AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Girlfriend of passion [Christian]
2 participantes
Página 1 de 1.
Girlfriend of passion [Christian]
Madmoiselle Bouvier, la encargada del burdel, me había dejado una nota bajo la puerta de mi recámara aquella misma mañana. Somnolienta, apenas le di importancia alguna, dejándola sobre mi tocador para empezar a vestirme. Pero conforme había ido avanzado el día, aquella nota reclamó mi atención en uno de mis descuidos y la leí.
Alcé una ceja, confusa. ¿Desde cuando me dictaban el cliente, la hora y el lugar? Desde nunca, por supuesto. El antiguo dueño del prostíbulo había dejado huella en aquél burdel, y pese a su repentina muerte hacía ya varios años, las directrices no habían cambiado y yo, seguía siendo una de las cortesanas mejor valoradas, más caras y con mejor trato. Tanto, que incluso se me había permitido la construcción de una casa ajena al complejo, aunque situado en el patio central de éste. De tal modo que seguía integrada en el lugar pero lograba cierta independencia hacia el resto de mis compañeros. Suspiré, dejándome caer sobre el lecho. ¿Qué hubiese dicho Harold de esto si estuviese vivo? Probablemente hubiera roto la tarjeta y a madmoiselle Bouvier se le hubiera caído el pelo. Hubiera gritado: “¿Quién osa tratar así a mi gorrioncito?”, escupiendo sin querer a su interlocutora por su espeso bigote y aquellos labios salidos. Aquél pensamiento me hizo sonreír. Volví a releer la nota y algo captó mi atención ¿“Cliente especial”? Sí que debía ser “especial” si no se me daba la opción alguna a rechazarle, ni cuando ya me venía dado el lugar y la hora. Claro que podría negarme a realizar aquél trabajo, pero la curiosidad era mucho más fuerte. Y el hecho de que aquella nota hubiera ido a parar bajo mi puerta y no en cualquier otra de mis compañeras, me hacía sospechar de que el cliente había pedido expresamente ser atendido por mí, o que bien sería tan sumamente rico o poderoso que madmoiselle Bouvier se había visto obligada a reclamarme, pues quizás no podía correr riesgos y sabía que yo no le decepcionaría, pues por algo tenía la fama que había alcanzado en aquél prostíbulo.
Por mi ventana, el sol empezaba a fundirse con las colinas que rodeaban París, por lo que decidí arriesgarme y acudir a aquella cita. Así, me vestí con un provocativo y ceñido vestido carmesí, usando mi corsé negro para las grandes ocasiones y unos zapatos del mismo color. Recogí parte de mi extenso cabello pelirrojo en un sutil moño alto, dejando que la mayor parte de mis tirabuzones cayeran grácilmente por mi espalda. Entonces, perfilé mis ojos y teñí mis labios de rubí, nombre con el que me conocían en el trabajo tanto por mi cabello como por lo caros que eran mis servicios. Y tras perfumarme y envolver mi cuerpo con una larga gabardina que me llegaba a la altura de las rodillas, tomé un pequeño bolso negro y me despedí de mi casa por aquella noche, sumergiéndome en la oscura noche hasta llegar frente al Hotel, lugar en el que realmente, nunca antes había estado. Inspiré una bocanada de oxígeno y entré al vestíbulo, acercándome al recepcionista que me atendió con una amplia y reluciente sonrisa de oreja a oreja. Me limité a dar mi nombre y la habitación que me había sido encomendada y éste asintió una sola vez, aunque no me dio las llaves.
- Ya la están esperando, madmoiselle.- aseguró, desviando la mirada hacia unos papeles que tenía sobre la mesa.
Vaya, aquello sí era una sorpresa, pues siempre era yo quién aguardaba a mis clientes. Quizás aquél hombre sí era especial. Esbocé una sonrisa como despedida y caminé elegantemente hacia las escaleras de caracol, subiendo hacia la tercera planta y deteniéndome frente a una puerta blanca con incrustaciones de oro que conformaban el número 137.
Alcé mi mano derecha y usando mis nudillos, piqué en la madera un par o tres de veces, hasta que algo se removió en el interior y la puerta cedió, dejándome casi boquiabierta ante lo que mis ojos contemplaron.
Cliente especial:
Hotel des Arenes.
A las 00.00 horas.
Habitación 137.
Hotel des Arenes.
A las 00.00 horas.
Habitación 137.
Alcé una ceja, confusa. ¿Desde cuando me dictaban el cliente, la hora y el lugar? Desde nunca, por supuesto. El antiguo dueño del prostíbulo había dejado huella en aquél burdel, y pese a su repentina muerte hacía ya varios años, las directrices no habían cambiado y yo, seguía siendo una de las cortesanas mejor valoradas, más caras y con mejor trato. Tanto, que incluso se me había permitido la construcción de una casa ajena al complejo, aunque situado en el patio central de éste. De tal modo que seguía integrada en el lugar pero lograba cierta independencia hacia el resto de mis compañeros. Suspiré, dejándome caer sobre el lecho. ¿Qué hubiese dicho Harold de esto si estuviese vivo? Probablemente hubiera roto la tarjeta y a madmoiselle Bouvier se le hubiera caído el pelo. Hubiera gritado: “¿Quién osa tratar así a mi gorrioncito?”, escupiendo sin querer a su interlocutora por su espeso bigote y aquellos labios salidos. Aquél pensamiento me hizo sonreír. Volví a releer la nota y algo captó mi atención ¿“Cliente especial”? Sí que debía ser “especial” si no se me daba la opción alguna a rechazarle, ni cuando ya me venía dado el lugar y la hora. Claro que podría negarme a realizar aquél trabajo, pero la curiosidad era mucho más fuerte. Y el hecho de que aquella nota hubiera ido a parar bajo mi puerta y no en cualquier otra de mis compañeras, me hacía sospechar de que el cliente había pedido expresamente ser atendido por mí, o que bien sería tan sumamente rico o poderoso que madmoiselle Bouvier se había visto obligada a reclamarme, pues quizás no podía correr riesgos y sabía que yo no le decepcionaría, pues por algo tenía la fama que había alcanzado en aquél prostíbulo.
Por mi ventana, el sol empezaba a fundirse con las colinas que rodeaban París, por lo que decidí arriesgarme y acudir a aquella cita. Así, me vestí con un provocativo y ceñido vestido carmesí, usando mi corsé negro para las grandes ocasiones y unos zapatos del mismo color. Recogí parte de mi extenso cabello pelirrojo en un sutil moño alto, dejando que la mayor parte de mis tirabuzones cayeran grácilmente por mi espalda. Entonces, perfilé mis ojos y teñí mis labios de rubí, nombre con el que me conocían en el trabajo tanto por mi cabello como por lo caros que eran mis servicios. Y tras perfumarme y envolver mi cuerpo con una larga gabardina que me llegaba a la altura de las rodillas, tomé un pequeño bolso negro y me despedí de mi casa por aquella noche, sumergiéndome en la oscura noche hasta llegar frente al Hotel, lugar en el que realmente, nunca antes había estado. Inspiré una bocanada de oxígeno y entré al vestíbulo, acercándome al recepcionista que me atendió con una amplia y reluciente sonrisa de oreja a oreja. Me limité a dar mi nombre y la habitación que me había sido encomendada y éste asintió una sola vez, aunque no me dio las llaves.
- Ya la están esperando, madmoiselle.- aseguró, desviando la mirada hacia unos papeles que tenía sobre la mesa.
Vaya, aquello sí era una sorpresa, pues siempre era yo quién aguardaba a mis clientes. Quizás aquél hombre sí era especial. Esbocé una sonrisa como despedida y caminé elegantemente hacia las escaleras de caracol, subiendo hacia la tercera planta y deteniéndome frente a una puerta blanca con incrustaciones de oro que conformaban el número 137.
Alcé mi mano derecha y usando mis nudillos, piqué en la madera un par o tres de veces, hasta que algo se removió en el interior y la puerta cedió, dejándome casi boquiabierta ante lo que mis ojos contemplaron.
Michelle Délvheen- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 02/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
- “Esto es algo que tengo que arreglar ya mismo, prometo que te voy a compensar.” – Esas palabras hacían eco constantemente en mi cabeza mientras mi carruaje se detenía justo al frente del Hotel Des Arenes alrededor de las once y diez de la noche. Me había ganado gratuitamente un poco grato intercambio de pareceres con mi adorada mujer, pero a punta de besos y arrumacos inmediatos y futuros había logrado venir hasta aquí dejando una sonrisa en su rostro, aunque yo sabía que tenía que recompensarla de otra manera.
La repentina muerte de Harold era el motivo de tal encuentro. Lo había conocido hace unos cuantos años atrás cuando yo era uno de los clientes más frecuentes del burdel parisino y nos conocimos a punta de unos cuantos tragos y conversaciones hasta el amanecer, rodeados de un harem interminable de jovencitas que buscaban exprimir mi dinero. A partir de ahí llegamos a unos cuantos acuerdos que ahora tenía que revelar y continuar con las proposiciones que le haría a aquella chica esa noche. La conocía muy bien gracias a Harold, así que me aseguré de que los preparativos fueran del absoluto gusto femenino: una mesa elegantemente decorada con telas orientales y tres finas velas aromáticas en el centro. Quería que estuviera cómoda, ya que seguro sería una charla algo extraña para ella, ya que no iba a incluido...lo que ella sabía hacer mejor.
Se cumplió la hora propuesta y, con una puntualidad admirable y envidiable (ya que casi siempre las personas con que me reunía llegaban tarde, sobretodo los hombres), escuché los golpes de la puerta que daban a notar su llegada. Me levanté de la elegante silla y me dispuse a abrirle la puerta recibiéndola con una sonrisa grata y un traje negro de dos piezas, con una camisa blanca y una corbata rojiza. Mi cabello estaba elegantemente levantado, como si estuviera atento a lo que sucedería. Hice una galante reverencia y la invité a pasar con un gesto de mi mano.- Welcome, Lady Ruby. – susurré en un inglés perfecto.- Tenga la bondad de pasar, por favor.
La repentina muerte de Harold era el motivo de tal encuentro. Lo había conocido hace unos cuantos años atrás cuando yo era uno de los clientes más frecuentes del burdel parisino y nos conocimos a punta de unos cuantos tragos y conversaciones hasta el amanecer, rodeados de un harem interminable de jovencitas que buscaban exprimir mi dinero. A partir de ahí llegamos a unos cuantos acuerdos que ahora tenía que revelar y continuar con las proposiciones que le haría a aquella chica esa noche. La conocía muy bien gracias a Harold, así que me aseguré de que los preparativos fueran del absoluto gusto femenino: una mesa elegantemente decorada con telas orientales y tres finas velas aromáticas en el centro. Quería que estuviera cómoda, ya que seguro sería una charla algo extraña para ella, ya que no iba a incluido...lo que ella sabía hacer mejor.
Se cumplió la hora propuesta y, con una puntualidad admirable y envidiable (ya que casi siempre las personas con que me reunía llegaban tarde, sobretodo los hombres), escuché los golpes de la puerta que daban a notar su llegada. Me levanté de la elegante silla y me dispuse a abrirle la puerta recibiéndola con una sonrisa grata y un traje negro de dos piezas, con una camisa blanca y una corbata rojiza. Mi cabello estaba elegantemente levantado, como si estuviera atento a lo que sucedería. Hice una galante reverencia y la invité a pasar con un gesto de mi mano.- Welcome, Lady Ruby. – susurré en un inglés perfecto.- Tenga la bondad de pasar, por favor.
Christian Taylor- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 30/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Mayúscula fue mi sorpresa al ser atendida por Christian, uno de los clientes más habituales del burdel aunque ya hacía tiempo que nada se sabía de él. Esbocé una sonrisa, satisfecha al ver que me había elegido a mí para romper la sequía sexual que atravesaba el joven.
Caminé contoneando mis caderas a un ritmo imaginario, siguiendo una melodía sensual y provocativa. Dejé que fuese él quién cerrase la puerta tras de mí, dejándole atrás mientras contemplaba la espléndida habitación que el muchacho había elegido para la ocasión. Dejé caer mi larga gabardina sobre una silla de cojines y adornos varios antes de girarme hacia Christian y llevar mis manos a la cintura, dejando que sus ojos perfilasen el contorno de mis curvas. Sonreí con picardía y avancé hacia él hasta llevar mis manos hacia el cuello de su camisa, camisa que pronto empecé a desabrochar sin mirarle a los ojos y mientras hablaba con un deje erótico.
- Ya pensaba que nunca llegaría a probarte, monsieur...- reí.- ¿Qué celebramos en ésta ocasión?- le pedí entonces, alzando la vista hacia él y señalando con la cabeza una botella de champagne que yacía entre cubitos de hielo junto a una mesa de noche.
Desde luego, aquello prometía ser una noche inolvidable... aunque me equivoqué en un pequeño matiz que pronto me desvelaría Christian.
Disculpa la tardanza!!! Tuve examenes y estuve liada.. pero ya soy libre, prometo ser más activa estos días
Caminé contoneando mis caderas a un ritmo imaginario, siguiendo una melodía sensual y provocativa. Dejé que fuese él quién cerrase la puerta tras de mí, dejándole atrás mientras contemplaba la espléndida habitación que el muchacho había elegido para la ocasión. Dejé caer mi larga gabardina sobre una silla de cojines y adornos varios antes de girarme hacia Christian y llevar mis manos a la cintura, dejando que sus ojos perfilasen el contorno de mis curvas. Sonreí con picardía y avancé hacia él hasta llevar mis manos hacia el cuello de su camisa, camisa que pronto empecé a desabrochar sin mirarle a los ojos y mientras hablaba con un deje erótico.
- Ya pensaba que nunca llegaría a probarte, monsieur...- reí.- ¿Qué celebramos en ésta ocasión?- le pedí entonces, alzando la vista hacia él y señalando con la cabeza una botella de champagne que yacía entre cubitos de hielo junto a una mesa de noche.
Desde luego, aquello prometía ser una noche inolvidable... aunque me equivoqué en un pequeño matiz que pronto me desvelaría Christian.
Disculpa la tardanza!!! Tuve examenes y estuve liada.. pero ya soy libre, prometo ser más activa estos días
Michelle Délvheen- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 02/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Realmente aquella dama seguía haciéndole honores a los apodos que tenía en el tiempo en que yo era un cliente frecuente del burdel, y sin embargo no recuerdo el motivo del por qué nunca terminamos enrolándonos entre las sábanas, sobretodo considerando que mi fortuna sólo se ha incrementado desde entonces (y en ese tiempo ya era muy alta) y que aquella fémina que ahora desabrochaba sin demora mi camisa simplemente buscaba usar sus manos para contar billetes más que tocar el cuerpo ajeno que se le presentaba.
Para desgracia de ella, le cogí las manos delicadamente y se las separé con lentitud de la tela de mi camisa, pudiendo ella notar un contrastante frío propio de los metales en relación a mis cálidas manos. Una persona común se hubiera molestado o se hubiera dejado llevar por esas manos que seguro llevarían al cielo y a la gloria, pero en mi caso, esa función ya estaba absolutamente reservada con siete llaves escondidas en mi corazón, representadas en aquel anillo de oro y diamante rojo que mi dedo anular derecho llevaba. – Hold on, Lady Roxanne…-dije con una sonrisa completamente tranquila que contrastaba con el rostro sorprendido de la mujer pelirroja que tenía delante.- La he llamado para otro motivo. – Le solté las manos y me reabroché la camisa, acomodándome la corbata luego y posteriormente la chaqueta. – Por favor, tome asiento y acepte de este caballero una copa de champagne, para brindar en honor de quien nos permitió conocernos.-
No necesité (y la verdad, tampoco quise) decir de quién se trataba, ya que ambos lo sabíamos perfectamente. La ayudé a sentarse tal y como rezan las normas de cortesía, y procedí a servirle una copa, para luego sentarme y hacerlo yo. Sin embargo antes de iniciar el brindis, y como había estado haciéndolo desde que había comenzado a hablar, le miré atendiendo a sus reacciones. Sabía que sería complicado.
Para desgracia de ella, le cogí las manos delicadamente y se las separé con lentitud de la tela de mi camisa, pudiendo ella notar un contrastante frío propio de los metales en relación a mis cálidas manos. Una persona común se hubiera molestado o se hubiera dejado llevar por esas manos que seguro llevarían al cielo y a la gloria, pero en mi caso, esa función ya estaba absolutamente reservada con siete llaves escondidas en mi corazón, representadas en aquel anillo de oro y diamante rojo que mi dedo anular derecho llevaba. – Hold on, Lady Roxanne…-dije con una sonrisa completamente tranquila que contrastaba con el rostro sorprendido de la mujer pelirroja que tenía delante.- La he llamado para otro motivo. – Le solté las manos y me reabroché la camisa, acomodándome la corbata luego y posteriormente la chaqueta. – Por favor, tome asiento y acepte de este caballero una copa de champagne, para brindar en honor de quien nos permitió conocernos.-
No necesité (y la verdad, tampoco quise) decir de quién se trataba, ya que ambos lo sabíamos perfectamente. La ayudé a sentarse tal y como rezan las normas de cortesía, y procedí a servirle una copa, para luego sentarme y hacerlo yo. Sin embargo antes de iniciar el brindis, y como había estado haciéndolo desde que había comenzado a hablar, le miré atendiendo a sus reacciones. Sabía que sería complicado.
Christian Taylor- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 30/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Me senté elegantemente y con sutileza, mostrando la mejor de mis sonrisas para intentar ocultar la sorpresa ante su rechazo. Claro que prefería mantener una conversación antes que abrirme de piernas y fingir diversión en los brazos de un hombre al que ni amaba ni volvería a ver tras aquella cita, muy probablemente. Pero pese a ello, un deje agridulce podía saborear en mi paladar, pues la idea de que estuviese perdiendo facultades de seducción era algo que me preocupaba, pues mi sustento era justamente ese, el del arte erótico. Sin ello, mi vida auguraba ser un callejón sin salida.
Tomé entre mis dedos la copa y contemplé las burbujas del champagne subir hasta la superficie para luego desaparecer en el líquido dorado. ¿A caso ya me había llegado el momento? A los veinte y cinco años, quizás ya podía considerarme una cortesana con escaso atractivo sensual, pues era cierto que muchos clientes anteponían la juventud a la experiencia. Desheché esa idea de inmediato y alcé la vista hacia Christian, quién me había empezado a hablar haciendo una clara alusión a Harold, el antiguo propietario del Burdel y mi descubridor. Ladeé la cabeza y alcé mi copa para hacerla rozar contra el cristal de la copa que mi cliente sostenía con firmeza. Le sonreí con cordialidad y la llevé a mi boca, saboreando muy efímeramente aquellas burbujas que ahora bajaban por mi garganta.
- Exquisito.- le aseguré con una mirada casi felina, un acto reflejo cuando me encontraba en una habitación lujosa de un hotel junto a un hombre.- ¿De qué se trata?- le pedí de pronto, dejando la copa sobre la mesa para jugar con el borde de ésta, pasando la yema de mi dedo índice alrededor de él sin dejar de dibujar círculos.
Si la cuestión de aquella cita era hablar sobre Harold, me temía que poco podría aportarle. ¿A caso no sabría que había muerto? Quizás quería hablarme de sus negocios, pero… ¿qué sabía yo sobre sus movimientos económicos? La Madame del Burdel sabría más de ese asunto que yo misma, pues aunque fuese su ojito derecho en vida, él mantenía su vida privada muy al margen de los asuntos del prostíbulo y de mí misma. La curiosidad, pues, empezaba a carcomerme, y en esos casos, sentí los músculos que conformaban mi muslo derecho convulsionar de forma casi imperceptible.
Tomé entre mis dedos la copa y contemplé las burbujas del champagne subir hasta la superficie para luego desaparecer en el líquido dorado. ¿A caso ya me había llegado el momento? A los veinte y cinco años, quizás ya podía considerarme una cortesana con escaso atractivo sensual, pues era cierto que muchos clientes anteponían la juventud a la experiencia. Desheché esa idea de inmediato y alcé la vista hacia Christian, quién me había empezado a hablar haciendo una clara alusión a Harold, el antiguo propietario del Burdel y mi descubridor. Ladeé la cabeza y alcé mi copa para hacerla rozar contra el cristal de la copa que mi cliente sostenía con firmeza. Le sonreí con cordialidad y la llevé a mi boca, saboreando muy efímeramente aquellas burbujas que ahora bajaban por mi garganta.
- Exquisito.- le aseguré con una mirada casi felina, un acto reflejo cuando me encontraba en una habitación lujosa de un hotel junto a un hombre.- ¿De qué se trata?- le pedí de pronto, dejando la copa sobre la mesa para jugar con el borde de ésta, pasando la yema de mi dedo índice alrededor de él sin dejar de dibujar círculos.
Si la cuestión de aquella cita era hablar sobre Harold, me temía que poco podría aportarle. ¿A caso no sabría que había muerto? Quizás quería hablarme de sus negocios, pero… ¿qué sabía yo sobre sus movimientos económicos? La Madame del Burdel sabría más de ese asunto que yo misma, pues aunque fuese su ojito derecho en vida, él mantenía su vida privada muy al margen de los asuntos del prostíbulo y de mí misma. La curiosidad, pues, empezaba a carcomerme, y en esos casos, sentí los músculos que conformaban mi muslo derecho convulsionar de forma casi imperceptible.
Michelle Délvheen- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 02/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Tardé un poco en comenzar a hablar. El escoger las palabras y las frases era algo complicado considerando de quién estábamos hablando. Harold nos había dejado hacía muy poco, y por lo general las damas siempre eran más sensibles a la hora de esos temas, lo que no significaba que los varones fuésemos unos fríos indiferentes, restándome yo de inmediato de aquella bruta generalidad. Bebí un trago de champagne y lo saboreé concienzudamente, igual que las palabras que había escogido.
Supe lo de Harold – empecé diciendo, hablando con mesura y calma, cuidando cada palabra, gesto y reacción con tanta dedicación como espontaneidad. Le sonreí comprensivo y mis ojos parecieron transportarse a aquella vieja conversación que había tenido hace unos meses con el ahora difunto, en donde se había entablado aquello que era el motivo de mi actual reunión con my great friend Ruby. – Pasé muy buenos momentos con él…- me había perdido un poco en mis pensamientos, sometido por mis recuerdos, pero pestañeé lentamente y volví a centrarme, continuando con lo que nos terminó convocando a ambos.- Y hablamos mucho de ti, de tus anhelos más allá del burdel; de tu pasión por las artes. – Entrelacé mis manos habiendo apoyado los brazos en la mesa, sin dejar de mirar a la dama de cabellos rojizos con un aire paterno, ya que Harold había sido como su padre prácticamente después de todo lo que había sucedido, y sentía cómo se me había traspasado aquella condición de manera involuntaria, inconsciente y espontánea; y me gustaba mucho sentirme así. Esa misma sensación fue la que me hizo ir directamente al centro, al motivo de aquella charla. Donde estaba aquel pequeño pañuelo rojo surgió un pequeño papel, una tarjeta. Se la extendí con dos dedos tendiéndosela en la mesa y bebí un trago de aquella champagne mientras le observaba analizar aquel nombre y aquella dirección con la curiosidad e intriga de un niño. – Un gran amigo mío. – sonreí orgulloso de aquella amistad, de tener aquella amistad con uno de los músicos más reconocidos de toda Europa. – Le he contado de ti y de tu talento, y está encantado contigo. Te convertirá en lo que siempre quisiste ser. – le comenté tranquilo, conforme y orgulloso.
Harold, tu sueño será una realidad.
Supe lo de Harold – empecé diciendo, hablando con mesura y calma, cuidando cada palabra, gesto y reacción con tanta dedicación como espontaneidad. Le sonreí comprensivo y mis ojos parecieron transportarse a aquella vieja conversación que había tenido hace unos meses con el ahora difunto, en donde se había entablado aquello que era el motivo de mi actual reunión con my great friend Ruby. – Pasé muy buenos momentos con él…- me había perdido un poco en mis pensamientos, sometido por mis recuerdos, pero pestañeé lentamente y volví a centrarme, continuando con lo que nos terminó convocando a ambos.- Y hablamos mucho de ti, de tus anhelos más allá del burdel; de tu pasión por las artes. – Entrelacé mis manos habiendo apoyado los brazos en la mesa, sin dejar de mirar a la dama de cabellos rojizos con un aire paterno, ya que Harold había sido como su padre prácticamente después de todo lo que había sucedido, y sentía cómo se me había traspasado aquella condición de manera involuntaria, inconsciente y espontánea; y me gustaba mucho sentirme así. Esa misma sensación fue la que me hizo ir directamente al centro, al motivo de aquella charla. Donde estaba aquel pequeño pañuelo rojo surgió un pequeño papel, una tarjeta. Se la extendí con dos dedos tendiéndosela en la mesa y bebí un trago de aquella champagne mientras le observaba analizar aquel nombre y aquella dirección con la curiosidad e intriga de un niño. – Un gran amigo mío. – sonreí orgulloso de aquella amistad, de tener aquella amistad con uno de los músicos más reconocidos de toda Europa. – Le he contado de ti y de tu talento, y está encantado contigo. Te convertirá en lo que siempre quisiste ser. – le comenté tranquilo, conforme y orgulloso.
Harold, tu sueño será una realidad.
Christian Taylor- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 30/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Tomé la tarjeta entre mis dedos huesudos y temblorosos, escrutando el contenido de las letras mecanografiadas con una pulcritud envidiable.
- Ronald J. Mabbit, Representante de Artistas y dueño de Muse… -releí en voz alta, deteniéndome de pronto para alzar la vista hacia Christian.- un momento… ¿Muse? ¿La famosa empresa de caza talentos? ¿MUSE? Oh Dios mío… ¿de veras? ¿No es una broma? ¿Y dices que está interesado en mí? ¿Crees que podría financiar mi carrera como actriz y bailarina?
Sin darme cuenta, me encontré con mis sudorosas manos tiritantes de emoción puestas ahora sobre las de Christian, quién parecía mirarme con una mezcla de sorpresa, alegría y sosiego. Intenté calmarme de varias formas, respirando profundamente, cerrando un momento los ojos, releyendo la tarjeta como si no terminara de creérmelo, tomando un sorbo de champagne, cambiando la posición de mis piernas e incluso paseando por la sala en los momentos en los que creía que me faltaba el aire. Por ello, me decanté finalmente a abrir una ventana y asomarme a ella, dejando que la gélida brisa nocturna congelara mis emociones por un momento. Así, ladeé mi rostro y busqué la mirada de mi amigo, a quién le dediqué la más pura de mis sonrisas.
- Te debo la vida, Christian. Gracias por cumplir mis sueños.
En realidad no tenía nada que agradecer, pues el motivo por el que había entrado en el mundo de la prostitución había sido para alcanzar justamente esa meta, convertirme en una actriz de renombre gracias a un hombre de negocios que arriesgara parte de su fortuna en creer en mí. Aquél había sido el pacto que había firmado con Harold la noche en que le conocí siendo tan sólo una niña. Lograría mi libertad de la venta de mi cuerpo una vez consiguiera seducir a un rico poderoso que cumpliera todos mis deseos y el burdel, era el medio para conseguirlo. Por fin, después de ocho años… había llegado el momento de alzar el vuelo. Y todo eso, creyendo que aquél sueño se había desmoronado cuando Harold murió, pues sólo él me cuidaba y protegía dentro de aquél turbio mundo de envidias y recelos, de sexo a cualquier precio y mentiras. Sólo él había velado por mí y me había ayudado con los clientes que ambos creíamos que podrían ayudarnos en nuestros fines. Y sin duda, su muerte, más allá del vacío que dejó en mí como persona, también pensé que todo cuanto habíamos luchado juntos había perdido el timón y que mi vida ya no tenía rumbo ni barca que la sustentara. Hacía meses que me veía naufragando en un burdel en el que las demás cortesanas luchaban ferozmente para llegar al nivel que yo misma había impuesto en el local, dónde los clientes cada vez me exigían más por menos, donde la desaparición de Jerarld empezaba a desquiciarme y en el que algo dentro de mí había empezado a fallar, haciéndome flaquear a menudo hasta quedar en cama durante semanas por altas fiebres, jaquecas, temblores y desangres nasales. Pero ahora… después de todo, empezaba a ver la luz tras el túnel. Tras la intensa tormenta, el Sol comenzaba así a arañar el cielo y secar así cada lágrima que había emanado de mi desolación. Y todo eso, se lo debía a Harold y a Christian.
- ¿Y ahora qué?- me pregunté en voz alta, con una sonrisa llena de vitalidad e ilusiones, pasando por mi mente millones de esperanzas que ahora empezaban a tomar formas y contornos.
Aquella noche, Rubí renació.
- Ronald J. Mabbit, Representante de Artistas y dueño de Muse… -releí en voz alta, deteniéndome de pronto para alzar la vista hacia Christian.- un momento… ¿Muse? ¿La famosa empresa de caza talentos? ¿MUSE? Oh Dios mío… ¿de veras? ¿No es una broma? ¿Y dices que está interesado en mí? ¿Crees que podría financiar mi carrera como actriz y bailarina?
Sin darme cuenta, me encontré con mis sudorosas manos tiritantes de emoción puestas ahora sobre las de Christian, quién parecía mirarme con una mezcla de sorpresa, alegría y sosiego. Intenté calmarme de varias formas, respirando profundamente, cerrando un momento los ojos, releyendo la tarjeta como si no terminara de creérmelo, tomando un sorbo de champagne, cambiando la posición de mis piernas e incluso paseando por la sala en los momentos en los que creía que me faltaba el aire. Por ello, me decanté finalmente a abrir una ventana y asomarme a ella, dejando que la gélida brisa nocturna congelara mis emociones por un momento. Así, ladeé mi rostro y busqué la mirada de mi amigo, a quién le dediqué la más pura de mis sonrisas.
- Te debo la vida, Christian. Gracias por cumplir mis sueños.
En realidad no tenía nada que agradecer, pues el motivo por el que había entrado en el mundo de la prostitución había sido para alcanzar justamente esa meta, convertirme en una actriz de renombre gracias a un hombre de negocios que arriesgara parte de su fortuna en creer en mí. Aquél había sido el pacto que había firmado con Harold la noche en que le conocí siendo tan sólo una niña. Lograría mi libertad de la venta de mi cuerpo una vez consiguiera seducir a un rico poderoso que cumpliera todos mis deseos y el burdel, era el medio para conseguirlo. Por fin, después de ocho años… había llegado el momento de alzar el vuelo. Y todo eso, creyendo que aquél sueño se había desmoronado cuando Harold murió, pues sólo él me cuidaba y protegía dentro de aquél turbio mundo de envidias y recelos, de sexo a cualquier precio y mentiras. Sólo él había velado por mí y me había ayudado con los clientes que ambos creíamos que podrían ayudarnos en nuestros fines. Y sin duda, su muerte, más allá del vacío que dejó en mí como persona, también pensé que todo cuanto habíamos luchado juntos había perdido el timón y que mi vida ya no tenía rumbo ni barca que la sustentara. Hacía meses que me veía naufragando en un burdel en el que las demás cortesanas luchaban ferozmente para llegar al nivel que yo misma había impuesto en el local, dónde los clientes cada vez me exigían más por menos, donde la desaparición de Jerarld empezaba a desquiciarme y en el que algo dentro de mí había empezado a fallar, haciéndome flaquear a menudo hasta quedar en cama durante semanas por altas fiebres, jaquecas, temblores y desangres nasales. Pero ahora… después de todo, empezaba a ver la luz tras el túnel. Tras la intensa tormenta, el Sol comenzaba así a arañar el cielo y secar así cada lágrima que había emanado de mi desolación. Y todo eso, se lo debía a Harold y a Christian.
- ¿Y ahora qué?- me pregunté en voz alta, con una sonrisa llena de vitalidad e ilusiones, pasando por mi mente millones de esperanzas que ahora empezaban a tomar formas y contornos.
Aquella noche, Rubí renació.
Michelle Délvheen- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 02/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Les tengo que confesar que imaginé muchos tipos de reacciones para aquel momento que se estaba desarrollando, y ninguna se asemejó lo suficiente a la que mi acompañante tuvo en realidad. Yo sólo observé tranquilo, orgulloso y estoico cómo Roxanne asimilaba el hecho de que el mismísimo Ronald J. Mabbit se fijase en ella. En cuanto me pidió una confirmación yo sólo asentí sin nada que ocultar ni que temer – Yo ya no soy un cualquiera que jugaría con las ilusiones sinceras de una dama, My Lady.- comenté casi queriendo hacerme el ofendido – Por supuesto que no es una broma. Ronald está muy entusiasmado con tenerte entre sus filas, y en cuanto al financiamiento será conjunto entre él y yo. Usted no carecerá de nada, Lady Roxanne. I promise.
Me sonrió con una gratitud enternecedora, y esa mera sonrisa era todo lo que yo necesitaba para estar más feliz de lo que ya estaba, viendo con lujo de detalle su infinita felicidad al ver que su vida por fin cambiaría para bien, y por fin abandonaría aquel lugar de mala muerte que ella no se merecía por ningún motivo – No tiene nada que agradecerme, al menos a mí. Quien sí merece todo el crédito, es quien está cuidándote desde allá arriba. – comenté nostálgico, mirando hacia el techo, como si pudiera alcanzar a verte, my friend.
- El próximo paso será sacar tus cosas del burdel, tendrás un nuevo hogar con todas las comodidades que siempre quisiste. Ronald vendrá a visitarte en tres días para conocerte, así que debes prepararte para ello. – comenté con toda tranquilidad y bebí un poco de champagne, observándole con esa sonrisa tan propia de mí.
Me sonrió con una gratitud enternecedora, y esa mera sonrisa era todo lo que yo necesitaba para estar más feliz de lo que ya estaba, viendo con lujo de detalle su infinita felicidad al ver que su vida por fin cambiaría para bien, y por fin abandonaría aquel lugar de mala muerte que ella no se merecía por ningún motivo – No tiene nada que agradecerme, al menos a mí. Quien sí merece todo el crédito, es quien está cuidándote desde allá arriba. – comenté nostálgico, mirando hacia el techo, como si pudiera alcanzar a verte, my friend.
- El próximo paso será sacar tus cosas del burdel, tendrás un nuevo hogar con todas las comodidades que siempre quisiste. Ronald vendrá a visitarte en tres días para conocerte, así que debes prepararte para ello. – comenté con toda tranquilidad y bebí un poco de champagne, observándole con esa sonrisa tan propia de mí.
Christian Taylor- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 30/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
El recuerdo de Harold volvió a mis retinas y por unos segundos, casi creí sentir uno de sus abrazos rodeando mi cintura tras acariciar mi mejilla derecha. Casi.
- ¿Un nuevo hogar?- repetí sin dar crédito a sus palabras.- Oh, Christian, pero yo… no puedo dejar la manzana, no puedo abandonar el burdel.- susurré dándole la espalda para acercarme a la ventana de la habitación, perdiéndome en la oscura noche parisina.- Todo lo que tengo se lo debo a él… y la manzana, es mi casa.- concluí con firmeza antes de girarme de nuevo para sonreírle.- Me prepararé allí, Christian, prometo no defraudar a Mabbit.
Tres días. Había esperado catorce largos e intensos años para conseguir una oportunidad como aquella que me brindaba. ¿Qué eran tres días? Nada, absolutamente nada. Y quizás por eso, el poco tiempo que suponían tres días, empecé a ponerme un tanto nerviosa y mis manos sudaban y temblaban como la primera vez que me desnudé frente a un hombre, sólo que en aquél nerviosismo no había rastro de miedo.
Tomé mi abrigo con prisas y me detuve frente a Christian para abrazarle con fuerza, casi estrangulándole sin querer.
- Muchísimas gracias… de veras.- le susurré al oído antes de dedicarle otra amplia y sincera sonrisa.- Debo prepararme… - me disculpé, mostrándole el abrigo que ya me abotonaba para hacerle ver que me retiraba de aquella habitación, pues había mucho que hacer en esos escasos días.- Espero verte muy pronto para decirte que Mabbit cuenta conmigo.
Le guiñé el ojo y tras un efímero beso en su mejilla corrí hacia la puerta, ya desesperada para salir de allí y gritarle al mundo entero que por fin, brillaría con luz propia.
- ¿Un nuevo hogar?- repetí sin dar crédito a sus palabras.- Oh, Christian, pero yo… no puedo dejar la manzana, no puedo abandonar el burdel.- susurré dándole la espalda para acercarme a la ventana de la habitación, perdiéndome en la oscura noche parisina.- Todo lo que tengo se lo debo a él… y la manzana, es mi casa.- concluí con firmeza antes de girarme de nuevo para sonreírle.- Me prepararé allí, Christian, prometo no defraudar a Mabbit.
Tres días. Había esperado catorce largos e intensos años para conseguir una oportunidad como aquella que me brindaba. ¿Qué eran tres días? Nada, absolutamente nada. Y quizás por eso, el poco tiempo que suponían tres días, empecé a ponerme un tanto nerviosa y mis manos sudaban y temblaban como la primera vez que me desnudé frente a un hombre, sólo que en aquél nerviosismo no había rastro de miedo.
Tomé mi abrigo con prisas y me detuve frente a Christian para abrazarle con fuerza, casi estrangulándole sin querer.
- Muchísimas gracias… de veras.- le susurré al oído antes de dedicarle otra amplia y sincera sonrisa.- Debo prepararme… - me disculpé, mostrándole el abrigo que ya me abotonaba para hacerle ver que me retiraba de aquella habitación, pues había mucho que hacer en esos escasos días.- Espero verte muy pronto para decirte que Mabbit cuenta conmigo.
Le guiñé el ojo y tras un efímero beso en su mejilla corrí hacia la puerta, ya desesperada para salir de allí y gritarle al mundo entero que por fin, brillaría con luz propia.
Michelle Délvheen- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 02/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Girlfriend of passion [Christian]
Reí brevemente.
- Supuse que dirías eso, Roxanne. - respondí ya dejando de lado las formalidades, después de todo ya eramos bastante cercanos a causa de Harold. - Tranquila, puedo comprender tus razones. Y creo que Harold también lo habría hecho.
Asentí y correspondí su abrazo con franqueza, notando cómo su cuerpo temblaba de ansiedad y de felicidad por la noticia y recibida, tan importante sin duda alguna para ella, y para mí también en cierta parte. Le acomodé el cuello del abrigo con una sonrisa y la dejé ir, caminando lentamente hacia el marco de la puerta sin dejar de escuchar aquellos pasos desesperados por seguir un camino totalmente distinto al que habían estado transitando. No podía estar más feliz.
- I´ve done it, Harold. - dije en voz baja aunque no hubiere nadie, y cerré la puerta apoyándome en ésta posteriormente. - Estoy seguro de que Roxanne cumplirá su sueño y será una estrella...y tú estarás cuidándola donde quiera que vaya.
Cerré los ojos, y un poco de tristeza se apoderó de mi pecho, pero mi rostro seguía sonriendo. Yo también tenía mis propios planes al lado de Alai y de mi futuro heredero.
- Cuídame a mí también...
- Supuse que dirías eso, Roxanne. - respondí ya dejando de lado las formalidades, después de todo ya eramos bastante cercanos a causa de Harold. - Tranquila, puedo comprender tus razones. Y creo que Harold también lo habría hecho.
Asentí y correspondí su abrazo con franqueza, notando cómo su cuerpo temblaba de ansiedad y de felicidad por la noticia y recibida, tan importante sin duda alguna para ella, y para mí también en cierta parte. Le acomodé el cuello del abrigo con una sonrisa y la dejé ir, caminando lentamente hacia el marco de la puerta sin dejar de escuchar aquellos pasos desesperados por seguir un camino totalmente distinto al que habían estado transitando. No podía estar más feliz.
- I´ve done it, Harold. - dije en voz baja aunque no hubiere nadie, y cerré la puerta apoyándome en ésta posteriormente. - Estoy seguro de que Roxanne cumplirá su sueño y será una estrella...y tú estarás cuidándola donde quiera que vaya.
Cerré los ojos, y un poco de tristeza se apoderó de mi pecho, pero mi rostro seguía sonriendo. Yo también tenía mis propios planes al lado de Alai y de mi futuro heredero.
- Cuídame a mí también...
Christian Taylor- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 30/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Christian Taylor
» Raices [Christian Taylor]
» Passion [Libre]
» Relaciones de Christian Taylor
» Deadly passion × {Privado}
» Raices [Christian Taylor]
» Passion [Libre]
» Relaciones de Christian Taylor
» Deadly passion × {Privado}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour