Jugando a los detectives

por Invitado Dom Jun 27, 2010 9:28 am

Probablemente, si mi padre supiese lo que estoy haciendo y dónde en este preciso instante, mi cabeza correría un grave peligro. Pero me he encargado de cubrirme bien las espaldas, ya que no es difícil sobornar a mi dama de compañía cuando se trata de caramelos de menta. Así que, sin perder un segundo más, entro con decisión en el lugar elegido, una de esas tantas tabernas parisinas, y camino con toda la seguridad que puedo hacia una de las mesas, con el rostro aún oculto bajo mi capucha bermellón.

Tras sentarme, saco de debajo de mi capa una de mis libretas favoritas. Porque, si me he arriesgado a aventurarme en este lugar, no es para otra cosa que para recopilar datos. Unos preciosos y valiosos datos que me ayudarán a inspirarme para la redacción de mi siguiente novela. Después de todo, es bastante difícil encontrar a alguien digno de ser observado en los círculos burgueses que suelen frecuentar la sombrerería de mi padre, el teatro y otros ambientes de ocio que se recrean en la pura apariencia.

Una camarera se acerca, y aprovecho para pedirle una cerveza. Cuando me la trae, me quedo un momento observando el espumeante líquido dorado, puesto que la verdad es que nunca antes la he probado. Al final, me decido a darle un pequeño sorbo, y el sabor me parece tan fuerte que me atraganto y empiezo a toser, atrayendo las miradas de gran parte de los desconocidos que se encuentran en el local.

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 9:44 am

Siguen pasando los días y no consigo averiguar cual va a ser la mujer asesinada, y esto está comenzando a sacarme de quicio. Las pesadillas cada vez son más frecuentes, sueño con mujeres asesinadas, cuerpos desmembrados...cada vez me cuesta más dormir, y sin duda eso está afectando bastante a mi estado de animo. Cada vez estoy más en la taberna, y el whisky que bebo también va en progresión.

En otra de muchas noches en la misma taberna, observo algo interesante, o más que interesante curioso, una mujer que parece tener problemas con su bebida alcohólica. Me levanto de mi asiento y me siento en la misma mesa en la que está situada la mujer. Toda la taberna sigue mis movimientos con atención, pero no me detengo, toco levemente la jarra y esbozo una sonrisa.

-Prueba ahora.

Con ese leve toque, pese a que parece el mismo líquido, he extraido todo el alcohol y su sabor ahora es parecido a un zumo de manzana

por Invitado Dom Jun 27, 2010 9:55 am

Me quedo muy quieta al ver que uno de los desconocidos se acerca a mi mesa. Es cierto que siempre he presumido de ser muy valiente, pero me sobresalto con facilidad, y el hecho de que ésta sea mi primera vez en un lugar así no aligera las cosas. Me preparo mentalmente para oír algo indeseado o, en el peor de los casos, para echar a correr, pero el hombre se limita a rozar mi jarra y a indicarme que vuelva a beber. Al principio me quedo muy, muy desconcertada, y trato de observar su rostro sin levantar mucho mi capucha, ya que, aunque no se me dé muy bien, se supone que estoy de incógnito. Pero no puedo vislumbrar nada fuera de lo normal en sus rasgos, a excepción de, tal vez, cierto tormento. Finalmente, me llevo la jarra con cuidado a los labios y bebo otro sorbito.

-¡Vaya! -Exclamo, asombrada. El sabor no se parece casi nada al de antes-. Se supone que el paladar tarda en acostumbrarse al sabor, pero o yo soy muy rápida o... -Mi voz se apaga lentamente y me giro hacia el desconocido, carraspeo un poco y pregunto- ¿Ha sido usted? ¿Cómo lo ha hecho?

En fin, puede que después de esta pregunta piense que estoy loca. Al fin y al cabo, ¿quién es capaz de cambiar el sabor de una bebida con sólo tocar el recipiente?

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 10:09 am

-He podido ser yo, o ha podido ser tu propia mente la que ha modificado el sabor.

Compruebo que la gente deja de observarnos y vuelve a sus quehaceres. A través de la capucha observo a una mujer bastante bella, que al parecer se mantiene oculta, de algo o de alguien. Eso me indica que no quiere que nadie la vea, aunque dudo que si alguien la viese la pudiese reconocer. No me pega una mujer de su porte en un lugar como este.

-Una mujer de su belleza no debería andar sola por este tipo de lugares, aunque lo haga oculta por una capucha-No retiro la mirada ni un momento de sus ojos-. Soy Yohann Moreau, algunos dicen que soy un ilusionista, otros no se atreven a definirme.

Cojo con delicadeza su mano derecha y deposito un beso en ella.

por Invitado Dom Jun 27, 2010 10:26 am

¡Un ilusionista! Sus palabras me emocionan, ya que es la primera vez que tengo la oportunidad de conocer a uno. Es decir, he visto algunos trucos de magia en el teatro, pero no se puede decir que sea lo mismo. Sonrío cuando deposita un suave beso en el dorso de mi mano, aunque lo cierto es que me inquieta bastante el hecho de que me mire directamente a los ojos. No es que me disguste, pero me da la sensación de que mi capucha ya no es capaz de protegerme y de que puede ver a través de mí.

-Encantada, monsier Moreau. Yo soy Chantale Be... -me detengo antes de completar mi apellido. ¡Casi se me olvida que estoy en medio de una tarea de investigación! Medito unos instantes sobre cómo podría presentarme, y al final decido que con mi apellido no me arriesgo demasiado-. Chantale. A secas

Sé que ha sonado algo forzado, pero no puedo aventurarme a que se conozca mi apellido en este tipo de ambientes. Es cierto que no soy una aristócrata ni nada, pero aún así mi padre es un conocido comerciante, y no sé hasta dónde llega su fama. Toda precaución es poca.

Mientras observo disimuladamente la libreta que descansa en mi regazo, me doy cuenta de que no puedo dejar escapar la oportunidad de entablar una conversación con este hombre. He venido en busca de cosas interesantes y, ciertamente, no hay nada más interesante que charlar con un ilusionista. Tal vez podría sacar una buena historia de misterio a raíz de esto.

-¿Y qué más trucos sabe hacer? -Pregunto al azar.

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 10:34 am

La joven me pregunta que soy capaz de hacer, como respuesta esbozo una sonrisa y contesto.

-Todo lo que seas capaz de imaginar.

Muevo las manos de forma extremadamente gestual y de repente del techo de la taberna comienza a caer una lluvia de pétalos de rosa de color rojo. De forma instintiva agarro la mano de la joven y salgo junto a ella de la taberna, obviando las reacciones de sorpresa de los clientes de la taberna. Lo que estaba ocurriendo en el establecimiento también está ocurriendo fuera, de todo el cielo de París están lloviendo pétalos de rosa, vuelvo a mirar a la joven y sonrío.

-Este es un ejemplo.

por Invitado Dom Jun 27, 2010 10:50 am

Mi mente se queda en blanco. Directamente. Como cuando no consigo escribir nada en mi libreta. Lo que estoy viendo es sencillamente espectacular. Siento cómo mi boca se abre de par en par, dándome el aspecto de un besugo. Vuelvo a la realidad cuando, sin querer, casi me trago uno de los pétalos. Tras unas cuantas toses, me vuelvo hacia mi acompañante y exclamo:

-¡Me he vuelto loca! ¡O eso o...! -Comienzo a pellizcarme el brazo, sin resultados-. No estoy dormida, por lo tanto estoy loca -y regreso corriendo al interior de la taberna, ignorando las miradas furibundas que me lanza la multitud. Cojo de golpe mi libreta, abandonada en la mesa, saco mi pluma y comienzo a escribir como una posesa-. Loca y muy inspirada, por cierto. Este hombre es realmente bueno. Realmente. ¡Ja! Un ilusionista. Ya, claro. Los ilusionistas se limitan a hacer trucos baratos, no a volver loca a la gente. Será que... -mi voz se convierte en un murmullo- ¿Un brujo? -Rápidamente niego con la cabeza-.No, no, si no existen...

Entre tanto revuelo, ni siquiera me he preocupado por averiguar si el señor Moreau me ha seguido al interior del establecimiento, pero es que esto es lo más interesante y extraño que me ha pasado en la vida...

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 10:59 am

No me sorprende su reacción, para las personas normales es difícil de creer este tipo de acontecimientos. Regreso al interior de la taberna y con un chasquido de los dedos de mi mano derecha hago desaparecer los pétalos. Vuelvo a sentarme en la mesa de Chantale, la cual me mira totalmente impactada.

-Te he dicho antes que muy pocos se atreven a definirme, soy un brujo con un extraño poder, convertir mis ilusiones en realidad. No estás loca, este mundo está lleno de cosas que no comprendemos, como por ejemplo, la razón por la cual no quieres que te vean o se sepa tu apellido. Diciéndote que soy un brujo me expongo a que me lleven a la hoguera, sin embargo, eso no me preocupa.

Esbozo una sonrisa, y suspiro, siempre que uso mi magia acabo agotado.

-No deberías preocuparte por la gente de esta taberna, todos son buenas personas y amigos que hecho en mi corta estancia en París. Se están empezando a acostumbrar a mis trucos.

por Invitado Dom Jun 27, 2010 11:11 am

No sé si es posible que mi boca se abra aún más de lo que ya lo está, pero esto supera con mucho mis expectativas. A pesar de sus palabras, aún no logro saber si algo extraño ha afectado a mi materia gris y necesito que me internen en un psiquiátrico, o si me está diciendo la verdad. Intento normalizar mi respiración, pues corro el peligro de hiperventilar, y decido que, por el momento, tengo que dejar de mirarlo a la cara, así que clavo los ojos en mi libreta e intento sonar lo más cuerda posible:

-Verá, si es que... Esto es... Esto es... -verdaderamente me cuesta encontrar las palabras adecuadas para expresar lo fascinada y turbada que me encuentro-. Lo cierto es que siempre me he considerado a mí misma una persona de mente abierta, bastante crédula, y nunca he querido negar de forma rotunda la existencia de... per...personas con habilidades- me doy cuenta de que estoy hablando sin respirar casi, así que trato de tranquilizarme-. En realidad, yo sólo había salido a por un poco de información para una de mis historias y me... me encuentro con un... con un brujo. Lo siento mucho si le parezco una chiflada, pero no estoy acostumbrada a esto. Aún así... -inspiro hondo, antes de volver a mirarlo a los ojos, sintiendo que la pluma tiembla en mis dedos, y pregunto-: ¿Hay más como usted?

La verdad es que no estoy segura de si el loco es él o yo, pero no puedo dejar escapar esta oportunidad.

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 11:20 am

-¿Estás segura de que quieres saberlo?

Percibo que con el tono un tanto tétrico de mi voz la mujer se asusta más aún por lo que rectifico al instante.

-Perdóname, me he dejado llevar. Todos tenemos algo más, siempre lo hay, pero no esperaras que te lo diga sin que aceptes antes una cita romántica conmigo.

La cara de sorpresa de la joven aumenta, los ojos apunto están de salirse de sus órbitas. Suelto una pequeña carcajada y vuelvo a rectificar.

-Perdóname de nuevo, claro que hay más, pero lo cierto es siempre que estoy frente a una mujer hermosa me pongo un tanto nervioso¿sabes?, no se como controlar mis impulsos. Pero espero que comprendas que no te puedo contar nada si no me dices algo más de ti, me arrepentiría mucho si perdiese la oportunidad de conocer con mayor profundidad a una mujer de tu belleza.

Creo que he bebido demasiado whisky...

por Invitado Dom Jun 27, 2010 11:32 am

Siento que se me ruboriza hasta la raíz del cabello. El rostro me arde, y le doy un trago a mi jarra con el objeto de refrescarme, pero lo único que consigo es que se me atragante. Cuando recupero el aliento, aún sin mirarlo a la cara, contesto de forma atropellada:

-¿Be...belleza? Oh... eh... La belleza es algo relativo -intento salirme por la tangente, pero la voz que surge de mi garganta es delatoramente chillona. Me avergüenzo tanto de ello que vuelvo a dar un trago de la jarra. Sin embargo, al ir a dejarla, soy tan torpe que hago caer su contenido por toda mi libreta. Con un gritito angustiado, intento secarla rápidamente con la manga, pero sólo consigo emborronar aún más la tinta. Con un cansado suspiro, y sintiéndome totalmente ridícula, murmuro-: Como ve, sólo soy una chica fuera de lugar, tan torpe que se tropezaría con su propia sombra, y tan poco interesante que se consuela con buscar historias sobre otras personas que no tienen nada que ver con ella. Supongo que son suficientes datos... y supongo, también, que se le habrán ido las ganas de conversar conmigo. La gente dice que estoy chiflada, y con razón.

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 11:41 am

-No se si estás chiflada o no pero a mi me pareces una de las mujeres más increíbles de esta ciudad-Coloco mi mano en su libreta, y seco totalmente el líquido que ha puesto en peligro su contenido.-La belleza puede ser relativa, pero yo se cuando tengo a una mujer increíble delante, y ahora mismo te aseguro que ese es el caso.

Cojo el vaso de whisky que estaba consumiendo antes de la llegada de la joven y me lo termino de un trago..

-¿De verdad crees que enseñaría mi magia a cualquiera?-Vuelvo a mirarla a los ojos con toda la intensidad que soy capaz de expresar-. No hay nada de malo en buscar historias, porque si estas son interesantes se debe a que hay alguien para escucharlas, por lo tanto tener ese interés te convierte en alguien extremadamente interesante, a mi modo de ver claro está.

por Invitado Dom Jun 27, 2010 11:54 am

Trago saliva ante la intensidad de sus palabras, y aparto los ojos para dirigirlos a mi libreta, totalmente seca.

-Gracias... -digo en voz baja, aún sin mirarle. Me quedo pensativa durante unos segundos, y al final decido levantar de nuevo la mirada, esbozando una débil sonrisa-. Por la libreta, pero también por sus palabras. -La verdad es que he comenzado a sentirme bastante animada gracias a ello. Nunca imaginé que conocería a alguien tan amable y tan fascinante en una taberna-. Ahora mismo me siento tan contenta que incluso podría concederle esa cita romántica... -sonrío, pero con miedo de haber dicho algo ridículo, añado-: Bromeaba, por supuesto.

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 12:13 pm

No puedo dejar de mirarla, no se si es el alcohol o que simplemente estoy ante una mujer maravillosa pero hacía tiempo que no me sentía así por alguien. Llevo 10 años viajando de una ciudad a otra, disfrutando de la vida y exigiendo a mi cuerpo más de lo que debería. Soy consciente de que el uso de mi magia me llevará a una muerte prematura, pero poder ver a alguien emocionado con mis trucos es una sensación indescriptible. Siento que quiero que Chantale sienta esa emoción, y para eso necesito mi violín.

-Bueno, si no tienes nada mejor que hacer, me gustaría que me acompañases a mi hotel, hay algo que quiero enseñarte.

por Invitado Dom Jun 27, 2010 12:26 pm

No sé muy bien cómo, porque no estoy bebiendo nada, pero consigo atragantarme ante sus palabras.

-¿Ir a su hotel? ¿Con usted? -No puedo evitar carraspear, incómoda. La verdad es que nunca había esperado verme en una situación en la que un desconocido me invitara a ir con él. Lo cierto es que ha sido muy amable, pero... bueno, últimamente se oyen tantas cosas sobre jóvenes desaparecidas que no puedo evitar recelar un poco. Me quedo unos instantes meditándolo, y al final, respondo-: Iré si me dice lo que va a enseñarme.

Espero no haber sido brusca, pero en verdad me siento un poco asustada.

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 12:58 pm

-Es una sorpresa, solo puedo decirte que es un regalo que me gustaría hacerte, siento que eres la persona adecuada para recibirlo. Aún así comprendo que seas reticente, yo no me iría con un extraño así como así.

Me levanto de la mesa y dejo unas monedas para pagar mi consumición y la de Chantale.

-Si algo he descubierto en los diez años que llevo viajando, es que si no arriesgas no ganas. Sea como fuere, venga o no señorita, es hora de que marche, si no tengo el placer de su compañia esta noche, espero volver a verla pronto.

Y sin mirar atrás, salgo de la taberna

por Invitado Dom Jun 27, 2010 1:07 pm

Me quedo sin saber muy bien qué hacer mientras veo a Yohann salir de la taberna. Por un lado, mi conciencia (que, curiosamente, tiene la voz de mi padre), me dice que deje las cosas como están y que ni se me ocurra ir tras él, pero, por otro, hay una parte de mí que es plenamente consciente de estar dejando escapar una oportunidad única. Con una pequeña blasfemia dicha entre dientes, me levanto de golpe, cojo mi libreta y salgo de la taberna. Puedo ver cómo se está alejando, pero reacciono con rapidez y corro hasta él, asiéndolo de un brazo.

-De acuerdo... -digo sin aliento-. Voy... voy con usted. La curiosidad me puede...

por **Yohann Moreau** Dom Jun 27, 2010 5:09 pm

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