltaba, era tranquilidad, lo que mi “bendito” acompañante notó cuando un vaso de sangre estuvo frente a mí. Ni siquiera me había dado cuenta de que tenía los ojos rojos.
No supe responderle, y no pude hacer más que contemplarle en aquel auténtico acecho, envidiando en niveles enfermizos a la rubia que le besa y luego se deja tocar como sabiendo que no había caso en resistirse, coincidiendo mi mirada con la de ella antes de que le ordenasen atenderme, acariciando su cuello cuyas venas latían con una intensidad de la cual me era difícil abstraerme. Realmente quería saber a lo que se refería con esas palabras sinónimos de misterio pero siempre era más divertido aprender por cuenta propia; y el hecho de sentir la vibración de los gemidos ajenos en mi boca mientras besaba a aquella chica no tenía precio alguno.
No tardé en acomodarme en su cuello, besándolo y lamiéndolo apoderándome de su lóbulo como quien conquista un nuevo territorio. Mis manos se encargaron de su escote y sus pechos quedaron al descubierto para devorar sus pezones a punta de succiones que a ratos se hicieron enérgicas, disminuyendo sólo cuando necesitaba concentrarme para frotar mis piernas entre sí producto de la excitación. Miré de reojo al hombre cuando mis colmillos surgieron contra mi voluntad y rozaban el cuello ajeno y le pedí “permiso” con la vista más rojiza que antes, famélica de sexo como nunca antes había estado.
Le seguí silenciosa tal y como él lo estaba, permitiéndome el inmenso placer de contemplar su cuerpo bajo las luces de aquella noche no tan preciosa como la criatura que mantenía mi mano cogida y que quería que cogiera otra cosa de mí. Contemplé a lo lejos la taberna y la sonrisa que se le había formado a aquel adonis y me volví a preguntar qué era lo que tenía en mente. Por mi parte yo era de mente muy abierta –y de piernas también- para la época así que realmente no me preocupaba qué podía estar detrás de esa puerta: en mi época de puta estuve en orgías, me folló un león e incluso un licántropo, por lo que experiencia no me faltaba. Lo que sí me faltaba, era tranquilidad, lo que mi “bendito” acompañante notó cuando un vaso de sangre estuvo frente a mí. Ni siquiera me había dado cuenta de que tenía los ojos rojos.
No supe responderle, y no pude hacer más que contemplarle en aquel auténtico acecho, envidiando en niveles enfermizos a la rubia que le besa y luego se deja tocar como sabiendo que no había caso en resistirse, coincidiendo mi mirada con la de ella antes de que le ordenasen atenderme, acariciando su cuello cuyas venas latían con una intensidad de la cual me era difícil abstraerme. Realmente quería saber a lo que se refería con esas palabras sinónimos de misterio pero siempre era más divertido aprender por cuenta propia; y el hecho de sentir la vibración de los gemidos ajenos en mi boca mientras besaba a aquella chica no tenía precio alguno.
No tardé en acomodarme en su cuello, besándolo y lamiéndolo apoderándome de su lóbulo como quien conquista un nuevo territorio. Mis manos se encargaron de su escote y sus pechos quedaron al descubierto para devorar sus pezones a punta de succiones que a ratos se hicieron enérgicas, disminuyendo sólo cuando necesitaba concentrarme para frotar mis piernas entre sí producto de la excitación. Miré de reojo al hombre cuando mis colmillos surgieron contra mi voluntad y rozaban el cuello ajeno y le pedí “permiso” con la vista más rojiza que antes, famélica de sexo como nunca antes había estado.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
El sabor de un cuerpo excitado es único, no hay mayor placer en la sangre que ese punto de quiebre y más cuando están a punto de llegar a su ultimo éxtasis y sentir la cálida mano de la muerte dejándose ese sabor picante en su sudor, en su piel en su sexo, en todo su maldito ser; se supone que en este mundo hay diferencias, hay desigualdades, pero ¿cuál es la diferencia entre un humano y un vampire? La mortalidad e inmortalidad, es un punto muy notorio de diferencia además de la apariencia, pero hay algo que une a los dos lados, la muerte, matar a un inmortal muchos creen que es imposible, pero la verdad que no lo es, un poco complicado y se requiera de mucha habilidad y fuerza, además de un conocedor de un mundo oscuro que muchos de los hijos de lilith alcanzan, el sadismo, el ego aumentado, pero sobre todo sus reglas irrompibles.
Los humanos no son más que recipientes de sangre, alimento, y las mujeres son la mejor fuente de alimentación porque son tan fáciles de remplazar, al igual que las vampiresas que siempre están llenas de deseos e iras, mostrándose insatisfechas por sus “tragedias” creyéndose ser unas “amas dominadoras” y no son más que simple cachorras en busca de consuelo; un consuelo que según ellas nadie llena. Mentirosas patéticas.
Y para muestra una rubia mortal y una castaña vampira, ambas en manos de un ser que no conoce límites, que no conoce la saciedad, siempre buscando más y más, siempre deseando ríos de muerte.
Aquel hombre tomó asiento admirando su mayor obra, su deleite, el ver a aquellas mujeres tocándose, besándose, lamiendo sus pieles, la rubia acariciaba a la morena y tomaba sus cabellos para acercarla a su piel, la cual no dudó en ser lamida, saboreada; por su parte aquel sujeto se retiró la corbata y ató las manos a la humana dejando que aquellos senos se vieran más apetecibles para los dos, miró a la vampira tomándola del mentón para dejar en sus labios una mordida, las gotas de sangre cayeron justo sobre aquel pecho que se alzaba lentamente por sobre el vestido, rasgó aquella prenda para dejar que salpicara más sangre y así luego fue a lamer lento sobre la rubia la sangre de aquella mujer hasta que aquellos botones, sus pezones, se endurecieron, la mirada a la vampira fue de “esto te espera” con aquella sonrisa tome entre sus dientes el pezón y lo tiró con fuerza haciendo gemir de gusto a la humana, de ahí las dejó con unas palabras –Aliéntenme señoritas para calentarlas- esa sonrisa y tomo asiento justo delante de ellas admirando sus sexos expuestos pues la rubia tenía las piernas abiertas para tener el cuerpo de la castaña entre ellas, y esta a su vez mostraba aquel trasero.
Esa imagen perfecta de unos cuerpos femeninos tocándose cada punto erógeno lo excitaron, tenía su miembro abultado por el pantalón, pero los años le enseñan a cada ser a controlar aquellos momentos, pues el quería más, quería la muerte de ambas en manos de cada una y luego en sus manos y sus sexos por lo que retiró la ilusión para dejarlas expuestas aun más, las miradas se iban en ellas así que con su habilidad de PERSUASIÓN ordenó a las féminas de todo ese lugar a tocarse los senos y sus coños lentamente, sus acompañantes las miraban a ellas y a las mujeres que empezaron todo para luego sentir la orden del vampiro para meterse bajo las mesas y lamer los coños de sus parejas o acompañantes
El miró a sus dos hembras en celo acercándose por la cabeza de ellas –Mirad lo que habéis ocasionado- acaricio la cabeza de la vampira acercándole justo a su miembro y con unos ojos maliciosos de “comencemos tu castigo”.
Los humanos no son más que recipientes de sangre, alimento, y las mujeres son la mejor fuente de alimentación porque son tan fáciles de remplazar, al igual que las vampiresas que siempre están llenas de deseos e iras, mostrándose insatisfechas por sus “tragedias” creyéndose ser unas “amas dominadoras” y no son más que simple cachorras en busca de consuelo; un consuelo que según ellas nadie llena. Mentirosas patéticas.
Y para muestra una rubia mortal y una castaña vampira, ambas en manos de un ser que no conoce límites, que no conoce la saciedad, siempre buscando más y más, siempre deseando ríos de muerte.
Aquel hombre tomó asiento admirando su mayor obra, su deleite, el ver a aquellas mujeres tocándose, besándose, lamiendo sus pieles, la rubia acariciaba a la morena y tomaba sus cabellos para acercarla a su piel, la cual no dudó en ser lamida, saboreada; por su parte aquel sujeto se retiró la corbata y ató las manos a la humana dejando que aquellos senos se vieran más apetecibles para los dos, miró a la vampira tomándola del mentón para dejar en sus labios una mordida, las gotas de sangre cayeron justo sobre aquel pecho que se alzaba lentamente por sobre el vestido, rasgó aquella prenda para dejar que salpicara más sangre y así luego fue a lamer lento sobre la rubia la sangre de aquella mujer hasta que aquellos botones, sus pezones, se endurecieron, la mirada a la vampira fue de “esto te espera” con aquella sonrisa tome entre sus dientes el pezón y lo tiró con fuerza haciendo gemir de gusto a la humana, de ahí las dejó con unas palabras –Aliéntenme señoritas para calentarlas- esa sonrisa y tomo asiento justo delante de ellas admirando sus sexos expuestos pues la rubia tenía las piernas abiertas para tener el cuerpo de la castaña entre ellas, y esta a su vez mostraba aquel trasero.
Esa imagen perfecta de unos cuerpos femeninos tocándose cada punto erógeno lo excitaron, tenía su miembro abultado por el pantalón, pero los años le enseñan a cada ser a controlar aquellos momentos, pues el quería más, quería la muerte de ambas en manos de cada una y luego en sus manos y sus sexos por lo que retiró la ilusión para dejarlas expuestas aun más, las miradas se iban en ellas así que con su habilidad de PERSUASIÓN ordenó a las féminas de todo ese lugar a tocarse los senos y sus coños lentamente, sus acompañantes las miraban a ellas y a las mujeres que empezaron todo para luego sentir la orden del vampiro para meterse bajo las mesas y lamer los coños de sus parejas o acompañantes
El miró a sus dos hembras en celo acercándose por la cabeza de ellas –Mirad lo que habéis ocasionado- acaricio la cabeza de la vampira acercándole justo a su miembro y con unos ojos maliciosos de “comencemos tu castigo”.
Santhiago Morel- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Había hecho esta clase de cosas por años, pero el estar ahí encima de una mujer cualquiera que quizás nunca más volvería a ver, siendo observada por quien parecía la encarnación del diablo en la Tierra y en medio de un grupo de gente que ni se imaginaba lo que estábamos haciendo gracias a la ilusión del vampiro que nos acompañaba me hacía sentir distinta. ¿Era el hecho de que no tenía la presión de “hacerlo bien” para recibir más paga? Supuse que era por eso mientras lamía el cuello de aquella mujer que era apresada para darle más juego al asunto.
Cuando el hombre –cuyo nombre aún no sabía y por alguna razón asumía que no iba a averiguar- se acercó hacia nosotras sentí mi coño humedecerse como quien exprime una naranja deseando que hiciera tutti frutti conmigo. Su mordida fue una puntada exquisitamente dolorosa y placentera además de un aliciente para motivarme a seguir disfrutando de aquello con toda la adrenalina que significaba, lamiendo, chupando y besando el cuerpo y los labios de esa mujer hasta dejarla literalmente seca de todos lados.
Se sentó detrás nuestro para contemplar nuestras figuras danzando al son de la lujuria nocturna y me encargué de provocarle más aún alzando mi trasero que aún oculto en el vestido era notorio, deseable y hasta envidiable. ¡El sólo imaginar que de la nada pegada su pelvis a la mía rozando su miembro me hizo gemir sobre los pechos de la chica! Estaba demasiado caliente, tanto que no dudé en comenzar a tocarle su entrepierna con la habilidad que me había dado la experiencia y la alegría de no tener apremios de ningún tipo. De hecho, cuando deshizo la ilusión y nos convertimos en el centro de atención, lo disfruté más aún. Me relamí los labios y besé a la mujer mientras le penetraba con dos dedos, moviéndome de forma más y más insinuante a ojos del varón que finalmente terminó acercándose de frente, pudiendo ver yo de mejor forma gracias a mi posición cierta protuberancia –y una bastante grande- en su pantalón. ¡Joder, qué caliente me tenía! Con sus caricias no dudé en acercarme y soltar su cinturón y bajar su cierre para contemplar lo que había estado anhelando desde que lo vi por primera vez en el callejón. Y, como supuse, no me decepcionó.
Le miré de reojo con sensualidad, lamiendo la punta mientras que mi mano libre se encargaba de sus testículos. Su sabor era exquisito, y al ser vampiresa y tener mis sentidos más agudos, las sensaciones se multiplicaban; por lo que en poco tiempo me metí esa pieza de gloria a la boca, succionando y lamiendo por dentro con toda la excitación que me hacía tener la ropa interior empapadísima. Mi cabeza se movía enérgica llegando a tragar más de la mitad de su pene, ahuecando la garganta para tenerlo más aún en mi interior aunque en verdad lo deseaba más en otro lado. Pude coordinarme y hacer que al mismo tiempo mis dedos se movieran de forma más fiera en el interior de la mujer, cuyos gemidos me motivaban a seguir con esa locura a todas luces. Miré de reojo a ratos y mordí levemente la cabeza del miembro sacándolo de mi boca, lamiendo provocativamente los restos de saliva que yo misma había dejado en aquello que estaba más alzado y duro que antes. Lo deseaba demasiado; por eso me lancé de nuevo a engullirlo mientras apretaba y frotaba el clítoris de la mujer debajo de mí que chillaba desesperada por más atenciones, pero no quería que lo tuviera primero. Quería que ese Dios del Infierno me destrozara a mí y a nadie más que a mí.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
El olor al sexo ¿el sexo tiene aroma? Si, lo tiene, uno muy exquisito la humedad, como cuando la lluvia moja la tierra, como cuando el jardinero arregla los rosales, ese aroma tiene el sexo, y más cuando de por medio no es solo una mujer sino dos, y un hombre que las admira en la magnificencia de los placeres carnales ¿Por qué admirar y no participar? Porque entre la espera esta la excitación misma, el juego el arte de calentar el agua a su punto para luego cocinar las cosas y por otro lado, su mente no planeaba sino que iba al ruedo.
La vampira era toda una hembra, una mujer de fuego, y no solo era por ser una inmortal que disfrutaba de los beneficios de dicha “nueva vida” sino era porque al parecer como humana debió ser una puta de burdeles, su lengua azotaba contra la endereza del miembro palpitante que se abría pasos por aquella cavidad humedad, el vampiro no dudó acaricio los cabellos de la morena lentamente haciéndole una coleta llevando a que la mujer saboreara más aquel néctar que pocas zorras habían probado –Eso, ahora apáñate lo que has provocado maldita- la tomó con fuerza introduciendo su miembro hasta el fondo de su garganta, soltando un gruñido por lo bien que lo sintió, su mente comenzó a trabajar más, quería más de todos, sangre, sexo y sobre todo gritos de orgasmos.
Otra orden con la PERSUASIÓN dejó entre los comensales ¡id y meted vuestros dedos en sus zorras chupad sus coños hasta que tengan un intenso orgasmo, no paren, incluso después del orgasmo, chupen y saboreen esa esencia hasta que ellas griten de dolor y os pidan que se las follen…vosotras quitad la ropa a sus acompañantes y mientras le comen el coño comed vosotras sus pollas, exprimidlas hasta dejarlas flácidas y ni aun así no paren! Al final lo hombres morirían y las mujeres quedarían para una orgía aún más placentera.
Miró a la rubia que estaba sedienta, retiró su miembro para volver a tomar asiento abriendo los primeros botones de su camisa –Bien y ahora que harás, los otros están dando un espectáculo mejor que ustedes mis perras, van a quedarse atrás o van a demostrar lo que son- su sonrisa ladina y malvada llama con el índice a la rubia, esta se levanta para quedar sentada en la mesa con sus piernas abiertas, a la morena la mira y llega la iluminación de castigos –Bien bien, una se quedará sin follar mientras ve como la otra grita de dolor- tomó a la rubia de la muñeca con fuerza tanto que ella gritó, el primero, la abrió las pirnas y la hizo sentar de un golpe en su falo, la rubia grito y se tomó de la mesa, su trasero golpeaba contra los pantalones del vampiro, miró a la peli negra y se relamió los colmillos –Rubia pide que dé aquella neófita el jugo que tu boca quiere- levantó las caderas de ella para hacerla caer con fuerza haciendo que gritara pidiendo que parara, pero el la tomó de los cabellos con fuerza levantándose ambos, empujando su cuerpo contra la mesa, su cara contra ella y empezó las embestidas furiosas contra el coño de la rubia, la mesa crujía y se retorcía, lágrimas salían de aquellos ojos –pídele la muerte a la mujer, pide que te mate y acabe con tu dolor- .
Que deseaba aquel demonio? Ver a la vampira con la sangre de la humana en su cuerpo, y así poder el saborearle, lamer sus senos y chupar sus pezones cubiertos de sangre y claro al final follarla como ningún otro ser hombre o mujer se lo haría.
La elegancia y su refinamiento se quedo por fuera, esta vez estaba el lobo, el lobo con los ojos de lucifer buscando almas para llevarse a su infierno de dolor y miserias para ellas por sus pecados no cometidos
La vampira era toda una hembra, una mujer de fuego, y no solo era por ser una inmortal que disfrutaba de los beneficios de dicha “nueva vida” sino era porque al parecer como humana debió ser una puta de burdeles, su lengua azotaba contra la endereza del miembro palpitante que se abría pasos por aquella cavidad humedad, el vampiro no dudó acaricio los cabellos de la morena lentamente haciéndole una coleta llevando a que la mujer saboreara más aquel néctar que pocas zorras habían probado –Eso, ahora apáñate lo que has provocado maldita- la tomó con fuerza introduciendo su miembro hasta el fondo de su garganta, soltando un gruñido por lo bien que lo sintió, su mente comenzó a trabajar más, quería más de todos, sangre, sexo y sobre todo gritos de orgasmos.
Otra orden con la PERSUASIÓN dejó entre los comensales ¡id y meted vuestros dedos en sus zorras chupad sus coños hasta que tengan un intenso orgasmo, no paren, incluso después del orgasmo, chupen y saboreen esa esencia hasta que ellas griten de dolor y os pidan que se las follen…vosotras quitad la ropa a sus acompañantes y mientras le comen el coño comed vosotras sus pollas, exprimidlas hasta dejarlas flácidas y ni aun así no paren! Al final lo hombres morirían y las mujeres quedarían para una orgía aún más placentera.
Miró a la rubia que estaba sedienta, retiró su miembro para volver a tomar asiento abriendo los primeros botones de su camisa –Bien y ahora que harás, los otros están dando un espectáculo mejor que ustedes mis perras, van a quedarse atrás o van a demostrar lo que son- su sonrisa ladina y malvada llama con el índice a la rubia, esta se levanta para quedar sentada en la mesa con sus piernas abiertas, a la morena la mira y llega la iluminación de castigos –Bien bien, una se quedará sin follar mientras ve como la otra grita de dolor- tomó a la rubia de la muñeca con fuerza tanto que ella gritó, el primero, la abrió las pirnas y la hizo sentar de un golpe en su falo, la rubia grito y se tomó de la mesa, su trasero golpeaba contra los pantalones del vampiro, miró a la peli negra y se relamió los colmillos –Rubia pide que dé aquella neófita el jugo que tu boca quiere- levantó las caderas de ella para hacerla caer con fuerza haciendo que gritara pidiendo que parara, pero el la tomó de los cabellos con fuerza levantándose ambos, empujando su cuerpo contra la mesa, su cara contra ella y empezó las embestidas furiosas contra el coño de la rubia, la mesa crujía y se retorcía, lágrimas salían de aquellos ojos –pídele la muerte a la mujer, pide que te mate y acabe con tu dolor- .
Que deseaba aquel demonio? Ver a la vampira con la sangre de la humana en su cuerpo, y así poder el saborearle, lamer sus senos y chupar sus pezones cubiertos de sangre y claro al final follarla como ningún otro ser hombre o mujer se lo haría.
La elegancia y su refinamiento se quedo por fuera, esta vez estaba el lobo, el lobo con los ojos de lucifer buscando almas para llevarse a su infierno de dolor y miserias para ellas por sus pecados no cometidos
Santhiago Morel- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
En mi vida de cortesana había hecho incontables felaciones, y aunque no pocas veces las había disfrutado, esta se llevaba todos los premios. Era increíble percibir la diferencia en el gozo de realizar lo que antes hacías para sobrevivir y que ahora haces por placer, poniendo toda tu experiencia “al servicio” de la entretención. Así me sentía yo mientras intentaba meterme ese potente miembro lo más posible en mi boca, y me sentía mejor aún al ver que el dueño de éste estaba complacido, haciendo que probara más de su miembro al hacerme una coleta con mi cabello, metiéndomelo hasta más allá de la garganta de una sola embestida. Eso era lo que estaba esperando…y como no tenía forma de morirme por asfixia continué con mi labor unos segundos, grabándome esas sensaciones – y ese gruñido de triunfo que me estremeció – hasta que me soltó, dejándome con la mandíbula ligeramente desencajada y con menos aire del que alguna vez necesitaría, pero con mis sentidos completamente dominados por aquel hombre.
La rubia fue con él –para mi desgracia-, y me tocó mirar esta vez, aunque repartía desigualmente mi atención entre la orgía que se estaba armando en la taberna con mujeres montando y siendo montadas por sus parejas o amantes y otras secándoles los penes a punta de succiones, y la pareja que me interesaba realmente a mí, aunque debiera decir el hombre. Con el labio mordido al borde de sacarme sangre me controlé no sé cómo para no empezar a masturbarme ahí mismo, queriendo replicar en mi entrepierna la intensidad de esas caderas que estaban haciendo gritar desesperada a esa pobre humana que tuvo la suerte o mala suerte de cruzarse con aquel portento hecho hombre. Podía percibir cada vibración de su cuerpo en el mío, imaginando cómo serían las cosas si estuviera en el lugar de aquella mujer que era golpeada sin descanso por aquel vampiro. Y aparentemente no tuve que esperar mucho más que unos minutos, ya que las órdenes fueron obedecidas y aquella pobre “dama” comenzó a pedir esa extraña piedad a gritos. Tragué saliva dando a entender una posible duda que jamás llegó, y avancé a donde requerían mi protagonismo.
Llegué hasta ellos, controlándome apenas de no abalanzarme a chupar su miembro otra vez y me coloqué a un costado de tal forma de tener el torso de la chica muy cerca del mío. Le miré a los ojos, y tras acariciar unos momentos su cuello y su hombro susurré un – Lo siento – para luego cortar su yugular con un movimiento de mi uña índice. La sangre salió a borbotones manchando su cuerpo, mi rostro y mi pecho, además de la mesa y el piso; todo esto con alaridos de dolor y de espanto de fondo, aunque lo que más me interesaba era esa sonrisa que me había cautivado tan perversamente. No perdí el tiempo –y la sangre- y me puse a beber de ella hasta que la sangre dejó de salir de su cuerpo, todo esto mientras miraba de manera muy provocativa a mi Rey de las Tinieblas. Si esa mirada no expresaba mi deseo enfermizo por él y su verga, nada más sería capaz de hacerlo.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Qué es lo que un vampiro no puede perdonar a ningún otro ser ya sea sobrenatural o no?, lo único que un ser de la oscuridad no perdona es que le arrebaten su diversión y alimento, es verdad que a muchos humanos cuando son niños su padres les inculcan a no jugar con los alimentos que es pecado que serán castigados por un ser superior, patrañas y más basuras que son solo mentiras de viejas que no son bien folladas en las noches; pero a otros como a cierto vampiro, mientras más juegue con su comida mejor esta sabrá, así lo educaron a él, su enseñanza fue más estricta que ninguna otra, conoce ambos lados de la moneda y ya no hay nada en este mundo que lo sorprenda y menos que lo maraville tanto.
La vampira había acabado con la diversión de la mujer que gritaba a todo pulmón ser follada, ahora era un cadáver siendo follado, al vampiro gruño por haber perdido su banquete principal, sus ojo se tornaron rojos vino como la sangre por la furia que tenía, primero pasaron al negro de su alma y luego a la furia incontenible, es verdad que a veces se tornaban rojos cuando bebía sangre solo si esta lo excitaba demasiado, tomó del cuello a la vampira con sus ojos cerrados, buscaba calmarse, porque él sabía, si lo sabía muy bien, que si se descontrolaba media ciudad moriría en sus manos entre mortales e inmortales.
Sus ojos volvieron a su color natural, negros, apretó el cuello de la neófita, ella igual no respiraba, pero sabía que como recién convertida aun le costaría acostumbrarse a ello, él lo sabía a buena cuenta, también lo paso de la peor forma. –Maldita, como te atreves a terminar con mi diversión, acabar de esa forma, no puedo permitirlo, ahora tendrás tu castigo como se debe- la arrojó a la mesa riéndose, mientras dio una orden a los que estaban a su alrededor, cada uno de ellos se acercó, hombres y mujeres, los más fuertes tomaron a la vampira y la sostuvieron a la mesa con suma fuerza, quizás para ella no sería nada pero El Morel no se olvidaba de nada, no dejaba cabo suelto.
Mando un mensaje a la mente de la mujer con su PERSUASIÓN, ¡perdiste tu fuerza, por haberte alimentado de una mujer en pleno éxtasis, no completaste lo necesario para tener toda la fuerza de un vampiro, así que los humanos que te atan son más fuertes que tu ahora! Quizás no funcionaría pero antes que nada usó INFRINGIR DOLOR a la mente de la vampira, un dolor que sintiera en sus extremidades, piernas y brazos, cada vez que peleaba por zafarse de sus captores mortales. Las desvistieron a la vampira dejándola desnuda sobre la mesa, bien expuesta, una rubia retiró el cuerpo de la fallecida y untó sangré de la occisa en sus dedos rozando el sexo de la vampira con las yemas de sus dedos, una castaña tiró de los pezones de la vampira con suma violencia, mientras que los otros hombres y mujeres manoseaban las piernas, el vientre, el rostro de la mujer, le pellizcaban toda la piel, hasta que un moreno se acercó al sexo de la vampira y comenzó darle palmadas sobre este, tomaba el clítoris hinchado y tiraba de este con fuerza, abría los labios vaginales de tal manera que quedaba toda expuesta, una mujer de cabellos negros fue y comenzó a lamer aquel sexo, Santhiago se sentó mirando la escena erótica, miró a una joven y le dio otra orden, la joven de unos 16 años se acercó a donde estaba él sentado y comenzó a chuparle el miembro.
El miro a la vampira mientras acariciaba la cabeza de la joven –Esto te perdiste por haberte metido con mi alimento, por haberla matado antes de que llegue al orgasmo- la joven retiró el cinturón del vampiro y le entregó a este, caminó hasta la vampira, todos se separaron un poco, quienes la tenían atada le separaron más las piernas, Santhiago tomó su cinturón y azotó el vientre y sexo de la neófita –Vamos, pide disculpas y di que no volverás a hacer, pídeme misericordia o correte estrepitosamente para mi y veré si ter perdono y te follo- otro azote y otro más venía en camino, solo es escucha los gemidos de las mujeres que tocaban el miembro a sus parejas y también se tocaban ellas.
Toda una pintura clásica antigua de Grecia o roma donde la orgía era el plato principal. Todo un demonio de la lujuria y la ira se había topado la mujer ¿acaso ella abriría las otras puertas del infierno de aquel demonio? Quién sabe.
La vampira había acabado con la diversión de la mujer que gritaba a todo pulmón ser follada, ahora era un cadáver siendo follado, al vampiro gruño por haber perdido su banquete principal, sus ojo se tornaron rojos vino como la sangre por la furia que tenía, primero pasaron al negro de su alma y luego a la furia incontenible, es verdad que a veces se tornaban rojos cuando bebía sangre solo si esta lo excitaba demasiado, tomó del cuello a la vampira con sus ojos cerrados, buscaba calmarse, porque él sabía, si lo sabía muy bien, que si se descontrolaba media ciudad moriría en sus manos entre mortales e inmortales.
Sus ojos volvieron a su color natural, negros, apretó el cuello de la neófita, ella igual no respiraba, pero sabía que como recién convertida aun le costaría acostumbrarse a ello, él lo sabía a buena cuenta, también lo paso de la peor forma. –Maldita, como te atreves a terminar con mi diversión, acabar de esa forma, no puedo permitirlo, ahora tendrás tu castigo como se debe- la arrojó a la mesa riéndose, mientras dio una orden a los que estaban a su alrededor, cada uno de ellos se acercó, hombres y mujeres, los más fuertes tomaron a la vampira y la sostuvieron a la mesa con suma fuerza, quizás para ella no sería nada pero El Morel no se olvidaba de nada, no dejaba cabo suelto.
Mando un mensaje a la mente de la mujer con su PERSUASIÓN, ¡perdiste tu fuerza, por haberte alimentado de una mujer en pleno éxtasis, no completaste lo necesario para tener toda la fuerza de un vampiro, así que los humanos que te atan son más fuertes que tu ahora! Quizás no funcionaría pero antes que nada usó INFRINGIR DOLOR a la mente de la vampira, un dolor que sintiera en sus extremidades, piernas y brazos, cada vez que peleaba por zafarse de sus captores mortales. Las desvistieron a la vampira dejándola desnuda sobre la mesa, bien expuesta, una rubia retiró el cuerpo de la fallecida y untó sangré de la occisa en sus dedos rozando el sexo de la vampira con las yemas de sus dedos, una castaña tiró de los pezones de la vampira con suma violencia, mientras que los otros hombres y mujeres manoseaban las piernas, el vientre, el rostro de la mujer, le pellizcaban toda la piel, hasta que un moreno se acercó al sexo de la vampira y comenzó darle palmadas sobre este, tomaba el clítoris hinchado y tiraba de este con fuerza, abría los labios vaginales de tal manera que quedaba toda expuesta, una mujer de cabellos negros fue y comenzó a lamer aquel sexo, Santhiago se sentó mirando la escena erótica, miró a una joven y le dio otra orden, la joven de unos 16 años se acercó a donde estaba él sentado y comenzó a chuparle el miembro.
El miro a la vampira mientras acariciaba la cabeza de la joven –Esto te perdiste por haberte metido con mi alimento, por haberla matado antes de que llegue al orgasmo- la joven retiró el cinturón del vampiro y le entregó a este, caminó hasta la vampira, todos se separaron un poco, quienes la tenían atada le separaron más las piernas, Santhiago tomó su cinturón y azotó el vientre y sexo de la neófita –Vamos, pide disculpas y di que no volverás a hacer, pídeme misericordia o correte estrepitosamente para mi y veré si ter perdono y te follo- otro azote y otro más venía en camino, solo es escucha los gemidos de las mujeres que tocaban el miembro a sus parejas y también se tocaban ellas.
Toda una pintura clásica antigua de Grecia o roma donde la orgía era el plato principal. Todo un demonio de la lujuria y la ira se había topado la mujer ¿acaso ella abriría las otras puertas del infierno de aquel demonio? Quién sabe.
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Bebí casi toda la sangre de aquella mujer hasta hacerla desfallecer sin vida confiando en que estaba complaciendo al maestro de esa orquesta sexual que estaba ejecutándose en la taberna, deseando el premio que un par de mujeres “del público” ya habían alcanzado con hombres que no me importaba saber si eran sus esposos, sus amantes o desconocidos cruzados por el macabro azar que controlaba aquel hombre tan misterioso; pero la respuesta estuvo lejos de ser positiva. El verlo enfurecerse de esa forma hizo que mi corazón muerto reviviera sólo para encogerse de terror y pensé lo peor. Si ya era así de cruel estando “calmado”, ¿cómo lo sería cuando estaba cabreado? No quería averiguarlo, pero lo hice a la fuerza.
Mi cuello fue apresado con brutalidad, bastando un simple apretón adicional para hacerlo pedacitos, y con aterradora fascinación fui testigo del cambio de color de sus ojos, y afortunadamente para mí, de su transición a una calma que más bien parecía una contención de no destrozarme. ¿Me estaba teniendo piedad? Sentía que mis opciones aumentaban y disminuían al mismo tiempo de forma vertiginosa producto de la incertidumbre que me invadía, y cuando mi cuerpo se azotó contra la mesa –la cual no se rompió no por un milagro, sino porque yo soy realmente ligera- supe que vendría el castigo que había anunciado.
Intenté moverme, pero de inmediato sentí un dolor enorme acompañada de una orden que obviamente no fui capaz de contrarrestar debido a las abismantes diferencias de experiencia entre él y yo. Se me acercó un grupo de gente y me apresó, causándome un dolor permanente tanto por la presión que ejercían como por los movimientos inconscientes de mi cuerpo por lo que vendría después: aquellos tirones y golpes que me excitaban a la par que me dolían infernalmente, haciéndome gemir y gritar exclamando lo primero que se pasaba por mi mente. De reojo pude ver cómo una jovencita se puso en el lugar que me pertenecía y cerré los ojos fuertemente relamiéndome, escuchando de paso sus condiciones. Sí, estaba siendo piadoso…y aunque no me gustaba por un tema de orgullo, viniendo de él lo agradecía.
Sentí mis piernas separarse a la fuerza, ahogando un quejido por ello; y al tener los ojos cerrados no pude predecir lo que vendría después, que me hizo emitir un alarido desesperado que incluso se tradujo en lágrimas. - ¡Por favor, perdóneme! – grité sintiendo una y otra vez los azotes con una sinfonía de gemidos de fondo a los que pronto se sumaron los míos - ¡Castígueme con su miembro, destróceme por dentro y por fuera para poder calmar su ira! ¡Oh, se lo ruego! – Arqueé la espalda por todos los estímulos que me venían uno tras otro y al mismo tiempo, sintiendo los manoseos como puñaladas descarnadas que únicamente contribuían a que fuera aquel hombre de porte satánico el que me llevara a lo más profundo del infierno, de la lujuria y del placer máximo.- ¡¡Lo deseo más que a mi vida!! – grité suplicante cerrando los ojos con fuerza, arqueando las caderas una y otra vez en sincronía con esos auténticos latigazos que terminaron por desencadenar en mí un orgasmo brutal, gritando una y otra vez y moviéndome como una poseída, con todo el dolor que eso acarreaba. – Lo…deseo… le necesito…- Me mordí el labio inferior sacándome sangre por la presión, y terminé por desplomarme sobre la mesa, jadeante e inmóvil, totalmente a merced de Su Voluntad. Si ese iba a ser mi final, no me arrepentía de nada de lo que había hecho estando viva o muerta.
Mi cuello fue apresado con brutalidad, bastando un simple apretón adicional para hacerlo pedacitos, y con aterradora fascinación fui testigo del cambio de color de sus ojos, y afortunadamente para mí, de su transición a una calma que más bien parecía una contención de no destrozarme. ¿Me estaba teniendo piedad? Sentía que mis opciones aumentaban y disminuían al mismo tiempo de forma vertiginosa producto de la incertidumbre que me invadía, y cuando mi cuerpo se azotó contra la mesa –la cual no se rompió no por un milagro, sino porque yo soy realmente ligera- supe que vendría el castigo que había anunciado.
Intenté moverme, pero de inmediato sentí un dolor enorme acompañada de una orden que obviamente no fui capaz de contrarrestar debido a las abismantes diferencias de experiencia entre él y yo. Se me acercó un grupo de gente y me apresó, causándome un dolor permanente tanto por la presión que ejercían como por los movimientos inconscientes de mi cuerpo por lo que vendría después: aquellos tirones y golpes que me excitaban a la par que me dolían infernalmente, haciéndome gemir y gritar exclamando lo primero que se pasaba por mi mente. De reojo pude ver cómo una jovencita se puso en el lugar que me pertenecía y cerré los ojos fuertemente relamiéndome, escuchando de paso sus condiciones. Sí, estaba siendo piadoso…y aunque no me gustaba por un tema de orgullo, viniendo de él lo agradecía.
Sentí mis piernas separarse a la fuerza, ahogando un quejido por ello; y al tener los ojos cerrados no pude predecir lo que vendría después, que me hizo emitir un alarido desesperado que incluso se tradujo en lágrimas. - ¡Por favor, perdóneme! – grité sintiendo una y otra vez los azotes con una sinfonía de gemidos de fondo a los que pronto se sumaron los míos - ¡Castígueme con su miembro, destróceme por dentro y por fuera para poder calmar su ira! ¡Oh, se lo ruego! – Arqueé la espalda por todos los estímulos que me venían uno tras otro y al mismo tiempo, sintiendo los manoseos como puñaladas descarnadas que únicamente contribuían a que fuera aquel hombre de porte satánico el que me llevara a lo más profundo del infierno, de la lujuria y del placer máximo.- ¡¡Lo deseo más que a mi vida!! – grité suplicante cerrando los ojos con fuerza, arqueando las caderas una y otra vez en sincronía con esos auténticos latigazos que terminaron por desencadenar en mí un orgasmo brutal, gritando una y otra vez y moviéndome como una poseída, con todo el dolor que eso acarreaba. – Lo…deseo… le necesito…- Me mordí el labio inferior sacándome sangre por la presión, y terminé por desplomarme sobre la mesa, jadeante e inmóvil, totalmente a merced de Su Voluntad. Si ese iba a ser mi final, no me arrepentía de nada de lo que había hecho estando viva o muerta.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/10/2011
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Re: Las apariencias engañan pero te hacen gritar +18 (Reika Roux)
Hasta qué punto los castigos son bueno para los que reciben, hay alguna regla que permita identificar el punto crítico del cese de estos martirios y dolorosos momentos, a lo mejor solo es un estado mental eso del dolor y por eso no hay un límite total de dolor porque no sabemos hasta donde mismo queremos resistir o podemos hacerlo, quizás solo hay encontrar un demonio arrancado de las entrañas del mismo infierno dispuesto a hacer lo que no muchos se atreven, llevar el dolor al extremo del placer y del sufrimiento.
Miró a la neófita con una sonrisa, su falo seguía expuesto acercó la pelvis al sexo de la joven vampira riéndose, la punta de su cinturón acaricio el cuerpo desnudo de la mujer, cuerpo que iba sanando las heridas –Mira tu cuerpo no hay marcas, pero sientes dolor, eso es porque aun sientes tu humanidad como ningún otro y te dolerá siempre- roza la uña de su pulgar en el vientre de ella subiendo desde su ombligo hasta los pezones y vuelve a bajar pero esta vez presiona con mayor fuerza lastimando, dejando que la sangre brote por la herida que va aumentando en tamaño hasta llegar al pubis de la vampira, se detiene agachándose para dejar que su lengua tome aquel vitae subiendo hasta sus senos –No hay que desperdiciar nada, absolutamente nada en esta vida- el cuerpo de la mujer lucía en extremo agotado, pero aun no era tiempo de descansar, había muchas cosas que hacer, se dio la vuelta para dejarla tomar algo de aire ¿se había puesto piadoso? No al contrario sonreía y con una orden susurra al viento que llego a los oídos de una de las humanas, esta comenzó a besarle el sexo húmedo a la vampira, su lengua se enrollaba alrededor de su clítoris jugando con este, para a los segundos tomarlo entre sus labios chupándolo y tirando de este –La quiero bien limpia, porque su castigo continua- uno de los hombres se acercó y tocándose la polla para acercarla a la boca de la mujer –Si lo matas, te cortaré el cuello mientras te violo, así que más te vale que sigan todos mis títeres vivos, maldita- masculla tocando los rubios cabellos de una jovencita a la que le ordena que el desnude lentamente rozándole su piel.
La joven con un sonrojo obedece besándole el torso, justo en una marca que es casi invisible por los vellos de su pecho, la morocha que estaba en el sexo de la vampira abrió los labios vaginales para introducir su lengua tomando su excitación, Morel escuchaba las suplicas de la mujer, sus jadeos y sus deseos de ser apagados, con un chasquido de sus dedos detuve a la pareja que estaba sometiendo a la mujer, estos pararon agachando la cabeza ante el rey de los demonios, aquellos dedos largos tocaron los muslos de la mujer y sus manos los tomaron con fuerza abriéndola por completo, jadeos esbozaron las mujeres que comenzaron a tocarse lentamente, todo gracias a las órdenes de él, que no dejaran de tener el placer a flor de piel, cuando el ve el sexo húmedo aun de la mujer roza su miembro cerca de la entrada jugando con ella –esto quieres verdad, bien, pero no será a tu modo, sino al mio- tira de las piernas de ella bajándola, la gira para que se apoye en la mesa, le sube la pierna derecha a aquella mesa que crujía anunciando que se podría romper si seguían con aquellos actos violentos, se acerca por su espalda susurrando –Te puedes venir, pero no lo harás, si lo haces, te castigare tan fuerte que no podrás salir a alimentarte en meses- toma entre sus dientes el lóbulo de so oreja tirando de este fuertemente pero con un deje sensual y sin que la mujer se de cuenta mete su miembro en la cavidad sexual de ella, tan fuerte que choca sus testículos contra aquellos labios hinchados de placer, cuando entro soltó un gruñido, aquel vaivén de caderas entre ambos y la palma de él azotando aquel trasero juntándolo más que su pelvis le apriete por dentro y poder lastimarla más de lo que tenía en mente, le bajo la pierna tomándole de los brazos hacia atrás pegando el rostro de ella en la mesa, le junto las piernas azotándole con la zurda el otro cachete del trasero –Si abres las piernas y no me ajustas, voy a dejarte por las otras que se están tocando- le advierte riéndose entrando y saliendo de ella salvajemente, aquello era la visión del sexo en su extremo con aquellos ojos rojos de ira, sexo violento.
Miró a la neófita con una sonrisa, su falo seguía expuesto acercó la pelvis al sexo de la joven vampira riéndose, la punta de su cinturón acaricio el cuerpo desnudo de la mujer, cuerpo que iba sanando las heridas –Mira tu cuerpo no hay marcas, pero sientes dolor, eso es porque aun sientes tu humanidad como ningún otro y te dolerá siempre- roza la uña de su pulgar en el vientre de ella subiendo desde su ombligo hasta los pezones y vuelve a bajar pero esta vez presiona con mayor fuerza lastimando, dejando que la sangre brote por la herida que va aumentando en tamaño hasta llegar al pubis de la vampira, se detiene agachándose para dejar que su lengua tome aquel vitae subiendo hasta sus senos –No hay que desperdiciar nada, absolutamente nada en esta vida- el cuerpo de la mujer lucía en extremo agotado, pero aun no era tiempo de descansar, había muchas cosas que hacer, se dio la vuelta para dejarla tomar algo de aire ¿se había puesto piadoso? No al contrario sonreía y con una orden susurra al viento que llego a los oídos de una de las humanas, esta comenzó a besarle el sexo húmedo a la vampira, su lengua se enrollaba alrededor de su clítoris jugando con este, para a los segundos tomarlo entre sus labios chupándolo y tirando de este –La quiero bien limpia, porque su castigo continua- uno de los hombres se acercó y tocándose la polla para acercarla a la boca de la mujer –Si lo matas, te cortaré el cuello mientras te violo, así que más te vale que sigan todos mis títeres vivos, maldita- masculla tocando los rubios cabellos de una jovencita a la que le ordena que el desnude lentamente rozándole su piel.
La joven con un sonrojo obedece besándole el torso, justo en una marca que es casi invisible por los vellos de su pecho, la morocha que estaba en el sexo de la vampira abrió los labios vaginales para introducir su lengua tomando su excitación, Morel escuchaba las suplicas de la mujer, sus jadeos y sus deseos de ser apagados, con un chasquido de sus dedos detuve a la pareja que estaba sometiendo a la mujer, estos pararon agachando la cabeza ante el rey de los demonios, aquellos dedos largos tocaron los muslos de la mujer y sus manos los tomaron con fuerza abriéndola por completo, jadeos esbozaron las mujeres que comenzaron a tocarse lentamente, todo gracias a las órdenes de él, que no dejaran de tener el placer a flor de piel, cuando el ve el sexo húmedo aun de la mujer roza su miembro cerca de la entrada jugando con ella –esto quieres verdad, bien, pero no será a tu modo, sino al mio- tira de las piernas de ella bajándola, la gira para que se apoye en la mesa, le sube la pierna derecha a aquella mesa que crujía anunciando que se podría romper si seguían con aquellos actos violentos, se acerca por su espalda susurrando –Te puedes venir, pero no lo harás, si lo haces, te castigare tan fuerte que no podrás salir a alimentarte en meses- toma entre sus dientes el lóbulo de so oreja tirando de este fuertemente pero con un deje sensual y sin que la mujer se de cuenta mete su miembro en la cavidad sexual de ella, tan fuerte que choca sus testículos contra aquellos labios hinchados de placer, cuando entro soltó un gruñido, aquel vaivén de caderas entre ambos y la palma de él azotando aquel trasero juntándolo más que su pelvis le apriete por dentro y poder lastimarla más de lo que tenía en mente, le bajo la pierna tomándole de los brazos hacia atrás pegando el rostro de ella en la mesa, le junto las piernas azotándole con la zurda el otro cachete del trasero –Si abres las piernas y no me ajustas, voy a dejarte por las otras que se están tocando- le advierte riéndose entrando y saliendo de ella salvajemente, aquello era la visión del sexo en su extremo con aquellos ojos rojos de ira, sexo violento.
Santhiago Morel- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 03/09/2011
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