Las guerras van y vienen pero mis soldados son eternos [Lucian's relations]

¿Vivir a la sombra de una persona?, difícil pero llevadero, ¿vivir a la sombra de dos personas?, imposible.

Esa es la vida de Severus, el tercero de los trillizos Argeneau, el menor de ellos, el invisible, al que sólo le tocaba envidiar a Darius y ser envenenado por Tiberius, el que guardaba silencio sin decir nada, el que seguía a su hermano a todos lados como pato bebé a su madre. Desde siempre fue el artífice, si Tiberius decía que debía reírse cuando Darius caía, Severus lo hacía, reía hasta que de hecho empezó a encontrarlo gracioso, ver sufrir a ese por el que les fue birlada la fortuna y los privilegios mitigaba su angustia, se sentía menos invisible cuando tramaba planes con su hermano. Sólo tiene un hermano, Tiberius; Darius no existe.

Eso es Severus, el brazo ejecutor de Tiberius, el mercenario, el que encabeza el batallón a riesgo de ser el primero en ser decapitado, pero no hay que subestimarlo, convertirse poco a poco en el soldado de su hermano le ha moldeado una personalidad dura, de estratega y de guerrero, es inteligente aunque nunca hace las cosas con la cabeza fría, disfruta de su posición, le gusta el poder que este papel le brinda, es temperamental, pero nunca olvida que las apariencias son un arma y por lo mismo se comporta como un caballero cuando esto conviene para sus fines, no se le puede tachar de sociable, pero sabe moverse entre la gente para alcanzar sus ambiciones. Es un hombre de pocas palabras y por lo mismo, difícilmente se sabe qué cruza por su cabeza.

Sus silencios abisales son la entrada al infierno. Callado como es, no te imaginas de las cosas retorcidas que es capaz de hacer, y que disfruta, a diferencia de su hermano, Severus se mueve de forma visceral, es arrojado y cínico, disfruta la tortura, jamás desprecia una presa fácil, así mismo, disfruta los retos, si alguien se burla de sus capacidades no descansará hasta ver a esa persona caer. De haber sido de otro modo, Severus tendría un poder destructivo como ninguno, lamentablemente sin Tiberius no es nada, sin la guía de su hermano no tendría idea de qué hacer; necesita que éste le diga “hazlo”, necesita que le eche fuego al combustible para comenzar a arder, sólo eso basta para desatar el poder arrasador de Severus, pero si no recibe la venía, jamás lo hará. Es completamente dependiente de Tiberius, es su cerbero encadenado, sólo falta que se le suelte un poco la rienda para que se arroje a desmembrar al enemigo.

Y a pesar de todo, a veces no está muy convencido de todo lo que Tiberius confabula, lo cuestiona aunque al final termina haciendo lo que su hermano dicta. Mata, roba, viola, engaña, arranca toda felicidad de sus víctimas para saber que no es débil, no tiene permitido ser débil. Ese es su mayor terror, volver a ser invisible.